Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

domingo, 26 de junio de 2022

La política es disfuncional

 

"En política lo importante ni es tener razón sino que se la den a uno" (Konrad Adenauer).


Pues tal como se esperaba, la ONU, este mastodonte de cartón dirigido por EEUU, ve con preocupación la posible hambruna ocasionada, dice, por la invasión a Ucrania.

Ahora, si la invasión de Rusia a Ucrania fue por el simple placer de invadir y hacerse con el territorio ucraniano, estaríamos de acuerdo con condenar la viciosa actitud y los terribles costos de la mala acción, pero no.

Rusia ya tenía chueca la boca de decir, en cualquier foro internacional, que debían respetarse los acuerdos de Minsk, que garantizaban la neutralidad de Ucrania y el respeto a las llamadas líneas rojas que marcaban los límites del avance de la OTAN: Rusia no quería instalaciones ni iba a permitir avances militares de la OTAN en sus fronteras.

Como les valió gorro la advertencia-reclamo-petición rusa y la siguieron cercando, orquestando constantes ataques genocidas contra la población del Donbas (cuenca del Donets, región oriental de Ucrania de población rusoparlante), el Kremlin había aguantado pacientemente desde el año 2014 hasta el momento de la intervención, la grosera intervención de los gringos, la insidia en la Unión Europea, las mamadas y el silencio cómplice de la prensa occidental, hasta que dijo basta y se dio la intervención.

Ahora, como vemos, el desastre económico y político global creado por el intervencionismo militar de EU y la OTAN y la sebosa complicidad de los países arracimados en la UE, tiene un culpable: Putin, padre de la desestabilización mundial, autor de la inflación en EU, y de la hambruna mundial.

La enorme incapacidad autocrítica de quienes las mandan tocar en el mundo según Washington es más que evidente, como lo es también el fracaso de la reciente juntada de cuates de los gringos llamada “cumbre mundial” celebrada en Los Ángeles, California.

Lo que también es evidente es el hecho de que los países, particularmente los latinoamericanos, deben entender que la unipolaridad dominada por el Norte debe terminar. Estamos ante la urgente necesidad de reconocer un mundo multipolar como el ideal y vivible, por razones de estricta legítima defensa. Sin lugar a duda, México debe mirar hacia el Sur.

En otro asunto, el agua se ha convertido en el recurso más codiciado por muchas empresas que mastican el inglés para dar a entender su origen y propósitos, apoderarse del líquido pro aquello de desarrollar la región, generar empleo e hincharse de dinero al final del día… cada día.

México y Sonora parecen ser entidades donde la necesidad de atraer inversiones está por encima de proteger los recursos estratégicos disponibles para el beneficio de la población actual y futura. La política de concesiones recuerda el reparto de volantes de baratas de temporada, con precios “a rajatabla” y facilidades de pago. Sólo que no es lo mismo vender artículos que quedaron rezagados en los inventarios a liquidar los recursos nacionales a las empresas que depredan éste y otros continentes.

El pretexto de la generación de empleo habla de la pobreza de la iniciativa privada nacional, mezquina y ratonera que prefiere no arriesgar, no pagar impuestos y engordar gracias a la corrupción que se niega a morir.

En Sonora se concede agua a las empresas cerveceras, refresqueras, fraccionadoras y se pinta un violín a las familias y comunidades que carecen de agua potable suficiente y bastante, generando un problema social y político que puede estallar en cualquier momento.

Lo anterior permite suponer que las desigualdades se van profundizando por no tener claro el valor de los recursos ni las necesidades de las personas, pero todo sea por “generar empleos”.

Por otra parte, los problemas del acceso al agua permiten suponer que existe una severa disfuncionalidad en los gobiernos locales, si tomamos el caso de Monterrey y, en buena medida, Cajeme o Hermosillo: ¿dar preferencia en el uso del agua a cerveceros, refresqueros y fraccionadoras, antes que surtir adecuadamente a las familias? ¿Permitir que haya consumo sin medición? ¿Dejar para después el problema de la cartera vencida en el órgano administrador del agua? ¿Gastar en obras de relumbrón antes que atender los problemas en la red de distribución del agua y la infraestructura?

Como se ve, el hambre, la inseguridad y la carencia de agua son manifestaciones de una mayor y más seria disfuncionalidad: la que se da en los órganos encargados de la toma de decisiones y la administración de los recursos.  

 

 


domingo, 19 de junio de 2022

Agua que no has de beber

 “Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua” (Antoine de Saint Exupéry).

 

¿Usted cree que es buena idea que el Ayuntamiento de Hermosillo se endeude por 15 años mediante crédito para Agua de Hermosillo? Aquí lo que resalta es la necesidad de que el organismo transparente el monto de los adeudos y el nombre de los deudores, y que cobre los adeudos conforme a derecho.

El problema del agua tiene muchas aristas, pero el común denominador es la mala administración del recurso, lo que permite suponer que en materia de disfrute del líquido hay usuarios favorecidos, desfavorecidos e invisibles.

Las dos primeras categorías son claras, están definidas porque forman parte del padrón de usuarios, reciben sus avisos de cobro y pagan o no lo que les corresponde, ateniéndose a las normas escritas y a veces borrosas de la recaudación municipal.

Los invisibles son, como es lógico, quienes carecen de identidad, forma, volumen y masa, aunque su presencia se discierne gracias al gasto o derroche del líquido que fluye sin pasar por ningún registro que ocasione efectos legales inmediatos.

Aquí el asunto se vuelve complicado porque tenemos un piso bajo, de consumo clandestino con destino a precaristas, invasores de terrenos, usuarios en vías de un ataque de nervios por causas de marginación y olvido.

Pero, tenemos un piso alto donde figuran los usuarios ganones, capaces de agenciarse cisternas, lagos artificiales, tomas clandestinas grandes y medianas funcionando gracias a la distracción de las autoridades competentes, usando ductos ilegales conectados a fuente de aprovisionamiento cuyo destino debiera ser el usuario común.

Nos enteramos de que en Monterrey han descubierto tomas que resuelven las necesidades de lujo de los usuarios mejor colocados en el panorama social de la entidad: políticos, artistas y demás, según reciente revelación periodística, así que la pregunta para Sonora es, ¿cómo andamos en el uso y el abuso del consumo de agua?

Lo anterior es pertinente porque se cuenta con una obsesiva campaña inmobiliaria para convertir algunas áreas verdes, cerros o áreas rústicas en terrenos dispuestos para recibir habitantes de lujo, que cuenten con espacios recreativos privados, campos de golf, albercas, flujo constante de agua y pocas o nulas repercusiones en la conciencia cívica de los usuarios, invisibles para efectos del pago de los servicios públicos disfrutados.

Cabe aclarar que el financiamiento por 116 millones de pesos para agua de Hermosillo fue aprobado por la mayoría prianista del cabildo, con lo que la deuda del municipio escala algunos puntos que sumados a los anteriores habrán de impactarnos durante los próximos 15 años.

Desde luego que la deuda sirve para resolver problemas presentes e invocar el “ahí se la echan” para quienes sigan en el cargo municipal y los causantes cautivos, pero al menos se debiera puntualizar en qué y cuánto se va a gastar el dinero, si realmente es prioritario el concepto del gasto y en qué medida y plazo se va a beneficiar a la población.

Hay preguntas que requieren de atención especial, como por ejemplo ¿qué se hace para hacer más eficiente la recaudación en el servicio de agua potable, cómo y cuándo se piensa mejorar el servicio? ¿Cuándo se va a atender el problema de las colonias del norte de Hermosillo, entre otras? ¿El agua de los ricos no es problema de los menos favorecidos y hay que dejarla correr?

Quedan en el aire algunas otras, pero las respuestas a las formuladas caen en buena medida en el terreno de la obviedad porque, se sabe, la opacidad siempre busca su propia justificación.

 

sábado, 11 de junio de 2022

Nuevas medidas, viejos problemas

 

“La democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo” (Abraham Lincoln).

 

La nueva página informativa sobre datos financieros incorporada al portal del ISSSTESON resulta más que oportuna para transparentar la situación que guarda el Instituto. Ahí se ve claramente, con números, qué ha faltado y que sobra en materia de cumplimiento de obligaciones financieras que muchos se han servido ignorar.

Por ahí desfilan los ayuntamientos, organismos y dependencias morosos o, de plano, evasores contumaces del deber cívico de pagar lo que adeudan, poniendo al desnudo quiénes son y cuánto deben, además de informar en qué se gasta el dinero recibido, o que debiera recibirse.

Queda claro que los anteriores gobiernos se colgaron de la liana de la seguridad social con un desparpajo no sólo irresponsable sino francamente criminal. Ahora vemos cómo puede ser arruinado un instituto, incluso desde el propio gobierno al no rendir las cuentas y los dineros cuyo único destinatario debió ser el ISSSTESON y no cualquier otro destino, incluidas las campañas electorales.

Según se ve, la actitud del actual director del Instituto y el titular del Ejecutivo estatal es la de poner orden en la casa y resolver de manera permanente el desfase entre los ingresos programados y los realmente recibidos, y llamar a cuentas a quienes corresponda la responsabilidad del desfondo, lo cual será interesante ver.  

Aunque la capacidad de proporcionar la atención especializada que la población demanda y los medicamentos necesarios para surtir las recetas médicas ha aumentado, aún hay un largo trecho por recorrer.  

En otro asunto, la carencia de agua en la capital del estado y otras latitudes urbanas y rurales debe verse con el lente de la mala distribución del líquido, la ausencia de un serio y riguroso plan de mejoramiento de la infraestructura, que sea integral y no de parchecitos coyunturales, producto de la presión social o de las conveniencias políticas.

Resulta poco creíble que se propongan medidas para garantizar el abasto sin se siguen depredando y vandalizando áreas verdes, talando árboles y pelando cerros en aras de abrir nuevos fraccionamientos y proporcionarles comodidades propias de climas más favorables, muy distintos a los rigores que sufre Sonora tanto en verano como en invierno.

A estas alturas de partido ya debiéramos estar enterados que estamos en una región de clima extremoso, árida, que padece una severa crisis hídrica, que el agua es un recurso que no debe ni puede utilizarse como una mercancía de lujo, para fines de ornato y goce exclusivo de las más abultadas cuentas corrientes.

El verano sonorense sugiere una mejor administración de los recursos naturales, de una idea clara de que esto no es California ni el Istmo de Tehuantepec, de que el interés social debe estar por encima del privado, de que los gustos o deseos personales nada tienen que ver con la realidad que enfrentamos, o deberíamos enfrentar.

Otro asunto importante es el de los cubrebocas, que en un arranque de sensatez el Congreso del Estado decidió abrogar la ley que hacía obligatorio su uso. Vale la pena recordar que la Secretaría de Salud jamás estableció su obligatoriedad, y que fueron los gobiernos locales los que tomaron esta medida sin más evidencia que el temor producto de la ignorancia, o la conveniencia por razones emocionales y políticas, algo así como una muleta psicológica o simbólica de protección que genera fáciles consensos.

Declarar nula esta disposición legal es corregir un despropósito y una medida de cuya efectividad cada vez surgen más dudas, aunque queda a salvo la pertinencia de guardar la sana distancia y el aseo de manos.

En este mismo canal, el hecho de que seamos una sociedad en la que se han implementado medidas no sólo autoritarias sino ilegales e inútiles, nos autoriza para ver con sospecha cualquier propuesta sanitaria, y quizá vaya siendo tiempo en que con toda seriedad se trate de poner el cascabel al gato de la epidemia; por ejemplo, ¿se ha comprobado la inocuidad y los efectos de mediano y largo plazo de las vacunas con ARN mensajero? ¿Es correcto llamar vacuna a una substancia que no proporciona inmunidad? ¿El comportamiento del virus es normal, a la luz de lo observado en otras epidemias?

Ya que hemos sido obligados al uso del cubrebocas, que se han recibido vacunas y refuerzos y se hay suspendido o limitado temporalmente actividades de diversa naturaleza, pero siguen los contagios en oleadas de mayor o menor intensidad, ¿será tiempo de analizar fríamente este fenómeno de acuerdo con las condiciones locales y nacionales y ver con actitud crítica los supuestos y recomendaciones emanadas de los organismos internacionales como la OMS? ¿Será tiempo de fortalecer la capacidad de respuesta sanitaria propia y soberana del país?

En este y cualquier otro caso donde el interés nacional está en juego, corresponde al gobierno y las instituciones del país tomar las medidas que se estimen convenientes, porque la soberanía y el bienestar de la población son irrenunciables.

Por otra parte, la llamada Cumbre de las Américas no debiera ser la reunión de los amigos y satélites de EEUU, sino la de los pueblos libres del continente. Que quede claro que ningún país debe imponer sus ideas a los demás y que la democracia es el respeto a la decisión soberana de los pueblos, no la imposición mañosa de criterios ajenos. En este caso, EEUU no es un país democrático, porque decide y pasa por alto la soberanía de otros pueblos.

 

 


lunes, 6 de junio de 2022

El problema del agua

“No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo” (Proverbio inglés).

 

Lo que se sabe es que en Hermosillo hay desabasto de agua. En nuestra historia ya hemos tenido crisis que llevan a los gobiernos locales a imponer tandeos, con el consecuente tronido de tuberías por las diferencias de presión, resultando en charcos a media calle, fugas a granel y malos olores generados por la restricción programada a como caiga.

Expertos señalan que el consumo de agua en Hermosillo está por arriba de lo que debiera, ya que el promedio diario pasa de los 400 litros debiendo ser 220 (El Imparcial, 02.06.2022, Proyecto Puente, 01.06.2022).

El círculo vicioso de fugas de agua continuas, baches y carencia domiciliaria sugieren que está saliendo más caro el gasto en parchecitos que en reparaciones en serio. Parece que es tiempo de pensar en los problemas de distribución del líquido, en las diferencias de consumo de ciertas zonas de la ciudad donde se tiene agua como signo de status: albercas privadas, lagos artificiales y demás comodidades suntuarias que ofenden al ciudadano común.

Tenemos el caso de un recurso que debe ser para todos y que parece ser administrado con criterios de exclusión y agandalle.

Como era de esperarse, existen propuestas que van desde la mejor administración del recurso, el cuidado de la infraestructura y la implementación del ramal norte, hasta la construcción y operación de una desaladora, además de la micro medición para que cada uno “pague lo que consume”.


Resulta curioso y paradójico que en una ciudad donde había árboles, áreas verdes, acequias en diferentes rumbos y, sobre todo, un río que corría caudaloso cortando el sur de Hermosillo, la modernidad nos haya llevado a sustituir árboles por cemento, áreas de recarga de acuíferos que desaparecieron en beneficio de estacionamientos comerciales encementados para jolgorio de comerciantes empoderados, políticos con hambre pecuniaria y vendedores de aires acondicionados y materiales aislantes.

La temperatura sube gracias a un proceso gradual de desertificación por razones comerciales. Sin el amortiguamiento de alguna sombra vegetal, el incremento del calor hace que el agua se evapore con mayor rapidez y, aunque la venta de aguas frescas y productos refrigerados goza de una buena temporada, la economía familiar se retuerce y estira en dura lucha presupuestal.

Las aguas residuales son vistas como algo que debe dejarse ir, sin ocupación alguna salvo producir asco por su origen, pero hay plantas tratadoras de aguas que deben ser consideradas para diversos usos no potables.

Desperdiciamos agua como si el recurso fuera inagotable, se cambia el curso de algún río (por ejemplo el San Miguel) con tal de favorecer a tal o cual fraccionamiento de apellido bien colocado; se invaden tierras y cerros (por ejemplo el cerro Johnson) por obra de fraccionadores y agentes inmobiliarios para los que la naturaleza es simplemente un elemento de la plusvalía esperada. Ven la forma pero el contenido carece de interés.

Así pues, la capital de Sonora vive la esquizofrenia hídrica, porque se busca vender la ciudad al mejor postor inmobiliario, con la pequeña falla en el argumento de venta de que no tenemos agua para consumo suntuario, y que para muchos ya es un lujo contar con agua en casa y poder bañarse todos los días.

Al parecer, la mejor solución es la que considera la realidad climática e hidrológica local, donde las palabras clave son ahorro, infraestructura, reforestación, recarga de mantos acuíferos y mejor distribución del líquido.