Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

viernes, 21 de febrero de 2020

¿Y dónde está el candidato?



“Al margen de la ley, nada, y por encima de la ley, nadie” (AMLO).

 Leo con mucho interés la nota relativa a una entrevista que concedió Pedro Ángel Contreras, director del ISSSTESON a un medio local, donde se declara candidateable para ocupar la oficina principal de Palacio de Gobierno (Primera Plana digital, 21.02.2020).

Me emociona pensar que alguien con tan meritoria trayectoria burocrática, cuyo mayor logro ha sido hacer que la Universidad de Sonora firmara un convenio que abrió las puertas para la aplicación retroactiva de la Ley 38 reformada, gracias a las amenazas de suspensión de servicios y medidas de presión a los jubilados y pensionados tales como el tortuguismo en la expedición de los dictámenes jubilatorios, la aplicación ilegal de criterios que hacían bajar hasta el 29 por ciento del salario los montos de las pensiones de los universitarios, entre otras lindezas que incluyen, por supuesto, las engañifas y marrullerías respecto a la normalización del abasto de medicamentos y la debida atención médica a la que tienen derecho los afiliados del ISSSTESON.

La nota que comento me lleva sin querer a la última hazaña (en curso) de nuestro flamante posible candidato, que se refiere al reclamo público que hacen los profesores jubilados y pensionados de la sección 54 del SNTE, para que se les paguen pensiones que reflejen el aumento salarial establecido por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (Conasami) para el año 2020.

Los maestros retirados ponen en la mesa de la discusión lo que dice el artículo 59 párrafo segundo de la Ley del ISSSTESON, como fundamento de su reclamo: "Los montos de las pensiones y jubilaciones que se otorguen con base en esta Ley se incrementarán en beneficio de quienes las reciban en el mismo porcentaje en que aumente el salario mínimo general en la zona de Hermosillo, Sonora, o conforme al índice inflacionario que anualmente determine el Banco de México, el que sea mayor, con posterioridad a la fecha de su otorgamiento.”

Así como lo establecido en el artículo Quinto Transitorio de la misma: “Los montos de las pensiones y jubilaciones que actualmente cubre el Instituto y las que se autoricen en el futuro a los trabajadores que conforman a las generaciones actuales, se incrementarán en el mismo porcentaje en que aumente el salario mínimo general en la zona de Hermosillo, Sonora o, en su caso, conforme al aumento derivado de la negociación de los trabajadores del Estado con éste, el que sea mayor, con posterioridad a la fecha de su otorgamiento.”

Sin embargo, el inefable director general del ISSSTESON niega la validez del argumento y opone dos o tres tesis aisladas que corresponden a un tribunal de circuito referidas al IMSS, que es un escenario legal muy distinto al que tenemos en Sonora, donde hay una ley estatal y los afectados son trabajadores sonorenses. Una tesis aislada no puede considerase “criterio jurisprudencial emanado de la SCJN”, ni de casualidad. En este sentido, su observancia no es obligatoria.

La marrullería por parte de las autoridades del ISSSTESON y el gobierno del Estado han llegado hasta el punto de plantear el arbitrio de los integrantes de la Conasami, con la torva intención de ver si pueden regatear el monto que la propia ley les concede a los jubilados, ignorando lo que establece el Boletín No. 022/2019 de la Conasami:

“El mínimo general se ubicará en 123.22 pesos por jornada diaria de trabajo en todo el país, a excepción de la Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN). Este monto se integró a partir del salario mínimo general (SMG) vigente en 2019 al que se le sumaron el Monto Independiente de Recuperación (MIR) de 14.67 pesos y el factor inflacionario de cinco por ciento.

“En la ZLFN el salario mínimo será de 185.56 pesos por jornada diaria. Se aplicó solamente la actualización por factor inflacionario de cinco por ciento., mismo que se aplicará a los salarios profesionales de dicha zona.

“En el caso de los salarios mínimos profesionales para el resto del país se aplicará tanto el MIR, de 14.67 pesos, como el factor inflacionario.”

Dicho en otras palabras, el director con pretensiones de ser el gobernador de Sonora, confunde patas con bofe, la magnesia con la gimnasia y el todo con la parte, porque para empezar, la competencia de la Conasabi empieza y termina con el establecimiento del salario mínimo general para el siguiente año, por lo que no es instancia competente en materia de pensiones y jubilaciones, ni de cualquier otro derecho adquirido durante la vida laboral de los trabajadores.

Por otra parte, la ley de la materia dispone que “los montos de las pensiones y jubilaciones que se otorguen con base en esta Ley se incrementarán en beneficio de quienes las reciban en el mismo porcentaje en que aumente el salario mínimo general en la zona de Hermosillo, Sonora”, que, de acuerdo con la Conasami, ha aumentado en este año en 20 por ciento.

Resulta inexplicable (o quizá no tanto) que el director del ISSSTESON trate de confundir a los profesores quejosos con el rollo de que sólo se aplicaría el factor inflacionario de cinco por ciento, siendo que el salario mínimo general está compuesto de dicho factor más el MIR, y todavía insista en dar largas a la aplicación de la ley que, evidentemente, favorece a los derechohabientes en lucha.

La normativa establece que en la Zona Libre Fronteriza (integrada por los municipios de San Luis Río Colorado, Puerto Peñasco, General Plutarco Elías Calles, Caborca, Altar, Sáric, Nogales, Santa Cruz, Cananea, Naco y Agua Prieta) solamente se aplicará el factor inflacionario del cinco por ciento, mientras que en el resto de Sonora y del país será el 20 por ciento, por lo que don Pedro Ángel Contreras debiera revisar no sólo el mapa de Sonora, sino su papel en la dirección del Instituto.



 

sábado, 15 de febrero de 2020

Tuércele el cuello a la ley



“Aquél que no espera vencer, ya está vencido” (Benito Juárez).

Estamos en tiempos de optimismo fundado en los procesos de transición nacional. Se confía en que el viejo sistema neoliberal de relativización de valores y de mercantilización de las leyes y las conciencias va para afuera, que sus días están en cuenta regresiva mientras se abren paso las nuevas formas y prácticas en el sector público y en la sociedad como un todo.

De entrada, tenemos que reconocer que México es un enorme mosaico donde convergen diversas formas de mirar y juzgar lo mismo; que tenemos rezagos no de dos o tres sexenios sino de décadas de desidia y simulación, aderezadas con una perniciosa dependencia que, si bien es cierto que se profundizó a partir de los años 90, no puede decirse que carezca de antecedentes.

La república en su extensa complejidad parece ser un catálogo de formas de torcer la ley y burlarse alegremente de las normas constitucionales, aún desde el mismo seno del máximo tribunal constitucional. Baste recordar el nefasto papel que representó Eduardo Medina Mora en su calidad de Ministro.

En cierta medida nos hemos venido acostumbrado a que los derechos y obligaciones legales estén sujetos a negociaciones, componendas, pactos y ajustes que terminan desdibujando la línea divisoria entre aquello que es justo y lo que es simple y llanamente corrupción y clara violación de la ley.

En Sonora, por ejemplo, se presentan casos donde sólo basta con tener los contactos y recursos para torcer la legalidad y alterar gravemente el derecho de propiedad. Pongo por caso la cantidad de predios que en forma irregular quedan en manos de personajes de la vida política o en las de sus socios y allegados. Lo anterior se basa en las denuncias que en su momento han hecho públicas vecinos del vaso de la presa A.L. Rodríguez sobre el desarrollo inmobiliario que se ha desplegado en la ciudad capital en terrenos que la memoria sitúa ya sea como nacionales o de origen ejidal (Dossier Político, 05/05/2008, Uniradio Noticias, 04/05/2013; Vigilia Sonora, varias entregas).

Somos un estado donde se pueden encontrar denuncias de abuso y tráfico de influencias en perjuicio de ciudadanos en el medio rural quejosos de que tal o cual pariente de alguien importante se ha apropiado de terrenos o aguas, o que hostiga a los legítimos propietarios con el apoyo de alguna autoridad (Forbes, 23/07/2018; Proceso, 13/09/2018, Regeneración, 19/11/2018); o que tal o cual ayuntamiento intervino en la venta de terrenos sin tener derecho a hacerlo, en beneficio de particulares (Uniradio Noticias, 01/07/2016).

Actualmente se tiene un repunte de la delincuencia y es complicado asegurar que en el corto plazo se tendrán avances en materia de seguridad pública, porque al parecer se tratan de resolver los casos sin mover la brújula hacia las causas, lo que implicaría un esfuerzo que difícilmente encaja en la mentalidad de los gobiernos de origen neoliberal, a pesar del cambio de rumbo nacional. Estamos en un país donde un sistema no termina de morir y otro no termina de nacer.

Son muchas historias que seguramente usted recordará y que, con el tiempo, pasan a formar parte del anecdotario de la corrupción y el cinismo que repudiamos cuando se presenta la ocasión.

En algunos casos, la herida social está tan viva que se vuelve tema recurrente en las noticias y las charlas de sobremesa. Entre ellos destaca lo correspondiente a la seguridad social.

Como usted recordará, el año pasado se recrudeció una dura lucha por el abasto de medicamentos y se dio carpetazo de mala y sospechosa manera a las demandas de nivelación pensionaria por parte de jubilados y pensionados contra el ISSSTESON, el cual literalmente cayó en el incumplimiento del contrato con los organismos afiliados y la propia Ley 38.  

De hecho, en lo que va del actual gobierno (que fue en su arranque promisorio para los derechohabientes del ISSSTESON) se ha observado una política de carácter recaudatorio sin objetivamente ponerle ganas al rescate del escandaloso desfondo pensionario atribuido a la pasada administración, ni mucho menos al cumplimiento de su misión institucional.

Ha sido un período de promesas, manipulaciones informativas, dilaciones y demagogia, que han ocasionado la exasperación de los usuarios de los servicios médicos y sociales que por ley el Instituto debe otorgar. A cada estallido de indignación le sigue una nueva ronda de explicaciones, actitudes intimidatorias y nuevas promesas de solución, instalaciones de mesas de negociación y de nueva cuenta promesas y dilaciones.

Los encuentros entre los quejosos, el ISSSTESON y los representantes del gobierno siempre ha sido así: mucho ruido y pocas nueces.

El pasado día 12, un contingente formado por profesores jubilados y pensionados de la sección 54 del SNTE y algunos grupos y personas solidarios, se instalaron en plantón en la esquina próxima a la casa de la señora gobernadora. Su demanda fue clara: que se aumente el monto de la pensión en la misma medida en que aumentó el salario mínimo, tal como lo dispone el Artículo 59 y el Quinto transitorio de la Ley 38 del ISSSTESON.

El gobierno llamó a una “mesa de diálogo” para disuadir a los quejosos de la firmeza del sustento legal de su demanda y, sobre todo, que se levantara (de inmediato) el molesto plantón donde “no se resolvería nada”, a cambio de verse nuevamente, dentro de una semana, en las oficinas del ISSSTESON para plantear y acordar soluciones.

Concluido el encuentro con las autoridades, el plantón se levantó con un suspiro de alivio por parte de los empleados de la gobernadora, a cambio de una promesa de diálogo. Sin embargo, muchos piensan que de lo que se trata es que el gobierno cumpla llanamente con lo dispuesto en la Ley 38 y que debe evitarse caer una vez más en garras de la demagogia.

Mientras se cumple el plazo para la próxima cita, flota en el aire la posibilidad de que a cambio del 20 por ciento reclamado, se les quite el porcentaje que ilegalmente se les descuenta por concepto de servicios médicos, que para los jubilados del SNTE representa el 4 ciento. ¿Se imagina cambiar el 20 por ciento establecido por la ley por un porcentaje de aumento muy menor? Usted dirá si esta es una buena negociación y, de ser así, a quién pudiera realmente beneficiar.



sábado, 8 de febrero de 2020

Los "puentes" y la memoria nacional



“Hay que recuperar, mantener y trasmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia” (José Saramago).

El reciente anuncio del presidente López Obrador de eliminar los “puentes” y la curiosa manipulación de las fechas importantes para la nación y, diríamos, la nacionalidad, reestableciendo el calendario cívico y, por ende, la civilidad que se espera de un país con memoria, ha recibido una acogida variopinta y llena de interés entomológico.

Usted dirá “¿y qué tiene que ver la entomología, que es el estudio sistemático de los insectos en este asunto de carácter nacional?”, a lo que le contestaré sin tapujos y reticencias que se necesita tener una mentalidad de cucaracha, mosca o cualquier otro bichejo como estos para no entender que el turismo y los ingresos que puedan caer en manos de los empresarios del ramo no valen tanto como el rescate de la memoria histórica y la identidad de una nación.

La iniciativa presidencial simplemente propone un retorno a las buenas prácticas cívicas que formaron a muchas generaciones de mexicanos en el respeto a la Patria, sus héroes y tradiciones, cuestiones de alta significancia si consideramos que estamos frente a un proceso de transnacionalización y transculturación mediada por el dólar, la mentalidad anglosajona y los impulsos depredadores, criminales y groseramente pragmáticos de los psicópatas avecindados en el norte y sus operadores de este lado de la frontera.

¿Usted cree que los “puentes” favorecen la actividad turística? Pues resulta que el criterio internacional en esa materia es proporcionar una buena experiencia a los turistas mediante óptimos servicios, precios razonables y la mejor cara de la nación o región que se visita, antes que abrir huecos artificiales al calendario laboral, lo cual es verdaderamente patético e inútil en términos reales porque una verdadera industria turística se sustenta en la calidad del servicio y los recursos naturales y culturales que se ofrecen antes que la manipulación del calendario.

En ese orden de ideas, resulta más creíble como justificación del mantenimiento de los “puentes” la operación de un plan para borrar la memoria y vaciar de contenido nuestra historia y trivializar las luchas por la independencia y la soberanía nacional.

Por otra parte, ¿cree usted que no es posible hacer un ejercicio cívico de respeto a las fechas históricas y al mismo tiempo cumplir con el calendario laboral? ¿Considera que los mexicanos somos seres anodinos sin conciencia de su identidad y valores y tradiciones que respetar? El menosprecio a la propia identidad es tanto como abrir la puerta a cualquier intervención extranjera e incluso creerla justificada.

Las objeciones al restablecimiento del calendario cívico y la eliminación de los famosos “puentes” dan cuenta de una mentalidad tristemente apegada a una percepción del mercado que no necesariamente tienen que ver con las expectativas económicas y sociales de los mexicanos.

Con respeto a las diferencias de criterio e intención, me parece que es importante el rescate histórico propuesto por el presidente de la república, porque traería consigo la congruencia entre la fecha y su significado.

Cuando se trata de fortalecer el conocimiento y respeto por nuestra historia no vale el mantenimiento de cambios de evidente frivolidad u oportunismo heredados de la oscura y ridícula etapa neoliberal cuyas consecuencias aún estamos padeciendo. La memoria histórica y el respeto ciudadano son, en este caso, los más firmes apoyos del calendario conmemorativo nacional.

Demos la bienvenida en los hechos y las palabras a una nueva etapa del desarrollo que supere las expresiones esquizoides del prianismo neoliberal y apoyemos el esfuerzo del gobierno que elegimos mayoritariamente, mediante el trabajo de todos y por el bien de todos.

  


   

sábado, 1 de febrero de 2020

Las nuevas epidemias



“La vida es breve, el arte es largo, la oportunidad fugaz, la experiencia engañosa y el juicio difícil” (Hipócrates).

Siguiendo la lógica de la vieja frase de “tiempos traen tiempos” se pudiera decir que “epidemias traen epidemias”. Lo anterior pudiera significar más o menos que cada cambio trae consigo nuevas formas de manifestación de fenómenos que no son necesariamente nuevos pero que alguna variante en su contenido les da características distintas, atemorizantes por sus posibles implicaciones y potencialmente peligrosas por los efectos previsibles, de acuerdo con la mentalidad de quien los percibe y, desde luego, el momento político, económico o social en que aparecen.

No hace mucho la sociedad mundial palidecía ante la terrible amenaza de un virus que pasaba por ser una gripe potenciada al máximo y que requería tomar medidas extremas para salvaguardar la salud de la población, entre las que destacaba la compra masiva de cubrebocas, gel antibacterial y grandes dosis de Tamiflu, producidos y distribuidos por empresas ligadas accionariamente al entonces vicepresidente de EEUU.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) desde luego se convirtió en propagandista del maravilloso medicamento y los gobiernos bien portados y siempre alertas no repararon en gastos para comprar y distribuir dicho producto, y el personal de salud se encargó muy institucionalmente de servir de correa de transmisión de la información y las medidas preventivas y terapéuticas.

Imagínese usted, una epidemia de gripe donde el microbicho causante había saltado de un animal a un ser humano, burlando limpiamente la barrera de las especies. Así las cosas, había que mirar con sospecha a las aves y los cerdos, como ahora a los murciélagos preparados en sopa o alguna nueva especie culpable, de acuerdo con el sabio y oportuno juicio de las autoridades mundiales de la salud y la confiable industria farmacéutica.

Usted recordará que cuando se lanzó a la fama el virus H1N1 inicialmente se habló de una pandemia, de una ola monstruosa y letal que barrería con media humanidad si no se hacía algo, entendido por esto la provisión del famoso medicamento Tamiflu y toda la parafernalia que debían montar los servicios de salud nacionales y estatales, así como las medidas preventivas de las instituciones públicas y privadas. De repente todo mundo andaba de incógnito, es decir, con medio rostro cubierto, y siempre alerta en no saludar de beso, apapacho o apretó de mano, con la infaltable aplicación de un generoso chorro de gel antibacterial antes, durante y después de cada encuentro social.

Como complemento, se vio necesario reforzar la aplicación de vacunas contra las afecciones respiratorias estacionales en medio de un jolgorio público-privado por hacerle el caldo gordo a la industria transnacional de los medicamentos. Se podrá imaginar el grueso caudal de recursos logrado y el destino de ese esfuerzo de alcances mundiales.

A estas alturas, muy pocos dudan de que una muerte en medio de estornudos y sudoraciones es posible y que está al alcance de la mano, misma que debemos blindar con gel antibacterial durante nuestras actividades diarias.

Todo está bien porque la salud debe protegerse, pero en realidad ¿cuántas muertes estuvieron asociadas a la tremenda gripe H1N1? Ninguna más allá de las registradas cada año en las estadísticas estacionales, es decir, murieron el número que más o menos muere cada estación por motivo de gripe.

Entonces ¿cómo se sostiene el calificativo de “pandemia”? ¿Qué puede apoyar el despliegue mundial de medidas preventivas que, finalmente, se traducen en costos más que elevados para los gobiernos e instituciones involucrados? Al parecer, tenemos una versión en salud del famoso parto de los montes; o dicho de otra manera, mucho ruido y pocas nueces.

Lo anterior hace inevitable pensar en que la economía del sector farmacéutico ligado al mundo anglosajón recibe un apuntalamiento mayúsculo que le permite resarcir sus pérdidas y reinvertir, o canalizar recursos a otras inversiones redituables como son la fabricación de armas o cosa parecida.

Independientemente de la razón preventiva en salud, el hecho es que el alarmismo mundial favorece a ciertos grupos empresariales, y que tales hechos tienen un buen componente de manipulación mundial que, seguramente, favorece a alguien. El terror y la zozobra de los pueblos permite que alguien se erija como portador de respuestas y soluciones, siempre a cambio de algo… 

De todos modos, no está de más tomar las precauciones del caso, aunque observando con ojo crítico el sentido y pertinencia de las medidas que la salud pública proponga. No se exponga a cambios bruscos de temperatura, cuide su aseo y alimentación, evite lugares con ambiente viciado, tome vitamina C, haga enjuagues bucales con agua salada y, sobre todo, que no se lo lleven al baile.