Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

sábado, 25 de enero de 2020

Hermosillo y el agua



“Cuando el pozo está seco sabemos el valor del agua” (Benjamin Franklin).

Nos enteramos por los medios informativos que el agua de Hermosillo está contaminada por arsénico y que en algunos sectores como el norte, que abarca a más de 200 colonias, se registran 22 microgramos por litro, tres puntos por debajo del límite que establece la complaciente y laxa norma mexicana, siendo que la norma establecida por la Organización Mundial de la Salud pone como límite 10 microgramos por litro (Expreso, 23.01.2020).

Algunos funcionarios han tratado de minimizar o simplemente desacreditar la llamada de alerta diciendo que ellos en su casa toman agua de la llave y “están muy sanos” (Proyecto Puente, 23.01.2020), siguiendo la clásica actitud del empleado que trata de tapar la realidad para que nadie la vea, como si la negación le hiciera un favor a sus jefes y a los ciudadanos que dependen de los servicios públicos.

Si bien es cierto que la ciudad no necesita de alarmismos también lo es que requiere de funcionarios informados y honestos que llamen a las cosas por su nombre y provean lo necesario para el bienestar general. Si hay problemas ya deben estar planteándose las soluciones, y no dejar correr el tiempo esperando que las cosas se compongan solas.

Cabe recordar que la investigadora universitaria Reina Castro Longoria ha señalado la gravedad del problema a partir del derrame tóxico de Buenavista del Cobre, empresa minera de Grupo México, que afecta a los asentamientos humanos ribereños del Río Sonora, en los que se incluye Hermosillo, sin que a la fecha se vean resultados tangibles respecto a la remediación del río y al resarcimiento de los daños y perjuicios causados a los habitantes de la región.  

En el mismo sentido, recientemente Mercedes Meza Montiel, investigadora del ITSON, señaló que existe presencia de arsénico en el polvo que respiramos en la ciudad, aunque no existe una norma que indique el límite permitido (Expreso, 23.01.2020).

De las advertencias sobre la situación ambiental de Hermosillo, se desprende que el agua y el aire deben ser monitoreados de manera permanente, dividiendo la ciudad en sectores ya que la presencia del arsénico no es homogénea, siendo el sur la parte más segura dado que no presenta este problema.

Para documentar el peligro potencial que representa, la Organización Mundial de la Salud (OMS, Arsénico, 18 de febrero de 2018)) advierte que los síntomas de la exposición prolongada al arsénico a través de la ingesta de agua y alimentos contaminados, se observan en la piel e incluyen cambios de pigmentación, lesiones cutáneas y durezas y callosidades en las palmas de las manos y las plantas de los pies (hiperqueratosis), y pueden ser precursores de cáncer de piel, de vejiga y pulmón.

Refiere también que el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) ha clasificado el arsénico y los compuestos de arsénico como cancerígenos para los seres humanos; el arsénico presente en el agua para beber también ha sido incluido en esa categoría por el CIIC.

Señala que entre otros efectos perjudiciales para la salud asociados a la ingesta prolongada de arsénico destacan los problemas relacionados con el desarrollo, neurotoxicidad, diabetes y enfermedades pulmonares y cardiovasculares.

Y alerta sobre los infartos de miocardio, que pueden ser inducidos por el arsénico y suponen una importante causa de aumento de la mortalidad, asociándose también a desenlaces adversos del embarazo y mortalidad infantil, pudiendo tener una influencia negativa en el desarrollo cognitivo.
Cabe recordar que los metales pesados como el Arsénico, Cadmio, Cobalto, Cromo, Cobre, Mercurio, Níquel, Plomo, Estaño y Cinc son muy nocivos para la salud de la mayoría de las formas de vida, entre las que destaca la humana, y pueden permanecer en el ambiente cientos de años, de suerte que se debe tener un control estricto de su emisión al ambiente por parte de las autoridades, siendo la minería una actividad que genera grandes cantidades de contaminantes, lo que nos remite a la laxitud de las normas aplicables y la gravedad de los incidentes como el del derrame tóxico de Grupo México que afectó el Río Sonora y el ocurrido en la zona portuaria de Guaymas, entre otros.

El desestimar e incluso desacreditar las voces de alerta sobre este tipo de problemas es no sólo irresponsable sino criminal, habida cuenta el efecto de bioacumulación que tienen los metales pesados en el organismo. Las condiciones ambientales que se crean a partir de la actividad minera o industrial sin control representan un verdadero peligro para la vida y no hay dinero que justifique tal situación. Así pues, urge que las autoridades federales revisen detenidamente las concesiones de explotación minera y de uso del agua, así como el marco legal correspondiente, en favor de la vida y salud de los sonorenses.

¿A usted le suena lógico que la norma mexicana permita 25 microgramos de arsénico mientras que la OMS establece solamente 10?, ¿Le parece correcto que la Ley Minera esté por encima de nuestro derecho a la salud y nuestro patrimonio? ¿Puede más la presencia depredadora de las transnacionales y la generación de empleos precarios que el futuro sustentable y ecológicamente equilibrado de la entidad? Para usted ¿cuánto vale su salud?

     



sábado, 18 de enero de 2020

Cuidado con los estornudos



“La buena salud y el buen juicio son dos de las mayores bendiciones de la vida” (Publilio Siro).

Enero y el desviejadero, como nos dice la vieja conseja popular que en tiempos de crisis en los sistemas de seguridad social resuena con mayor intensidad. La sola posibilidad de enfermar nos produce náuseas, constipaciones, sudores fríos y una sensación de invalidez social que apabulla. Aquí no somos nada… o casi.

Las instituciones de salud y, desde luego, los sistemas de seguridad social se revuelcan en medio de estertores presupuestales y muchos actores políticos señalan la necesidad de cambios radicales en su funcionamiento. “Que alguien nos diga cómo hacerlo”, reclamarán algunos, mientras que otros buscarán la figura paterna apropiada para sentirse a salvo del escrutinio público: “estamos instalando mesa de seguimiento de las recomendaciones de la OCDE para mejorar nuestro funcionamiento”, con lo que debemos entender que están “trabajando en beneficio de las y los sonorenses”.

Mientras que usted estornuda y los maestros jubilados de la sección 54 marchan y entregan reclamos escritos en favor de que se cumpla el artículo 59 de la ley 38 que les garantiza el incremento de la pensión en la misma proporción que el aumento salarial anual, el gobierno se agarra de las barbas de Ángel Gurría, apodado en sus buenos tiempos de funcionario salinista como el “ángel de la dependencia”.

Ahora resulta que el ISSSTESON ha evitado el pago de “pensiones millonarias” y que en materia administrativa, en el rubro de “contrataciones”, cuenta con la recomendación de la OCDE en una insólita cuanto inútil relación que intenta maquillar lo que el sol revela como una farsa perversa: mucha saliva cada tanto tiempo y de resultados nada, ya que los culpables del desfondo pensionario y el daño patrimonial al instituto siguen sin castigo y los fondos sin aparecer.

Resulta curioso que la señora gobernadora presuma de un criterio emitido por la sala segunda de la SCJN en tiempos de Medina Mora (el ministro actualmente en retiro famoso por su corruptibilidad), para dar palo a las justas, legales y legítimas demandas de los jubilados de obtener una pensión digna, en los términos de la propia ley 38 antes de la reforma de 2005, mismas que se reconocieron procedentes antes de que el gobierno del Estado y el ministro de marras le torcieran el cuello a la propia ley, borrando de un solo plumazo más de 200 demandas ganadas por los trabajadores jubilados inconformes recién iniciado el gobierno de Pavlovich.

Pero digamos que estas cosas son agua pasada, y que ahora la directiva del ISSSTESON actúa como el gato que, tras hacer sus necesidades fisiológicas, simplemente las oculta mediante el expediente de echarles tierra, en este caso con la figura del neoliberal salinista Gurría y la patética OCDE. Con esto se sigue derramando saliva sin llegar al fondo del asunto: el modelo neoliberal de la seguridad social como negocio ha fracasado, como también la concepción de que las instituciones como el ISSSTESON deben funcionar como caja chica del gobierno en turno, con la pasividad de los trabajadores afectados.

Como usted recordará, el viernes 17 pasado hubo una marcha y manifestación magisterial de protesta frente al ISSSTESON, con el fin de lograr que se les otorgue a los trabajadores pensionados y jubilados una pensión que refleje el incremento decretado al salario mínimo general para este año 2020, basados en que así lo establece la propia ley del ISSSTESON en su artículo 59.

Es de esperar que el gobierno del Estado, a través del ISSSTESON, cumpla con su obligación legal y que pague retroactivamente el 12 por ciento que debe del incremento del año pasado que fue de 16 por ciento y del que solamente aportó el 4 por ciento, más el aumento concedido este año a los trabajadores  que es del 20 por ciento.

En este contexto, el gobierno del Estado, el ISSSTESON e incluso la OCDE, sólo podrán seguir estornudando con tranquilidad si se aplican la vacuna de la anticorrupción reforzada con una buena dosis de transparencia, que los podría salvar de la influenza del descrédito y la acción penal y social por fraudulentos.

Los trabajadores de la educación jubilados y pensionados que se levantaron a protestar y hacer valer su incuestionable derecho a una pensión digna deben ser apoyados por todas las organizaciones sociales y sindicales, de manera efectiva, sin demagogia ni simulaciones, porque el derecho de ellos es el derecho de todos.





  

   
  

sábado, 11 de enero de 2020

Bang, bang... estás muerto.



“Un hogar será fuerte cuando esté sostenido por estas cuatro columnas: padre valiente, madre prudente, hijo obediente, hermano complaciente” (Confucio).

El viernes 10 amanecimos con la noticia de que un chico de 12 años (algunos dicen que de ocho, otros que 11) y alumno de sexto año de primaria asesinó a su maestra, hirió a varios (cinco compañeros y un maestro) y se suicidó. Uno pudiera pensar que los gringos son proclives al asesinato truculento y escandaloso, que en las tierras del Tío Sam la sangre fluye con tanta facilidad como lo hace el vómito que se sienten obligados culturalmente a emitir cada vez que se asustan, se enojan o se impactan ante la visión de algo extraño o, simplemente, de otro igual que ellos. Las emociones anglosajonas tienen relación directa con el contenido estomacal, sin duda.

Al seguir leyendo la nota por razones de estricta morbosidad, nos enteramos de que el asesinato y suicidio fue en una escuela privada de Torreón, Coahuila, en mero territorio nacional. Aquí fue cuando exclamamos “OMG!”, para seguir leyendo sobre el horror escolar que padecieron los alumnos y personal del Colegio Cervantes. 

Las fuerzas de la ley y el orden desde luego llegaron y acordonaron el área, en medio de la parafernalia propia del caso. Ha trascendido que el menor era atendido por su abuela dado que los padres no lo hacían; sin embargo, en la escuela nunca se detectó algún comportamiento anormal previo.  

Antes de que las autoridades tengan el cuadro completo de este inusual suceso ya hay una organización que señala con dedo flamígero que el culpable de la tragedia es… AMLO. Representantes de la “Red por los Derechos de la Infancia en México” (Redim), declaran que en este gobierno los menores están “más desprotegidos que en los dos sexenios anteriores”, así que, según ellos, los homicidios y suicidios son debidos al ninguneo presidencial (Uniradio Noticias, 10.01.2020).

Para Redim el abandono familiar, el ambiente social en el que interactuaba el menor, la influencia de las series de televisión gringas, la exposición a influencias e ideas potencialmente peligrosas y todo aquello que favorezca el “libre desarrollo de la personalidad” son lo de menos. Lo importante y definitivo es el factor AMLO; sin embargo, este es el segundo tiroteo que se registra en una institución educativa del país.
El primero ocurrió en Monterrey en enero del 2017 en el Colegio Americano del Noreste y  “en aquella ocasión, un jovencito de secundaria llevó un arma oculta en su mochila y ya en el salón de clases disparó en contra de la maestra, varios de sus compañeros y se suicidó” (Excelsior 10.01.2020).
 Para algunos llevados por ese infaltable sentido de las comparaciones históricas, resulta evidente que la causa de los males que azotaron a la familia del menor agresor que llevó dos armas a la escuela, no fue que nos estemos “convirtiendo en Venezuela” sino en los Estados Unidos, famoso por sus masacres en centros comerciales y educativos.

Lo anterior viene al caso dado que la vestimenta del chico suicida del Colegio Cervantes “recuerda completamente a Eric Harris, quien junto a Dylan Klebold asesinaron a 12 estudiantes y a un profesor antes de dispararse a ellos mismos el 20 de abril de 1999 en la escuela de Columbine, en Colorado, Estados Unidos” (pantalones negros, tirantes y una camiseta color blanco con la leyenda “Natural Selection” al parecer escrita por él mismo), según reporta El Sol de La Laguna (10.01.2020).

Al parecer, el guion es sencillo: chico abandonado en forma real o virtual, probablemente acompañado de videojuegos violentos, celular, computadora, monitor de televisión y abuela permisiva, con acceso a armamento y cargado de frustraciones ligadas a la autoestima, es regañado por la maestra que representa la autoridad institucional. El chico no lo resiste y echando mano a la pistola, así como lo vio en la tele, jala el gatillo una, dos, tres, cuatro, cinco, seis veces, para quedar suspendido en una fría realidad que lo apabulla: “chin, me van a regañar…” y se suicida.

La tragedia familiar cuyo sustrato pudiera ser el de las emociones encontradas en una mente preadolescente, no se busca esclarecer mediante la revisión puntual de las capacidades de la escuela para detectar y prevenir tragedias como ésta, como tampoco mediante el análisis de la situación familiar del menor y sus potenciales o reales peligros para él y los demás, o el estado mental del sujeto víctima y victimario en este drama. Aquí se trata de culpabilizar al actual gobierno que, según esto, ha abandonado a los menores al declararlos “invisibles”: la tragedia se convierte en arma política que dispara balas de insidia y desinformación.

Quizá la tragedia sirva para poner en la consideración de todos la importancia de la familia, los valores como el respeto, la responsabilidad de los padres hacia los hijos y los deberes de éstos respecto a aquéllos, así como el seboso oportunismo de la derecha borolista.

No puede ser posible que la desarticulación y el desapego que se ve en la cultura anglosajona, preñada de pragmático individualismo, siga siendo alentada por las familias mexicanas en las que no es rara la coexistencia, no de una sino dos o más generaciones, en un mismo entorno doméstico. No estaría de más revitalizar nuestros valores y tradiciones de cara a un futuro en el que cabemos todos. Tampoco lo estaría el fortalecer nuestras convicciones nacionalistas frente a la influencia cultural del extranjero y celebrar la voluntad democrática de los mexicanos por el cambio político. Creo que la familia mexicana, nacionalista y unida por el cariño y el respeto a nuestras tradiciones y valores, jamás será vencida.