Los gringos, con esa torpeza que los caracteriza, pretenden instalar sucursales de la FDA en otros países. Latinoamérica es candidata a recibir en alguno de sus países a esta dependencia que es la que se encarga de los asuntos agrícolas en EEUU.
El pretexto para intervenir en la agricultura de los demás es una plaga de salmonela en tomates que pudieran ser de México pero que también tienen como posible punto de origen Florida.
Aún sin haber descartado Florida, los gringos ya están aprovechando el problema para atentar contra la soberanía de países que como México, tienen comercio de hortalizas con ellos. Su vocación interventora resulta peligrosa porque con el pretexto de los tomates de repente estaremos viendo a un inspector gringo autorizado por ellos mismos en los campos agrícolas de México.
Resulta ridícula la pretensión si consderamos que en una relación comercial las partes pueden llegar a acuerdos en cuanto a calidad, cantidad y precio, y desde luego condiciones de sanidad del producto alimenticio, sin que una de las partes deba o tenga que ir a "inspeccionar" al otro.
El gobierno mexicano debe hacer la parte que le corresponde en materia de sanidad vegetal, pero en el marco de la soberanía nacional, o ¿no hay gobierno?
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