
Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com
miércoles, 31 de diciembre de 2008
Fin de año

domingo, 28 de diciembre de 2008
Día de los inocentes

Mark Twain
El día de los inocentes, de profundas resonancias bíblicas, permite ver que en todos los tiempos los que han pagado los platos rotos han sido los que menos culpa tienen, así, los desaguisados de la economía y la política encuentran bastante pronto a quien dirigir los rigores de las decisiones mal tomadas, las consecuencias funestas de hacer las cosas mal y de insistir en ello.
La economía neoliberal tiene en su haber una extraña compulsión por atribuir todos los bienes posibles al mercado, de manera que éste es el factor esencial en la buena salud de la economía y, además, una expresión de la democracia sobre la faz de la tierra. La realidad es simplemente un accidente, un caso especial en el estudio del mercado y sus virtudes. En tanto excepcional, la realidad económica solamente se estudia como caso curioso, como una aberración en el modelo que debe ser ignorada en lo posible.
Las cuentas de los neoliberales siempre salen ajustadas a la fatalidad del modelo y por eso tiene la ventaja de ser inmunes a la historia, la cultura, la idiosincrasia y, sobre todo, a la estructura del aparato productivo del país a que se refieren. Una cosa es la realidad y otra la verdad revelada en calidad de dogma de fe del modelo.
En este sentido, la crisis económica actual y su profundización no debe quitar el sueño de los ideólogos del mercado, ya que simplemente se debe tomar como un ajuste que señala la necesidad de “profundizar” el mercado, eliminar cualquier medida proteccionista o que insinúe serlo y dejar de lado cualquier tipo de intervención del gobierno en la marcha de la economía. Pero, aun en el tenor del neoliberalismo como dogma de fe económica, se observan fisuras que atienden a ese horrible accidente llamado realidad, de ahí que en Estados Unidos y el resto del mundo desarrollado, se emprendan medidas de rescate económico por parte de los gobiernos.
La curiosa paradoja neoliberal de que el Estado interviene a favor del Mercado parece volver las cosas a una posición que tenían antes del Consenso de Washington: la necesaria intervención del estado en la regulación económica.
Como se ve, los inocentes del mundo pagan los platos rotos del dogma neoliberal, y aun así las medidas de austeridad, el control inflacionario, las tasas de interés, la protección de las empresas por parte del gobierno, parecen tener a un sujeto culpable a quien oprimir con la consigna del ahorro y la racionalidad del gasto: el ciudadano común, el causante cautivo, el empleado recortado, el simple consumidor de bienes y servicios sujeto a un salario, el marginado y cualquiera que no protagonice la quiebra de los negocios, que no decida el rumbo de la economía desde la dirección de las empresas quebradas.
sábado, 27 de diciembre de 2008
Fin de diciembre

Las enjutas espaldas del mexicano promedio suponen que las décadas de neoliberalismo no han podido fincar la costumbre de los pesos económicos excesivos, pero si las mañas que se han dado los sufridos ciudadanos en eso de llevarlas. Cuestiones de costumbrismo en la evasión de compromisos y en el aligeramiento facultativo de gravámenes y deudas por la vía de no pagar, de pagar tarde y de solamente pagar, en todo caso, los mínimos requeridos para no caer en manos de la autoridad.
El mexicano insolvente es el que ronda en pos de un mejor empleo, o simplemente de una ocupación remunerada o paliativa de una cada vez más profunda “minusvalía” del poder adquisitivo, contra el alza de los precios de los bienes de consumo familiar.
Mientras que el discurso oficial difiere responsabilidades y oculta la verdadera cara de la crisis, la vida cotidiana transcurre entre la zozobra y los sobresaltos; entre la acongojada visión de ser blanco de la delincuencia que, organizada o no, pulveriza el estado de derecho con la práctica diaria del asalto, el secuestro o el nivel de las tasas de interés bancario, el anatocismo y la indolente incompetencia de las autoridades.
“Diciembre me gustó pa’ que te vayas”, dice la canción ranchera, y como de esas está lleno el camino del gobierno, ahora nos las mandan tocar a la salud de la crisis, pero al son de un patriotismo sui generis que nos hace a todos parte de la solución, siempre y cuando solamente sigamos aguantando lo mismo que nos hace infelices. Soluciones redundantes, periféricas o simplemente bobas, parecen guiar el destino de un país que merece más.
Los últimos días del último mes del año, son el escenario de la despedida de lo peor, “que ya pasó”. Celebremos el fin de 2008, abramos el corazón a la esperanza.
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Feliz Navidad

martes, 23 de diciembre de 2008
KFC

lunes, 22 de diciembre de 2008
Autogoles universitarios

¿Se partirá del supuesto de que lo que se hace al interior no es bueno? ¿Se tendrá la idea de lo que se hace fuera es mejor? De ser esto así, ¿tendrá caso mantener un aparato editorial amplio y costoso, que incluye el área de publicaciones y la imprenta? ¿Tendrá sentido continuar publicando revistas en las diferentes unidades académicas? ¿Valdrá la pena el esfuerzo?
Al parecer, los académicos de los departamentos de Economía, Contabilidad y la Maestría en Administración (que no fueron tomados en cuenta en la propuesta de los catálogos aprobados), tendrán que publicar en cualquier otra parte menos en su propia institución, porque el órgano colegiado que es el Consejo Divisional decidió descalificar o por lo menos no proteger la producción doméstica, lo que revela un problema de autoestima profundo, que tendrá como consecuencia inmediata el desinterés por mantener la producción editorial propia, inválida por decreto del CD.
El esfuerzo editorial de años quedó evidenciado como inútil, las horas de discusión, escritura, diseño, corrección y los engorrosos trámites para la publicación saltaron por los aires gracias al impulso autodestructivo de las propias autoridades, que decretan incompetentes las publicaciones de la División de Ciencias Económicas y Administrativas (DCEA) pero también cualquier otra que tenga por origen la Universidad de Sonora, ya que no se les ocurrió aprobar un catálogo que las abarcara.
La inclusión de un catálogo UNISON, resolvería varios problemas: Mantendría el interés de los académicos de alimentar las páginas de las publicaciones universitarias en cada unidad académica donde se realiza este esfuerzo, alentaría la mejora de la calidad de las publicaciones en el aspecto material y de contenido, se proyectaría la Universidad de Sonora como una fuerza académica que da frutos intelectuales dignos de mérito, se incrementaría la presencia de la institución en bibliotecas y centros de estudios, sería una referencia autorizada en las bibliografías y hemerografías de los distintos tipos de trabajos escritos, académicos e informativos. Todo ello sería posible si se continuara el esfuerzo editorial de la Universidad con el concurso de sus propios académicos, interesados en ver publicados sus trabajos con la seguridad de que les serán reconocidos oficialmente cuando soliciten su promoción de categoría y nivel dentro del tabulador universitario.
La omisión o ninguneo de parte del órgano colegiado que es el Consejo Divisional, permite vislumbrar el fin de la revista Vértice de la DCEA, así como el de otras que sirven a los profesores e investigadores para publicar sus hallazgos.
La ridícula idea de que lo externo es mejor, por comisión o por omisión, contradice o por lo menos hace que parezcan sospechosos los reconocimientos que la Universidad de Sonora ha estado recibiendo por la calidad de sus programas académicos y procedimientos administrativos. La anterior circunstancia permite suponer que las autoridades divisionales, en el mejor de los casos, optan por esperar que algún portal o biblioteca virtual ajena recoja, o acepte a solicitud de parte, las publicaciones universitarias para, al fin, reconocer que pueden ser un medio para que sus propios académicos se sientan confiados en publicar en ellas. Lo anterior demostraría que las dichas autoridades ignoran que el comportamiento normal de los académicos sería el de buscar publicar en las revistas y editoriales que estén “reconocidas” en su División, ya que lo que importa es acreditar publicaciones para los efectos de promoción, entre otros.
El no confiar y alentar la propia capacidad en los hechos de la vida cotidiana universitaria, disminuye, desacredita, ridiculiza las expresiones de suficiencia que se dan cuando la SEP o algún otro ente público otorgan “reconocimientos” a la institución universitaria. Quizá el rector Pedro Ortega Romero ignora que en la institución que representa se duerme con el enemigo, porque quizá los directores de división desconfían de los reconocimientos y sufren de un complejo de inferioridad generado por la propia estrechez de sus circunstancias.
Como quiera que sea, las aspiraciones legítimas de los académicos de ascender en la escala tabular, cuentan con un obstáculo incrementado por la propia mendacidad burocrática de sus autoridades inmediatas. Parece que las autoridades divisionales optan por acatar los acuerdos del Colegio Académico rápido, pero no necesariamente bien. Y ahí está el detalle.
Cabe esperar un acto de rectificación del acuerdo sobre publicaciones por parte del Consejo Divisional, reconociendo que las publicaciones universitarias tienen la calidad y autoridad suficientes que derivan del profesionalismo y capacidad de sus colaboradores. Si no fuera así, ¿qué sentido tienen los reconocimientos y acreditaciones recibidos?
sábado, 20 de diciembre de 2008
El convivio en Economía
El 19 de diciembre de 2008, se recordará como el día en que se dejaron temporalmente de lado las armas de la ironía y la soterrada cachiporra de la maledicencia para dar paso al trato cordial que marca la amnistía de fin de año. Los aires invernales y la cercanía de la Navidad, obraron el milagro de la reconciliación temporal de cara al reacomodo de personas y grupos como anticipo de la radicalización de las posiciones a la sucesión rectoral, al cambio de jefe de departamento y a la, en todo caso, no tan lejana sucesión en la dirección de la división de Ciencias Económicas y Administrativas.
Aunque en lo particular me importa un rábano el estado y la parafernalia de las alineaciones para la carrera burocrática universitaria, no puedo negar que me invade una suerte de inquietud anticipada por el destino que aguarda a la institución, al departamento y a la división.
Sucede que los puestos que debieran ser académicos, se pueden convertir fácilmente en cotos de caza privados y terreno para el cultivo de complicidades, concesiones y beneficios facciosos; es decir, que se asuman con criterios que harían palidecer de envidia a cualquier hacendado porfiriano. El cargo universitario no necesariamente está ligado al desempeño desinteresado de un académico comprometido con su misión, sino con los pujos de autoridad dignos de un megalómano enano, de un ser subdesarrollado emocionalmente que hinca el diente en el estatus para derivar lo que parece ser un ejercicio enajenado de sus funciones.
El servicio a los demás se convierte en el acto grotesco de servirse de los demás; el impulso a la academia se transforma en la obscena compulsión por burocratizarlo todo, en la fiscalización vulgar y ofensiva, en la agresión constante y poco discreta a los disidentes, a los que tengan una opinión distinta a la “oficial”, a los que piensan por su cuenta, a los que se aferran a la condición de académicos a pesar de las tentaciones farisaicas del nombramiento con efectos en el complemento en nómina. Pero, por contrapartida, se ejerce el derecho a la simulación, a la banalización de la cátedra, a las cesiones y presiones a nombre del equilibrio de fuerzas en la arena del sopor administrativo.
Diciembre es un buen mes para reflexionar poniendo un poco de distancia, una visión en perspectiva, de conjunto, necesariamente autocrítica que concilie nuestra historia personal con la institucional, que re

lunes, 15 de diciembre de 2008
El zapatazo a Bush

miércoles, 10 de diciembre de 2008
Reformita bancaria

viernes, 5 de diciembre de 2008
La vida es como un río

jueves, 27 de noviembre de 2008
Adios, Artidoro


martes, 25 de noviembre de 2008
Adiós, Pancho

domingo, 23 de noviembre de 2008
APEC-PERÚ 2008

jueves, 20 de noviembre de 2008
Sin memoria

El solo recuerdo de las luchas del pueblo mexicano contra la oligarquía terrateniente y el dictador Porfirio Díaz, parece provocar dolores estomacales a la actual clase gobernante emanada del neoliberalismo. Los gobiernos neoliberales en México han tratado con relativo éxito de difuminar la línea divisoria entre el espacio público y el privado, desnaturalizar al Estado y transferir muchas de sus funciones al mercado, en condiciones que desmienten el carácter social de la economía y la buena práctica económica previa a las instituciones de Washington, tras la segunda guerra mundial.
La desmemoria convertida en estrategia de dominación, permite que los gobiernos en la órbita imperial desarticulen la cultura local y los valores que dan unidad de propósitos a los planes y programas de gobierno como la acción del Estado en la economía y la política nacionales. La transnacionalización de la economía y la política supone un elemento de sustitución cuyos costos pueden ser fatales para la soberanía nacional y el desarrollo de los pueblos bajo sus propias expectativas de progreso.
La pérdida de identidad nacional aparejada al sentido de sus transformaciones, genera un producto manipulable que, por la fuerza de atracción que ejerce el polo dominante de la economía mundial, permite la difusión de supuestos que nos persuaden de que la vida como colonia agro exportadora es mejor que la de ser un país independiente con una industria incipiente, deficiente, poco competitiva pero propia y en vías de mejorar, merced al esfuerzo nacional.
En el caso particular, desde el tiempo de Carlos salinas de Gortari, se ha visto cómo se ataca sistemáticamente la memoria histórica de México, cómo el pragmatismo lleva al gobierno federal a un cambio de fechas en las conmemoraciones de hechos históricos fundamentales para el país. Se instaura un estilo de gobierno apegado a los designios de los organismos financieros inter

El día 20 de noviembre, aniversario de la Revolución mexicana que abatió la dictadura y sentó las bases del México de las instituciones que terminaron con el caudillismo y recuperaron el dominio de la nación sobre sus recursos naturales, es una fecha molesta para los agentes del imperialismo. La conmemoración del aniversario de la Revolución termina siendo políticamente incorrecto, en una nación a expensas de la inversión extranjera directa, la instalación de maquiladoras, la desindustrialización al tiempo que se pactan acuerdos lesivos para el comercio, la agricultura y otros importantes rubros de actividad económica; todo, gracias al prurito modernizador que deja de lado el progreso a cambio de las migajas que la cooperación internacional en condiciones de desigualdad, se empeña en sostener el gobierno de la derecha.
El Tratado de Libre Comercio de América del Norte, la Alianza para la Seguridad de América del Norte, son instrumentos que, junto con el llamado Plan México o Iniciativa Mérida, así como el aún no conc

El 20 de noviembre debe ser conmemorado en su fecha justa, en la coincidencia onomástica del momento histórico cuyo contenido dio origen a las instituciones fundamentales del país. El colocar la celebración en cualquier hueco burocráticamente conveniente, termina por afectar el nervio, la sustancia de una gesta que debe ser recordada como ejemplo de determinación y altura de miras. Se trata de un movimiento popular que dio origen a la Carta Magna de la nación, documento que es ejemplo de justicia social y del que emanan las leyes que el Estado neoliberal quiere borrar.
martes, 18 de noviembre de 2008

domingo, 16 de noviembre de 2008

miércoles, 5 de noviembre de 2008
Obama


La ley de gravedad

El joven funcionario calderonista, de quien se cuentan múltiples hazañas en materia de tráfico de influencias, aprovechamiento del cargo público para enriquecimiento personal y familiar, se encontraba lidiando con las noticias de enriquecimiento súbito y opaco de su señor padre, Carlos Mouriño, a quien la PGR había intentado favorecer promoviendo un amparo para que se le echara tierra al asunto. Ambos, padre supérstite e hijo, a partir del día 4 de noviembre, difunto, lograron acaparar la atención internacional por la manifiesta habilidad para los negocios con cargo, finalmente, al erario nacional.
En su mensaje a la nación, Felipe Calderón, el compungido especialista en ingresos por la parte trasera de los recintos oficiales, prácticamente lo declaró ejemplo a seguir e inspiración para las futuras gestiones y acomodos, de cara a un panismo con demostrada facilidad para arrastrar cobijas que hoy sufre la pérdida de uno de sus activos y, según se sabe, frustrado tránsfuga del poder Ejecutivo al Legislativo, para regresar al Ejecutivo en ocasión de la elección presidencial del 2012.
Por otra parte, la novedosa victoria de un afroamericano en la patria del racismo y la discriminación, resulta ser una gota definitiva en el derrame del vaso del conservadurismo de Washington. Esto último y la lucha contra el narcotráfico, verán otros escenarios en Iberoamérica y, en particular, México.
Si bien es cierto que la muerte de cualquier ser humano es lamentable, también lo es el hecho de que las circunstancias de la muerte del Secretario Mouriño, abren los anchurosos cauces de un replanteamiento de la política nacional, aunque se corre el riesgo de que se justifique, o pretenda hacerlo, la criminalización de la protesta pública, la disidencia en cualquiera de sus formas y la represión. La sola sospecha de un atentado, abriría la puerta a la procuración de la justicia, pero también a la persecución de actores políticos ajenos a la violencia criminal, hasta ahora imbatible por el gobierno.
La actual administración pública federal, padece de una ineficiencia profunda, un pragmatismo feroz y una escasa capacidad de respuesta, ante hechos que ponen en riesgo la estabilidad de la nación. Lo preocupante del asunto, tragedias personales aparte, es la exacerbación del potencial autodestructivo de que ha hecho gala el Estado mexicano, durante la ridícula epopeya del neoliberalismo de guarache.
viernes, 31 de octubre de 2008
La Cumbre de El Salvador

Cumbre contradictoria, porque convoca a los países más perjudicados por la crisis, de los que están en la órbita del dólar, permitiendo la catarsis de sus penas y dolencias para seguir cargando la cruz de la hegemonía de las instituciones de Washington, mientras la población padece de hambre y desesperación, apenas reprimida por los gobiernos regionales que cumplen con los dictados de la moda: hablar de la juventud y el desarrollo, sin tocar los fundamentos de la maquinaria de opresión económica que hace improbable el bienestar de una y la ocurrencia del otro.
La Declaración de San Salvador, el 31 de octubre de 2008, consta de 41 acuerdos que reciclan muchos de los anteriores, destacando los relativos al acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, impulso de programas de emprendedores y apoyos a las organizaciones juveniles, a la prevención del VIH-Sida y fortalecimiento de valores.
En el documento suscrito, existen ciertas alusiones al empleo, a la igualdad de oportunidades y a los derechos a la salud y educación, pero están ausentes los pronunciamientos de algunos mandatarios como Rafael Correa, de Ecuador, respecto a crear un banco y una moneda regional única; o lo dicho por Luiz Inacio Lula Da Silva, de Brasil, sobre recuperar el Estado, así como afrontar la crisis con “más integración, más comercio justo y menos subsidios”. Tampoco hay alusiones formales respecto a lo señalado por la presidenta de Argentina y su homónimo de la República Dominicana, Cristina Fernández y Leonel Fernández, respectivamente, acerca del fracaso del neoliberalismo. También hubo participaciones como la de la señora Michelle Bachelet de Chile y el español José Luis rodríguez Zapatero, sobre la urgencia de reformas al Fondo Monetario Internacional.
Queda para el anecdotario, la defensa de la señora Cristina Fernández de Kirchner, a su propósito de estatizar el sistema de pensiones, criticada por las huestes de la ortodoxia del libre mercado, entre las que destaca Rodríguez Zapatero, asimismo, las ya abundantes pruebas del fracaso del sistema económico elevado a su expresión más salvaje por vía del neoliberalismo, asumido como mandato divino por parte de los gobiernos de una buena cantidad de países que, por sus condiciones económicas y sociales bien pudieran estar trabajando en otra dirección.
La XVIII Cumbre Iberoamericana, deja un extraño sabor de boca, una mezcla de propuestas que sugieren el abandono de la dependencia financiera de la región, contra otras que la defienden. El solo tema de la convocatoria sugiere una dislocación entre lo que es y lo que se desea, quedándose con los deseos sin atacar las causas profundas que impiden su realización.
Se habló de la juventud y la protección que debe tener por parte del Estado y la sociedad en general, pero nada se habló de los muchos habitantes de América Latina que, sin ser jóvenes, padecen del abandono de las instituciones, comenzando por las económicas que ignoran las necesidades de los niños, los adultos, los ancianos, los que apoyan desde el hogar, la escuela o el empleo, el desarrollo integral de esa juventud que se dice nos preocupa. Se aborda el problema de la desigualdad, de las necesidades insatisfechas, del acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, a una educación que contemple programas de emprendedores, dejando de lado el hecho de que la desigualdad empieza con las oportunidades de acceso a la educación, al empleo e ingreso justo. Se ignora el hecho de que la calidad de emprendedor requiere de un contexto abierto a las nuevas ideas, al crédito y a la seguridad jurídica que no sólo favorezca sino que proteja la innovación; que existan empresas que acojan a los trabajadores y permitan su superación personal y profesional; un sistema educativo incluyente y democrático, abierto a la investigación y el desarrollo, apoyado por el Estado y por los sectores productivos, destino de los egresados, en condiciones de equidad y respeto a la pluralidad.
Una nación que se transforma productivamente, que alienta la industrialización nacional, necesariamente protege su planta productiva, procura ponerla al día, de acuerdo con su proyecto particular, si incorpora nuevas tecnologías, serán las pertinentes a su propio modelo, no aquellas que llegan del exterior empaquetadas para un usuario estándar, para un cliente anónimo que lo mismo da que esté en un punto u otro del planeta.
En la cumbre de San Salvador, como lo dijo el presidente ecuatoriano Rafael Correa, se dieron cita los representantes de dos visiones: la que se conforma con “parchar” el sistema y la que propone crear otro mejor.
La pregunta que surge al hablar de una “cumbre iberoamericana” es la siguiente: ¿los asistentes son únicamente aquellos países que fueron colonia de España o Portugal? No, pero debieran serlo. Sería interesante la reunión de los pueblos de América Latina, sin la presencia regañona de las antiguas metrópolis (desde luego, sin la tutela de Estados Unidos), sin el embarazo de la presencia de las trasnacionales de la banca y la energía representadas por el gobierno de España; con la posibilidad de que, estando sólo entre iberoamericanos, se replantearan las pautas de nuestro desarrollo, de manera independiente y soberana.
miércoles, 29 de octubre de 2008
30 años

Hace 30 años, un numeroso grupo de estudiantes ingresaron e la entonces Escuela de Economía de la Universidad de Sonora. La que sería la cuarta generación, se dividió en dos grupos por razones administrativas, ya que por su número era complicado atender las necesidades de un estudiante bastante peculiar: situados en el ambiente complejo y agitado de los años 70, las inquietudes políticas se mezclaban con una vocación académica exigente y crítica, en un equilibrio siempre precario que, al final, hizo que de alrededor de 120 estudiantes, solamente lograran terminar la carrera 23 y obtener su título cerca de una docena (de ellos, 4 son postgraduados y, a la fecha, 2 cuentan con grado de doctor). Cinco miembros de la generación 73-78 se dedican a la docencia universitaria, el resto navega en las aguas turbulentas de los negocios y el sector público.

Aunque cualquier intento de caracterización es, en este caso, ociosa, la generación 73-78 de economistas sigue siendo inquieta, crítica, heterodoxa y memoriosa.
El recuerdo de maestros distinguidos, como Francisco Navarrete Santana (Picopancho), Ramón Figueroa Rendón, Taide Lauro Navarro Navarro ( en la foto), representa un lazo de unión indestructible entre la variopinta tropa. En los ya lejanos tiempos estudiantiles, se decía que el estudiante aprendía con el maestro, sin el maestro y a pesar del maestro. La actitud autodidacta era la tabla de salvación, el reto y la garantía de que se concluirían los estudios si no en tiempo, sí en forma.
Con una administración universitaria en contra, en un entorno plagado de dificultades políticas, la generación salió adelante, a contrapelo, por mérito propio, y hasta la fecha.
martes, 28 de octubre de 2008
Demasiado pedir

Traición

Sin embargo, los dos grupos parlamentarios más numerosos del Congreso, se resisten a tocar el tema. Lo que se concluye por necesidad es que, tanto el PAN como el PRI, han renegado de su obligación de defender y hacer cumplir la Carta Magna de la nación mexicana. Insisten en conservar huecos que sirvan para un propósito nefasto: la privatización del petróleo.
Ambos partidos, acompañados del Partido Verde Ecologista y varios tránsfugas de la izquierda oficial, se definen como traidores, lacayos de las trasnacionales y escoria política. Son, por su comportamiento, simples prostitutas políticas.
domingo, 26 de octubre de 2008
El fin... El principio

jueves, 23 de octubre de 2008
Excelencia

sábado, 18 de octubre de 2008
La nueva crisis

domingo, 5 de octubre de 2008
El turismo que viene

En el mexicano estado de Sonora, la actividad turística presenta un panorama favorecido por la geografía, por el atractivo con que cuentan sus costas y la región serrana, amén de lugares con interés histórico, artesanal y gastronómico. En el territorio sonorense encontramos vestigios de arte rupestre, restos de edificaciones coloniales, construcciones de la época porfiriana y una modernidad variopinta que, en conjunto, dibuja un panorama atractivo y diverso.
Asimismo, se cuenta con espacios que invitan a la contemplación de la naturaleza y a la convivencia con diversas especies animales, además de ranchos ecológicos y lugares donde se puede practicar la caza, la pesca y la fotografía, en un escenario que cumple las expectativas de quien aprecia la cultura eco-turística.
Aunque ha faltado un mayor empeño por parte de los organismos oficiales y particulares en hacer más atractivos los espacios y los servicios sonorenses, se puede decir que el estado es un buen lugar para las actividades turísticas.
Recientemente, el tema turístico se ventiló en un programa radiofónico, en el cual fue entrevistado el titular de la Secretaría de Salud del Estado, Dr. Raymundo López Vucovich. De manera inopinada, el funcionario anunció la especie de “turismo de la salud”, con lo que añade un punto de confluencia entre lo que es estrictamente el ámbito de competencia de la dependencia a su cargo y lo que debiera ser propio de la Secretaría de Economía, Turismo o cosa parecida, porque, según ha trascendido, la idea obedece a la necesidad de “generar divisas” por este concepto.
Desde luego que la actividad turística puede fomentarse a través de la oferta de determinados servicios, como ocurre en otros países y regiones. Por ejemplo, es emblemático de Las Vegas, Nevada, la posibilidad de casarse o divorciarse con la velocidad y soltura del capricho, de la euforia etílica, de la más pragmática conciencia y de la transformación del capricho en urgencia burocrática.
Pero, más allá de los paisajes naturales y la riqueza del folklore local, los servicios que se pueden brindar al turista son un atractivo que puede resultar sorprendente. Por ejemplo, en Ghana, África, la oferta de ataúdes de fantasía resulta un poderoso atractivo que ya empieza a cosechar un tipo especial de clientela, y a los lugareños siguen los clientes que vienen de fuera para hacer realidad un sueño: ser enterrado en un auto de lujo, en una barca, en un martillo, en una gallina, entre otros, elaborados en maderas de la región y con lujo de detalles.
En el caso de Sonora, la carencia de cobertura hospitalaria, medicamentos, materiales de curación, personal médico y de enfermería, mala atención a los pacientes, insalubridad en las instalaciones públicas, ¿nos hace candidatos a ofrecer este tipo de servicios al extranjero? ¿Entonces, qué tipo de servicios se van a ofrecer? El titular de Salud aclara que serán servicios especializados, que en otras partes resultan muy caros y que aquí los precios resultarán bastante económicos, en comparación: cirugías, tratamientos y estancias.
La idea sonaría bien si no se tratara de, prácticamente, subsidiar con dinero público la actividad privada en materia de salud. Resulta que el Estado va a promover el turismo de extranjeros enfermos que se vengan a atender en Hermosillo, aprovechando la infraestructura privada existente: los hospitales y clínicas de lujo que languidecen por falta de “clientes”, porque los pacientes van a las instituciones públicas, o lo que queda de ellas.
Colateralmente, se habla de tiempos de espera para pacientes que requieran de un trasplante, lo que sugiere que la oferta de Salud incluiría la logística para conseguir fluidamente un riñón, corazón, hígado o alguna otra refacción humana disponible en el depósito de homo-partes en que se convertiría cualquier centro de salud.
Si se junta la idea del turismo de la salud con la iniciativa de hacer obligatoria la disposición de los órganos humanos para donación “altruista”, en clara contradicción con lo que dispone la legislación federal correspondiente, donde se subraya el carácter voluntario de las donaciones, entonces tenemos un esquema turístico a costa de la integridad física de los ciudadanos sonorenses que mueran sin contar con alguna especie de salvaguarda legal que evite su conversión en ganado a disposición del carnicero.
La idea de filetear seres humanos para generar divisas es, por lo menos enfermiza. Obedece a una clara vocación fascista incubada en algún campo de concentración nazi, donde se despellejaba a personas para utilizar la piel en la elaboración de pantallas para lámpara, o si se quiere, en algún centro psiquiátrico albergado en los sótanos del FMI, OCDE, Banco Mundial u otro cubil del neoliberalismo como forma de enajenación universal. De la economía ahora pasamos por la salud, y de ella a la comercialización de partes humanas, por aquello de “generar divisas”.
El morboso propósito de la Secretaría de Salud del gobierno de Eduardo Bours, debiera estudiarse como una manifestación nítida de lo que es el desprecio por la humanidad y, en consecuencia, por los derechos humanos. Las donaciones de órganos deben y deberán ser siempre voluntarias y expresamente concedidas por la parte interesada o su representante.
Con esta iniciativa, nuestro gobierno se dispone a legislar una especie de canibalismo a favor del extranjero, que conlleva la pérdida del respeto y la consideración que merecen los seres humanos nacidos en esta región en aras de un comercio obsceno y dudoso.
sábado, 4 de octubre de 2008
Cuarenta años no es nada

Se supo que después fueron dejados en libertad, tras el anuncio oficial de que no se presentarían cargos. Pero, la mancha de una represión anunciada dejó constancia pública de que el que abre la boca para fines distintos a la alabanza es, como queda claro, reo de sinceridad cívica, delito mayor que se condena con visitas al Ministerio Público, a las reconditeces del aparato judicial, al pabellón del olvido en algún campo militar, a la ignominia de ser privado de la libertad por causas de iniquidad pública.
Curioso asunto ese de resucitar el nefasto artículo 145 y 145 Bis del Código Penal. La “disolución social” dejó de ser delito gracias a los eventos del 68 mexicano, donde se lavó con sangre la afrenta al autoritarismo mexicano y finalmente la turba cívica dejó de serlo para pasar a la historia como mártires de la democracia. El crimen de ser “comunista” encubierto en la famosa disolución social satisfizo a la CIA y otras agencias de la manipulación internacional, pero no confundió a un pueblo entero que dijo “¡basta!” a la antidemocracia, a la vocación genocida de un gobierno entregado, como el de hoy, a los caprichos gringos y a la paranoia de la seguridad nacional.
El acoso de agosto y septiembre de hace 40 años, demostró la ausencia de voluntad de diálogo del gobierno, lo cual se comprobó más allá de lo racional en octubre. Los estudiantes se convirtieron en el enemigo público número uno, en la hueste irreductible, en el mal ejemplo que había que disciplinar de manera categórica, y se empleó la fuerza del Estado, dejando 400 muertos en calles y hospitales. Un asesinato de Estado, perpetrado por un gobierno infiltrado y manipulado por la inteligencia gringa.
Dos décadas después, las marchas en toda la nación demuestran que el 2 de octubre no se olvida. A pesar de la bazofia ideológica inyectada por EUA, la derecha en el poder y los corifeos empresariales de cualquier calado. La lectura obligada de la prensa satisface la curiosidad histórica y desvela la hipocresía reinante, como si la nación no fuera un botín que se disputa entre la capirotada política nacional y las corporaciones internacionales en busca del tesoro perdido, extraviado, oculto, o difuminado por la omnipresente, aunque babeante, demagogia del proyecto entreguista de Felipe Calderón. Los estudiantes detenidos el día de la juventud, terminaron siendo dos eslabones más de la cadena de luchadores por la democracia que empezó hace 40 años, y hoy sigue. Su libertad y bienestar es asunto de todos.
El día 2 de octubre, diversos medios presentaron películas, documentales, reportajes, entrevistas y comentarios acerca de lo ocurrido en Tlatelolco 1968. Así, pasaron por las pantallas las escenas de programas como “El grito”, “No se olvida”, y otros de diversa extensión y contenido. Antes habían circulado ediciones especiales en conmemoración de la matanza de Tlatelolco, de revistas como Proceso. Muchos articulistas presentaron el recuerdo de los hechos y los comentarios menudearon en los diversos medios de comunicación. Queda claro que el olvido no ha tocado al 68 mexicano.
Pero, a 40 años, no podemos decir que no haya presos políticos en las cárceles mexicanas, no podemos afirmar que exista libertad de expresión garantizada incondicionalmente, no podemos siquiera pensar que no esté presente la influencia de los gringos en las decisiones de seguridad nacional, ni en el diseño de política económica, ni en el financiamiento a la seguridad social, a la educación, al empleo y la vivienda.
No podemos decir que la ley se aplica por igual para todos, que no existe discriminación, que no se persigue al disidente, que hemos logrado mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y que el sistema electoral es transparente, equitativo, imparcial y objetivo.
Hace 40 años, los estudiantes y sectores progresistas lucharon por un México mejor, más justo, democrático, respetuoso de las libertades fundamentales. Ahora, esas viejas demandas siguen esperando ser cumplidas.
lunes, 29 de septiembre de 2008
2 de octubre

sábado, 27 de septiembre de 2008
Granada

jueves, 18 de septiembre de 2008
Irracionalidad del mercado

El sistema capitalista y su adhesión irracional a los supuestos de la infalibilidad del mercado como regulador del acontecer económico y social del mundo globalizado, parecen puestos en entredicho por las evidencias empíricas que nos ofrecen los anteriores ejemplos. Cuando menos debiéramos de dudar de las bondades de un proceso de globalización basado en la hegemonía de EUA, que permite a los gobiernos de las economías periféricas sujetarse irracionalmente a las pautas dictadas por los organismos financieros internacionales, dejando de lado el diseño de política económica propia. Las consecuencias, colapsos económicos aparte, permiten visualizar que la antigua especialización primario-exportadora que pasa a ser maquiladora-importadora, redunda en una fuerte presencia de otra especialización con graves consecuencias sociales y políticas: ser pobres.
Si el gabinete económico de Felipe Calderón insiste en que nuestro país está a salvo de crisis internacionales, seguramente se debe a que, según la mentalidad neoliberal-colonizada de Carlstens, por ejemplo, la profundización de nuestra dependencia económica, financiera, tecnológica, gana más si se acerca a otra dependencia: la política. Si esto no es colonialismo, apoyado por la derecha golpista que está apoderada del país, entonces ¿qué es?
lunes, 15 de septiembre de 2008
Fiestas Patrias

domingo, 14 de septiembre de 2008
Boletín de Prensa

viernes, 12 de septiembre de 2008
Concentración ciudadana

La cita es en la Plaza Zaragoza, a las 5 de la tarde. ¡No faltes!