Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

sábado, 30 de mayo de 2009

Se levanta la huelga del STEUS



Hoy, a las 5 de la tarde, se quitaron las banderas rojinegras y se entregaron las instalaciones a las autoridades universitarias. El sindicalismo universitario demostró consistencia, voluntad de ser respetado pero también de respetar y así fue: el voto mayoritario de los agremiados decidieron el levantamiento de la huelga: 780 a favor, 325 en contra y 5 votos nulos. De lo demás, queda la memoria.
Las clases se reanudarán el lunes. Desde luego, se espera puntualidad de parte de los actores esenciales del drama educativo: profesores y estudiantes.
Felicidades STEUS. Felicidades UNISON.

viernes, 29 de mayo de 2009

La página


La página de la Universidad de Sonora, se ha convertido en una vulgar gaceta que recoge los desatinos de la administración y que pretende hacerlos pasar por logros, argumentos, razones y verdades, utilizando entrevistas a personajes de sectores ajenos a la universidad y que, sin embargo, se toman la libertad de opinar acerca de ella y sus problemas, libertad concedida y propiciada por las propias autoridades universitarias.
El micrófono que le ponen enfrente a un personaje de la iniciativa privada, es una herramienta que consuma la escasa voluntad de la administración por conciliar los diferendos internos y, en cambio, concitar voluntades ajenas a la institución e ignorantes de las circunstancias institucionales.

Se cae en la vulgar repetición de argumentos en contra de la huelga, en forma de descalificaciones al sindicato e insinuaciones dolosas acerca de la transparencia de la dirigencia sindical en la comunicación de los avances en las negociaciones, se parte del supuesto de que la palabra escrita y las declaraciones de representantes de la clase patronal, son lo suficientemente convincentes como para hacer ceder a los sindicalistas universitarios, en una lucha mediática en donde se parte del principio de que una mentira repetida mil veces se convierte en verdad.

En este caso, la opinión pública recibe diariamente el impacto de notas redactadas con la intención de que algo quede en su conciencia, en su memoria y que, una vez tomada por cierta, la reproduzca en sus relaciones cotidianas. Y qué mejor que a través de la propia página web de la institución, además de la campaña orquestada en los medios como prensa escrita, radio y segmentos informativos en los canales locales de televisión.

Sin embargo, somos una sociedad informada, que poco a poco hemos aprendido a discernir lo que es verdadero de lo que no es. Estamos conscientes de que muchas de las notas contra el movimiento de huelga y las que insisten en el tema de las clases extramuros, carecen de fundamento, magnifican ciertos aspectos mientras que minimizan otros. Se parcializan los hechos y se deforma la realidad al gusto del "cliente", del usuario intencionado de los medios a cambio de los beneficios de ponerse del lado de quien puede pagar, en efectivo o en especie, los favores de una prensa que dejó la ética en el basurero.

Como quiera y cuando quiera que termine este conflicto laboral, lo que no parece estar por concluir es el malestar que se siente de manera cada vez más generalizada entre los universitarios, respecto a la escasa voluntad de gestionar los recursos necesarios para lo que pudo haber sido la pronta solución del problema.
Estos días y semanas han servido para ver la verdadera cara de muchos, para conocer la verdadera catadura de quienes tiene la responsabilidad, no cumplida, de proveer lo necesario para que la institución funcione, conforme a derecho, con respetuosa civilidad, con un verdadero espíritu universitario, resistente a los encantos del logro fácil, a la inescrupulosa presión mediática de quienes se alejaron de la universidad estando en el oficio de dirigirla.

miércoles, 27 de mayo de 2009

De Kafka y otros cuentos


Las notas periodísticas abundan en elementos que nos hacen recordar a Franz Kafka y pensar que, probablemente, un funcionario universitario de la actualidad hubiera sido un buen personaje de alguna de sus obras, lo que aplica también para algunos maestros. Lo anterior tiene por fundamento lo siguiente:

Arturo Ojeda de la Cruz, secretario general administrativo, dijo que la universidad realizó gestiones con otras instituciones para dar clases fuera de la institución, lo que no trastoca el estado actual de huelga puesto que el STEUS tiene suspendidas sus labores y los docentes reciben y mantienen su sueldo y prestaciones.

Eusebio Pillado, director del sistema Cobach de Sonora, accede aprestar algunas aulas en “solidaridad” con la Unison.

Manuel Tapia Fonllem, presidente de la Comisión de Derechos Universitarios (organismo de la administración), ha emprendido una campaña en los medios de comunicación en apoyo a la posición expresada por la administración universitaria, en el sentido de que la impartición de clases fuera del campus universitario no afecta el derecho de huelga.

Alfredo Padilla Barba, médico jubilado del Seguro Social, da clases de cardiología en la iglesia “Resurrección” de la colonia Las Quintas, por apoyar a los estudiantes para que no pierdan el semestre, aunque reconoce que no se cuenta con el equipo necesario.

Francisco Obregón, coordinador del programa de comunicación del departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, se comunica por correo con los maestros del área y les pide que reporten avances y necesidades de espacios físicos para gestionarlos.

Por el otro lado, subrayo estos ejemplos:

Docentes de la unidad sur de la Unison, con sede en Navojoa, comenzarán a impartir clases en las banquetas frente al campus universitario, luego que fue rechazada la posibilidad de dar clases extramuros, “ya que se estaría violando el contrato de trabajo”. Los maestros solicitan a los alumnos presentarse frente a las instalaciones de la Unison, así como llevar silla y agua.

Sergio Barraza, secretario general del STAUS, declara que: Resulta ilegal que los docentes impartan clases por fuera de la Universidad de Sonora, cuando la institución tiene estallamiento de huelga por parte del Steus, y reiteró el llamado a sus agremiados para que no den clases extramuros. La administración debe resolver el problema de fondo.

Carlos Miguel Luna Zavala, estudiante de Ingeniería Electrónica, señala que los alumnos no cuentan con la infraestructura, equipo, materiales y talleres que se encuentran en la Universidad de Sonora, donde deben asistir a clases. Señala que “las clases extramuros son una ofensa para los estudiantes, dar clases en una preparatoria que no tiene la infraestructura de la Universidad es sacarle la vuelta al problema”.

La maestra Lilia Encinas, responde el correo de Francisco Obregón y le dice: “… Creo que nuestra postura ante el legítimo movimiento de huelga debe ser de respeto por la instancia más enérgica capaz de ejercer presión, como lo es la suspensión de labores. Entiendo y comparto su preocupación por la afectación que esto implica para nuestros estudiantes ante el riesgo de perder el semestre, pero la responsabilidad de que esto no suceda así, no se encuentra en sus manos ni en las nuestras como profesores. En todo caso, creo que es momento de tomar una postura como sindicalistas que somos y exigir con mayor energía la pronta solución a este movimiento. No creo que terminar abruptamente este semestre, por la vía que sea, constituya la alternativa más eficaz. En todo caso, nuestro compromiso deberá ser que una vez solucionado el conflicto, el calendario escolar sea ajustado para recuperar el tiempo perdido. Por último, no debemos olvidar que con nuestra conducta damos un ejemplo a nuestros estudiantes, motivo por el cual le recuerdo la consigna muchas veces expresada en nuestras marchas: “EL MAESTRO LUCHANDO, TAMBIÉN ESTÁ ENSEÑANDO”

Como usted pudo ver, los derechos de los trabajadores (y las disposiciones contenidas en la ley federal del trabajo) parece una materia sujeta a la conveniencia de una administración que finge funcionar, y que aprovecha la situación para restregarles a los maestros que siguen recibiendo su pago. Si hubiera tiendas de raya como en el porfiriano, seguramente la obligación de pagar a los trabajadores aun en estado de suspensión de actividades docentes se consideraría, desde esta óptica, como una graciosa dádiva que puede esgrimirse como reproche, chantaje y elemento de presión. Parece que olvidan que existen los contratos, el respeto bilateral a las condiciones de trabajo, la obligación de la administración de seguir pagando sueldos porque los maestros no son responsables de la suspensión de las actividades institucionales. No es válido argumentar que se pueden separar, en estado de huelga, las funciones sustantivas de las adjetivas. La institución está en huelga. Es un hecho legal y factual.

Parecen olvidar que huelga se define como la interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta. En este sentido, la huelga no se ejerce de a poquito, parcialmente, ciertas actividades sí y otras no. Si la universidad está en huelga, deja de funcionar, sustantiva y adjetivamente, hasta que se allanan las diferencias entre sindicato y administración.

Si, por otra parte, se reconoce que la impartición de clases fuera de la institución viola el derecho de huelga, quizá haya que aclarar que “extramuros” significa fuera de los recintos universitarios y, evidentemente, la banqueta frente a las instalaciones ya está extramuros, fuera del perímetro universitario por más que sea la banqueta de enfrente. Con más razón si esto se hace en una iglesia, en aulas de las preparatorias del sistema Cobach, o en plazas o parques.

¿Usted cree que se rescata el semestre dando clases en medio de la improvisación de espacios? ¿Qué clase de farsa se perpetra dando clases de cardiología a un grupo de medicina, en las instalaciones de una iglesia, con estudiantes hechos bola, apoyados en reclinatorios o sentados en sillas de sacristía? ¿Qué corazón es el que estudian? ¿El sagrado corazón de Jesús?
En serio, ¿usted cree que así se aprovecha el tiempo y se puede sacar el semestre, fuera de las instalaciones y sin los equipos necesarios que existen en el campus universitario? ¿No le huele a engaño? ¿Se pondría en manos de un médico que estudió en algún rincón de sacristía, de puras oídas, sin los medios adecuados para su aprendizaje?

Ha trascendido que en algunas carreras se les pide a los profesores que ya reporten calificaciones, para “terminar el semestre” a tiempo. Se de buena fuente que en Artes está ocurriendo algo así. ¿Se cumplen los programas en condiciones apropiadas o, simplemente, se finge que se cumplen? ¿De qué tamaño es la calificación que merecen y qué tan confiables son los resultados de las evaluaciones hechas sobre las rodillas?

En suma: ¿importa realmente no perder el semestre, la calidad de la educación impartida, o simplemente se aparenta, se engaña al lector de periódico, al que escucha los chismes en la radio? Puedo decirle que la mejor forma de perder el semestre es tomando clases ficticias en planteles que no son los universitarios. Es evidentemente un engaño que solamente obedece a la consigna de la administración, en su ridícula pretensión de ponerse por encima de la academia, ignorando las condiciones específicas que la docencia requiere para funcionar sin que sea farsa.

Con las acciones mediáticas emprendidas por la administración, la universidad queda reducida a una entidad kafkiana, sumida en la irrealidad de una mente disfuncional, ajena a su propia naturaleza y omisa de su propia responsabilidad. El gobierno del Estado, por su parte, está sumido en los avatares de una solidaridad prestamista de espacios en preparatorias que resulta violatoria de derecho de los trabajadores, porque se pone de parte de las autoridades y deja de ser un árbitro confiable. ¿Por qué no respetar el derecho a huelga y pugnar por un pronto arreglo entre las partes?

martes, 26 de mayo de 2009

Autismo social

La Ley Federal del Trabajo contempla el derecho de huelga y prohíbe que por cualquier medio sea coartado, toda vez que lo considera un mecanismo de defensa de los trabajadores mediante el cual se manifiesta una protesta o un reclamo. La legalidad de la huelga es indiscutible y se sujeta a las condiciones que la propia ley establece.

Si la huelga que actualmente mantiene paralizada parcialmente (porque se realizan inscripciones y la institución sigue participando en actividades deportivas y demás) a la Universidad de Sonora es legal, ¿cuál es la idea que anima al Gobierno del Estado, a través de la dirección del Cobach, para generar las condiciones materiales para el rompimiento de la huelga? ¿Nada ni nadie por encima de la ley?

Los lectores de la prensa local se han dado cuenta que en Medicina, por ejemplo, se dan clases en un templo, ha trascendido que están tomando clases en los hospitales Cima y San José; algunos maestros, por ejemplo de Contabilidad, presionan a sus alumnos a reportar trabajos por internet, en Psicom, Francisco Obregón presiona a los docentes para que den clases virtuales, lo que ha provocado la negativa de muchos. Asimismo, la dirección del STAUS, ha advertido tanto a los docentes como a las autoridades administrativas de la Unison, que permitir actividades académicas el ilegal, además de constituir una salida falsa al conflicto.

El hecho de que Héctor Escárcega Urquijo, director de Servicios Escolares de la Unison, y Eusebio Pillado, director del Sistema Cobach Sonora, hayan acordado el préstamo de espacios para impartir clases en los planteles Reforma y Villa de Seris (seis aulas en cada uno), solamente se puede traducir en que la administración central universitaria y el Gobierno del Estado, han constituido una asociación delictiva para cometer ilícitos laborales, específicamente nulificar en los hechos el derecho constitucional de los trabajadores en huelga.

Tan grave atropello invita a meditar acerca del papel que pretenden representar los miembros del sindicato de maestros que violan un precepto elemental del sindicalismo y son omisos en la solidaridad gremial hacia el sindicato universitario que está en huelga, el STEUS. ¿Será tanta la conciencia de ser empleados títeres de las autoridades y tan escasa la identidad sindical de ellos? ¿No entenderán los que ahora son autoridades menores que primero son académicos y luego aspirantes a seguir recibiendo un complemento administrativo vergonzoso? ¿Qué idea tendrán de la autoridad y del derecho? ¿Sabrán que las acciones en las que participan son ilegales y lesivas a los trabajadores sindicalizados? Cuando dejen el triste puestecito administrativo, dizque de confianza, ¿volverán a asistir a las asambleas sindicales a pedir el apoyo del sindicato para resolver problemas que les afecten? ¿Reclamarán derechos sindicales los que ahora los violan escudados en la peregrina sensación de que son “autoridad”?

Parece razonable señalar a la dirección sindical que aquí están perfectamente configurados actos contrarios al sindicalismo universitario, por otra parte, previstos en los estatutos gremiales. ¿Actuarán en consecuencia?
Mientras esto ocurre, vale la pena repasar cómo le ha ido al sindicalismo sonorense en tiempos del neoliberalismo vacuno. ¿Se ha resuelto la huelga de la Universidad Tecnológica de Hermosillo? ¿La de Cananea? ¿Le encuentra sentido a la situación de los VH? ¿Cuál ha sido la actitud de las autoridades de Educación, de Economía, dónde ha estado la legalidad, el respeto a los trabajadores? ¿Hay idea de cómo impulsar la economía estatal, más allá de recibir prostibulariamente inversión extranjera que, entre otras cosas, pone en riesgo la soberanía nacional, considerando nuestra situación de estado fronterizo? ¿Ha habido capacidad por parte de la clase empresarial para generar fuentes de trabajo permanentes y con cobertura social?

Lo cierto es que no tenemos elementos para afirmar que las cosas se han hecho bien, o por lo menos conforme a las obligaciones señaladas en la Carta Magna, nacional y local. En la práctica, se violan los derechos de los trabajadores, importa un rábano la educación, no se protege al estudiante apoyando a las instituciones educativas, no se fomenta el empleo, la investigación y el desarrollo, porque se prefiere la salida fácil de las maquiladoras donde no se necesita mucho estudio, donde solamente se trata de tener operarios medianamente capacitados y ya estuvo.

Lo anterior nos hace ser un estado perdedor, sin razón alguna para preocuparse por la “excelencia académica”, sin incentivos para la inversión productiva local o nacional, sin idea del futuro como estado próspero y nación independiente, sin amor a la camiseta salvo aquella diseñada en el exterior e importada sin pago de aranceles. Sonora, así como lo vemos, es un estado llevado entre las patas de los caballos, víctima de una conspiración de la impunidad contra el imperio de la ley, en casi todos los frentes.

La Universidad de Sonora, a través de sus autoridades administrativas, con las acciones recientemente emprendidas, ha demostrado su nula vocación por la legalidad y una inclinación al más ramplón de los pragmatismos, en una especie de autismo social, lo cual dificulta enormemente la posibilidad de un diálogo que permita llegar a acuerdos valederos. ¡Qué pena!

lunes, 25 de mayo de 2009

Ataque


La sociedad sonorense parece ser víctima de un súbito ataque de estupidez, considerando la indolente actitud de muchos ante la huelga de la UTH, Cananea, Unison, por ejemplo. Parece que hay un desprecio profundo hacia los trabajadores y el sindicalismo, de manera que nada conmueve a la sociedad para salir en defensa del trabajo y las garantías sociales y económicas que debieran disfrutar quienes hacen posible que las instituciones marchen, que los servicios se presten, que la economía funcione.

Al contrario, las fuerzas del oscurantismo porfiriano se levantan airadas contra los trabajadores, se les llama holgazanes, se desprecia y minimiza su reclamo de mejores consiciones de vida, se ataca y denosta su lucha, que es, o debiera ser de todos.

¿Por qué simples empleados se sienten propietarios y actúan como si fueran los altos empresarios frente a sus trabajadores? ¿Qué extraña locura hace que algunos que se dicen estudiantes, decidan ponerse al lado de la clase patronal y señalar con el dedo a los sindicalistas, cuando reclaman lo que se natural que se reclame? ¿Pues qué piensan que nunca van a llegar a verse reflejados en ese espejo?

Me parece que es tiempo de solidarizarse con la clase trabajadora, estar conscientes de que somos los mismos, que nuestro destino es luchar contra la explotación y los excesos del capital, cuando no de un replanteamiento en serio de la economía y la visión de la sociedad que tenemos y la que queremos.

Los llamados a romper la huelga del STEUS son una expresión clara, diáfana, de esa típica intolerancia fascista al mejoramiento de los trabajadores, con libertad, con equidad, con justicia social plena.

La derecha siempre será así de torpe, así de burda, así de ignorante, por lo que se debe redoblar el esfuerzo en la educación para formar ciudadanos mejores, y una buena lección es la de apoyar la huelga, defendiendo los derechos de los trabajadores.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Silencio inconveniente

Mientras que todo mundo se siente obligado a opinar acerca del conflicto de moda, que es el de la huelga universitaria, el gobernador del estado permanece atrincherado en el respeto a la autonomía universitaria, mientras que el rector cuya fecha de caducidad se acerca, lo hace atendiendo la política de topes salariales de la entelequia llamada gobierno federal. En medio de este arco iris de evasión de competencias, están los trabajadores en huelga y los estudiantes y profesores que hacen ejercicios mentales acerca de cómo pudieran contribuir al desenlace esperado que, connotaciones más o menos distantes, se pudiera expresar como la reanudación oficial de las actividades.

El grito de “volver a clases” expresado en algunos espacios informativos como “Entre todos” y los contratados ex profeso por parte de los diversos organismos del empresariado sonorense, se volatiza en el aire con una facilidad pasmosa, toda vez que la supuesta defensa de los estudiantes cae por su propio peso si se ve de cerca: los organismos patronales no han demostrado que les interese mucho favorecer a los egresados de la UNISON o de cualquier institución pública por el simple detalle de que (mayormente desde el foxismo) prefieren egresados de las escuelas privadas.

El desgarre de vestiduras y las lágrimas de cocodrilo de los canacos y demás congéneres de la iniciativa privada de guarache, cuando no de botitas y sombrero tejano, resulta ser una triste parodia de un sentimiento de solidaridad que no tienen pero si usan para engañar y confundir. Lo cierto es que hay bastante apatía en la solución de los problemas laborales en el estado de Sonora, hay escasas garantías de que los trabajadores remonten el absurdo tope salarial que el gobierno de Calderón ha impuesto, siguiendo la mejor tradición de hacer que los trabajadores se aprieten el cinturón mientras que los empresarios siguen engordando, a pesar de su ya proverbial ineptitud, a pesar de que todos sabemos su indomable incapacidad para generar empleos, a pesar de ser los más favorecidos a la hora de otorgar dinero para “rescates” y la conversión de deuda privada en deuda pública.

Los trabajadores en huelga están poniendo en evidencia la falta de una política económica correcta y una distribución del producto justa, pero también están haciendo un llamado a la conciencia ciudadana para que, de la manera que sea posible, se apoyen sus demandas. Hoy es el caso de la UNISON, pero también está el de Cananea y, cabe aclararlo, no son los únicos.

Si se quieren dar pasos hacia una solución definitiva, lo primero que habría de hacerse es tomar conciencia de lo que cuesta mantener a una familia, y darse cuenta de que las “condiciones normales” han pasado a ser situaciones de crisis recurrentes y ampliación de la dependencia del país hacia agentes económicos externos, a ciencia y paciencia del gobierno, por no decir que con su diligente colaboración en favor del capital trasnacional. ¿Por qué no replantear el modelo económico y decidir a favor del financiamiento de la educación y del desarrollo de la ciencia y la tecnología nacionales?
Queda para constancia histórica que durante los gobiernos neoliberales, sobre todo los dos últimos panistas, la educación no ha merecido el apoyo presupuestal del gobierno, y no existe algo que pudiera llamarse inversión en ciencia y desarrollo, de manera que el interés por el futuro de los estudiantes universitarios de Sonora no suena ni sincero ni siquiera probable, a juzgar por los datos duros de la realidad educativa local y nacional.

Lo que se esconde tras la farsa de la defensa de los derechos estudiantiles por parte de despistados a modo y jilgueros de la patronal es, simplemente, un intento más de desvirtuar el sindicalismo y atacar sus principios y mecanismos de acción. El ofrecer espacios para que se “den clases” no es otra cosa más que el intento de manipular la desesperación, inducida o auténtica, de los estudiantes para romper la huelga, pasando por encima del derecho que les asiste. En el mismo sentido, la orejana idea de dar clases virtuales, incorporando al asalto a los derechos laborales la ilusión informatizada de una normalidad que no se va a dar mientras no se llegue a la mesa de las negociaciones con la voluntad de allanar los puntos en conflicto.

En suma, no ha habido voluntad para favorecer el avance educativo en Sonora y la mejor formación científica y tecnológica, a partir de que tenemos un gobierno federal inepto y dependiente del exterior, un modelo de política económica fracasado y carencia de voluntad para realizar los cambios urgentes y necesarios en la economía nacional que permitan nuestro desarrollo. La iniciativa privada permanece colgada de la brocha ideológica del neoliberalismo y resulta incompetente para generar empleo y bastante aplicada en producir pérdidas que son encubiertas por el gobierno y que se traducen en deuda pública. Los problemas sociales se agudizan porque lo hacen los de carácter económico en su dimensión personal y familiar, de manera que el empleo para los futuros profesionistas es una ficción más del neoliberalismo. Ningún egresado universitario, con o sin huelga, tiene seguro el empleo, de hecho, no lo tiene.

La huelga, en este contexto, es un fenómeno social y político que no se resuelve negándolo o atacándolo, sino analizando sus causas profundas y tomando las medidas que sean necesarias. El gobierno y la clase patronal no lo han hecho. No lo harán voluntariamente. Se necesita un fuerte movimiento ciudadano de apoyo a los trabajadores, que sea capaz de cambiar el rumbo de la política laboral mexicana. Podemos empezar con Cananea, con la Universidad de Sonora, por ejemplo.

Benedetti


Mario Benedetti (Paso de los Toros, Tacuarembó, Uruguay, 14/09/1920-Montevideo, Uruguay, 17/05/2009), escritor, poeta y ensayista, murió el domingo pasado, dejando una extensa obra y el recuerdo de ser un buen hombre, socialmente comprometido, amante de la libertad y la justicia.

Descanse en paz.

sábado, 16 de mayo de 2009

Los maestros


Se dicen muchas cosas acerca de los maestros y la labor que realizan. Se habla del apostolado docente, del papel transformador de la educación y del educador, de la sacrificada labor del super-hombre que es el profesor, entre otras cosas.

Pero casi no se menciona que el maestro es un profesional que ejerce un trabajo complejo, tan complejo como tratar con otros seres humanos en un entorno académico. Como todo profesionista, el maestro recibe un ingreso y debe pagar impuestos, los gastos del hogar, la manutención de una familia: la educación de sus hijos, el vestido, la alimentación, gastos de salud, entre otros.

El profesional de la educación está sujeto a los mismos compromisos económicos que cualquier ciudadano normal, vive y padece de los errores del sistema, sus inequidades; sufre la angustia de deber y no poder pagar, padece de gastritis, colitis y úlceras, sufre de estrés, ve afectados sus nervios y puede caer en depresión.

Mientras que la sociedad reclama mejores maestros, ignora o, de plano, rechaza una demanda que viene del docente: mejores salarios y condiciones de vida decorosas, respeto a la profesión y apoyo a la educación pública.

El profesor puede ser un apóstol, un padre sustituto, un ejemplo a seguir, pero nadie acepta un hecho concreto: el docente es un ser humano que necesita ganar dinero para vivir. ¿Se podrá celebrar el día del maestro sin discursos que omiten la realidad del docente? ¿Se podrá establecer el compromiso por parte del gobierno de apoyar sin cortapisas la educación pública? ¿Podrá el gobierno respetar en estricto el artículo 3o constitiucional? ¿Dejará de impulsar la privatización de los servicios educativos?

Sería un buen principio el respeto a los maestros, el reconocimiento a su condición humana, a las necesidades que tienen que satisfacer en lo personal y lo profesional, sin demagogia, sin cursilerías, con objetividad.

viernes, 15 de mayo de 2009

Posición patronal


Parece empeñado el presidente del Consejo Empresarial de Sonora, Víctor Arriola Mayer, en demostrar que la clase patronal sonorense es, por decir lo menos, inculta y refractaria a los derechos laborales de los trabajadores. Su insistencia en romper la huelga de la UNISON utilizando a estudiantes manipulables y docentes sumisos cuando no venales, raya en lo patológico al ofrecer espacios donde dar clases.
Para su información, la suspensión de actividades docentes y administrativas se debe a que los trabajadores están ejerciendo su derecho a huelga, consagrado en la legislación laboral mexicana.
Con esta clase patronal, queda claro que los derechos de los trabajadores y el régimen de seguridad social mexicano pasa sus peores momentos, habida cuenta que las víctimas de la mendacidad patronal no debieran ser los trabajadores. La iniciativa privada mexicana ha demostrado su absoluta incompetencia para generar empleos, garantizar el ingreso de los trabajadores que les permita una vida digna y decorosa. Los empresarios han preferido entregarse a los inversionistas extranjeros y hacer de prestanombres cuando no de simples gerentes sin mayor presencia en el destino de las empresas que la de ser oficiosos bufones de la trivialidad patronal. Se han refugiado en el Fobaproa, el Ipab y en otros programas de rescate a la ineptitud empresarial, han vivido de la prodigalidad gubernamental y del hambre de los trabajadores. En ese sentido, no tienen calidad moral para dar consejos a la universidad ni mucho menos a los estudiantes y trabajadores universitarios.
Son unos patéticos perdedores en el juego que decidieron jugar sin mayor habilidad más que la de bajarse los pantalones.
Pero, gracias al señor Arriola Mayer, por darnos esta lección de venalidad, incompetencia y pérdida del sentido del ridículo que manifiesta tan desparpajadamente y que, desde luego, no pedimos.

jueves, 14 de mayo de 2009

Comentario sobre la huelga universitaria


La huelga en la Universidad de Sonora ha durado lo suficiente como para que se despierten ciertas susceptibilidades. El sindicato STEUS reclama mejores condiciones salariales y la administración responde con que ya se ofreció lo que se podía ofrecer, en incluso hasta más de lo que han obtenido otras instituciones. ¿Deben entonces los sindicalistas universitarios estar agradecidos con la administración que se proclama generosa en exceso, comparativamente hablando?

Si usted es trabajador, seguramente me entenderá si le digo que los logros de los sindicalistas son los logros de cualquiera que pretenda vivir mejor en un contexto en el que se menosprecia el trabajo y se privilegia el capital. Lo que logre un sindicato de aumento en salario y prestaciones es un buen antecedente para los demás, ya que la política neoliberal actual tiende a legitimar cuadros de explotación de los trabajadores que eventualmente significan no sólo depauperación, sino disminución de la calidad de vida de los trabajadores en salud, vivienda, alimentación y educación. O, ¿cree usted que el aumento frecuente de los precios en los alimentos, medicinas, artículos para el hogar, ropa, gastos de educación, no merecen una respuesta por parte de los trabajadores? ¿Considera usted justo que los consumidores sean obligadamente sujetos pasivos que solamente tengan por salida pagar lo que sea por vivir con cada vez menos? ¿No le huele esto a explotación, a una forma maquillada de esclavitud?

Si usted se declara a favor de la esclavitud, entonces, ¿cuál es su posición en la vida? ¿Vive como un sultán, rodeado de lujos y le vale gorro el resto de la humanidad? En este caso se entiende que ataque furiosamente a los trabajadores cuando ejercen un derecho, una acción contemplada en las leyes del Estado mexicano. Se entiende pero no se justifica, porque justificar ese desprecio a la realidad de los que menos tienen resulta patológico, inhumano, el colmo de la ceguera social. Si es ese el caso de usted, decídase a declararse enemigo de la clase trabajadora y siga criticando a los sindicalistas. Si no, entonces escuche con calma lo que reclaman los trabajadores y los pretextos que ponen los patrones. Encontrará en esto la idea de culpar a los propios perjudicados por la política neoliberal del fracaso del modelo económico que nos tiene en este trance.

Actualmente se observa un fenómeno curioso de manipulación, de y en los medios de comunicación, sea prensa escrita o electrónica. Los programas de radio con línea abierta al público hacen su agosto denostando al sindicalismo, insistiendo en la perversidad de los dirigentes y en lo exagerado de las peticiones. Además de esto, insiste en que los estudiantes busquen romper la huelga por los medios posibles, buscando sembrar el temor de perder el semestre y alentando salidas neuróticas como tomar clases extramuros. El fin es solamente uno: romper en los hechos la huelga y declarar nulo el derecho de los trabajadores.

El anti-sindicalismo está de moda en este país, a partir del sexenio de Fox y de la fase panista del neoliberalismo de huarache que azota a México y otras partes del continente. Y en buena parte se debe a la pérdida de conciencia sobre los problemas sociales que tienen como raíz la economía. La población nacional a pesar de ser víctima de explotación, de marginación, de engaño y manipulación sigue con la idea de que la autoridad tiene la razón y que es mejor soportar cristianamente que revelarse contra la opresión.

Poner la otra mejilla ante la falta de oportunidades, de empleo, de ingreso, de calidad de vida, parece ser, según los nuevos apóstoles de la dependencia, la actitud políticamente correcta que se espera de la población. Pero, con esta actitud beatífica, casi monástica, colmo de la austeridad, del sacrificio y la auto-aniquilación, ¿se generarán los empleos necesarios para que su hijo estudiante pueda trabajar cuando egrese de la universidad? ¿Se ha puesto a pensar que si ahora usted ataca al sindicalismo y declara injustas sus demandas, su hijo mañana será una víctima más de la opresión patronal?

En realidad, ahora mismo sus hijos son víctimas de una agresión a veces no tan sutil y no es, aunque usted no lo crea, la derivada de la falta de clases por motivos de huelga. La manipulación que subvierte la inteligencia de los estudiantes es simplemente la política terrorista que infunde en ellos el temor de perder el semestre, de ver coartadas sus aspiraciones de terminar una carrera. Esa es la idea dominante y que tiene como fuente la acción de los medios de comunicación pero también la actitud de las autoridades universitarias sobre el conflicto.

La administración ha dado en reunir estudiantes para explicarles lo que bien pueden leer en la prensa, y hacerles creer que los culpables de la suspensión de clases son los sindicatos, con lo que validan el ataque sistemático al sindicalismo y, por ende, a la clase trabajadora organizada. ¿Tienen caso las reuniones con jóvenes que se exponen a la manipulación por parte de la autoridad representada por el rector? ¿Ignoran que los jóvenes son dignos de respeto y que resulta de pésimo gusto servirse de ellos para el logro de objetivos políticos que los rebasan?

Cuando el que escribe era estudiante universitario, le tocó vivir el drama de la primera huelga universitaria cuando el STEUS luchaba por conseguir su reconocimiento. La huelga, llamada “huelga grande”, duró tres meses. Los estudiantes decidimos apoyar al sindicato y los apoyamos en todo, sin interferir en los asuntos internos, pero conservando siempre la presencia estudiantil en marchas y otras formas de apoyo contra la prepotencia de la administración universitaria. Lo que le quiero subrayar es que no se perdió el semestre: concluimos nuestros estudios y seguimos adelante.

Quisiera hacerle una última consideración: las luchas de los trabajadores de hoy serán las formas en que el camino de sus hijos fue allanado, cuando ya adultos estén en el mercado laboral. Cada lucha, cada logro, será abonado en la cuenta de los futuros trabajadores. En este sentido, el sindicalismo universitario trabaja para el futuro de sus hijos, de nuestros hijos.

Por último, el sindicalismo corrupto es el que se vende al mejor postor, el que conspira contra el trabajador, el que se pliega a los intereses del capital, el que busca negociar en lo oscurito beneficios personales, el que traiciona a los trabajadores sentándose en la mesa de las autoridades a título personal.

domingo, 10 de mayo de 2009

Día de las madres

El día de las madres siempre permite recuperar algunos episodios archivados en la memoria, particularmente relevantes en lo personal. Por ejemplo, la relación entre el concepto “madre” y “patria”, fundiéndose la perspectiva social e histórica con el origen de la vida personal de quien rememora. Celebramos a la madre, desde la humilde convicción de que somos hijos, producto de la relación paterna, formados en el vientre de la madre y amamantados por ella, protegidos, amados y educados por ella, como transmisora de los valores y principios de nuestra cultura familiar y social.
La patria, en cambio, nos ata a la historia, a la cultura, a las costumbres, al pasado común como sociedad organizada políticamente. Nos ata al territorio y nos hace sabernos parte de una población que tiene un destino común, del que, en una u otra forma, todos somos responsables.
Madre y Patria son, hoy por hoy, los ejes de nuestra vida en términos de pertenencia afectiva, de ideal moral, que nos protege y defiende en la medida en que lo protejamos y defendamos cada día, sin perder la memoria, sin dejar de perseverar en el esfuerzo individual y colectivo de seguir siendo mexicanos, es decir, de seguir reconociendo lo que somos, lo que debemos ser.
El día de las madres nos permite recuperar la memoria de lo que somos, de nuestro origen, de nuestro destino, de los valores que debemos defender y respetar. ¡Felicidades!