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miércoles, 27 de mayo de 2009

De Kafka y otros cuentos


Las notas periodísticas abundan en elementos que nos hacen recordar a Franz Kafka y pensar que, probablemente, un funcionario universitario de la actualidad hubiera sido un buen personaje de alguna de sus obras, lo que aplica también para algunos maestros. Lo anterior tiene por fundamento lo siguiente:

Arturo Ojeda de la Cruz, secretario general administrativo, dijo que la universidad realizó gestiones con otras instituciones para dar clases fuera de la institución, lo que no trastoca el estado actual de huelga puesto que el STEUS tiene suspendidas sus labores y los docentes reciben y mantienen su sueldo y prestaciones.

Eusebio Pillado, director del sistema Cobach de Sonora, accede aprestar algunas aulas en “solidaridad” con la Unison.

Manuel Tapia Fonllem, presidente de la Comisión de Derechos Universitarios (organismo de la administración), ha emprendido una campaña en los medios de comunicación en apoyo a la posición expresada por la administración universitaria, en el sentido de que la impartición de clases fuera del campus universitario no afecta el derecho de huelga.

Alfredo Padilla Barba, médico jubilado del Seguro Social, da clases de cardiología en la iglesia “Resurrección” de la colonia Las Quintas, por apoyar a los estudiantes para que no pierdan el semestre, aunque reconoce que no se cuenta con el equipo necesario.

Francisco Obregón, coordinador del programa de comunicación del departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, se comunica por correo con los maestros del área y les pide que reporten avances y necesidades de espacios físicos para gestionarlos.

Por el otro lado, subrayo estos ejemplos:

Docentes de la unidad sur de la Unison, con sede en Navojoa, comenzarán a impartir clases en las banquetas frente al campus universitario, luego que fue rechazada la posibilidad de dar clases extramuros, “ya que se estaría violando el contrato de trabajo”. Los maestros solicitan a los alumnos presentarse frente a las instalaciones de la Unison, así como llevar silla y agua.

Sergio Barraza, secretario general del STAUS, declara que: Resulta ilegal que los docentes impartan clases por fuera de la Universidad de Sonora, cuando la institución tiene estallamiento de huelga por parte del Steus, y reiteró el llamado a sus agremiados para que no den clases extramuros. La administración debe resolver el problema de fondo.

Carlos Miguel Luna Zavala, estudiante de Ingeniería Electrónica, señala que los alumnos no cuentan con la infraestructura, equipo, materiales y talleres que se encuentran en la Universidad de Sonora, donde deben asistir a clases. Señala que “las clases extramuros son una ofensa para los estudiantes, dar clases en una preparatoria que no tiene la infraestructura de la Universidad es sacarle la vuelta al problema”.

La maestra Lilia Encinas, responde el correo de Francisco Obregón y le dice: “… Creo que nuestra postura ante el legítimo movimiento de huelga debe ser de respeto por la instancia más enérgica capaz de ejercer presión, como lo es la suspensión de labores. Entiendo y comparto su preocupación por la afectación que esto implica para nuestros estudiantes ante el riesgo de perder el semestre, pero la responsabilidad de que esto no suceda así, no se encuentra en sus manos ni en las nuestras como profesores. En todo caso, creo que es momento de tomar una postura como sindicalistas que somos y exigir con mayor energía la pronta solución a este movimiento. No creo que terminar abruptamente este semestre, por la vía que sea, constituya la alternativa más eficaz. En todo caso, nuestro compromiso deberá ser que una vez solucionado el conflicto, el calendario escolar sea ajustado para recuperar el tiempo perdido. Por último, no debemos olvidar que con nuestra conducta damos un ejemplo a nuestros estudiantes, motivo por el cual le recuerdo la consigna muchas veces expresada en nuestras marchas: “EL MAESTRO LUCHANDO, TAMBIÉN ESTÁ ENSEÑANDO”

Como usted pudo ver, los derechos de los trabajadores (y las disposiciones contenidas en la ley federal del trabajo) parece una materia sujeta a la conveniencia de una administración que finge funcionar, y que aprovecha la situación para restregarles a los maestros que siguen recibiendo su pago. Si hubiera tiendas de raya como en el porfiriano, seguramente la obligación de pagar a los trabajadores aun en estado de suspensión de actividades docentes se consideraría, desde esta óptica, como una graciosa dádiva que puede esgrimirse como reproche, chantaje y elemento de presión. Parece que olvidan que existen los contratos, el respeto bilateral a las condiciones de trabajo, la obligación de la administración de seguir pagando sueldos porque los maestros no son responsables de la suspensión de las actividades institucionales. No es válido argumentar que se pueden separar, en estado de huelga, las funciones sustantivas de las adjetivas. La institución está en huelga. Es un hecho legal y factual.

Parecen olvidar que huelga se define como la interrupción colectiva de la actividad laboral por parte de los trabajadores con el fin de reivindicar ciertas condiciones o manifestar una protesta. En este sentido, la huelga no se ejerce de a poquito, parcialmente, ciertas actividades sí y otras no. Si la universidad está en huelga, deja de funcionar, sustantiva y adjetivamente, hasta que se allanan las diferencias entre sindicato y administración.

Si, por otra parte, se reconoce que la impartición de clases fuera de la institución viola el derecho de huelga, quizá haya que aclarar que “extramuros” significa fuera de los recintos universitarios y, evidentemente, la banqueta frente a las instalaciones ya está extramuros, fuera del perímetro universitario por más que sea la banqueta de enfrente. Con más razón si esto se hace en una iglesia, en aulas de las preparatorias del sistema Cobach, o en plazas o parques.

¿Usted cree que se rescata el semestre dando clases en medio de la improvisación de espacios? ¿Qué clase de farsa se perpetra dando clases de cardiología a un grupo de medicina, en las instalaciones de una iglesia, con estudiantes hechos bola, apoyados en reclinatorios o sentados en sillas de sacristía? ¿Qué corazón es el que estudian? ¿El sagrado corazón de Jesús?
En serio, ¿usted cree que así se aprovecha el tiempo y se puede sacar el semestre, fuera de las instalaciones y sin los equipos necesarios que existen en el campus universitario? ¿No le huele a engaño? ¿Se pondría en manos de un médico que estudió en algún rincón de sacristía, de puras oídas, sin los medios adecuados para su aprendizaje?

Ha trascendido que en algunas carreras se les pide a los profesores que ya reporten calificaciones, para “terminar el semestre” a tiempo. Se de buena fuente que en Artes está ocurriendo algo así. ¿Se cumplen los programas en condiciones apropiadas o, simplemente, se finge que se cumplen? ¿De qué tamaño es la calificación que merecen y qué tan confiables son los resultados de las evaluaciones hechas sobre las rodillas?

En suma: ¿importa realmente no perder el semestre, la calidad de la educación impartida, o simplemente se aparenta, se engaña al lector de periódico, al que escucha los chismes en la radio? Puedo decirle que la mejor forma de perder el semestre es tomando clases ficticias en planteles que no son los universitarios. Es evidentemente un engaño que solamente obedece a la consigna de la administración, en su ridícula pretensión de ponerse por encima de la academia, ignorando las condiciones específicas que la docencia requiere para funcionar sin que sea farsa.

Con las acciones mediáticas emprendidas por la administración, la universidad queda reducida a una entidad kafkiana, sumida en la irrealidad de una mente disfuncional, ajena a su propia naturaleza y omisa de su propia responsabilidad. El gobierno del Estado, por su parte, está sumido en los avatares de una solidaridad prestamista de espacios en preparatorias que resulta violatoria de derecho de los trabajadores, porque se pone de parte de las autoridades y deja de ser un árbitro confiable. ¿Por qué no respetar el derecho a huelga y pugnar por un pronto arreglo entre las partes?

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