Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

lunes, 27 de febrero de 2023

LA MARCHA POR EL INE Y EL VOTO

 “Gracias a la libertad de expresión hoy ya es posible decir que un gobernante es un inútil sin que nos pase nada. Al gobernante tampoco” (Jaume Perich).

 

Como se sabe, la marcha del domingo 26 del presente tuvo como consigna principal la defensa del INE, como equivalente de la democracia, del voto y de las libertades ciudadanas en este país que, según apuntan, está al borde de “convertirse en Venezuela” u otra horripilante provincia del comunismo internacional.

Los marchantes, seguramente de buena fe postulaban una lucha que, se supone, va en contra del desmantelamiento del árbitro electoral, del custodio del padrón de electores, del organismo que da certidumbre a los resultados de los comicios y, sobre todo, la defensa de la libertad de elegir y decidir cívicamente el rumbo de nuestra sociedad.

Las consignas de “el INE no se toca” y “mi voto no se toca”, estallaron en el cielo sonorense con un entusiasmo sin contexto, sin memoria y sin destino claro en la ruta enunciada como democrática.

Sin contexto, porque se evitó en lo posible hacer alusión a la obesidad del aparato administrativo, al dispendio y la duplicidad de funciones, a los sueldos y condiciones de privilegio de las que gozan las cabezas del INE, con prestaciones y finiquitos millonarios, con holgura de gastos propios de un potentado y no de quien ejerce una función pública.

Sin memoria, porque la honrosa medianía y el acatamiento de la ley de austeridad republicana parecen un chiste pasado de moda en las elegantes estancias del instituto electoral, y bajo la consigna de “el INE no se toca” sus funcionarios pueden seguir tranquilamente cobrando sueldos superiores al del presidente y un despilfarro que nada tiene de democrático.

Les molesta que la reforma propuesta por el Ejecutivo federal, sea para dar eficiencia y reducir costos de operación del INE, no para desmantelarlo ni correr empleados. La reforma conocida como “plan B” no toca a los trabajadores operativos, sino que procura evitar la duplicación de funciones y el gasto excesivo resultante; procura adelgazar el aparato directivo, dar agilidad a los procesos electorales y fortalecer su autonomía.

En este orden de ideas, no desaparecen las instancias locales y distritales, sino que simplemente se reducen las vocalías, y queda a criterio del propio instituto los ajustes que permitan el mejor cumplimiento de su misión institucional.

Las personas que marchan el defensa del voto seguramente ignoran el contenido de la reforma electoral y siguen confiados las consignas emanadas de los partidos de la oposición a López Obrador y la 4 T. En este sentido, se puede decir que la marcha del domingo es la marcha de la ignorancia o del acarreo, cuando no de las fuerzas más retardatarias, aunque despistadas, del país y el estado de Sonora, por lo que la marcha no tiene un destino claro en la ruta por la democracia.

Parecen confundir la democracia con el INE y el INE con la cúpula dorada que actualmente lo dirige, en una curiosa transposición de imágenes que nada tiene que ver con lo que realmente se persigue con la reforma ni con los verdaderos intereses que quienes promueven este tipo de manifestaciones.

Es importante recordar que, tanto Lorenzo Córdova como Ciro Murayama, han asumido un papel faccioso que nada tiene que ver con la calidad de árbitro electoral, que ha extralimitado sus funciones y se han convertido en un beligerante más en las filas de la oposición al gobierno actual y a sus propuestas reformistas. Es así que su imparcialidad queda desmentida por los dichos y los hechos.

Visto panorámicamente, pareciera que los actores principales no son necesariamente quienes consideran que defienden el voto, sino quienes se empeñan en apuntalar lo que queda del PRI, PAN, PDR y el posible ascenso de otras formaciones políticas neoliberales, que operan en modo de franquicia y que viven a costa del erario.

La marcha fue, finalmente, la marcha de la ignorancia, del conservadurismo, de la desmemoria, del engaño cívico, del enojo mamón de quienes se sienten desposeídos de sus privilegios y de quienes los siguen sin saber ni querer saber qué es lo que verdaderamente está en juego.

Así, pues, tenemos la marcha de los pillos de siempre, de los desclasados, de los despistados en busca de una visibilidad que no tendrían si esto fuera realmente una dictadura, una sucursal del infierno comunista según los gringos, o una anticipación de Venezuela o Cuba, según ese mismo criterio.

Marchar al lado de quienes representan los intereses de la cúpula de PRI-PAN-PRD y de la clase empresarial evasora de impuestos y gandalla, no es necesariamente honroso ni cívicamente correcto, porque defender privilegios y acarrear gente con base en argumentos falaces y mentiras no es, ni podrá ser, un llamado a la defensa de la democracia, sino todo lo contrario.

(Las imágenes fueron tomadas de El Sol de Hermosillo y El Imparcial)


 

sábado, 25 de febrero de 2023

GATO ENCERRADO

 “Los gatos tienen una absoluta honestidad emocional; los seres humanos, por una razón u otra, pueden ocultar sus sentimientos, pero el gato no” (Ernst Hemingway).

 

Durante varios días se oyeron lastimeros maullidos que provenían de una casa deshabitada en el centro de la ciudad. Un gato había caído al interior por un hueco en el techo.

El caso es que una vecina estuvo pendiente del felino quien, suponía, padecía de algún trauma físico tras la caída que lo llevó a ser huésped involuntario del domicilio convertido en cárcel mortal. Ponía croquetas y agua a través de una ventana con vidrio roto, mientras observaba el abandono interior, aunque sin llegar a ver al habitante involuntario.

Las llamadas al ayuntamiento, a la policía, a las diversas instancias de “protección” animal resultaron tan infructuosas como firme fue la voluntad de las autoridades de respetar el sacrosanto derecho a la propiedad privada.

“No podemos hacer nada porque es propiedad privada”, repetían casi con la misma vehemencia que el gato prisionero que maullaba en el día o noche. La propiedad privada está, en este caso y como en todo lo demás, por encima de la vida de los bichos domésticos de cuatro y dos patas.

La propiedad privada atraviesa el derecho, las costumbres, la cultura, la corrección política y las prácticas sociales. Atraviesa la vida misma.

Los maullidos eran más notorios por las noches, y la sensación de malestar llegó al extremo de buscar comunicarse con un familiar de la propietaria ausente y darle cuenta de la situación. Se buscó su autorización para poder ingresar al domicilio tras la negativa de la autoridad “competente”.

Finalmente, según el relato de una vecina, el candado que sellaba la casa amaneció roto, quedando un colgajo curvo y metálico que sugería el paso de alguien que quizá ignoró el sacrosanto respeto por lo ajeno, o se sentía autorizado para ello.

Según la vecina de marras, la visión a través del vidrio roto daba cuenta del desorden interno, de objetos movidos o tirados, de un paseo clandestino por el lugar. Las especulaciones y el “sospechosísimo” tienen la cancha lista para el baile de los supuestos.

¿Quién pudo forzar la entrada, tronando el candado? ¿Qué fue del gato? ¿Quién se hará responsable de un acto que luce como robo, por el desorden encontrado? ¿Fue un sorpresivo rescate felino disfrazado de algo que, a primera vista, pareció robo domiciliario?

El misterio se desveló, cuando en la puerta apareció un candado nuevo que calmó las dudas de vecinos y mirones accidentales. El caso se consideró cerrado cuando el gato apareció en la barda de una casa vecina al día siguiente, y la vida del barrio volvió a su normalidad.

Queda la vaga impresión de que la legislación para proteger a los animales se queda corta, que simplemente cubre los casos más aparentes de maltrato; que no existe una conciencia cabal de lo que significa una vida en peligro, que la respuesta es limitada y que así puede seguir.

Por otra parte, la población canina y felina es socialmente visible sólo en el caso de afectar a los seres humanos, pues los animales callejeros muchas veces pueden ser considerados potencialmente agresivos o quizá portadores de alguna enfermedad.

Es decir, vemos la vida y obra animal en función de nuestros intereses, no necesariamente en razón a su derecho a la vida y salud y, como en este caso, un animal atrapado y sin ayuda está condenado a sufrir y morir con la impunidad que da el respeto a la propiedad privada.

¿Se podrá establecer una norma que prevenga estos casos? ¿Tendrá responsabilidad penal quien ignore una llamada de auxilio que involucre un bien inmueble que tenga en propiedad o custodia?

No lo sabemos, pero sí sabemos que habiendo gato encerrado muchas cosas pueden pasar.

Nota aparte: La Corte de Brooklyn, en Nueva York, con fecha 21 de febrero de 2023, declaró a Genaro García Luna (quien fuera director de la Agencia Federal de Investigaciones en el gobierno de Vicente Fox y secretario de Seguridad Pública en el sexenio de Felipe Calderón) culpable de todos los cargos en su contra y queda en espera de sentencia.  

Considerando la relación con Genaro García Luna, el siguiente en rendir cuentas debe ser Felipe Calderón. La pregunta es ¿cuándo será reclamado por la justicia? Por otra parte, ¿cómo se explica que un tribunal colegiado de México haya desbloqueado las cuentas de la esposa, para que pueda disponer del dinero? ¿De qué tamaño es la moralidad y confiabilidad del Poder Judicial nacional cuyos jueces y magistrados siguen la pauta neoliberal?

Los expresidentes panistas Fox Quezada y, en particular, Calderón Hinojosa, ahora defensores del INE-no-se-toca, impulsores de marchas y protestas contra el actual gobierno, están embarrados por las acciones de su muy cercano colaborador. Sólo falta que la justicia mexicana asuma el papel que le corresponde y cumpla con su deber.

En caso contrario, seguro que hay gato encerrado.


sábado, 18 de febrero de 2023

NUEVAS REGLAS, MISMO JUEGO

 

“Dime lo que comes y te diré quién eres” (Anthelme Brillant-Savarín).

 

Ir al céntrico mercado municipal significa pasear por una parte representativa de la jungla urbana, dejarse atrapar por el misterio tras la abigarrada colección de adiposidades que luce mucha de la gente que marcha en un desfile de grosores y matices desafiante y lúdico.

¿Cómo llegó tal cúmulo de horrores digestivos a nuestra ciudad, y más allá? ¿Cómo nos convertimos en la pasarela tercermundista que traga las gorduras y excresencias del Imperio? ¿Será, acaso, una maldición gitana transformada en arma de destrucción masiva en los sótanos de la CIA, el Pentágono o el Departamento de Estado? No lo sabemos del todo, pero lo que sí es claro es que los deseos de Washington tienen su expresión formal en el llamado T-MEC.

El citado tratado, entre otras cosas, contiene un escandaloso mecanismo de imposición de patrones de consumo que adoptamos a empujones de la Casa Blanca, a través de la agencia encargada de la agricultura y las asociaciones de productores de granos transgénicos y, por supuesto, los millonarios comercializadores de las semillas de Frankenstein, avalados, según se alega, por el tratado trilateral llamado T-MEC.

México ha declarado a punta de decretos que no queremos ni glifosato ni productos transgénicos… aclarando que nomás se refiere al maíz blanco, para consumo humano “porque somos autosuficientes”, en cambio, se le sigue dando el pase al maíz amarillo, usado como alimento animal y otros como el algodón y la canola como insumos para la industria que llega tan campante a las mesas de los consumidores.

También se recorre la fecha para lo del glifosato, que puede seguir circulando en el campo nacional hasta el 31 de marzo de 2024… a reserva de nuevos ajustes (La Jornada, 15-02-2023).

El nuevo decreto de “te cierro la puerta, pero no por completo” provocó la “decepción” del gobierno que preside Joe Biden, con lo que dicha sensación de desencanto se abre paso como categoría comercial y política. Cabe recordar que el vecino se declara decepcionado cuando no se cumplen sus deseos, sus expectativas o sus caprichos imperiales.

El nuevo decreto supone un ligero fruncimiento en la cordialidad bilateral, porque azota el alma de los vecinos, tan afectos al regalo de una voluntad complaciente y la obligatoriedad de obsequiarla siempre (DOF:13/02/2023). ¿Qué harían sin la genuflexa disposición de los gobernantes de la periferia?

Pero, volviendo a los horrores urbanos en una ciudad marcada por la influencia del Norte, el problema está en que los habitantes “de bien” ven la frontera como quien descubre la caja mágica que contiene la fiesta de chatarra multicolor, reluciente y rápida de las franquicias que venden pollo o carne rica en hormonas y colorantes artificiales que aparentan salud y suculencia, el asunto de la alimentación puede ser peor de lo que parece.

Nuestra población alcanza cifras alarmantes en materia de obesidad, diabetes y cardiopatías, y significativos lugares en la gastronomía basada en carnitas asadas y tortillas de harina, consumo de refrescos azucarados, alcohol y tabaco.

Las grasas, azúcares y sal se erigen en la sabrosura misma, en el culmen de la satisfacción culinaria. Sin esos elementos la cocina “no sabe” porque las viandas cuyos componentes principales son vegetales, pescados y mariscos suelen ser menos apetecibles que las producidas en los corrales de engorda, que se alimentan de maíz amarillo, hormonas de crecimiento, antibióticos varios y una opresiva estabulación que demuestra que los negocios y el libre pastoreo van por distinto carril.

La gordura urbana va de la mano de los puestos de hot dog, de los refrescos de cola, de las frituras empaquetadas en presentaciones multicolores que encubren las grasas trans, los colorantes artificiales de potencial capacidad cancerígena, con sabores de laboratorio ácidos o salados que dan sabrosura adictiva porque “no puedes comer sólo una”.

La prohibición de productos transgénicos, aunque limitada y permisiva, supone un dolor en el trasero de los productores gringos, pero un dolor pequeño, habida cuenta que sigue la manga ancha en otros productos, como los aceites vegetales donde el maíz transgénico brilla con luz propia (https://youtu.be/LcpTo1oJyj0).

Si el maíz blanco es apto para consumo humano y el amarillo lo es para consumo animal, entonces, ¿qué hay de la carne de ganado alimentado con transgénicos y que se usa con alegría en las “carnitas asadas”? ¿Los nutrientes transgénicos (aparte de las hormonas y antibióticos) se eliminan mágicamente cuando la carne pasa por el carnicero y de ahí a la fiestecita de familia o de cuates? ¿Las salsas, las tortillas de harina y la cerveza quitan los malos efectos de una alimentación transgénica?

Las comidas rápidas o chatarra, los refrescos de consumo generalizado y frecuente seguramente no “decepcionan” a los dueños de los negocios que, en forma de franquicia, se instalan para recoger dinero de este lado de la frontera, sino que demuestran las ganas que tenemos de modernizarnos y seguir siendo un pueblo amigable, cooperador y, eventualmente, tan enfermo como quien cambia la cocina tradicional por la rapidez y el sabor de la chatarra.

Pero no decepcionemos a los vecinos y sigamos alimentando su economía como seguramente esperan de nosotros, siguiendo nuevas reglas, en el mismo juego.

 


sábado, 11 de febrero de 2023

LA MINISTRA SENTADA

 “Cuando no se elige al más animal de todos, parece que no es realmente democracia” (Albert Guinon).

 

No hay duda que la protesta o la manifestación de oposición a proyectos políticos o a personas es un asunto que también actúa de acuerdo con la ley de gravedad, y no solamente en función del plano intelectual donde se discuten tesis, ideas, posiciones políticas o proyectos transformadores o conservadores.

Si una postura política pasa de la cabeza, asiento de la mente y la ideología, a la parte terminal de la espalda, caracterizada por su adiposidad acolchonada que sirve para que usted se pose en una silla, banca, curul, escaño o presídium, entonces tenemos que las llamadas posaderas, petacas, nalgas, pompis, glúteos o trasero son una especie de medio para manifestar reclamos, oposiciones y proclamas.

En este sentido, el protestar con las nalgas adquiere una dimensión que roza lo escatológico y llega con viento fresco a la orilla de la comodidad política en modo opositor, con mayor o menor fortuna dependiendo de la popa de quien así se manifiesta.

Sin duda la persona que posee unas petacas de mayor volumen podrá acreditar una mayor intensidad en su propósito y, desde luego, la mejor vía para subrayar el hecho será permanecer sin ponerse de pie cuando los demás lo hacen.

Así, pudiera ser que, según su uso político, hubiera traseros progresistas, conservadores, democráticos y reaccionarios, cuya caracterización obedecerá a las circunstancias de su puesta en escena.   

En ocasión de la ceremonia conmemorativa de los 106 años de haber sido promulgada la Constitución Nacional, en pleno recinto queretano, la ministra que preside la Suprema Corte de Justicia de la Nación nos dio una muestra de uso político de las pompis, situación que se acreditó por ser las únicas que permanecieron ancladas en su asiento, cuando las demás personas presentes usaron sus piernas como apoyo de sus respectivas anatomías.

En este acto, la corrección política y el respeto a la investidura presidencial que representa la titularidad del Poder Ejecutivo y es cabeza de las instituciones de la República, se vieron opacados por una cuestionable sentada que dio cuenta de la inarmonía que existe entre los poderes de la Unión.

Así pues, la cortesía y el respeto institucional cedió su paso a la grosería, al bajar a niveles que se sitúan en la parte media del cuerpo, oponiendo resistencia a ponerse de pie en señal de reconocimiento a la investidura presidencial.

No sé si sea exagerado pensarlo, pero da la impresión que se acaba de inaugurar una especie de ninguneo nalgital en el seno de los poderes de la Unión. En este sentido, ¿tenemos una nueva forma de instrumentar la intención opositora mediante el protagonismo del trasero?

¿Asistimos al empoderamiento de la región glútea en el marco de la nueva realidad institucional? ¿Podremos llegar a decir que en política la nalga es poder?

En esta novísima situación, no tengo elementos para afirmar si la señora ministra estuvo consciente de las repercusiones de su (no) acción, pero sin duda ha sentado (perdón por la expresión) un precedente en el juego de las relaciones políticas nacionales, cuya trascendencia pudiera, en lo sucesivo, acreditarse a la frondosidad de la región glútea que eventualmente sirva como medio para similares manifestaciones.

La ceremonia fue aleccionadora, ilustrativa de la versatilidad del lenguaje verbal, escrito y mímico de que se vale la política nacional cuando pasa de la cabeza a otra parte de la anatomía, quizá por obra de la ley de gravedad que hace que la masa de un objeto sea atraída con mayor velocidad y aceleración hacia el núcleo terrestre, de acuerdo al volumen que desplace.

Se pudiera concluir que, dependiendo de la vocación y la ocasión, en este tiempo y lugar también se puede hacer política con las nalgas. En este marco, ¿qué podría pasar si no se previniera la ocurrencia de una diarrea opositora?


 

sábado, 4 de febrero de 2023

CUESTIÓN DE VECINDAD

“Soy siervo de la nación porque esta asume la más grande, legítima e inviolable de las soberanías” (José María Morelos y Pavón).

 

Como se sabe, los vecinos del norte representan un polo de atracción para los migrantes de aquí y muchos lugares de este y otros continentes. Las razones son variadas y tienen el común denominador de expectativas no satisfechas en sus lugares de origen: educación, empleo, calidad de vida, seguridad, entre otros.

La búsqueda de mejores condiciones hace que la gente agarre su mochila y se vaya chiflando la canción mixteca, o algún tango con propiedades lacrimógenas que inspire otros tangos más, en un ciclo que se repite ampliamente en el teatro de la nostalgia.

Nuestro presidente agradece a los hermanos que salieron del país y que regresan en forma de giro postal, depósito o transferencia bancaria, como si la imagen del billete bancario fuera ahora la del pariente lejano que consuela y paga abonos mensuales.

Las remesas (junto con los programas sociales), dice la primera autoridad del país, han contribuido a evitar que caigamos en crisis, y ahora tenemos un notable aumento anual de 13 por ciento, ya que en el 2021 la cifra (en millones de dólares) fue de 51,586 mientras que en 2022 alcanzó los 58,497 (Proyecto Puente, 02-01-2023).

Mientras que el sistema económico haga posible que la gente emigre y trabaje en otras partes, favoreciendo las economías más desarrolladas donde se genera valor y se determinan precios, el ciclo interminable de la expulsión y el desarraigo será una constante en el catálogo de los reclamos contra la discriminación, el racismo y, en general, la xenofobia.

Las diferencias reales entre aparatos productivos permiten que las naciones asociadas en pactos o tratados comerciales conviertan el defecto productivo en virtud regional en la lógica de los bloques comerciales, con el resultado de que la asociación tiene un efecto subsidiario en beneficio de la nación mejor equipada y organizada productivamente.  

En el caso de la asociación trilateral de la que nuestro país forma parte, es casi ocioso señalar cuál es el eslabón industrial más débil y, por tanto, dependiente en lo económico, comercial, financiero y político, habida cuenta de que la política es la expresión concentrada de la economía: a menor peso económico menor peso político.

En este sentido, ¿a quién le extraña que los vecinos gringos se sientan autorizados por Dios mismo para disponer de los recursos del país, cualquier país, del Sur global con recursos naturales, pero sin una base tecnológica competitiva? Ahora mismo celebramos el incremento de las remesas, pero la cara oculta de la dependencia y la marginación está en cada dólar que se recibe.

También lo está en cada iniciativa que ofrezca inversiones millonarias en la minería y en el tratamiento de aguas, donde destaca el proyecto invasivo y gandalla de desalar agua del golfo de California, desde Sonora, para abastecer a Arizona.

¿Los planes de modernización de puertos mexicanos en entidades fronterizas tienen otra intención más que la de servir de base logística a las exportaciones de los gringos, en primera instancia? ¿Los desarrollos de parques de papeles solares acaso no contemplan la venta de electricidad a Arizona y Nuevo México como algo “estratégico”?

A pesar del escaso margen de maniobra que tiene el país, gracias a los gobiernos que entre 1988 a 2018, impulsaron reformas capaces de liquidar los activos nacionales en aras de la globalización capitaneada por Estados Unidos, México ha puesto el acento en la importancia de lo social, aunque la propuesta de fortalecer al bloque de América del Norte (en la práctica a Estados Unidos) en vez de procurar la integración con  el Sur, nos coloca en una tesitura económica y política kafkiana, que pinta de colores surrealistas cualquier propósito emancipador, incluyente e igualitario.

Aquí parece que la vecindad no necesariamente supone destino compartido y, en una segunda revisión, estaría mejor si se considerara no sólo la continuidad geográfica sino la comunidad de intereses, expectativas, origen y cultura que encontramos como común denominador en los países que integramos Latinoamérica. Sólo falta que decidamos conjuntamente dejar de ser colonias y afrontemos el imperativo geopolítico de ser países soberanos.

Algunos dirán que lo del Litio, el agua y la energía solar son oportunidades de inversión que encajan en los intereses de los gringos y, por eso fácilmente posibles. Pue sí, pero también son medios de fortalecer la esfera del “interés nacional” del vecino, y de revelar el verdadero carácter del tratado comercial T-MEC como camisa de fuerza para la iniciativa nacional y de control político que afecta, desde ya, nuestra soberanía y (dicho en la jerga de los vecinos) “el interés nacional”. Algunas cosas no son sólo cuestiones de vecindad, sino de legítima defensa y dignidad. Una de ellas es impedir que la frontera gringa se recorra hacia el sur. Nuestro sur.

Si México y el resto de Latinoamérica dan por sentado de que tenemos los mismos intereses que los gringos (dejando de lado la opresiva realidad de la Doctrina Monroe) y que la “buena vecindad y cooperación internacional” nos obliga, pues que Dios nos agarre confesados. Resulta necesaria una poca más de cautela y autoestima, ¿no?