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miércoles, 29 de octubre de 2008

30 años







Hace 30 años, un numeroso grupo de estudiantes ingresaron e la entonces Escuela de Economía de la Universidad de Sonora. La que sería la cuarta generación, se dividió en dos grupos por razones administrativas, ya que por su número era complicado atender las necesidades de un estudiante bastante peculiar: situados en el ambiente complejo y agitado de los años 70, las inquietudes políticas se mezclaban con una vocación académica exigente y crítica, en un equilibrio siempre precario que, al final, hizo que de alrededor de 120 estudiantes, solamente lograran terminar la carrera 23 y obtener su título cerca de una docena (de ellos, 4 son postgraduados y, a la fecha, 2 cuentan con grado de doctor). Cinco miembros de la generación 73-78 se dedican a la docencia universitaria, el resto navega en las aguas turbulentas de los negocios y el sector público.



Aunque cualquier intento de caracterización es, en este caso, ociosa, la generación 73-78 de economistas sigue siendo inquieta, crítica, heterodoxa y memoriosa.


El recuerdo de maestros distinguidos, como Francisco Navarrete Santana (Picopancho), Ramón Figueroa Rendón, Taide Lauro Navarro Navarro ( en la foto), representa un lazo de unión indestructible entre la variopinta tropa. En los ya lejanos tiempos estudiantiles, se decía que el estudiante aprendía con el maestro, sin el maestro y a pesar del maestro. La actitud autodidacta era la tabla de salvación, el reto y la garantía de que se concluirían los estudios si no en tiempo, sí en forma.


Con una administración universitaria en contra, en un entorno plagado de dificultades políticas, la generación salió adelante, a contrapelo, por mérito propio, y hasta la fecha.


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