Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

sábado, 31 de diciembre de 2022

Que el año se nos fue

 “La política suele encargarse de que la verdad fracase” (Yukio Mishima).

 

Mientras leo que el Papa Francisco dedica sentidas palabras por la paz en Ucrania y porque la comida no sea un arma de guerra, como pidiendo un milagro que cambie la voluntad de los impulsores de la desgracia de ese país y de cualquiera donde haya algún “interés estratégico” o de “seguridad nacional” para nuestros vecinos del norte, pienso en la fragilidad mundial frente al imperialismo anglosajón y que, entre bombazos y buenos deseos, el año se nos fue.

Resulta que Estados Unidos escribe la historia contemporánea a golpes de dinero y afanes intervencionistas, con el mismo ánimo conque el Grinch sabotea la Navidad y pinta un panorama opuesto al entusiasmo generalizado de temporada y, aunque se ve raro que la democracia sea administrada e interpretada puntualmente por un solo país, el vecino del norte actúa como si fuera el dueño del negocio y titular del ministerio de la moral universal.

A pesar del discurso incluyente la democracia solo funciona entre iguales, y la igualdad se da principalmente por compartir características físicas, creencias, origen, lengua y, sobre todo, intereses económicos similares respaldados por recursos financieros y militares suficientes, lo cual divide por fuerza a los miembros de una sociedad y, a fin de cuentas, de la humanidad: hay ciudadanos de primera, de segunda y de tercera, por decir algo. En este tenor, los países de segunda y de tercera se convierten en reserva “estratégica” y área de amortiguamiento de los primeros.

Así pues, los “WASP” (White, Anglo-Saxon, Protestant), es decir, los blancos, anglosajones y protestantes se asumen como la cúspide de la cadena alimenticia capitalista, designados por la divina providencia para servir como depositarios de los bienes terrenales y espirituales del hombre. Véase, por ejemplo, el caso de Inglaterra en la construcción de su periferia colonial y, desde luego, España y Portugal, cuyos dominios abarcaron la hoy Latinoamérica y más allá.

Tenemos países que fueron colonias y que, pese al tiempo transcurrido desde su independencia, siguen formando parte del menú de opciones digestivas de sus antiguas metrópolis, y otros que habiendo sido colonia mantienen vigentes, corregidas y aumentadas las costumbres metropolitanas, donde destaca el caso de los vecinos del norte respecto a su “patio trasero” geopolítico en el que juegan a ser los salvadores de la humanidad ensayando vacunas, sustancias y mecanismos donde se incluyen virus y bacterias, costumbres y cultura, valores y principios, organismos genéticamente modificados y reglas de comercio, entre una amplia variedad de medios de control, subordinación y vasallaje.

Un caso reciente de subordinación y control es el que se refriere al maíz transgénico y al glifosato, que los gringos insisten en vender a México porque sus empresarios “no están dispuestos” a abandonar estos productos “porque les ocasionaría un daño económico”, de suerte que la basura transgénica debe ser aceptada por los mexicanos, so pena de tremendas sanciones por violar el tratado de vasallaje político-comercial conocido como T-MEC, antes TLC, y la consecuente decepción por tener un “traspatio” que protege su interés nacional.  

Algo así como la demanda que promueve quien da de puñetazos a su vecino y lo acusa de haber raspado y manchado de sangre sus nudillos.

En este contexto, ¿por qué México debe comprar maíz y otros productos que bien puede sembrar en su territorio, por su propio interés y en armonía con sus tradiciones productivas? ¿A quién le interesa que se tenga dependencia alimentaria? ¿De qué tamaño son los productores locales que prefieren trabajar para el extranjero antes que para su país? Pues como diría el clásico, lo que no suena lógico, suena metálico.

En el mismo sentido, ¿para qué sirve un “tratado de libre comercio” que no permite la libertad de comprar o vender lo que sea necesario, sin cuotas ni obligaciones impuestas que sólo responden al interés de una de las partes? ¿Por qué comprar en el exterior algo que se puede producir?

Cualquier país debe tener el derecho de vender sus excedentes y comprar sus faltantes en donde los haya, sin imposiciones ni “reglas” que afectan su capacidad de decisión soberana, si realmente se quiere un régimen de libre comercio sin simulaciones.

Es claro que Latinoamérica y el Caribe deben formar una sólida alianza frente la amenaza del Norte, y México debiera asumirse como una de las líneas de defensa de la identidad y los intereses latinoamericanos que, como lo demuestra nuestra historia común, no son y posiblemente nunca serán los mismos que los de los anglosajones, y hacer lo posible por dar viabilidad a la idea de este espacio de fortaleza y encuentro entre iguales.

En este contexto, tratar de revivir la intervencionista “Alianza para el Progreso” (1961-70) con Kennedy o la iniciativa “América Crece” (2019) de Trump, y ampliarla en forma de una especie de “alianza” continental donde naden tiburones con sardinas, no sólo es absurda, sino que contradice nuestra historia y la necesidad de un mundo plural, multipolar y libre de la hegemonía del norte anglosajón.

Ya es tiempo de que la América Latina, Asia, África y la misma Europa decidan su propio destino, sin guerras, sin sanciones, sin manipulación de los medios informativos, sin campañas de desprestigio internacional, sin intervenciones maliciosas en los asuntos domésticos, sin campañas de desestabilización ni patrocinio de golpes de estado.

Que lo anterior sea el propósito del nuevo año: un mundo donde prive el respeto al derecho ajeno para que haya paz. Quizá el lamento del Papa tenga relación con la necesidad aquí planteada. Ojalá.   


sábado, 24 de diciembre de 2022

Con pie de igualdad

 

“Igualdad de derechos para todos, privilegios para nadie” (Thomas Jefferson).

 

Avanza la colocación de árboles de navidad y la parafernalia propia del caso, en medio de llamados al escepticismo invernal producto de la pluralidad; es decir, de las diversas formas de entender que “no somos nada” y que debemos dar gracias por conservar el alma pegada al espinazo, sea en la ruta del cristianismo o de cualquiera de las opciones que presenta la historia occidental y más allá.

Lo cierto es que el solsticio de invierno (21 de diciembre) da la voz de arranque para el frío oficialmente instalado en nuestro hemisferio y la serie de películas, series y videos que conmemoran la consagración invernal del American Way of Life; es decir, los motivos que provocan los sentimientos consumistas que nos invaden cada ciclo anual y la imagen edulcorada de lo que debemos sentir y apreciar, hasta parecernos lo más posible a esos ejemplos de la blanquitud anglosajona que sirven de inspiración en las navidades porque, ¿qué haríamos sin Hollywood?

El espíritu navideño sin relación con el gran comercio internacional de dulces, chocolates, adornos de temporada, postales con paisajes nevados y colores donde predomina el rojo, el blanco y el dorado es algo que escapa de la imaginación formateada en los medios de comunicación convencionales.

Por otra parte, el placer de regalar es tan versátil como lo son las circunstancias, de suerte que lo mismo puede darse un teléfono celular, computadora, una despensa, ropa de invierno, un sistema de misiles Patriot, helicópteros artillados, inteligencia militar satelital para la localización de posiciones enemigas o nuevas y crecientes “ayudas” económicas.

Esto último se ve claro con el arsenal y los recursos económicos, comerciales y políticos que la generosidad del vecino Biden ofrece a la lejana Ucrania, pozo de corrupción y criminalidad disfrazada de soberanía amenazada por la nación rusa.

Pero en tiempos en los que estruendo de los bombazos se mezcla con los sonidos de los villancicos y las palabras de paz “a los hombres de buena voluntad”, México no se queda atrás y va por la apuesta de crear una zona donde la utopía se convierta en acuerdo de una América unida y armónica, con unidad de propósitos y donde el trato sea “en pie de igualdad” según propuesta del presidente López Obrador a Joe Biden (La Jornada, 21-12-2022).

La historia, madre y maestra, nos enseña lo contrario cuando se trata del furor anglosajón por apoderarse y controlar los bienes terrenales y culturales del resto del mundo, y demuestra que los tiburones cuando nadan con sardinas lo hacen con propósitos digestivos.

El trato con “pie de igualdad” es una bella reinterpretación de la realidad vivida en Latinoamérica, Asia, África y la misma Europa en su relación con Estados Unidos, porque lo real es que los gringos tratan con el pie a todos por igual. En ese sentido sí hay pie de igualdad.

Si se les ofrece participación en la explotación y aprovechamiento del Litio, de la infraestructura aduanal, portuaria, energética, entre otras concesiones y prácticamente complicidades estratégicas, en la lucha por las ventajas territoriales ligadas al “nearshoring” acicateado por la guerra provocada por Occidente en Europa del este, es claro que el T-MEC tendrá una mayor utilidad para fines de estrategia militar y comercial en el actual contexto bélico.

Lo curioso es que la sintonía de la entidad mediante el Plan Sonora con los proyectos tecnológicos que se llevan a cabo en Arizona, sirve para visualizar una relación estratégica de apoyo a una economía que no es la nuestra, donde se formalizan los ejercicios natatorios de los tiburones con las sardinas y pareciera que México está proponiendo la apertura de la despensa latinoamericana a las mandíbulas del norte.     

Si se espera que a los vecinos del norte les vaya bien en la pugna económica y política mundial para que nos vaya bien a nosotros, sería algo así como esperar a que los ricos se hagan más ricos para que algo nos gotee en el sur de la frontera y en los estratos de uno a tres salarios mínimos. Lo anterior es una forma típicamente neoliberal de ver la economía, después de todo unipolar.

Abrir la puerta de las inversiones a unos y cerrarla a otros no es precisamente una actitud favorable al libre comercio y sí una forma facciosa de apoyo a unos en detrimento de otros. México parece inclinado a favorecer tratos comerciales en la lógica de los intereses de EEUU, con lo que la posición pacifista y “ecuménica” de la política exterior sufre un severo mordisco a su integridad y congruencia.

Sigo pensando que la mejor utopía, anclada en nuestra historia, es que México debe mirar al sur, unirse y comprometerse sin ambigüedades con la América Latina y el Caribe, y luchar unido con los demás integrantes de la Patria Grande, no sólo en materia de asilo coyuntural, del trato humanitario a los migrantes, de respaldo político a tal o cual gobierno de la región, sino en la construcción y fortalecimiento de mecanismos integradores en lo económico y político, y estoy de acuerdo con la idea de que la mayor expresión del crimen organizado son las transnacionales. A México y a los demás nos consta y, sin embargo, se les siguen dando concesiones.

La paz navideña, para ser, puede pasar por Hollywood, pero sobre todo debe hacerlo por tierras yaquis, seris, purépechas, rarámuris, mayas, por nuestra historia latinoamericana compartida y por compartir. La navidad para ser auténtica debe tener raíz e historia, y no ser un traje rentado a la hora de tomarse la foto familiar.

 

 

sábado, 17 de diciembre de 2022

Se aparenta que sí, pero resulta que no.

 “Las personas no son ridículas sino cuando quieren parecer o ser lo que no son” (Giacomo Leopardi).

 

Diciembre huele a futuro pero envuelto en pasado, como si fuera un bebé abrigado con prendas viejas, con memoria que esparce su olor al ambiente, sin recato, con desparpajo, con la actitud de quien le vale gorro el qué dirán (“ande yo caliente y ríase la gente…”).

El frío documenta el optimismo de unas navidades rociadas con bebidas alcohólicas, sin nada de diluciones terapéuticas que medio maten microbios emocionales y nada de remordimientos anticipados. Las ropitas invernales calientan el aburrimiento citadino mientras fluyen por las calles con ocultamiento de epidermis… o casi.

Salí a caminar por las calles del centro y me encontré en medio del tropel vacuno y caballar del tránsito por las aceras plagadas de pequeños baches conmemorativos, algo así como heridas de bala en la batalla por llegar primero o, simplemente, saber llegar.

La masa transeúnte divaga sobre el destino al cual dirigirse con tan firme determinación que suena a decisión tomada, a consigna militar que se abre paso entre la indolencia del que camina nomás porque tiene piernas y una breve noción de su ubicación geográfica. La zombificación urbana es un fenómeno reconocible, si usted se fija.

La gente es curiosa. Aparenta ser un ejército uniformado de originalidad, de personalidad desarrollada o en el proceso socialmente aplaudible de llegar a ser y, para regocijo de los impulsores de la diversidad, resulta una copia de sí mismo, en medio de la imposición de lo políticamente correcto, de la aceptación vacuna de lo que viene del norte global.

La masa (cuando no es Maseca) se convierte en un concepto sociopolítico que despide aroma a trapos viejos, a nalgas y axilas sin más aseo que la loción que quita los males del mundo gracias a la distracción olfativa, a la discreción abrigadora de las prendas invernales, a la confusión callejera de los muchos que circulan y que ocultan la singularidad del individuo para bien de la imagen pública convencional, que no admite disidencias ni matices: “si tocan a uno, tocan a todos”.

El centro de la ciudad luce decembrino, tan anodino como siempre pero con algo de la decoración que vemos en las películas de Hollywood, con villancicos anglosajones, con cancioncillas de memoria española, con promesas de paz y bienestar que se repiten año con año, con gente que hace las compras con fervorosa prontitud, “antes de que se acabe”.

Es reciente el día de la virgen de Guadalupe, y las huellas de nuestra convicción guadalupana aún se pueden ver embarradas en el pavimento, en el camino al cerrito conmemorativo, en la publicidad y en las ofrendas y mandas cumplidas o por cumplir con abonos chiquitos para pagar poquito. El fervor se huele y se toca, como los elotes cocidos y los picos de gallo, como el champurro y los churros, que marcan un hito estacional en el antojo ciudadano.

La temporada alienta expectativas y relaja los ánimos y las animosidades acumuladas durante el año, como árnica o Iodex emocional, con sus excepciones, entre las que destacan las de la oposición neoliberal de guarache, que truena como pedo de borracho cada vez que AMLO anuncia alguna reforma o acción de gobierno.

Pero volviendo al asunto, la calle ofrece una buena colección del actual folclore plastificado, de tatuajes en homenaje a la uniformidad de una subcultura que de marginal saltó de los brazos de la mercadotecnia a las primeras planas de la piel humana.

Chicas de piel tersa buscan el remedio a su belleza en el tinte cutáneo que oculta tersuras y motivos de elogio. La fealdad y la vulgaridad triunfan sobre la naturaleza, sobre los genes que tienen alguna connotación estética, pero la maximización de la escatología cutánea son las tintas plasmadas en adiposidades al borde de un ataque de celulitis.

Lo curioso del asunto es que las gentes morenas insisten en colorear su epidermis en tonos oscuros, como un homenaje al misterio de lo indiscernible, a lo ignoto e indescifrable en la piel que difumina el contenido impuesto, que diluye cualquier disidencia original y evidente, con lo que conserva su encanto lo desconocido.

Leo el periódico y me maravillo con la atinada previsión del subsecretario López-Gatell, que dice que la vacuna contra la influenza debe ser aplicada sólo a personas mayores, embarazadas y niños menores de cinco años, excluyendo a los adultos jóvenes que tienen autorización de enfermarse sin problemas.

La aclaración sanitaria dice que los vacunados se pueden enfermar, pero “evitan los cuadros graves o fatales de la enfermedad”. Igual pasa con la vacuna para el Covid. En otras palabras, usted se vacuna, pero no se inmuniza, lo que parece ser la confesión de que la “vacuna” no lo es tanto, sino que es algo que más bien le da ánimos para cursar la enfermedad con cierto grado de optimismo.

No hay duda que la industria farmacéutica moderna hace milagros, entre ellos el de lograr que se cambie el significado de los conceptos y, entre otras cosas, dejar que nos convenzan de que es mejor la “seguridad” que la libertad. Con ello triunfa el surrealismo médico y la fascinación farmacológica.

Así pues, las cosas no son lo que parecen, y la salud pública es parte del juego del mercado, donde se aparenta que sí, pero resulta que no.

Cierro estas divagaciones cuando recibo la noticia de que se aprobó el Plan B electoral del presidente, con el consiguiente ataque de diarrea, amenazas y maldiciones de la oposición. Me gana la risa.


sábado, 10 de diciembre de 2022

El garrotazo municipal

 

“La corrupción y la hipocresía no deberían ser productos inevitables de la democracia, como sin duda lo son hoy” (Mahatma Gandhi).

 

Una protesta pacífica frente a una dependencia del Ayuntamiento de Hermosillo sirvió para demostrar que los uniformes sirven para identificar a una manada de bípedos con ganas de estrenar acreditaciones, cursos de relaciones públicas, urbanidad y buenas maneras en el trato con los ciudadanos, además de nociones de derecho, incluyendo el uso ético de los toletes, macanas o cachiporras, según se vea.

El zipizape escenificado por “la autoridad” relanzó la figura y la lucha de los pensionados y jubilados del H. Ayuntamiento presidido por el sonriente y mediático “Toño” Astiazarán, alcalde impulsado por el licuado político-electoral del momento, en el que forman los azules, los rojos y los amarillos en promiscua alianza.

Jaloneos de ropas y mantas, airadas expulsiones de saliva, adjetivos calificativos de la acción uniformada, exigencias adobadas por la fatiga respiratoria, jadeos y otras muestras de un ánimo caldeado por la refriega nos muestran que, detrás de la sonrisa del alcalde hay dientes que siguen masticando (sin tragar) a los veteranos quejosos.

Las quejas de los jubilados han trascendido, han llegado hasta los ilustres y democráticos oídos de la autoridad estatal, despertando una vaga noción de solidaridad mediante la muy empática promesa de interceder a favor… mientras que el tiempo relativiza las cosas y difumina el contexto.

Así pues, cuerpos tirados en la antihigiénica superficie pavimentada, adrenalina al dos por uno y miradas entre fieras y maravilladas por el espectáculo grotesco del ejercicio desproporcionado de la fuerza policial. Tremenda hazaña: agredir y humillar a un grupo de personas de la tercera edad… y que se grabe y suba a las redes sociales.

La autoridad municipal, ni tarda ni perezosa dijo a los medios que “se va a investigar”, en una maniobra que da vergüenza cívica por estar disfrazada de interés por la justicia y las buenas maneras.

Diga usted si no suena bofa la promesa de indagar el grotesco espectáculo en referencia: primero se les priva de derechos adquiridos contractualmente gracias a la complicidad de su dirigencia sindical; luego, se les trata de engañar al intentar cambiar prestaciones sociales por limosnas selectivas que solamente buscan dividir y distraer a los extrabajadores.

Se les empuja a un litigio sórdido y largo mientras que las autoridades intentan sacar a los trabajadores activos tanto del ISSSTESON como del INVONAVIT mediante figuras sustitutas que únicamente sirven para “generar ahorros” eliminando derechos y poniendo a los trabajadores y sus familias en estado de indefensión social y laboral.

¿Repartir sonrisas y posar para las fotos un día sí y otro también resuelve el problema de la protección laboral y el respeto a las obligaciones propias de la seguridad social a que está obligado el gobierno municipal?

¿La desesperación y dolor de los pensionados y jubilados del Ayuntamiento no son merecedores de una respuesta humana, legal y solidaria? ¿El Ayuntamiento busca ser una isla al margen de las promesas de justicia, respeto y equidad que enarbola la 4T en Sonora?

Mientras tanto, queda demostrado en vivo y a todo color la insidiosa y ridícula forma en que pretenden “gobernar” los espantajos que forman en las filas de la oposición Prianista, ligada ideológicamente a las calenturas trasnochadas de Claudio X y el fascismo de guarache.

Pero, por fortuna, algunas organizaciones sociales y grupos solidarios se están pronunciando en apoyo de los trabajadores retirados del servicio municipal, compartiendo su indignación y exigiendo respuesta a sus demandas.

Queda claro que el manejo mediático y las utilidades del Fotoshop no resuelven la grosera actitud del gobierno municipal contra ciudadanos de la tercera edad, que reclaman justicia y el reconocimiento de derechos adquiridos durante su vida laboral al servicio de Hermosillo.

Que haya más seriedad y respeto. La ciudadanía hermosillense no está para aplaudir ni disculpar garrotazos municipales.

 

 

 

viernes, 2 de diciembre de 2022

La marcha y los ánimos nacionales

 “La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado” (Eduardo Galeano).

 

Aún se arremolina el polvo de la megamarcha del domingo 27, convocada por el presidente López Obrador. Aún se siente el calor de una multitud potenciada por la emoción del fútbol, del desempeño del peso, nuestra moneda nacional que parece que la crisis internacional le hace lo que el viento a Juárez, del ingreso personal que parece sonreírle al ciudadano con el 20 por ciento de aumento en el salario y la promesa de festejos donde, según se ve, el cubrebocas y la paranoia de los contagios se arrugará entre libaciones y luces navideñas.

Pues ahora sabemos que la oposición a AMLO se retuerce como lombriz de tierra o, diría el chilango, como tlaconete en sal. Lo que sea más retorcible y lastimoso. También sabemos que las heridas producto de la ideología generan llagas purulentas que se traducen en aspiraciones presidenciales, como lo puede atestiguar el senador Monreal, coqueto personaje que ni es de aquí ni es de allá, sino todo lo contrario.

Mientras que Morena, el movimiento que no acaba de ser partido, se convulsiona de risa cuando no de coraje por la repentina revelación de un elenco agusanado de trepadores electorales, ganado en la campaña presidencial y engordado en el trayecto hacia la siguiente, las voces de los auténticos militantes se escuchan cada vez con mayor fuerza en un ¡ya basta!, que promete ser épico en la medida de su autenticidad.

La oposición prianista-pedorrista-emecista, arracimada en una especie de mazacote político-prostibulario se guiña el ojo a sí misma, y se pone exigente cuando el galán Monreal se acerca con intenciones lúbricas y concupiscentes, como si la castidad fuera auténtica, como si la blancura inmaculada de sus presunciones discursivas fuera convincente para los ciudadanos escuchas, que marchan acarreados por su convicción de “nunca más otro gobierno del Prian”.

Así pues, viudos de su propio pasado, las hilachas partidistas se anudan y se desanudan en un lío patético que, lejos de atraer a los votantes y marchantes de fin de semana, los ahuyenta asqueados como lo hace la mierda embarrada en las instituciones del neoliberalismo, no por accidente o vandalismo, sino porque finalmente están revelando su esencia.

La marcha de López Obrador fue festiva, alegre y multitudinaria, sin comparación alguna con la marcha de la derecha zombificada y sus empleados domésticos, sus obligados aspirantes a torta o a dinero contante y sonante, que sirve para tapar conciencias y llenar huecos alimenticios del precarismo laboral.  

Pero, ¿para qué sirve ser oposición si no se tiene una red de relaciones que huela a dinero y flatulencias empresariales? ¿Qué sería de nuestros autóctonos amigos del pasado de privilegios y pomposas muestras de corrupción sin el apoyo solapado, vergonzante y bajuno del Imperio norteño y de la prensa alcahueta con ánimos de fichera?

Lo que se ve como seguro y cierto es que la marcha es un síntoma y sus expresiones festivas y solidarias son el signo evidente de que el presidente y su proyecto no están solos; aunque, según se alcanza a ver, Morena y su parasitosis electoral se cuece aparte.

Esperemos por el bien del proyecto transformador que, a pesar de las limitaciones impuestas por los gobiernos neoliberales que empeñaron al extranjero hasta la camisa nacional (que pactaron con el Norte global un tratado comercial que permite la injerencia de los vecinos en cuestiones de nuestra casa, que encadena a la nación a intereses que no son necesariamente los nuestros), se pueda seguir adelante, con pasos y convicciones firmes, en la tarea de liberar al país y rescatar el espacio económico y político nacional. 

México debe ser para los mexicanos, sin parasitismos ni abusos extranjeros que sangren el patrimonio y nos conviertan en colonia de explotación, o un protectorado aplaudido por traidores carroñeros.  No puede haber una relación con el exterior sin respeto a la soberanía y al dominio nacional sobre sus recursos. En cualquier caso, las relaciones con el exterior deben ser respetuosas y justas.

Ahora, si hablamos de democracia y respeto a las instituciones, seguramente la marcha del domingo 27 llena con generosidad y plenitud las expectativas del pueblo que participa y grita su entusiasmo, no su odio mezquino a los cambios, porque el pueblo es el motor y la esencia de la transformación nacional que, como es lógico y deseable, crea y recrea el marco institucional que la contiene y representa.

 

 

sábado, 26 de noviembre de 2022

NOS EMPEZAMOS A PONER DECEMBRINOS

 “Sólo el más sabio o el más estúpido de los hombres no cambia nunca” (Confucio).

 

Bueno, pues ya se percibe a menos distancia el aguinaldo, las posadas y los excesos que forman parte del caldo de cultivo de la llamada cuesta de enero, tiempo de angustias económicas y raspones morales necesarios para hacer promesas, formular propósitos y lamentar resbalones conductuales por algunos meses.

Las bajas temperaturas nos animan a sacar de algún lugar los sacos, chamarras, suéteres y bufandas arrumbadas, fuera de la vista de los propietarios que en el resto del año buscan acalorados un minisplit que acoja sus angustias climáticas.

El fiero verano sonorense propicia alabanzas y loas al subsidio de la electricidad, y justifica plenamente que la autoridad estatal gestione paliativos económicos en favor del enflaquecido presupuesto familiar.

Así pues, tenemos condiciones que se acentúan como perversas gracias a la distribución selectiva del agua y el espacio aprovechable para habitación o producción de alimentos que, con criterio fenicio, privilegia a los desarrollos inmobiliarios, las industrias refresqueras y cerveceras, la agricultura industrial, la minería de cobre o las conveniencias internacionales, que ahora apuntan hacia el Litio.

Aquí resalta el hecho de que somos un estado libre y soberano integrante de la federación mexicana, pero con una seria tendencia a engancharnos al carro de “América”, y celebramos las buenas relaciones con Arizona, que un día garrotea inmigrantes y otro los expulsa humanitariamente, mientras nuestros gobiernos hablan de alianzas estratégicas y de integración de tiburones con sardinas.

Un día se promueve la posibilidad de algún encuentro “de alto nivel” con autoridades de Arizona, California y Nuevo México para hacer más competitiva la “región global”, mientras que otro se lamenta el abuso y la ausencia de madre de la política de inmigración del vecino del norte y que opera la nefasta Border Patrol.

Por alguna extraña razón las autoridades mexicanas se sienten obligadas a rendir pleitesía al güero vecino, aceptar o sugerir oportunidades de fortalecer el lazo de unión que encadena el futuro de México al obeso y flatulento Norte Global, como si no fuera opción integrarnos al sur. Junto con Centro y Sudamérica somos una sola región con historia, lengua y destino similares y promisorios en la medida en que lo entendamos.

Sorprende la insistencia de sostener a como dé lugar un modelo de relación internacional vertical-descendente; es decir, uno donde la hegemonía de uno se sostiene gracias a la fuerza de la coacción política, militar y económica que actúa en perjuicio de los demás, con la tragedia de que los afectados se sienten obligados a trabajar para el opresor.

En este marco de por sí deprimente se puede ubicar la compulsión de compartir los beneficios, si los hubiera, del Litio, la posición geográfica y los recursos de Sonora con el vecino del norte. Como si no hubiera otras opciones.

Si hablamos de modernización de la infraestructura portuaria, ¿por qué pensar que será para lograr que Guaymas sea el puerto de salida de Arizona? ¿Por qué pensar en instalar plantas de licuefacción de gas en beneficio de las exportaciones gringas?

Ya pasamos por la generosa oferta de vender gasolina barata a los vecinos, subsidiada por México. También por los anuncios auspiciosos de una posible venta de la energía producida en los campos de paneles solares instalados de este lado de la frontera, a California o Arizona. Ya logramos sacarle una sonrisa al embajador y al representante de Biden en materia de cambio climático. Ya trascendió internacionalmente el “Plan Sonora”. Ya figuramos en el mapa de la transición energética. Pues muy bien.

El argumento de la transición energética suena bien y los horrores del Dióxido de Carbono convencen a cualquiera, salvo a los árboles y las plantas que lo necesitan para alimentarse y crecer (sin CO2 no habría plantas). Los males del petróleo y sus derivados chocan con la bondad de los ingresos petroleros y las emociones de la lucha furibunda de los vecinos del norte por apropiarse del petróleo planetario, mediante invasiones, bombardeos humanitarios y democráticos golpes de estado.

Sigo prensando en que las relaciones de México con el exterior se deben diversificar y canalizar hacia el impulso de la multipolaridad, donde el respeto mutuo sea la clave de la relación, y que no es razonable permitir que un embajador o cualquier diplomático sostenga una agenda fuera de los límites establecidos por las normas nacionales, y exhiba un protagonismo no sólo lamentable sino insultante.

Si bien es cierto que el margen de maniobra de México se vio reducido dramáticamente por la gestión apátrida de los gobiernos anteriores, el breve espacio conservado no debe pulverizarse por concesiones que afecten nuestra independencia y soberanía.

En estos tiempos no se concibe un país aislado. Las relaciones comerciales multilaterales son sanas y necesarias, por eso se debe evitar caer en garras de la unipolaridad que se ha sostenido a sangre y fuego, y ha condenado al mundo a una sórdida marginación e injusticia a pesar del importante desarrollo tecnológico y científico de la humanidad.

Así que… ¿cómo aceptar que se imponga al país la compra de veneno transgénico, de agrotóxicos como el glifosato, que la agricultura campesina muera por obra de la industria y el mercado que homogeniza la producción y combate la biodiversidad con bombas químicas y comerciales? Ningún tratado debe coartar el desarrollo independiente del país.

Si ya nos empezamos a poner decembrinos, que sea en favor de los nacional… Digo.



sábado, 19 de noviembre de 2022

Hermosillo es tendencia

“Gran parte de la desigualdad de Estados Unidos es consecuencia de las distorsiones del mercado, con unos incentivos dirigidos no a crear nueva riqueza, sino a arrebatársela a los demás” (Joseph Eugene Stiglitz).

 

La ciudad capital de Sonora está de moda, marca pautas y abre posibilidades para los siempre atentos inversionistas en pos de pedazos jugosos del pastel de recursos reales o virtuales que pudieran conseguirse.

Antes fue un foro de gran alcance sobre la minería y ahora tenemos uno sobre energía solar, que ha despertado grandes expectativas y alentado elogiosos comentarios tanto del Embajador como del Cónsul General de EUA en Sonora, celebrando el avance en la relación comercial y las energías limpias (lo que esto quiera significar).

En este contexto se anuncian inversiones para la modernización de las aduanas, y acciones conjuntas con Arizona y California a fin de trabajar sobre el aprovechamiento de los recursos que nuestra entidad parece poseer singularmente (El Economista, 15-11-2022).

Lo anterior responde a la iniciativa energética del gobierno de la república para llevarse a cabo en estas tierras semidesérticas y de conocida crisis hídrica, ventajosamente fronterizas del imperio del norte. Así, en el Plan Sonora tenemos la explotación del Litio, la instalación de grandes campos captadores de energía solar y la modernización de puertos, pasando por plantas de licuefacción de gas.

El Plan Sonora, se dice, marcará un antes y un después en la entidad y el Noroeste de México, de cara al encuentro mundial sobre el clima (COP27) en Egipto y de la mano de Estados Unidos, por aquello de que nuestro país, poco acostumbrado a las iniciativas mundiales, pudiera perder la línea.

En consecuencia, John Kerry, representante de Biden para el clima, el presidente López Obrador y el gobernador Durazo celebran la futura bonanza donde nuestros vecinos esperan, desde luego, tener el sartén por el mango, considerando su preeminencia en eso del control del clima, los energéticos y las políticas ambientales a nivel global, pasando por su injerencia en la explotación y precios de los energéticos y, en general, de la vida económica, aunque en el mundo hay un proceso de carácter multipolar que México debiera apoyar.

La apertura legal para la creación de mecanismos de inversión público-privados y la consecuente exploración y explotación de materiales como el Litio, más el proyecto de instalar una planta productora de baterías y la fabricación de carros eléctricos pone a Sonora en el ojo del huracán energético y tecnológico.  

Aquí se vale preguntar, ¿cuál será la aportación del país, a través de Sonora, para la realización de un proyecto tecnológico y productivo de relevancia, considerando la feroz competencia internacional? ¿Sólo pondremos las materias primas, la mano de obra, el espacio y la buena disposición de recibir inversión que espera rendimientos atractivos y baja vigilancia ambiental y laboral?

¿Estaremos en vísperas de una versión actualizada de “colonia de explotación” gracias a la preocupación climática? ¿O, si se quiere, de “reserva estratégica” y campo de explotación sin costos ambientales para el país vecino, experto en maniobras geoeconómicas en aras de la libertad y la democracia a su conveniencia?

¿Se optará por hacer socios, con la tajada correspondiente, a quienes simplemente pudieran ser contratados por tiempo y obra determinada para hacer los trabajos técnicos requeridos para llevar a cabo los proyectos?

¿Se permitirá la injerencia extranjera en la dirección de los trabajos, la estructura logística, la administración de los recursos y los proyectos de comercialización de los productos?

Lo cierto es que la sola promesa de que se crearán empleos y expectativas de progreso y bienestar para la población no resuelve el problema geopolítico subyacente, aunque la asociación pudiera honrar en exceso al T-MEC y moderar los reclamos anglosajones en paneles internacionales alineados políticamente con los ecológicos y bien intencionados vecinos.

Quedan cosas por aclarar en este asunto, en donde la integración de América del Norte supone poner a nadar tiburones con sardinas… y México no es un tiburón.

En otro asunto, no hace mucho el gobierno de Hermosillo lanzó la novedad de un sistema de seguridad social municipal, “SaludH”, como alternativa del Isssteson, lo que implicaba que los trabajadores “voluntariamente” renunciaran a la seguridad social pública para caer en manos de la privada (Proyecto Puente, 17-05- 2022).

La referencia viene al caso porque ahora anuncia “Mi Hogar”, ¡como sustituto del Infonavit! De ahí la nota reciente de que mil 409 trabajadores podrían darse de baja, lo cual fue desmentido por las autoridades de Infonavit.

¿Qué sentirá el señor presidente municipal al buscar la forma de privatizar derechos? ¿Pensará que los trabajadores son así de dejados como para que tales intentos prosperen, sin más?

¿Les pesarán mucho las cuotas que hay que pagar tanto al Isssteson como al Infonavit, y la responsabilidad que tiene la autoridad municipal en garantizar la seguridad social de sus trabajadores? Triste papel del prianismo neoliberal trasnochado, que sacrifica derechos laborales y sociales a cambio de generar “ahorros”.



sábado, 12 de noviembre de 2022

El truco de las encuestas

 “Las encuestas son como las morcillas: muy sabrosas hasta que uno sabe cómo las hacen” (Álvaro Gómez Hurtado).

 

Ahora está de moda la aplicación de encuestas para medir el grado de aprobación, o no, de una medida o de una propuesta en busca de legitimación democrática. Nótese que digo democrática evadiendo la palabra popular, por aquello de que el agudo y crítico lector no lo relacione con el populismo, feo espantajo ideológico que concita odios y agruras fatales entre las personas que se consideran de bien.

Una encuesta sirve para sondear la opinión de quienes la contesten acerca de algo o alguien, y dependiendo del resultado desprender alguna acción con posibles repercusiones políticas, legales o lo que se les dé la gana.

Con base en ellas, alguien puede sentirse respaldado en sus afirmaciones, posturas y acciones, de cara al público que puede ser de consumidores, de electores, de aficionados a los toros o a las películas de terror, porque no es lo mismo (por ejemplo) decir “yo creo que la reforma del INE es necesaria”, que declarar “según la encuesta de opinión, el 90 por ciento de los encuestados considera que la reforma del INE es necesaria”.

Sin embargo, la aparente transparencia en la consulta pública puede ser engañosa e, incluso, ocultar una manipulación de la opinión con fines políticos.

Pongamos por caso que se lanza una encuesta donde la pregunta sea: “las marchas en contra de la reforma electoral de AMLO del próximo domingo tienen como objetivo”, y las alternativas a elegir sean: a) fortalecer al INE, y b) debilitarlo (Expreso, 10/11/2022).

De entrada, la pregunta puede ser todo lo legítima que quiera, pero la bronca está en las respuestas que propone, porque así formuladas pueden conducir al votante a un error de interpretación, ya que no corresponden necesariamente a la pregunta formulada sino a la intención de quien la formula. Pero, como dijo Jack el destripador, vamos por partes.

Las alternativas propuestas implican una valoración, una intencionalidad política que atañe a las consecuencias de la reforma, no al propósito de las marchas. Si las alternativas a votar fueran, por ejemplo: a) impedir los cambios propuestos, b) apoyar el funcionamiento del actual sistema electoral, la cosa cambiaría y se respondería mejor a la pregunta formulada.

Así pues, el resultado de la encuesta así planteada puede forzar una opinión que posiblemente el que la emite no esté del todo consciente de lo que apoyó o rechazó al contestarla.

De hecho, es posible que la mayoría se incline por la opción de fortalecer al INE, pero no tendría sentido si la idea del fortalecimiento no fuera consistente con el propósito de sanear y dar credibilidad e imparcialidad al órgano electoral, evitando corruptelas, sesgos partidistas y dispendio a manos llenas, tal como se ha visto en los últimos años, porque nadie apoyaría conscientemente que el INE siga siendo un reducto de la partidocracia y de gente con mega sueldos y prestaciones extraordinarias.

El hecho de que los consejeros electorales reciban sueldos por arriba del asignado al presidente de la república, gracias a un amparo concedido por la inefable SCJN, debería llamar la atención de la gente que recibe de cinco a diez salarios mínimos y, desde luego, de quienes reciben de uno a cinco mini salarios mensuales.

Curiosamente tenemos precaristas laborales y capas medias (seguidoras de Brozo y Latinus) que apoyan el robo a la nación y el engaño colectivo del sistema económico neoliberal por aquello de impedir “que seamos Venezuela, caer en garras del Castro-Chavismo, las maniobras económicas del gobierno chino y la conspiración comunista y atea, populista y mesiánica que promueve AMLO”.

Una encuesta bien formulada arroja resultados que pueden ser tomados como una tendencia de opinión y, en ese sentido, ayuda a orientar el rumbo de las decisiones sobre algo o alguien.

En otras palabras, una encuesta no puede no debe ser tomada como dogma de fe, sino como una guía para la toma de decisiones. Pero, si estamos en un mundo patas arriba, seguramente daremos por cierto e irrefutable lo que debiera ser un simple indicador, que puede ser confiable en la medida en que responda a ciertos requerimientos técnicos en su formulación, entre ellos la consistencia lógica interna y externa. La primera se refiere a que no existan contradicciones entre sus partes, y la segunda, que tenga que ver con el objeto que se analiza.

Así pues, una encuesta que se formula sesgadamente arrojará siempre resultados sesgados, y aquí es donde usted al responderla seguramente estará apoyando o rechazando algo de lo que no está necesariamente consciente y, dicho en términos claros, ya se lo llevaron al baile.

Lo que queda claro es que ahora la prensa tradicional (con sus honrosas excepciones) sirve para formular encuestas y operar acarreos entre sus lectores, ya que informar con objetividad no es negocio en una sociedad donde la ética y la honestidad no son virtudes ejemplares sino un estorbo oprobioso. Pero así estamos.


sábado, 5 de noviembre de 2022

Todos somos críticos, pero...

 “Si no peleas para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabarás formando parte de ella” (Joan Baez).

 

Vivimos en un mundo súper comunicado, pero al modo de un diálogo entre sordos. Cada cual espera respuestas que deben encajar en el esquema de sus supuestos para ser dignas de ser tomadas en cuenta o, siquiera, considerarlas como posibilidad.

Nos aislamos de la realidad porque el ruido de los hechos nos interrumpe la audición del autoelogio, la gratificación de estar en lo correcto y el placer de ser quien diga la última palabra.

Padecemos una especie de autismo social que filtra la comunicación y establece pautas de reconocimiento de lo real como si fuera un servicio a la carta, por catálogo, o de esos de pedir y recibir en la comodidad de su hogar mediante aplicación en el teléfono inteligente (sic).

Recientemente se supo de la renuncia del director del ISSSTESON, Jesús Manuel Acuña Méndez, mediante escrito en el que da cuenta de los esfuerzos realizados durante el último año. Recuento interesante y alentador que refleja avances que debieran continuar porque demuestran que alguien se tomó finalmente en serio su trabajo.

La carta de renuncia presentada no explica el motivo de dicha decisión, lo que suscita dudas e inquietudes sobre el funcionamiento de la institución garante de la seguridad social de los trabajadores del Estado, además de las referidas a las posibles causas que la originaron.

Algunos dirán que pisó callos y raspó pieles sensibles porque, como lo dice el propio renunciante, cerró “la puerta de golpe a la robadera en Isssteson”; otros preferirán suponer que se cansó por falta de apoyo, dibujando una especie de disonancia entre las principales figuras del gobierno y la dirección del Instituto.

Lo anterior nos lleva de la mano hacia la nada deseable idea de que pudiera haber gatopardismo en las entrañas del gobierno estatal y que se cambia para no cambiar, en este caso para proteger los intereses que estaban siendo afectados por la probidad y transparencia administrativa asumida por la dirección.

De ser así, las raterías de los empleados desleales, la modorra burocrática amiga de la inercia y la holganza, los jugosos negocios privados a costa del patrimonio público, la privatización de la seguridad social mediante subrogaciones y el manejo desaseado del presupuesto, habrían ganado este primer round contra la honestidad que no llega a hacerse costumbre.

Ahora, si nos apegamos a la conseja popular de que “palo dado, ni Dios lo quita”, ante la crudeza del hecho lo que queda es agradecer al Maestro Jesús Manuel Acuña Méndez su buen trabajo y los nuevos aires que soplaron en el ISSSTESON.

La realidad es que se generaron expectativas que no se van a olvidar tan fácilmente. Los usuarios de los servicios del Instituto fueron atendidos en sus demandas, recibieron explicaciones y tuvieron acceso a datos e informes sobre la situación del organismo, se establecieron puentes de comunicación que generaron la sensación de que el derechohabiente era importante y significativo.

Este proceso de empoderamiento ciudadano y de rescate del Instituto, de cara a la sociedad, obliga al gobierno y a la directiva de ISSSTESON, si no a dar explicaciones precisas sobre la renuncia, sí a continuar por la ruta trazada con trabajo y transparencia.

El compromiso del nuevo director general y colaboradores es del tamaño de la credibilidad que debe tener la autoridad estatal en materia de rendición de cuentas, y de congruencia en el cumplimiento de los objetivos de la seguridad social en nuestra entidad, en el marco de la Cuarta Transformación en Sonora.

Es de suponer que el nuevo titular del Instituto, Lic. Froylán Gámez Gamboa, está consciente y dispuesto a cumplir tan alta y delicada misión, y que pondrá toda su capacidad y esfuerzo en el cumplimento de su deber social y político, actuando con honestidad y decisión, por encima de los intereses creados y de los gusanos que engordan en el seno de Morena y el gobierno. De ser así, seguramente contará con el apoyo de la comunidad porque la salud y bienestar de los trabajadores sonorenses y sus familias merecen su mejor esfuerzo. Que así sea.

De última hora: Los sindicatos agrupados en el Consejo Sindical Permanente del Estado de Sonora solicitan una reunión con el nuevo director de ISSSTESON, con el ánimo de que “se modifique lo que se deba modificar para que el organismo cuente con viabilidad económica” y conocer los planes del titular, según declara el dirigente, Ramón Gastélum Lerma (Expreso, 03.11.2022).

Lo deseable en este caso sería que los dirigentes sindicales tuvieran, además de la idea del “rescate integral del ISSSTESON”, el propósito de defender con firmeza el carácter solidario y redistributivo del modelo pensionario del Instituto, y cerrar la puerta de una posible intentona de privatización que, según consta, sólo llevaría a engordar las cuentas de las empresas privadas y a cargar los costos a los trabajadores, como es el caso de quienes sufren las “minusvalías” del sistema neoliberal de las Afore y la perversidad de las UMA. Eso sí que calienta el ánimo de cualquiera que tenga un poco de conciencia ciudadana.

 


viernes, 28 de octubre de 2022

Algunos no son tan desechables

 

“La máxima tragedia no es la opresión y crueldad de las malas personas, sino el silencio de la buena gente” (Martin Luther King).

 

Considere usted que una dependencia u organismo oficial ha sufrido saqueos de regular calado y que sus recursos han sido sistemáticamente engullidos por políticos y funcionarios corruptos, ganones y similares durante varios sexenios, y que se encuentra, por fin, en período de recuperación. Una penosa recuperación.

Imagine, por un momento, que finalmente hay alguien que llame las cosas por su nombre y que emprenda acciones para detener y revertir el desorden que priva en la institución, a costa de pisar callos, romper acuerdos oscuros y soterrados, airear los problemas antes dichos a media voz y apegarse a la transparencia prometida por el nuevo régimen.

Asómese a la institución de referencia y vea que las cosas han estado cambiando para bien y que, por alguna extraña razón, empiezan a circular rumores de un inminente cambio donde al buen funcionario que estaba luchando por componer las cosas lo mandan a su casa.

En este caso debemos reconocer que no todo mundo celebra los cambios positivos que ponen alto a la corrupción y al desorden y que, después de todo, algunos cambios no son tan fáciles ni tan rápidos. Por si usted no lo ha imaginado, me refiero al ISSSTESON.

El ISSSTESON ha sido durante bastante tiempo un ejemplo de caja chica para campañas políticas, negocios particulares a costa del erario, enriquecimientos “inexplicables” y malos servicios que va desde el retraso en el trámite de las solicitudes de pensión hasta el desabasto crónico de medicamentos y materiales de curación, además de las perversas consecuencias de las subrogaciones y el desmantelamiento de los servicios que deben formar parte de la respuesta del Instituto para proveer de salud y seguridad social a los trabajadores del Estado, municipios y demás organismos afiliados.

El Instituto ha sido, desde hace tiempo, una especie de coto de caza de léperos y logreros impreparados sin vocación de servicio, que bajo las siglas del PRI y del PAN se han dedicado a cualquier cosa menos a honrar la misión del ISSSTESON como una institución clave para hacer realidad la justicia social en Sonora, ya que su modelo garantiza una justa y solidaria redistribución del ingreso.

De hecho, la defensa del ISSSTESON y de su modelo pensionario es un imperativo para las clases trabajadoras y sus familias. Significa una garantía de que se conserve y repare el tejido social ante las amenazas de un sistema privatizador, individualista y profundamente injusto y corrupto.

Pero, como todo lo que vale la pena, ha sido víctima de la infección neoliberal; se le había chupado sangre y conciencia, hasta que llegó Jesús Manuel Acuña Méndez a trabajar por su recuperación, desparasitarlo de proveedores y empleados corruptos, poner un alto a los robos internos, al comercio a costa de los bienes públicos, a la defraudación de la confianza del derechohabiente y la opacidad en las finanzas institucionales.  

El Maestro Jesús Manuel Acuña Méndez ha sido un funcionario leal y celoso de su deber, quizá por eso ahora se cuela la noticia de que será removido de su encargo al frente del ISSSTESON.

¿Estorba para los intereses del Estado tener un funcionario trabajador, amigo del diálogo con la gente, que haga su trabajo, de cara a la sociedad? ¿A pesar de los cambios políticos subsisten los intereses de la mafia del poder en Sonora? ¿La posible salida de Acuña Méndez es señal de que se cambió para no cambiar en el gobierno de Alfonso Durazo?

Creo que es momento de que la gente se manifieste en defensa de sus intereses más sentidos y legítimos, como son los de la salud y la seguridad social por la que se debe trabajar en el ISSSTESON, y se llame al gobernador a una seria y reflexiva defensa del Instituto que es clave para la justicia social en Sonora.

Me parece que el desempeño de Acuña Méndez ha sido responsable y más que decoroso, y ha contribuido a recuperar en buena medida la confianza que los afiliados y sus familias deben tener en la Institución y, por extensión, en el gobierno. Sacarlo de la jugada en este momento puede ser un error, o de plano, una concesión más a los mismos se siempre. Sucede que en esta coyuntura algunos funcionarios no son tan desechables.

 


sábado, 22 de octubre de 2022

Minería sustentable... ¿es broma?

 “El desarrollo responsable de la minería es fundamental para el progreso del país. No podemos sentarnos como mendigos en el saco de oro” (Rafael Correa).


Pues todo mundo de fiesta por el congreso minero internacional celebrado en la capital de Sonora, con foros y buenos deseos, pero, en términos reales, con una más que discreta preocupación por el ambiente y la salud del entorno.

¿Se imagina una minería sin impactos ambientales? Tendría que ser en alguna lejana galaxia donde la escasez de agua no existiera o que la minería no necesitara de ella (del agua, se entiende) para desplegar sus actividades extractivas, o que el subsuelo tuviera la propiedad mágica de reponer el volumen extraído sin costos para la biodiversidad circundante, es decir, sin afectar a la vegetación, a la fauna, la calidad del aire y el agua.

Lo cierto es que en este mundo y en esta región, la actividad minera se ha traducido en desastres ambientales documentados, como es el caso, entre muchos otros, del derrame tóxico de Buenavista del Cobre en Cananea (el 6 de agosto de 2014, cuyos efectos siguen presentes), o no documentados por las chapuzas de las empresas y la complicidad de las autoridades.

A lo largo y ancho del país, la minería ha dado muestras de una verdadera vocación depredadora, acentuada por el furor económico y mediático que acompaña por lo general al dinero, dejando de lado el respeto a las normas de seguridad e higiene y la exigencia social de evitar o mitigar los impactos ambientales.

Cada nueva explotación levanta expectativas que evaden una realidad insoslayable: sus facturas ambientales rebasan por mucho los beneficios que generan, aunque cabe decir que éstos son casi exclusivamente para las empresas que controlan el negocio.

Antes fue el cobre, siempre ha sido el oro y la plata y ahora tenemos el Litio (cuya presencia y potenciales beneficios celebra el gobernador Durazo con entusiasmo), con una flamante empresa paraestatal recién creada que ya tiene director general, supongo que cumpliendo las formalidades establecidas en el decreto y la Ley Federal de Empresas Paraestatales, o en apego a una salvedad legal que responda al interés nacional, porque de otra manera la oposición, que se ocupa de la forma cómo habla, se sienta o viste el presidente, seguramente ya hubiera puesto el grito en el cielo.

Al respecto, el decreto presidencial que la crea señala que la persona titular de la Dirección General será designada y removida por el titular del Ejecutivo Federal, “a propuesta de la persona titular de la Secretaría de Energía” y deberá reunir los requisitos señalados en los artículos 21 de la Ley Federal de Entidades Paraestatales y 14 de su reglamento” (Artículo 12 del decreto).

La ley citada, además de la obvia exigencia sobre la nacionalidad y la ausencia de conflictos de interés particulares o familiares con otras empresas relacionadas con sus operaciones, se requiere “haber desempeñado cargos de alto nivel decisorio en forma destacada en actividades profesionales, de servicio público, administrativo o sustancialmente relacionadas con materias afines a las de competencia de cada entidad paraestatal (Ley Federal de Empresas Paraestatales (LFEP), Artículo 21, Fracción II).

Por su parte, el Reglamento de la LFEP, dispone que el titular de la empresa deberá tener: “una experiencia no menor de 5 años en el desempeño de cargos de alto nivel decisorio” (Artículo 14, fracción II).

Pero volviendo al asunto del congreso minero, parece buena idea organizar foros, encuentros, simposios, coloquios o lo que sea que promuevan las actividades productivas, pero cabe preguntar cómo operan las empresas y a dónde va el dinero.

¿Qué beneficio real tienen las comunidades que son desalojadas en aras de cumplir con las expectativas económicas de las empresas mineras mayoritariamente extranjeras que explotan los recursos regionales? ¿Los impuestos pagados compensan el daño al ambiente y a la propiedad no minera?

En este tipo de negocios, ¿qué se entiende por sustentabilidad y hasta dónde es posible conciliar los conceptos de interés nacional y protección del ambiente con el de utilidad o ganancia privada?

¿Ya se pensó en una reforma a la Ley Minera que toque su artículo sexto, en beneficio de los propietarios, individuos o comunidades, que sufran la desgracia de tener en sus terrenos algún tipo de mineral susceptible de explotación productiva?

¿Qué hay de la Ley de Aguas, cuando el interés de las transnacionales mineras (entre otras) choca con el derecho de los ciudadanos?

La participación privada (extranjera) en el Litio, la instalación de parques solares en zonas fronterizas y la licuefacción del gas en las inmediaciones de puertos sonorenses en vías de modernización, ¿son posibles monedas de cambio que allanan problemas legales relacionados con el T-MEC?

Las preguntas son muchas, pero hasta ahora las respuestas no han sido ni tan claras ni tan satisfactorias. Urge replantear, en serio, la minería en Sonora y el país, si de veras se pretende recuperar el espacio económico nacional en beneficio de la soberanía y bienestar social del pueblo mexicano.

Para documentar el optimismo (sic) minero del Litio comparto dos ligas:

1) https://www.bloomberglinea.com/2022/04/20/asi-contamina-el-negocio-del-litio-mineral-clave-para-la-transicion-energetica-de-mexico/

2) https://www.milenio.com/politica/john-kerry-reunira-amlo-viernes-hermosillo-sonora