Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

domingo, 26 de agosto de 2018

La mano tendida


“La corrupción es un problema cultural” (Enrique Peña Nieto).

¿Ha visto esas películas gringas donde un tipo conspira contra otro, contrata hampones para que lo madreen y tras cumplida la tarea va a visitarlo y le ofrece su apoyo en lo que necesite? Pues más allá de tramas cinematográficas donde la perfidia y el ánimo conspiratorio en niveles ratoneros son las estrellas, en Sonora vemos algo así como la versión política del caso y donde el papel protagónico lo llevan la gobernadora, los diputados prianistas y los legisladores electos. Unos luchan por agotar antes de su inicio al próximo gobierno y otros por defender su derecho y dejar constancia de que la voluntad popular ya se manifestó, pese a quien le pese. Los ciudadanos, en tanto, miran absortos la pantalla, comen palomitas de maíz y tragan sorbos de líquidos azucarados de difícil digestión y peor aprovechamiento en forma de promocionales y discursos del éxito que han tenido las reformas del holograma que habita Los Pinos.

Pese al evidente ninguneo de la voluntad popular la “gober” de Sonora pone cara de corrección política porque, sabedora de tener dos extremidades superiores, con una mano golpea a los diputados electos de Morena mientras que tiende la otra para posar en la foto de la conciliación mediática: “ya pasó la campaña y ahora debemos trabajar juntos”, dice, en un ejercicio lamentable de la vieja política priista del porrazo y sobada.

Sin embargo, en el contexto generado por el torpe golpe legislativo propinado al equilibrio de poderes de Sonora, nadie le cree y pocos pasarán a decir esta boca es mía salvo que sean prianistas libres de escrúpulos de conciencia. El pueblo ya decidió y parece que los funcionarios neoliberales de guarache que aún sufrimos no acaban de entenderlo. Triste papel, pero la historia como la vida misma se abre paso de cualquier manera.

La técnica de golpe y sobada parte del supuesto de que hay alguien tan poderoso que puede hacer de chicle no sólo la ley sino la autoestima y la dignidad de un pueblo largamente agraviado; pero ¿quién se engaña sino el que pretende verle la cara de tontejo al otro en un escenario tan claramente iluminado por el interés ciudadano? Existe memoria colectiva y conciencia crítica, aunque quienes están acostumbrados a las componendas, moches y complicidades no lo vean ya que su forma de vida y carrera se basa en el engaño, la manipulación, el juego de apariencias y la corrupción en sus muchas y variadas maneras. La verdad, la honestidad, la legalidad y el respeto a los demás no encajan dentro de sus esquemas de relación por lo que juegan con ellos mediante declaraciones políticamente correctas, pero sin asidero en la realidad cotidiana, por eso puede haber similitudes en el discurso sobre los grandes problemas sociales, aunque esencialmente distintos en cuanto a los verdaderos propósitos: las formas se podrán parecer, pero el fondo no es el mismo. Por un lado, se pretende conservar el poder para unos cuantos y, por otro, se trata de lograr un país donde todos seamos iguales en el ejercicio real de derechos y obligaciones.

Es claro que la mano tendida es simple y sencillamente una sobada mediática tras el golpe legislativo claramente inconstitucional y decididamente ofensivo a la voluntad del ciudadano elector pero, después de todo,  no hay cambio que no tenga opositores que luchan con fuerza para que todo quede en el lugar y condiciones de antes, y que haya personajes que se sientan con el derecho a seguir abusando del erario, del pueblo y de una posición privilegiada que aparenta ser democrática en los términos de la formalidad electoral, pero que perdió su esencia tras los casos comprobados de fraude, arbitrariedad y deshonestidad facciosa de los funcionarios electorales, tráfico de influencias, enriquecimientos “inexplicables”, violencia institucionalizada y crecientes lazos de dependencia con el extranjero.

Como se ve, en el prianismo hay manos que se tienden para golpear al ciudadano de una u otra manera, pero quienes luchan con honestidad y decisión por la justicia social no dan concesiones a la corrupción ni tienen esa cultura.

domingo, 19 de agosto de 2018

Las peras del olmo


“No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia” (Montesquieu).

Vemos en Sonora un panorama por demás preocupante, sombrío por decir lo menos, acojonante por decir lo más, desconcertante, por decir algo entendible pero difuso. Ya lo ve usted, recientemente se aprobó, “haiga sido como haiga sido” (Calderón dixit) la Ley 288, que quita facultades al Congreso para cederlas al titular del Ejecutivo, es decir, a la gobernadora que va en la mitad de su mandato en medio de cambios importantes en la política nacional y que hace lo posible por navegar como lo saben hacer los priistas, guardando precariamente las formas declarativas, pero actuando de manera autoritaria y discrecional. Aquí se ve que la conciencia política y los deseos democráticos y de respeto a las normas legales queda al libre juego de los intereses del momento que, como se acaba de ver el pasado lunes 13, terminan siendo ley aprobada y publicada en el Boletín Oficial.

Es inevitable recordar que esta reforma constitucional de Sonora se hizo con la típica mala leche del priismo (por fortuna en retirada), es decir, de manera opaca, mezquina y por la espalda, de manera que el pueblo que es quien elige a sus gobernantes por mandato legal quedó fuera de la jugada y el Congreso prianista la jugó en contra de su propia existencia soberana como representación popular quedando, en consecuencia, como un apéndice alcahuete y prostibulario del titular del Ejecutivo en turno.

Es historia conocida las protestas frente el edificio del Congreso del Estado y la tinta derramada en ocasión de esta trapacería legislativa y la no tan graciosa huida de los diputados maiceados con, según trascendió, cinco millones de devaluados pesos por aprobar el bodrio de referencia, de manera que no lo aburriré con detalles que seguramente ya conoce y que probablemente no le importen, así que solamente referiré algunos aspectos del panorama generado en tal argucia golpista.

Cuando se anunció la reforma constitucional en manos de la diputación permanente del Congreso hubo, desde luego, protestas y expresiones de franco rechazo, a lo que la gobernadora respondió con la recomendación de que dicha iniciativa quedara fuera de la agenda en tanto se analizara y difundiera de manera apropiada, dada su trascendencia y efectos. Los ánimos se calmaron y algunos cantaron victoria porque la suspensión se atribuyó producto de las manifestaciones populares. Ahora queda claro que en solapada acción se aprovechó el tiempo para operar en los ayuntamientos prianistas y lograr que, tras la repudiada aprobación del Congreso, de manera casi instantánea 57 municipios hayan dicho sí a la reforma.

Tenemos una acción en apariencia democrática, apegada a derecho, donde los diputados “hicieron su trabajo” en el período que les correspondía y de acuerdo a sus facultades, pero omitiendo un pequeño detalle: el pueblo que teóricamente representan decidió, el pasado 1 de julio, que este gobierno no era el que se necesita en Sonora y el país entero para llenar las expectativas de los ciudadanos electores. El PRI-AN-RD perdió en todo lo largo y ancho de Sonora y México, en consecuencia, ¿para qué emprender una reforma constitucional si no para coartar, obstaculizar, sabotear si se quiere la voluntad popular y la labor futura de los legisladores de Morena? ¿Por qué no preparar la transición y la entrega-recepción de tareas y responsabilidades legislativas de manera tersa y ordenada, con civilidad y sentido republicano, en vez de legislar contra el futuro Congreso estatal?

Es obvio que los tiempos legales no dan mucho margen de maniobra a la próxima legislatura en plan de promovente de acciones de inconstitucionalidad y restitución del estado de derecho en Sonora, pero también lo es la mala leche de quienes impulsaron y aprobaron la citada reforma, tanto como la necesaria y en este caso obligatoria respuesta política de los nuevos representantes populares al atropello sufrido por los sonorenses.   

Tristemente, el gobierno de Claudia Pavlovich Arellano, primera mujer que ocupa la titularidad del Poder Ejecutivo en Sonora quien declaró que Sonora estaba lista para tener una mujer gobernadora, nos deja un mal sabor de boca. En realidad, antes que tener una mujer por el hecho de serlo, estamos listos o urgidos de tener un titular del Poder Ejecutivo capaz y dispuesto a resolver problemas de inequidad, justicia y bienestar ciudadano. Alguien que, independientemente de su sexo, fuera respetuoso de la ley y consciente de los grandes rezagos existentes en materia de empleo e ingreso decentes, de salud y seguridad social, de mayor calidad de vida, de seguridad pública que garantizara la tranquilidad de las familias y contribuyera al logro de metas de justicia social y laboral, de cumplimiento largamente esperado. Es claro que nos equivocamos al creer que la imagen lo cambia todo, que la apariencia de cambio y progreso no son ni el cambio ni el progreso en sí, que el PRI o el PAN pueden cambiar siendo que son, desde los tiempos de Salinas de Gortari, las dos caras de la misma moneda. Pero, quizá esta experiencia nos sirva para entender que no se le pueden pedir peras al olmo.

domingo, 12 de agosto de 2018

Golpe legislativo


“Se puede engañar a parte del pueblo parte del tiempo, pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo” (Abraham Lincoln).

Bueno, usted ya lo sabe. La mayoría de los señores diputados del PRIAN junto con ese extraño y torpe diputado accidental de Morena de apellido Rochín, dieron en limpiarse el trasero con la voluntad de pueblo sonorense y votar por la afirmativa las propuestas de la señora gobernadora beltronista,  y quedarse tan campantes porque las reformas “buscan el sano desarrollo de Sonora” y porque “hicieron su trabajo”. Igual cosa pudiera argüir un asesino a sueldo con la moral blindada por el estímulo económico y el conocido criterio de que “el cliente siempre tiene la razón”.

A los empleados legislativos de la gobernadora, que cobran como representantes populares en una legislatura que pasará a la historia por su lacayuna vocación de obsequiar votos a iniciativas que vienen “de arriba”, parece no importarles el impacto que estas tendrán en el desarrollo político y social de  nuestra entidad ni la pésima imagen que proyectan nacional e internacionalmente con ese asalto legislativo en despoblado, aunque este es sólo un recurso retórico para expresar lo que usted vio a través de la prensa y las redes sociales: asalto previo al recinto legislativo valiéndose de doñitas de barrio y una parvada de jovenzuelos acelerados de temprana vocación porril, cuya misión fue impedir el acceso al pueblo, la prensa y los diputados recién electos de Morena, saturando el recinto y armando bulla con consignas como la de no al aborto.

Una señora morena, desaliñada y entrada en carnes declaró a voz en cuello que ellos estaban “a favor del veto porque ¡López Obrador estaba a favor del aborto!” Tal declaración nos impresiona porque establece una conexión mágica entre el absurdo y la pendejada. ¿Qué tienen que ver una cosa con otra? ¿Quién y para qué defiende lo que no estaba planteado en el orden de la sesión?

Después de algunas fintas democráticas quedó claro que el Congreso está “pa´ servir al patrón”, en este caso, la dama priista que gobierna el estado por encargo del señor Beltrones. Algunos dirán que el proceso fue legal, apegado a la responsabilidad de los legisladores que trabajan hasta el último día de su encargo. Que las reformas son para el bien de Sonora, que se fortalece la división de poderes y el municipalismo… Sin embargo, la reforma constitucional propuesta y “analizada” en el Congreso confunde patas con bofe, manosea la división de poderes y concede al Ejecutivo facultades que legalmente corresponden al Legislativo.

Es claro que este despropósito de fin de legislatura no tendrá la acogida que quisieran sus autores, habida cuenta la sospechosa opacidad con que se trató el paquete de iniciativas hasta constituir un secreto bien guardado su contenido y los alcances de este. Nunca se ventilaron las partes sustanciales del documento, no se dieron a conocer a la opinión pública, no se permitió el acceso a la prensa y jamás se ofreció una versión completa o parcial de las mismas por parte de la comisión permanente o el Congreso en vísperas de la sesión extraordinaria donde se aprobaron de prisa estas reformas. El recinto legislativo estuvo cercado y vigilado por un número extraordinario de policías, como quien dice, en estado de sitio.

Del bunker legislativo salieron por la puerta trasera los señores diputados, representantes no del pueblo sino de la gobernadora, obedientes a su codicia, no a la lealtad que deben a sus electores; salieron manchados de deshonestidad que, según reveló a la prensa la alcaldesa electa Célida López, tuvo como premio cinco millones de pesos a cada diputado alcahuete. Los legisladores salieron huyendo, aunque protegidos por vallas y policías, manteniendo al pueblo a lo lejos, a una distancia que hoy es insalvable. La rechifla y las mentadas de madre fueron las cartas de intención de los agraviados. En Sonora, gracias a la soberbia de quien debiera entender que la soberanía radica en el pueblo, se rompió el famoso equilibrio entre poderes. Ahora sigue la aprobación de la mayoría de los ayuntamientos, por lo pronto el de Hermosillo, tierra de baches abiertos, opacidad presupuestal, escenario de saqueos inmobiliarios y eyaculador precoz, aprueba las reformas y se queda tan campante, como si hubiera hecho la tarea, como si respondiera a las necesidades de sus electores.

La evidente invasión de facultades correspondientes al Congreso por parte del Ejecutivo abre la puerta para la controversia constitucional y un largo proceso legal que, ganadores o perdedores, los indignados sonorenses que votaron por el cambio van a recordar como el fin del Prianismo en Sonora y el inicio de una larga lucha por recuperar la dignidad ciudadana y la confianza en los poderes públicos.  

Nuestro estado pasa a la historia política nacional como uno en el que la voluntad popular es irrelevante, estorbosa y molesta. Por eso se legisla a espaldas del pueblo, por eso el aparato de seguridad, por eso el silencio y la complicidad de cierta prensa, por eso el cinismo de los burócratas y apalancados políticos de la obscenidad neoliberal.

Empieza a dibujarse en el aire la pregunta ¿usted irá a la ceremonia del Grito a hacerle el caldo gordo a la gobernadora o participará en un acto cívico alterno, o se quedará en casa atento a las redes sociales?

domingo, 5 de agosto de 2018

Nuevo estilo de gobernar


“Cuando alguien asume un cargo público, debe considerarse a sí mismo como propiedad pública” (Thomas Jefferson).


EL ARTÍCULO 65 de la Ley de Gobierno y Administración Municipal, fracción VI, dispone que es obligación del presidente municipal: “proponer al Ayuntamiento el nombramiento del Secretario del Ayuntamiento, Tesorero Municipal, Jefe de la Policía Preventiva y al titular del Órgano de Control y Evaluación Gubernamental”. En este caso, nos encontramos con que la presidente electa, Célida López, optó por crear un comité que realice la selección de ternas con los nombres de los ciudadanos propuestos para ocupar los cargos más importantes de la administración, contando con el apoyo del presidente estatal de Morena, el delegado y el síndico municipal electo, según se publica en medios de información.

La decisión ha levantado críticas en el sentido de que los seleccionadores de las ternas se perciben como parte del aparato que ha jodido tradicionalmente a los hermosillenses, es decir, los mismos actores políticos y empresariales que se han sentido con el PRIAN los dueños del changarro. Célida López responde que será su estilo personal de gobernar y que no se echará para atrás en su decisión de democratizar o ciudadanizar el proceso. Los incluidos se quedan porque hay que gobernar con todos… Se espera, claro, que sea también para el bien de todos.

MIENTRAS se van perfilando las coordenadas del próximo gobierno municipal nos llegan aires de decadencia por el rumbo del palacio de gobierno estatal. Sucede que la gobernadora busca afanosamente la oportunidad de hacer declaraciones, aparecer en la foto y dejar constancia de que ella es la titular del Ejecutivo por los próximos tres años. Nadie puede negar esto último, pero tampoco dejar de sonreír ante la ironía de que en esa búsqueda de notoriedad caiga en la inauguración de tramos de calle que fueron bacheados, de taquerías puestas en marcha, de pequeñas cosas que si bien es cierto son benéficas a particulares corresponden más a la figura del presidente municipal o algún funcionario subalterno, porque se dan en el espacio de la administración municipal.

Desde luego que los programas estatales pueden ser presumidos o informados (depende del tono y las circunstancias) por la gobernadora, pero me parece que hay niveles de exposición a la prensa local. Gastar la pólvora del poder en pequeñeces a nadie beneficia en términos de la imagen pública y de la investidura oficial que, seguramente, da para más.

La señora gobernadora puede estar segura de que la comunidad sonorense sabe quién es y de dónde viene. A dónde irá es, desde luego, asunto suyo.

EL LUNES 6 del presente se cumplen cuatro años del infame e impune ecocidio perpetrado por Buenavista del Cobre, dependencia de Grupo México de Germán Larrea. Por una falla en la contención se vertieron 40 mil metros cúbicos de sulfuro de cobre y una serie de metales pesados en un arroyo que desemboca en el Río Sonora, afectando 17.6 kilómetros del Arroyo Tinajas, 64 kilómetros del Río Bacanuchi y 190 kilómetros del Río Sonora hasta llegar a la presa El Molinito, que provee de agua a Hermosillo (El Sol de Hermosillo, 25 de abril 2018).

La doctora Reina Castro Longoria ha impulsado el análisis de la toxicidad del agua y sus impactos en la vida silvestre y humana del los pueblos asentados en la rivera del Río Sonora, dando fe del considerable daño infligido en la salud de los pobladores y en la flora y fauna de los lugares afectados. Se concluye que el daño ecológico y económico es terrible y ha cambiado quizá para siempre la vida de estas comunidades. El gobierno ha sido omiso en la procura de justicia y resarcimiento pleno de los ciudadanos y familias perjudicados. Impunidad es una palabra bastante común en el estado.

Mientras que la gobernadora busca reflectores y oídos obsequiosos, el dolor de sufrir una enfermedad irreversible o de difícil curación agobia a muchos sonorenses que esperan justicia plena. Para nada son de celebrarse las inauguraciones de calles donde se taparon baches o carretas donde expenden tacos, de cara a las graves carencias que tenemos, a los agravios de administraciones estatales y municipales groseramente simuladoras, terriblemente ineficientes y patéticamente corruptas. Por eso la gente votó por el cambio y espera que en efecto ocurra, no en automático y como sea, sino con trabajo, transparencia y honestidad.

ME DESPIDO con la idea de que la vida debe ir de tal suerte que vida quede en la muerte.