Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

domingo, 31 de octubre de 2021

Y ahora la mentira

 “Muchos jueces son incorruptibles, nadie puede inducirlos a hacer justicia” (Bertold Brecht).

 

Aparece de repente ante cámaras y micrófonos una cara con bigote y barba con referencia inmediata en los ficheros de la Fiscalía. Se le da el espacio y la difusión que merece un personaje público cuando hace una declaración importante, como si la cantidad fuera más importante que la calidad y la atención del público debiera fiarse en la apariencia antes que en los hechos y los dichos registrados en la historia.

La memoria de los excesos en el gasto público, la bonanza personal con ascenso logrado coincidentemente durante el período de gobierno, los represos inexplicables, el desfondo del Isssteson, la opacidad financiera, la intentona de vender patrimonio público, la ilegal detención y la tortura de una empleada doméstica, Gisela Peraza Villa por supuesto robo, el encarcelamiento y su posterior liberación tras varios años de ignominia y litigio, son algunos puntos oscuros en la trayectoria del exgobernador panista Guillermo Padrés Elías, referida solamente a su paso por la administración estatal (La Silla Rota, 16.02.17 y 17.02.17).

La narrativa de un presunto delincuente que dice ser la inocente víctima de persecución política, de los abusos de poder del priista Peña Nieto ejecutados por la siniestra mano del entonces Secretario de Gobernación ahora senador Osorio Chong, no convence sino que da cuenta de la hipocresía y el cinismo del personaje y la línea mediática que ha seguido la oposición.

Ante la afirmación de Padrés, referida a la supuesta orden de Peña Nieto para que cerrara el Acueducto Independencia, el propio Osorio Chong negó categóricamente que en sus encuentros oficiales se haya dado esta orden y que tampoco fue tema de conversación o acuerdo entre ellos, echando por tierra el supuesto de una venganza y la consecuente persecución política del citado exgobernador (Aristegui noticias, 27.10.21).

Como usted sabe, en el nivel nacional se han emprendido reformas que en lo general apuntan hacia el rescate de las instituciones secuestradas y mediatizadas por el neoliberalismo, afectando los intereses de ciertos gobiernos estatales y los empresarios adheridos a una cúpula conservadora que pone el interés de las corporaciones extranjeras antes que el nacional, como es el caso de las empresas eléctricas, mineras y financieras.

Las reacciones han sido histéricas, echando mano de movimientos supuestamente ciudadanos, organizaciones no gubernamentales, obras pías y entidades caritativas, con el fin de no pagar impuestos, recibir descuentos y devoluciones, orientar el rumbo de la hipocresía institucionalizada y ejercer un poder extralegal que nada tiene que ver con las legítimas manifestaciones de la ciudadanía organizada. 

Actualmente se ha visto con claridad cómo la prensa tradicional y no pocos medios electrónicos están sirviendo de paleros mediáticos, de plañideras mercenarias de los intereses del neoliberalismo de guarache, periférico y subordinado a los núcleos de poder.

También se ha visto cómo la estrategia de la victimización es recurrente por parte de verdaderos hampones de la política y los negocios, que hacen gala de una enorme capacidad de generar distractores sociales y de manipulación de la opinión pública en favor de causas que, en buena lógica, deben ser declaradas perdidas por su obsolescencia histórica, porque apegarse al viejo y hediondo sistema de privilegios es no sólo un anacronismo sino una verdadera y costosa perversión social y política.

En nuestro pasado reciente político tenemos casos de verdaderos abusos de poder, de dispendio, de saqueo inmisericorde del erario, de complicidades y actos que de ninguna manera escapan a la definición de corrupción, dentro de gobierno y fuera de él, tan así es que el propio expresidente Peña Nieto, impulsor del vicioso y traidor Pacto por México (suscrito por el PRI, PAN y PRD), llegó a afirmar de la corrupción era un asunto “de orden cultural” (Animal Político, 09.09.14).

La bronca está en considerar que un sistema complaciente y reproductor de conductas corruptas deba ser conservado y protegido aun a costa del interés público nacional y local.

Lo anterior plantea la urgencia del cambio de hábitos, de mentalidad, de costumbres que permitan rescatar la tranquilidad y el progreso de todos, en el marco de las leyes cuya aplicación no sea negociable, manipulable y desechable; y aquí aparece el espantajo que representa al Poder Judicial, aun cooptado por los personeros de la corrupción que reclaman impunidad y hasta lástima y comprensión.

Así pues, los lloriqueos de la corrupción convertida en víctima, la sebosa parcialidad de la prensa por encargo, la ausencia de probidad del ministerio público, de los jueces y magistrados, exige una ciudadanía vigilante, atenta a descubrir y denunciar la manipulación, ahora representada por los opositores defensores del pasado que se niega a morir y da patadas de ahogado ante la sola amenaza de ser llamado a cuentas.

Ya deberían de haber entendido que ni con una o mil entrevistas o declaraciones de limpieza van a borrar lo que es del conocimiento público, y que debe ser abordado con seriedad, formalizado y juzgado con estricto apego a la verdad por parte de las autoridades competentes.


sábado, 23 de octubre de 2021

Influencers

 

“La tecnología es un sirviente útil, pero un jefe peligroso” (Christian Lous Lange).

 

Abundan las personalidades instantáneas gracias a los medios de comunicación electrónicos, que permiten que cualquiera con un teléfono inteligente (sic) pueda convertirse en momentánea competencia de González Iñárritu o Del Toro.

La grabación se cuelga en alguna plataforma popular y ¡listo!, tenemos a un “influencer” que desparrama su vacuidad a los cuatro vientos y se siente ancho, realizado como ser holográfico en el mundillo de los anónimos con pretensiones de ser.

La realización como ser humano existente en el aquí y ahora de la masa, pasa por el lenguaje desparpajado, de calculada vulgaridad y estridencia, la búsqueda patológica de la novedad, de lo llamativo, como si salir a cuadro fuera el objetivo de la vida y los milagros de Juan Pérez.

De repente surgen como hongos los remedos de periodista, de cineasta, de realizador de sueños más allá de la humedad hogareña e intimista y tenemos a alguien que siente ansias de ser reconocido públicamente, de alguien que grita que existe, que lo “pelen”.

Todo está bien hasta que está mal, diría Perogrullo, y en el caso de la Guardería ABC las cenizas aún despiden olor a muerte y malestar que ofende a las familias y a toda la sociedad hermosillense. En este caso, como puede haber otros, el respeto esperado en memoria de los pequeños muertos y afectados en su salud es obligado y exigido por todos.

Molesta y preocupa que la falta de empatía, el sensacionalismo barato y absurdo de algunos pase por encima de la memoria y el dolor de muchos.

Que un imbécil armado de una cámara grabe en el lugar como si no fuera significativo para las familias afectadas, como si no se considerara la escena de un crimen es inaudito, y merece que se tomen las medidas legales a que haya lugar, independientemente del justo reclamo popular.

En otro asunto, va avanzando la reforma eléctrica propuesta por el gobierno federal, con el ánimo de que el país recupere el espacio económico malbaratado por los gobiernos anteriores, en una acción que no nos lleva al pasado, sino que reivindica el derecho de México a disfrutar de sus recursos, hasta ahora saqueados por el capital extranjero.

Para nada se afecta la inversión extranjera pero sí se pone un tope a la desmedida ambición de las transnacionales, a quienes se exige vuelvan al cauce de la legalidad y el respeto a nuestra soberanía.

Lo increíble del asunto es que los organismos cúpula empresariales nacionales (sic) se ponen de lado de los exploradores y saqueadores extranjeros, quizá porque la iniciativa presidencial revela cuán sucia es la energía que insisten en comercializar y cuán profunda es la cloaca de donde emergen estos reclamos.

Tenemos empresarios que no quieren pagar impuestos, que buscan las maneras de evadir al fisco, de pagar menos y que además se les devuelva lo pagado; por eso se oponen a la miscelánea fiscal, a la reforma eléctrica, al progreso de la nación.

Chillan y se rasgan las vestiduras por las medidas económicas del actual gobierno, apoyados por el remedo de prensa que vive del chayote, del sicariato informativo, en un intento desesperado de que el pueblo no recupere lo que por derecho le corresponde.

Me parece que no es exagerado afirmar que los conceptos vertidos por Marcelino Cereijido en su libro “Hacia una teoría general sobre los hijos de puta” se pueden aplicar aquí con absoluta justicia.

¿Por qué, si no, la llamada iniciativa privada (Coparmex y similares con clara vocación de servidores del capital extranjero) se opone a las reformas que son probadamente justas y necesarias en lo económico y lo social?

¿Cómo, si no, explicar la rabiosa campaña contra todo aquello que afecte la cómoda posición de parásito en engorda que ocupan con tanta satisfacción y descaro?

Mientras los miembros de un empresariado apátrida e inmoral hacen lo suyo en España y otras latitudes, la realidad demuestra la crudeza del robo de las compañías eléctricas “limpias y sustentables”, la inseguridad que venden a precio de oro al consumidor cautivo, el despojo legalizado por parte de gobiernos complacientes y colonizados.

Sin duda, la hijoputez es un fenómeno reconocible en la clase empresarial y política de la oposición. Pero es hora de limpiar y poner orden en la casa.


sábado, 16 de octubre de 2021

Los cambios de lugar

 “Aparentar tiene más letras que ser” (Karl Kraus).

 

En estos tiempos se supone que cambiar es progresar, pero la realidad no se conforma con buenas intenciones ni ocurrencias. Se requiere que la naturaleza de los cambios incida en la modificación de la realidad para el bien común.

En este supuesto, las transformaciones nacionales cuyo punto de partida sea la administración federal deberán tener sentido y dirección; es decir, ser necesarias y basadas en un plan que conduzca hacia la mejora de su funcionamiento y eficacia.

Como se sabe, uno de los cien compromisos asumidos por el actual gobierno fue el de descentralizar algunas dependencias del Ejecutivo federal.

Así pues, el presidente dice que la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) se va a Cd. Obregón, Sonora, Petróleos Mexicanos (Pemex) a ciudad del Carmen, Quintana Roo, Secretaría de Educación Pública (SEP) a Puebla, la Secretaría del Bienestar a Oaxaca y la Secretaría de Salud (Ssa) a Acapulco, Guerrero (El Imparcial, 14.10.21).

Hasta la fecha no queda muy clara la necesidad de trasladar las Secretarías de Estado fuera de la Ciudad de México siendo que el problema mayor está en la operación. Si el cambio es solamente de lugar, los futuros viajes para efecto de trámites burocráticos serán a Puebla, Quintana Roo, Guerrero, Sonora, o a tal o cual entidad federativa en vez de a la capital de país.

Se dice que es por la descentralización, pero mover una dependencia de un lugar a otro no hace la diferencia ni responde al concepto y, en todo caso, servirá simplemente para descongestionar un poco el centro político y administrativo de la nación, para congestionar otros. Pero eso no es descentralización.

Lo que sí parece una buena decisión en términos de descentralización es la de eliminar a los llamados “superdelegados” y, en todo caso, dejar a los gobiernos estatales las responsabilidades y los apoyos necesarios para su cumplimiento, justamente para evitar la duplicidad de funciones y el exceso de oficinas, representaciones y costos.

Lo importante, en este caso, es el cumplimiento de las funciones y objetivos de cada dependencia así como la coordinación entre el gobierno federal y el estatal, sin sobrecargar las nóminas y los costos de operación de las diversas oficinas.


Otro asunto que llama la atención es el de la aprobación de un crédito por 180 millones de pesos, y que la autoridad municipal de Hermosillo se ponga a solicitar 6 mil millones de pesos como “apoyo para la pavimentación”.

Hermosillo es el tercer municipio más endeudado del país, y se espera que en vez de aumentar la deuda se pongan a trabajar en serio en la revisión de la plantilla de personal, los aviadores, los sueldos, los gastos personales a cargo del erario, los gastos superfluos, el mejoramiento de la recaudación en el predial, el agua y otros rubros que requieren de urgente mejora y transparencia.   

Pero, hablando de salud y seguridad social, urge que los organismos afiliados al Isssteson respondan al rezago que tienen en materia de aportaciones. Considere usted lo complicado de la situación si a los trabajadores se les descuentan cuotas y los organismos retenedores no reportan los fondos al Instituto.

La recuperación de los adeudos y de los fondos robados en las pasadas administraciones debe ser prioritario, como también lo es la austeridad y transparencia en el gasto, la reducción del costo de la nómina eliminando plazas que no estén justificadas, el control y la legalidad del monto de las pensiones asignadas, en referencia a aquellas demasiado altas como para ser sostenibles.

La ciudadanía requiere una relación directa con el Isssteson, sin intermediarios ni riesgo de manipulación política o mediática; es decir, que la atención al derechohabiente sea directa, eficiente y responsable, tan sencilla como acudir a la ventanilla correspondiente y salir con una respuesta acorde a la necesidad planteada.

Hasta ahora la nueva directiva ha dado pasos alentadores en la gestión de medicamentos y materiales de curación y en el pago puntual de las pensiones, pero la sociedad espera que ahora sí haya estricta vigilancia en su operación diaria y que finalmente sea posible que la honestidad se haga costumbre.


viernes, 8 de octubre de 2021

De medallas y apagones

 “La vida social ya se ha transformado en una vida electrónica o cibervida” (Zygmunt Bauman).

 

Como se sabe, la maestra Ifigenia Martínez, exdirectora de la Escuela (hoy Facultad) de Economía de la UNAM ha merecido la medalla Belisario Domínguez del Senado de la República. Se rinde homenaje a una mujer de palabras y acciones, economista impulsora de su ciencia que ha tenido un papel relevante en el acontecer político y académico nacional, progresista sin amaneramientos, seria y puntual en sus opiniones y, sin duda, una profesional de la Economía con trayectoria ejemplar.

El presidente López Obrador había anunciado que no acudiría a la entrega por razones plenamente justificadas: la amenaza de agresiones y sainetes por parte de la turba opositora encabezada por Lilly Téllez, la mediática señora que entró al Senado por la puerta de Morena para luego formar parte del rebaño azul y estar dedicada obsesivamente a abanderar el lado más perverso y vulgar de la política de oposición.

Como ciudadano perteneciente al gremio de los economistas aplaudo el reconocimiento a la maestra Martínez y la prudencia del presidente, siempre asediado por la estupidez convertida en libertinaje declarativo, sebosamente mediático y vacío de contenido útil para la marcha del país, el lado opuesto a los hechos y las palabras de mujeres honestas y congruentes como la homenajeada con la Medalla Belisario Domínguez.

El lunes 04 de octubre tuvimos un apagón de redes sociales, resultando que WhatsApp, Facebook e Instagram dejaron de funcionar y hubo fallas en Twitter. Muchos usuarios alrededor del planeta se sintieron momentáneamente mudos, ciegos y huérfanos, sin un objetivo real en la vida, abandonados a la realidad cotidiana y las acechanzas de los medios de información y comunicación convencionales.

La ducha fría, el azote de la desesperación por la interrupción comunicacional con los contactos y amigos, paralizó la ocupación diaria y continua de muchos opinantes gratuitos sobre todos los temas imaginables, paralizó foros, chats, grupos y expectativas de ser y existir de los fanáticos de la opinión anónima, de los cangrejos digitales que navegan por el mundo del algoritmo sin cara ni nombre, instalados en la comodidad del anonimato declarativo, pero con filias y fobias que abren los caminos de la vacuidad instantánea.

El lado bueno del apagón consiste en haber dejado en claro que el Internet no es infalible ni seguro, además de no ser tan abierto, ni tan democrático, ni tan accesible a todos los contenidos.

De repente, salta a la vista el carácter privado de las redes “sociales”, la preeminencia de intereses económicos y políticos de los grandes grupos empresariales que controlan el espacio cibernético, y la existencia de una especie de centro de control cuyos dominios son la opinión, las modas, el comportamiento social y las prioridades que la gente común considera como propias, además de las causas que deben ser defendidas, y la interpretación “correcta” de los hechos locales y mundiales.

Su opinión y la mía necesitan, para ser conocidas, de la anuencia de alguien ajeno y distante, cargado de dinero y tecnología, que dispara proyectiles de persuasión masiva capaces de destruir las resistencias culturales, morales e intelectuales de sus víctimas, de los más colonizables política y culturalmente.

El apagón deja en claro qué tan dependientes somos de algo que es, esencialmente una herramienta de manipulación masiva, y qué tanto ha avanzado el proceso de domesticación de la humanidad llevado a cabo por el capital internacional y sus sicarios informáticos.

No sería raro que surgieran iniciativas para el desarrollo de redes nacionales libres, ajenas al interés privado que rescataran el sentido de pertenencia nacional, que honraran la cultura y valores de cada nación, sin intromisiones ni deformaciones emanadas de la inmensa cloaca de los intereses transnacionales que, como queda demostrado, se creen con el derecho de marcar la ruta económica, cultural, política e ideológica del mundo.

En otro asunto, ¿el problema del Isssteson se debe a la obsolescencia de la ley, a los sindicatos, a los derechohabientes, o a los avances de la privatización de la seguridad social mediante subrogaciones de servicios y compras con sobreprecio, a la corrupción y al saqueo constante de sus recursos y, en particular, del fondo pensionario?

El gobernador Durazo dijo que no va a patear el bote como las administraciones anteriores, pero no estaría de más que aparte de reconocer los abusos del pasado se establecieran las responsabilidades administrativas y penales de los causantes del daño patrimonial, en vez de buscar culpables entre los directamente afectados.

Recordemos que la seguridad social es un derecho laboral y social cuya tutela corresponde al Estado, por lo que la situación crítica actual no puede ni debe resolverse con el simplismo de los palos de ciego, de los simples juegos numéricos, de las nuevas y viejas complicidades, y el absurdo de dejar al mercado la responsabilidad de la asignación de recursos y soluciones a un problema que estrictamente corresponde resolver a la autoridad estatal. Hora de ponerse las pilas.


Un camino lleno de baches

 “Los resultados de los cambios políticos rara vez son los que sus amigos esperan o que sus enemigos temen” (Thomas Henry Huxley).

 

Se han cumplido dos semanas del inicio del nuevo gobierno, y se han encontrado retos descomunales: tenemos un Estado financieramente tronado, con una deuda que rebasa los 22 millones de pesos, lo cual es suficiente razón para apoyar un esfuerzo importante y congruente de austeridad y control del gasto, además de una fuerte gestión de recursos emergentes para “detener el cerco” mientras se controla el desastre heredado de las administraciones anteriores, con especial mención de las dos últimas.

Remendar la ruta hacia el progreso de Sonora no es cosa fácil, pero tampoco imposible. Se requiere un gobierno que no desperdicie recursos, que tenga el hábito de justificar cada gasto, que responda a las demandas de transparencia y austeridad, que sea capaz de reestructurar la administración pública para evitar la duplicación de funciones, la exageración y opulencia de sueldos y compensaciones, bonos, premios y prebendas a cargo del erario.

La realidad exige que se gaste con sentido social, que se privilegie la utilidad pública y se evite a toda costa el beneficio privado a costa del público, de suerte que sea un gobierno para todos y bajo la vigilancia de todos.

Lo anterior sugiere que la aplicación de auditorías y el establecimiento de responsabilidades es parte del quehacer obligado para romper inercias y complicidades perversas.

Frente a este panorama resulta preocupante ver que en el carro de la recuperación de Sonora aparezcan como pasajeros algunas muestras de la pedacería política del pasado reciente, o con perfiles sin relación con las altas funciones del Estado, pero ungidos gracias a su aparente proximidad con alguna autoridad emanada de la coyuntura del 2018; sin embargo, es de esperar que la mano amiga del presidente apoye los esfuerzos de poner orden en la casa, ahora a cargo del gobernador Durazo.

La reciente visita del primer mandatario de la nación puso el acento en la reconciliación y la justicia para la tribu yaqui, restituyendo las tierras que les había concedido por decreto el presidente Cárdenas, así como el distrito de riego que hará posible su progreso.

La bronca estará en qué tanto aprovecharán los yaquis auténticos estos beneficios y qué harán para evitar que los agricultores del valle sigan colgándose de las tierras y el agua de este pueblo para sus negocios particulares, o sus manipulaciones políticas a nombre de los pueblos originales.

El parasitismo político, el rentismo, la ignorancia y en buena medida la indolencia de los propios afectados ha sido la clave de la bonanza de ciertos agricultores gandallas, que aplaudieron a rabiar la petición que hizo Cuauhtémoc, el decrépito hijo del general Cárdenas, en su visita a la entidad, en el sentido de cancelar el Acueducto Independencia y dejar chiflando en la loma a Hermosillo.

El presidente AMLO fue prudente y dejó claro que existen formas de resolver el problema del agua sin dejar desprotegidos a los hermosillense. Para el presidente, la cancelación del acueducto no es de “obvia y urgente resolución”, y que bien que piense así.

Hablando de Hermosillo, la capital de los baches, tenemos que fue creado un nuevo organismo que, de funcionar, conjuntaría los esfuerzos ciudadanos con los del autoridad municipal para resolver problemas concretos en los barrios y colonias.

Hablamos de los comités vecinales que puso en marcha el nuevo presidente municipal donde la participación ciudadana será la clave del éxito, rescatando así el sentido de la institución municipal.

Al menos en la parte enunciativa, parece haber coincidencia con lo dicho por el gobernador cuando establece que el gobierno será “al ras de tierra”, es decir, en comunicación constante y propositiva con los ciudadanos.

Tenemos algunos asuntos pendientes, como son los relativos al estado y funcionamiento del Isssteson, tradicional caja no tan chica de los gobiernos anteriores, tanto como, por ejemplo, el DIF estatal o municipal, coto de caza de parientes y amigos de quien ejerce la autoridad ejecutiva.

Habría que revisar algunas leyes y adecuarlas a los propósitos transformadores nacionales y locales, sin caer en las simplezas de moda, sin hacer del Poder Legislativo la caja de resonancia de arrebatos pueriles y de dudosa urgencia y obviedad en su resolución. Se requiere y exige seriedad legislativa.

Seguramente merece revisión puntual la Ley Minera y la Ley de Aguas, facilitadoras de la entrega de los recursos nacionales (y locales) a la voracidad de las empresas trasnacionales, sobre todo canadienses, estadounidenses y otros depredadores del mundo anglosajón con pujos neocoloniales, lo cual adquiere particular relevancia a la luz de las existencia de Litio en nuestro territorio.

En ese mismo tenor, se debe abandonar la absurda idea de servir de reserva estratégica a los estados fronterizos del vecino del norte. Dejémonos de pamplinas tales como la “megarregión” y centrémonos en el desarrollo del estado y la región e impulsemos proyectos de integración, pero con el lado mexicano.

Hagamos crecer y desarrollarse a la entidad y la región, pero no a costa de nuestro futuro y soberanía. Querer es poder.