Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

sábado, 26 de marzo de 2022

Los farsantes de siempre

 

“Si, mucha gente va a morir cuando se establezca el Nuevo orden Mundial, pero será un mundo mucho mejor para los que sobrevivan” (Henry Kissinger).

 

La noticia de que el presidente Biden va a Ucrania a manifestar su apoyo en la lucha que ellos mismos instigaron no extraña a nadie. Cualquiera medianamente enterado del estado de la política y economía mundial sabe y entiende el papel del vecino del norte, que tuvo un momento estelar en 2014, cuando el senador republicano por Arizona, John McCain, expresa su apoyo y alienta el golpe de Estado en Ucrania.

En la actualidad “la administración Biden ya ha enviado a Ucrania más de 17.000 armas antitanque, incluidos misiles Javelin, así como 2.000 misiles antiaéreos Stinger. Algunos de estos fueron directamente al notorio regimiento neonazi Azov” (rubenluengas.com, 24.03.2022).

Las consecuencias del golpe de Estado, uno más en la larga cadena de golpes patrocinados por EU en nombre de la democracia, van en la línea de hacer avanzar el área de influencia de la OTAN, y se han traducido en la pérdida de vidas humanas en un contexto ideológico que huele a genocidio por razones étnicas porque la consigna es “matar rusos”.

Así pues, tenemos un país que estando a miles de kilómetros de las áreas en conflicto envía armas y recursos, dicta sanciones y presiona a otros países para que se sumen en su campaña contra sus enemigos económicos reales o virtuales y que, sin embargo, la justifica por “razones humanitarias” y de “seguridad nacional”, al tiempo que moviliza medios informativos, realiza montajes y se apoya en la fuerza militar para su hegemonía, pasando sobre los intereses nacionales de sus “socios”, en aras de establecer un “nuevo orden mundial” acorde a sus intereses supremacistas.  

Cabe puntualizar que México no ha estado al margen de la política de “seguridad nacional” del vecino y es del dominio público su patrocinio a organizaciones y movimientos  autonombrados como democráticos y justicieros cuya función es la de desacreditar al actual gobierno mediante críticas constantes en medios de comunicación y manifestaciones callejeras de características violentas, protagonizadas por mujeres, u otras en las que la clase empresarial hace suyas banderas políticas o sociales con pretensiones de cierto impacto coyuntural.    

Al respecto, algunos analistas han descubierto en el discurso y las acciones de emptresarios como Claudio X. González y similares (Frena, Va por México, entre otros), las tácticas del golpe de Estado blando de Gene Sharp, puestas en práctica por la CIA desde 1953 financiando las protestas callejeras en Teherán que ocasionaron la caída del presidente nacionalista de Irán Mohammed Mossadegh, método que ha sido perfeccionado por la CIA desde 1989 en las protestas de la Plaza de Tiananmen. 

En Latinoamérica la estrategia del “golpe suave” ha tenido por escenario a Honduras (2009), Paraguay (2012), Bolivia (2019, tras fracasar en 2008 y 2012), además de un intento en Ecuador (2010) y otro (sin estar del todo comprobado) en Nicaragua (2018).

La intervención militar abierta o subversiva de nuestro vecino en el mundo está suficientemente documentada como para que nadie se asombre o dude de ella, y si usted está interesado en enterarse, puede acudir al interesante testimonio y análisis de Thierry Meyssan en su libro De la impostura del 11 de septiembre a Donald Trump (Editorial Orfila, 2017), que descubre lo que hay detrás de las llamadas “primaveras árabes” o las llamadas “revoluciones de colores”.

Lo anterior sirve para señalar, a propósito del actual conflicto entre Rusia y Ucrania, lo intencionado de la injerencia, apoyo financiero, armamentista, político y mediático que ha ejercido en esa parte del mundo, y cuán absurda puede ser en la actualidad la confianza en las denuncias y campañas “humanitarias” de EU y cuán fácilmente miente cuando señala que tal o cual país posee “armas de destrucción masiva” o que prepara ataques biológicos contra objetivos militares o civiles.

El hecho innegable del despliegue de bases militares y de laboratorios de investigación biológica por todo el planeta fundamenta la idea de que EU es un auténtico peligro para la paz y seguridad mundial, y más si mantiene y dirige estructuras militares multinacionales como la OTAN, que debió desaparecer al final de la Guerra Fría.

México es un país que en la actualidad se encuentra bajo asedio por parte de su vecino del norte, sea por los embargos camaroneros, las vedas al aguacate, las exigencias respecto a la reforma energética, la venta de agroquímicos cancerígenos, los problemas migratorios y de seguridad pública, entre otros que pretenden dificultar o matizar a conveniencia los programas y avances políticos y económicos nacionalistas del gobierno de López Obrador.

El problema no es menor si consideramos que el vecino lo mismo manda armas al otro lado del mundo en apoyo a cuerpos militares o grupos paramilitares “nacionalistas” que al crimen organizado, y que lo mismo habla de derechos humanos que de “matar rusos”.

Queda claro que la defensa de la identidad y los intereses nacionales debe ser prioritaria, y entender con claridad que cualquier oferta de cooperación o ayuda por parte del Tío Sam es, simplemente, una nueva manzana envenenada.

La preocupación humanitaria de EU es, una vez más, una farsa política y mediática, pero recordemos que tras cada farsa hay un farsante.

 

 

jueves, 17 de marzo de 2022

El Ayuntamiento de Hermosillo y sus jubilados

 

“Yo creo en el sindicalismo, yo creo en la democracia, en el sindicalismo democrático” (Richard Attenborough).

 

Según el presidente municipal de Hermosillo, las prestaciones que reclaman los trabajadores municipales jubilados que sostienen eventuales bloqueos en algunas vías importantes de la ciudad son ilegales, porque así lo observó el Instituto Superior de Auditoría y Fiscalización (ISAF), organismo autónomo encargado de la revisión y fiscalización de las cuentas públicas del Estado y municipios (Expreso, 17.03.2022).

Las autoridades consideran que seguir otorgando prestaciones a los jubilados contraviene “disposiciones legales” y que no están para violar la ley sino para cumplirla, además de ahorrarse lo correspondiente a pagos de vales de despensa, apoyo funerario, entre otros que venían gozando desde 1997, así que, siendo tan responsables y cumplidores, mochan de tajo dichas prestaciones y listo.

El cumplimiento de una supuesta observación del ISAF se convirtió en guillotina y con ello se desató una marea de protestas por parte de los afectados y con el apoyo de otros grupos de jubilados solidarios se generó todo un movimiento ciudadano que no parece dispuesto a parar.

Sin embargo, el propio ISAF aclaró que “no es una autoridad competente en materia laboral, por tanto, cualquier asesoría u opinión en esta materia no es vinculante jurídicamente”, y precisa: “El ISAF no ha emitido observaciones derivadas de las auditorías practicadas, respecto al clausulado del Convenio Sindical celebrado entre el H. Ayuntamiento de Hermosillo y el Sindicato Único de Trabajadores al Servicio del Municipio de Hermosillo.” (Oficio ISAF/AM/3905/2022, de fecha 16 de marzo de 2022).

Está claro que lo que menos interesa a la autoridad municipal es el daño económico y moral que puedan causar a los jubilados y pensionados, habida cuenta que es más importante “generar ahorros” que cumplir compromisos vigentes desde hace 25 años, incluso mintiendo descaradamente respecto a la opinión del ISAF.

Como detalle adicional, el sindicato del ayuntamiento, antes que ser garante de los derechos de sus trabajadores, ahora les siguió el rollo a las nuevas autoridades prianistas de Hermosillo y firmaron un nuevo convenio que excluye a los trabajadores jubilados de los beneficios reclamados, en abierta traición a sus compañeros y como una muestra del tamaño de sus dirigentes.

Según lo visto, no sería el primer caso de un sindicato que se pliega a los intereses del patrón en vez de luchar por mantener los beneficios de sus miembros jubilados o adopta actitudes discriminatorias y excluyentes (como es el caso del STAUS cuyo fondo mutualista “no fue pensado para los jubilados”), aunque cabe decir que ninguna ley, norma o acuerdo puede tener efectos retroactivos en perjuicio de persona alguna, según establece la Constitución.

El presidente municipal y equipo, con la confianza de que los trabajadores terminarán aceptando cualquier limosna por razones de necesidad y urgencia, optan por el litigio que es lento, largo y penoso en lomos de un sistema burocrático que, con su paso de tortuga, hace lo posible por agotar las fuerzas de los trabajadores que reclaman sus derechos laborales y sociales para que acepten lo que les caiga, porque “de lo perdido, lo encontrado”.

Aquí es difícil no señalar que el sistema de justicia laboral parece pensado para hacer desistir al trabajador de sus demandas y, prácticamente, empujarlo a aceptar migajas so pretexto de la “conciliación”, siempre a favor de la parte patronal que cuenta con tiempo, dinero y relaciones.

La defensa de los trabajadores jubilados del ayuntamiento debe fortalecerse, y considerar que cada paso que se avance va en abono de una mejor impartición de justicia, que exige un cambio en la mentalidad, las normas y mecanismos de acción enfocados a darle la razón a quien la tiene, no a quien puede untar de dinero al supuesto defensor laboral.

En conclusión, el ayuntamiento mintió a los trabajadores, el sindicato resultó ser patronal, y los abogados y las autoridades se siguen chupando el dedo.

Por lo pronto, las protestas siguen, los bloqueos de calles siguen y el encabronamiento sigue. ¿Hasta cuándo?

 


sábado, 12 de marzo de 2022

¿La verdad es negociable?

 

“La verdad se corrompe tanto por la mentira como por el silencio” (Cicerón).

 

Cuando vemos que un país desparrama laboratorios por el mundo y, en particular en regiones en conflicto como es el caso actual de Ucrania, la preocupación se convierte en datos: EEUU tiene 250 laboratorios fuera de sus fronteras y en Ucrania cuenta con 26, dedicados, según ha trascendido, a la investigación de patógenos transmisibles de alta peligrosidad. Si alguien quiere abreviar la descripción se puede decir simplemente armas biológicas.

Desde luego que nuestros vecinos del norte dieron una explicación, aclarando que efectivamente los tienen, pero que son para la salud y protección del país, y que el temor es que los rusos se puedan apoderar de ellos y hacer mal uso de los patógenos (EL Imparcial, 10.03.2022).

La sola idea de que un país promueva, financie y establezca laboratorios biológicos fuera de sus fronteras ya da en qué pensar, y más si recordamos que durante décadas los EEUU han enviado sus hallazgos a Cuba, a fin de atacar su economía. Como muestra van los siguientes datos:

En mayo de 1971 se introdujo el virus de la fiebre porcina africana; en noviembre de 1979 el hongo moho azul del tabaco; en julio de 1981, el virus del dengue que pasó a México y Centro América, y en septiembre del mismo año el virus de la conjuntivitis hemorrágica, que también pasó a México; en 1980-1981, el hongo roya en caña de azúcar; en 1996-1997, un avión fumigador desde Florida roció un insecto que produce la plaga agrícola del “thrips” (Dr. Manuel Servín Massieu. Bioterrorismo, armas de destrucción masiva y ética. Ciencia y democracia, 2007).  

Está plenamente documentado que nuestros vecinos y socios tienen una larga experiencia en eso de hacer investigación para evitar el “mal uso de los patógenos” y, eventualmente declarar la intención de fabricar vacunas que combatan las enfermedades inducidas.

Dada la experiencia y situándonos en el contexto del actual conflicto, tampoco se puede negar la injerencia, presencia o acción de EEUU en todos y cada uno de los conflictos locales, regionales y mundiales que han atosigado al mundo desde el siglo XIX a la fecha, de suerte que han llegado a constituirse en la locomotora que mueve el tren de los intereses anglosajones y, en general, del llamado “mundo libre”, gracias al poder de la coacción, amenaza o compra de la voluntad de gobernantes y “aspiracionistas” sin mucho apego a su identidad nacional.

El poder del dinero y las armas, más la información convertidos en elementos de disuasión garantizan su predominio de carácter imperialista que, por sí mismo, cancela toda posibilidad de que este mundo sea libre; también se niega la existencia del libre comercio dadas las condiciones, candados y limitaciones que se establecen a las mercancías extranjeras en su paso por las fronteras.

De hecho, los llamados tratados de libre comercio son tan poco libres como lo es un país que pertenece a la OTAN, al poner su soberanía en manos de un poder extranjero que determina el tiempo y la forma de cualquier acción militar fuera de sus fronteras.

La imposición de reglas termina dependiendo de la mano que las dicta, y pude constituir un vínculo forzado y forzoso que configura bloques de intereses económicos, políticos y militares que ponen en duda los supuestos de la soberanía y el dominio nacional, así como la vigencia del derecho internacional.

La unipolaridad impulsada y financiada en este caso por EEUU desdibuja la diversidad cultural del mundo, violenta sus fronteras y ataca frontalmente la cultura, los valores y memoria en la que se sustenta la identidad nacional, su sentido de pertenencia y todo aquello que vertebra a una nación, que se convierte en un esclavo económico, un cómplice político y un alcahuete cultural del extranjero.

No estaría mal si se aprovechara el actual conflicto instigado por EEUU para favorecer nuestra independencia productiva, financiera, cultural y política en aras de decidir nuestro propio destino, porque aceptar que el país deba actuar como una simple comparsa de los güeros es inadmisible, tanto como suponer que la verdad es negociable.

 

  

    

domingo, 6 de marzo de 2022

Temblores en el sistema

 “Compatriotas americanos, me alegra decirles que hoy he firmado una ley que ilegalizará a Rusia para siempre. El bombardeo empieza dentro de cinco minutos” (Ronald Reagan).

 

Los jaloneos muchas veces violentos entre países se dan con demasiada frecuencia como para ignorarlos o, simplemente, parcializar la realidad y pretender que la justicia, la democracia y los derechos humanos son prioritarios para la ONU, Unión Europea o la OEA.

El mundo siendo redondo adolece de visiones cuadradas o demasiado esquemáticas como para ser compatibles con la realidad viva y actual de las diversas regiones que lo componen, de suerte que la unipolaridad es, por lo menos, contraria a la naturaleza de los pueblos y naciones que compiten rabiosamente por ocupar algún lugar en el concierto de las naciones con voz y voto en los organismos internacionales.

Sin embargo, frente a esta verdad de Perogrullo se levanta imponente la visión imperialista de EUA, vecino norteño de México y matriz de lo que se entiende como mundo libre, franquicia que con su logotipo de barras y estrellas está con frecuencia en abierta contradicción con los postulados del derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas.

Así pues, mientras el discurso gringo nos ilustra sobre la paz, la legalidad y el respeto internacional, la mano militar y de “inteligencia” que hace valer los intereses de la industria armamentista y financiera estadunidense da gruesas pinceladas de intolerancia, de sórdidas maniobras de desestabilización de gobiernos electos democráticamente, de favorecer actos terroristas y de comercio de armas y drogas de alcance internacional.

En este contexto, el concepto de “seguridad nacional” se convierte en un arma letal contra la soberanía de muchos países con ideas propias. De aquí se desprende que EEUU no tiene fronteras y que el planeta Tierra es coto de caza de un salvaje psicópata que juega con la tecnología y la ciencia para su exclusivo provecho y entretenimiento.

Llama la atención que por donde quiera se encuentran emplazadas bases militares del Tío Sam, y que a pesar de que la guerra fría terminó en 1991 el discurso de odio hacia el “enemigo” no ha variado gran cosa, manteniendo la diferencia entre “ellos”, los rojos, los comunistas, los terroristas y “nosotros”, los buenos, puros y limpios que defendemos la libertad y la democracia, falacia que tiene por caja de resonancia a la prensa occidental.

Tal parece que la propiedad de la verdad y los valores humanos está reservada por derecho divino, por designio celestial a “América”, entendida como Estados Unidos, nación autista que interviene en todo y pretende decidirlo todo.

Sin duda las armas más poderosas que posee el gigante del norte no son tanto las que exporta alegremente para alimentar los conflictos mundiales, sino la intriga, el dinero, la corrupción, la manipulación y el terror. La dominación gringa es algo así como un estado mental que se apodera de las voluntades de los aspiracionistas que miran hacia el norte, de los pequeños y grandes parásitos sociales que buscan su lugar en la política o la economía, que se cobijan en el cargo público o privado en espera de su momento estelar.

Lo anterior es importante porque México y muchos países se encuentran a expensas de los gustos o disgustos gringos en asuntos que histórica y legalmente sólo les corresponden a ellos, a su soberanía, a su destino. Si no fuera así, no tendríamos que darles explicaciones sobre la política económica y las decisiones en materia de energía, minería, seguridad o comercio.

Recientemente, México se ha tenido que poner en plan de negar su historia diplomática y plegarse al interés gringo respecto al problema en Europa del Este. No condenar enérgicamente el genocidio que se perpetra desde 2014 en el Donbass y solamente condenar, sin más, la intervención de Rusia en esa región es ignorar la historia, el contexto y los acuerdos de Minsk referidos a la paz y neutralidad en Ucrania, mismos que Rusia ha solicitado en múltiples ocasiones que se cumplan mientras la ONU voltea para otro lado.

Nuestro país debe recuperar la seriedad y pertinencia de la política exterior basada en la Doctrina Estrada, de la que curiosamente China dio muestras al subrayar la necesidad del diálogo en la solución de conflictos.

Nadie puede ignorar que desde que terminó la Segunda Guerra Mundial, EEUU ha intervenido en la gran mayoría de los conflictos y que ha provocado guerras y golpes de estado de acuerdo con sus intereses. Es público y notorio que este país ha mentido y manipulado cuantas veces ha querido, tratado de justificar sus agresiones (Afganistán, Irak, Libia, por mencionar algunos). Aquí es claro que el Derecho y los acuerdos internacionales se los pasan por el forro y que tenemos un modelo imperialista promovido y encabezado por EEUU.

Naciones como Alemania, España, Francia, Reino Unido, Canadá y otros de la Europa Central y del este actúan como comparsas, como mascotas en espera de las croquetas de EEUU (actitud que comparte Japón, por mencionar alguno oriental). Tristes mascotas de un sociópata megalómano y venenoso que lo mismo siembra bases militares, financia y entrena terroristas que desarrolla armas biológicas con el pretexto de buscar curas, antídotos y vacunas. Un país que es capaz de apoyar y financiar a gobiernos dictatoriales, fascistas, y grupos terroristas según convenga.

El mundo está patas arriba, pero algunos llaman a este desorden “estilo de vida”, democracia, libre comercio y diplomacia, pero debe recuperarse la memoria y aprender de la historia política y militar del siglo XX y el presente. Urge replantear la política exterior nacional e internacional. Urge.