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sábado, 19 de noviembre de 2022

Hermosillo es tendencia

“Gran parte de la desigualdad de Estados Unidos es consecuencia de las distorsiones del mercado, con unos incentivos dirigidos no a crear nueva riqueza, sino a arrebatársela a los demás” (Joseph Eugene Stiglitz).

 

La ciudad capital de Sonora está de moda, marca pautas y abre posibilidades para los siempre atentos inversionistas en pos de pedazos jugosos del pastel de recursos reales o virtuales que pudieran conseguirse.

Antes fue un foro de gran alcance sobre la minería y ahora tenemos uno sobre energía solar, que ha despertado grandes expectativas y alentado elogiosos comentarios tanto del Embajador como del Cónsul General de EUA en Sonora, celebrando el avance en la relación comercial y las energías limpias (lo que esto quiera significar).

En este contexto se anuncian inversiones para la modernización de las aduanas, y acciones conjuntas con Arizona y California a fin de trabajar sobre el aprovechamiento de los recursos que nuestra entidad parece poseer singularmente (El Economista, 15-11-2022).

Lo anterior responde a la iniciativa energética del gobierno de la república para llevarse a cabo en estas tierras semidesérticas y de conocida crisis hídrica, ventajosamente fronterizas del imperio del norte. Así, en el Plan Sonora tenemos la explotación del Litio, la instalación de grandes campos captadores de energía solar y la modernización de puertos, pasando por plantas de licuefacción de gas.

El Plan Sonora, se dice, marcará un antes y un después en la entidad y el Noroeste de México, de cara al encuentro mundial sobre el clima (COP27) en Egipto y de la mano de Estados Unidos, por aquello de que nuestro país, poco acostumbrado a las iniciativas mundiales, pudiera perder la línea.

En consecuencia, John Kerry, representante de Biden para el clima, el presidente López Obrador y el gobernador Durazo celebran la futura bonanza donde nuestros vecinos esperan, desde luego, tener el sartén por el mango, considerando su preeminencia en eso del control del clima, los energéticos y las políticas ambientales a nivel global, pasando por su injerencia en la explotación y precios de los energéticos y, en general, de la vida económica, aunque en el mundo hay un proceso de carácter multipolar que México debiera apoyar.

La apertura legal para la creación de mecanismos de inversión público-privados y la consecuente exploración y explotación de materiales como el Litio, más el proyecto de instalar una planta productora de baterías y la fabricación de carros eléctricos pone a Sonora en el ojo del huracán energético y tecnológico.  

Aquí se vale preguntar, ¿cuál será la aportación del país, a través de Sonora, para la realización de un proyecto tecnológico y productivo de relevancia, considerando la feroz competencia internacional? ¿Sólo pondremos las materias primas, la mano de obra, el espacio y la buena disposición de recibir inversión que espera rendimientos atractivos y baja vigilancia ambiental y laboral?

¿Estaremos en vísperas de una versión actualizada de “colonia de explotación” gracias a la preocupación climática? ¿O, si se quiere, de “reserva estratégica” y campo de explotación sin costos ambientales para el país vecino, experto en maniobras geoeconómicas en aras de la libertad y la democracia a su conveniencia?

¿Se optará por hacer socios, con la tajada correspondiente, a quienes simplemente pudieran ser contratados por tiempo y obra determinada para hacer los trabajos técnicos requeridos para llevar a cabo los proyectos?

¿Se permitirá la injerencia extranjera en la dirección de los trabajos, la estructura logística, la administración de los recursos y los proyectos de comercialización de los productos?

Lo cierto es que la sola promesa de que se crearán empleos y expectativas de progreso y bienestar para la población no resuelve el problema geopolítico subyacente, aunque la asociación pudiera honrar en exceso al T-MEC y moderar los reclamos anglosajones en paneles internacionales alineados políticamente con los ecológicos y bien intencionados vecinos.

Quedan cosas por aclarar en este asunto, en donde la integración de América del Norte supone poner a nadar tiburones con sardinas… y México no es un tiburón.

En otro asunto, no hace mucho el gobierno de Hermosillo lanzó la novedad de un sistema de seguridad social municipal, “SaludH”, como alternativa del Isssteson, lo que implicaba que los trabajadores “voluntariamente” renunciaran a la seguridad social pública para caer en manos de la privada (Proyecto Puente, 17-05- 2022).

La referencia viene al caso porque ahora anuncia “Mi Hogar”, ¡como sustituto del Infonavit! De ahí la nota reciente de que mil 409 trabajadores podrían darse de baja, lo cual fue desmentido por las autoridades de Infonavit.

¿Qué sentirá el señor presidente municipal al buscar la forma de privatizar derechos? ¿Pensará que los trabajadores son así de dejados como para que tales intentos prosperen, sin más?

¿Les pesarán mucho las cuotas que hay que pagar tanto al Isssteson como al Infonavit, y la responsabilidad que tiene la autoridad municipal en garantizar la seguridad social de sus trabajadores? Triste papel del prianismo neoliberal trasnochado, que sacrifica derechos laborales y sociales a cambio de generar “ahorros”.



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