Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

domingo, 28 de mayo de 2023

NUEVO FISCAL EN SONORA

 “Una cosa no es justa por el hecho de ser ley. Debe ser ley porque es justa” (Montesquieu).

 

Como era de esperarse, pasó sin objeción la propuesta del gobernador para titular de la Fiscalía sonorense. Las manos levantadas revelaron que la ley de gravedad puede ser vencida cuando hay voluntad política de obsequiar un “sí” al jefe del Ejecutivo del Estado, así que Gustavo Salas, doctor en Derecho Penal es el ungido.

Los señalamientos del grupo Buscadoras por la Paz Sonora, A.C., referidos a sus antecedentes de espionaje y violencia contra defensoras de derechos humanos y periodistas cuando el hoy fiscal era el titular de la Subsecretaría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), durante el gobierno de Peña Nieto, sonaron tanto como el pedo de un muerto en despoblado (El Imparcial, 23/04/2023). Pero Fiscal habemus.

De entrada, le confieso que cualquier funcionario “de alto nivel” incubado en los gobiernos del Fox, Calderón y Peña Nieto me produce agruras, una sensación de traición anticipada por el simple análisis de los antecedentes.  

No sé si será prejuicio, una mala opinión por venir de la cloaca política y administrativa del Prian, pero si las cosas se juzgan sin su contexto nos quedamos con el título universitario, con la “experiencia” en cargos que huelen a podredumbre posfechada gracias a personajes tan conocidos como García Luna, entre otros que forman parte del elenco en el anecdotario judicial binacional.

¿Seremos víctimas de un engaño colectivo donde la legalidad por encargo suple a la justicia? ¿Los ajustes de cuentas y pagos de deudas corren a cargo del Poder Judicial en cualquiera de sus dimensiones?

No lo sé. Lo que sí sé es que cuando hay antecedentes que ponen en duda la idoneidad de una candidatura o propuesta, el asunto debe revisarse con calma y decidir sólo cuando se tiene claro que las acusaciones contra el postulante son infundadas.

Espero que los diputados hayan valorado las manifestaciones a favor y en contra y, más allá de lo apantallante de los cargos y títulos, se haya actuado con justicia y no por consigna. Sería trágico de no ser así.

En otro asunto, Hermosillo se viste de fiesta pueblerina con cierre de calles, avenidas y bulevares por el aniversario de la fundación de la ciudad capital de Sonora. Una megafiesta con tintes rancheros en una ciudad cuya dinámica poblacional y de transporte son un verdadero dolor de cabeza parece una broma. Pero no lo es.

Los festejos siempre ocasionan una buena derrama de dinero, flujo turístico, mayor movimiento comercial, pero optar por la idea de la festividad popular focalizada en ciertos puntos neurálgicos, como en el cruce de Luis Encinas y Rosales, suena a constipación vial en grandes proporciones. Pero viva la fiesta, convertida en el escenario de la pobreza cultural del Ayuntamiento.

Para los que sospechan que México está siendo tratado con la misma receta que otros países de Latinoamérica y más allá, mediante los golpes de estado legislativos con el fin de detener la “ola izquierdista impulsada por Cuba”, Venezuela u otros infiernos ideológicos, les sea fácil reconocer la creciente intervención del Tío Sam en muchos asuntos de interés regional, por ejemplo, energía limpia, puertos, minería en general y Litio en particular, además de moral pública y limpieza administrativa, donde destaca el regalo que significa el Plan Sonora para los “inversionistas” de allende el Bravo.

La extralimitación de las facultades del Poder Judicial, ya en plan de enemigo del Ejecutivo y el Legislativo, hizo que a la estabilidad institucional se la cargara el payaso, lo que en simples y llanas palabras es un ataque directo contra México, alentado y patrocinado por nuestros vecinos del norte y ejecutado por mexicanos maiceables y amigos de las embalsamadas consignas de los tiempos de la guerra fría.

La reumática falacia de las intervenciones gringas como sinónimo de libertad y democracia queda documentada, como se puede ver en Irak, Afganistán, Libia, Siria y otros países con olor a petróleo e ideas propias. Queda claro que complacer los vicios y perversiones de los gringos es como dispararse un tiro, no en el pie sin bastante más arriba.

En igual sentido, es absurdo imitar los usos y prácticas normales de su gobierno, las trapacerías entre agencias, donde la DEA señala con dedo flamígero a México por el asunto del fentanilo y el creciente número de muertos y consumidores afectados por la droga, pero que es demandada rabiosamente en las calles donde los traficantes hacen fortunas instantáneas.

El combate a las drogas suena a chiste cuando se recuerda el papel de la droga en el escándalo Irán-Contra (ver Wikipedia), o el auge de la producción de opio a partir de la intervención de EUA en Afganistán, o la demanda masiva de drogas adictivas y su venta legal, con plena conciencia de la DEA (La Jornada, 25/05/2023). El doble rasero como norma moral.  

Sin duda EUA es un buen ejemplo a evitar, donde la mano del Ejecutivo no sabe lo que hace la judicial, y donde el Legislativo trabaja para las empresas transnacionales y hace que florezca la industria militar.

Como quiera que sea, la traición flota en el aire, y el Poder Judicial está marcando la nota. ¿Sonora estará blindada o ya forma parte del enjuague? La duda me corroe las pestañas.


 

sábado, 20 de mayo de 2023

AQUÉLLOS VIEJOS MAESTROS

 “La educación es un acto de amor, por tanto, un acto de valor” (Paulo Freire).

 

Aún está fresca la tinta empleada y la saliva esparcida en elogio al magisterio, a las esforzadas huestes del saber y la cultura que, desde las aulas, el laboratorio, el seminario o coloquio forman las generaciones del futuro nacional.

Aún queda el eco de los encendidos discursos, de las bienaventuranzas del aumento salarial conmemorativo, de cuánto le debemos al docente (sobre todo el del nivel básico), a quien conserva la memoria de lo que fuimos, del conocimiento acumulado por la humanidad, del celoso vigilante de las formas, del que rescribe sin faltas de ortografía los dichos y los hechos de la epopeya nacional.

Tras la gratitud conmemorativa se desvanecen los globos y las serpentinas, las comidas y los brindis onomásticos, los recuentos del antes y el después en materia de salario y seguridad social, los avances que hablan de justica social y reconocimiento tabular a quienes viven y mueren el 15 de mayo, gloria efímera al servicio de la ocasión.

Con el ascenso de la ola del día, los sindicatos repintan blasones y se cuentan a sí mismos los logros, las conquistas y las luchas denodadas de las siempre atentas y oportunas dirigencias, de la egregia integridad del líder, de su esfuerzo incansable por permanecer a la vanguardia en beneficio de los trabajadores, con independencia de la voluntad de éstos.

El magisterio real, vivo y actuante sabe de que existen diferencias sustanciales que no se han podido o querido remontar en la distribución y acceso a las plazas, en el ascenso escalafonario, en la llamada carrera magisterial donde la hegemonía del documento pasa sin ver las trayectorias vitales, el trabajo en el aula, los esfuerzos vertebradores de identidades y acentos culturales regionales.

Si en el nivel básico se acrisola el futuro de muchos, en el superior se construye el de pocos, en una marea selectiva donde no es de extrañar la preeminencia del apellido, la colocación de la familia en la cadena alimenticia, sus intereses y conexiones, incubados en la institución de egreso y determinadas empresas.

Ante el achaparramiento de la licenciatura, viene el auge comercial del postgrado, de la calidad prestigiosa del Alma Mater, para algunos preferentemente privada y dadora de lustre de importación al apellido y especialidad del egresado.

Por otra parte, la universidad pública se debate entre la amenaza de la masificación y la selectividad interna donde se tejen las redes del futuro y el éxito de no pocas carreras docentes y de investigación. Como en muchas partes, se crean y prosperan familias a la sombra del presupuesto educativo.

Pero, más allá de posibles casos de influyentismo o nepotismo, parte del inventario de las mil y una formas de corrupción existentes, no estaría mal hablar de los maestros, de aquéllas personas cuya cercanía e influencia marcó con fuego el futuro de otros.

A reserva de considerar otros recuerdos y contextos, la fecha conmemorativa del 15 de mayo me hace ir a la primaria, donde de primero a cuarto brilla con luz propia Tita Luna, notable en el difícil arte de enseñar las primeras letras.

Don Luis Durazo Moreno, maestro de quinto y sexto en el Colegio Central de Comercio frente al Parque Madero. El profesor Luis Durazo Moreno fue más allá de lo estrictamente obligatorio al también enseñar locuciones griegas y latinas, ajedrez, redacción y, sobre todo, un sano ejercicio de convivencia imaginativa y colaborativa entre sus alumnos.

En la Secundaria de la UNISON fue relevante el papel de la maestra Guadalupe Gómez de González, al lado de Aureliano Corral, Carlos Gámez, Armando Quijada y Amadeo Hernández Coronado, entre otros muy estimados docentes. La maestra Guadalupe, seria y disciplinada, nos abrió las puertas de la Historia y la cultura universal a golpes de gis y constancia.

En la preparatoria, va mi gratitud y reconocimiento al Ingeniero Alejandro Dueñas Durán y al Dr. Mario Padilla Chacón, dos gigantes de sapiencia y humanidad sin regateos.

En la carrera, imposible no rendir un emocionado homenaje a Francisco Xavier Navarrete Santana, sociólogo cuantitativo y excepcional analista, formador de generaciones de practicantes de la Ciencia Económica; en el mismo sentido al maestro Humberto Carlos Mur Gutiérrez, boliviano exiliado político y académico de la UNAM, así como al politécnico Ramón Figueroa Rendón.

En los estudios de Especialización, merece mención particular la maestra María Teresa González Saavedra, abogada y dueña de un criterio social y jurídico admirables. 

En la Maestría se agradece el conocimiento y la entrega de Guillermo Aullet Briviesca, investigador politécnico sobre Historia de la Ciencia en México y notable expositor en temas de Historia y Filosofía de la Ciencia.

En el doctorado, imposible dejar de reconocer la capacidad didáctica y el conocimiento experto de Arturo Guzmán Arredondo, cuyo manejo notable de los enfoques cualitativos en investigación me sigue marcando rumbos y descubriendo escenarios; y qué decir de Armando Flórez Arco, matemático cubano de grandes prendas intelectuales.

Este 15 de mayo, más allá de la figura abstracta e idealizada del maestro, sirvió para recordar a quienes, desde su trinchera, las más de las veces modesta, poco reconocida y a veces ninguneada, hacen el trabajo heroico de moldear la mente y fortalecer el espíritu de los futuros profesionistas mexicanos, con amor al conocimiento, con lealtad a la patria, con visión de futuro y respeto profundo e informado sobre nuestro pasado e identidad.



sábado, 6 de mayo de 2023

LOS USOS CEREMONIALES DEL PASADO

 “Si no tenemos Seguridad Social, nuestros ancianos vivirían más que nada en la pobreza. Tendrías a otros 18 millones de personas en la pobreza” (Michael Moore).

 

El mero día de la Santa Cruz, en el que se celebra la labor de los albañiles, hubo convocatoria multitudinaria en el centro de convenciones Expoforum, enorme lugar que da un toque versallesco a cualquier acto donde se requiera una muchedumbre cuyo tiempo y disposición esté determinada por la necesidad y la oportunidad.

El “evento” a realizar fue la entrega de las nuevas tarjetas del Banco del Bienestar a los beneficiarios del programa para adultos mayores, en sustitución de aquella empleada desde su incorporación al programa, Azteca, por ejemplo.

En mi caso (ya que soy uno de los suertudazos por vivir mi adultez mayor en esta etapa de la historia nacional) había previamente recibido llamada telefónica señalando que la cita era a las 11 AM. Llegué 20 minutos antes y, para mi sorpresa, me topé con una fila impresionante, enorme e inmóvil.

Me enteré de que a todo mundo lo habían citado a esa hora, que los accesos al Expoforum estaban cerrados, que estaban esperando a los encargados para que abrieran, que la fila avanzaría una vez que este asunto se resolviera.

Tras una hora de espera, agónica para muchos que se movían con dificultad por edad, cansancio o enfermedad, pudimos llegar al acceso al recinto, entramos para ser ubicados por orden de almacenamiento en unas sillas que debían se ocupadas: a cada asiento una nalga.

Los “servidores de la nación” revoloteaban entre las filas, recogían documentos y entregaban la codiciada tarjeta del “banco de los mexicanos”, a un ritmo que denotaba eficiencia y cuidado, en medio de mensajes de audio cuyo volumen era sospechoso de ser un arma de confusión masiva.

Entre las idas y venidas de los “servidores de la nación” y algunas imágenes promocionales en las pantallas dispuestas en el recinto, se oía de vez en cuando la advertencia de que “ya está por iniciar el evento”, y que los pacientes abuelos cautivos deberían permanecer en sus lugares.

Cuando todo iba fluyendo, salió el peine de a qué se referían con el “evento”: llegarían “las autoridades”, entendido por esto el gobernador, la secretaria federal del Bienestar, la local de lo mismo y el delegado Taddei. Los eventuales abucheos no se hicieron esperar.

Así pues, se suspendió la entrega real de tarjetas para dar paso a la “entrega simbólica de tarjetas”, al mensaje de cada uno de “las autoridades” que nos regalaron una buena selección de lugares comunes, un anecdotario personal “a ras de tierra” en una especie de baño de pueblo aguado y redundante.

Media hora después pudo continuar el acto formal de la entrega de tarjetas, con lo que se evaporó el ridículo retaque protocolario que quiso pasar por ser el “evento” principal. Cerca de las tres de la tarde salí con mi tarjeta y la grata impresión de que los llamados “servidores de la nación” cumplen con seriedad y entusiasmo su tarea.

También me quedó la impresión sebosa y molesta de que las “entregas simbólicas” son una vacilada de cara a la entrega física de las tarjetas. Es decir, el evento con autoridades no tenía sentido, salvo para subrayar la generosidad del asistencialismo gubernamental y cómo funciona la barita mágica del presupuesto.

Ahora, si la pensión para adultos ya es un derecho constitucional, entonces ¿para qué se necesitan actos versallescos con fuerte tufo neoliberal donde se quema incienso a la figura del mandatario, del alto funcionario, del burócrata de medio pelo que se placea en el Expoforum?

Me queda la sensación de que el presidente López Obrador no tiene equipo, salvo un grupo de chapulines y trepadores que hacen lo que mejor saben hacer: reciclar las viejas prácticas del asistencialismo con fines de autopromoción. Triste papel.