La planta de maestros universitarios tiene un segmento que ingresó en la época de Manuel Rivera Zamudio, de suerte que la antigüedad promedio anda por los 25 años. Existe otro segmento que ingresó dos décadas antes, por lo que se tienen profesores con derecho a jubilación sea por edad o por antigüedad o ambas cosas. A ese personal académico, ¿qué lo detiene en un trabajo que desempeñan con verdadero sacrificio? ¿Por qué no tramitan su jubilación? La razón es simple: Sus ingresos disminuirían dramáticamente y estarían condenados a la insolvencia económica el resto de su vida.
¿Por qué el sindicato no se aplica a fondo en busca de una salida digna para muchos docentes para así permitir la renovación de los cuadros en cada unidad académica?
¿Por qué la institución no promueve un sistema de retiro que permita a los trabajadores académicos vivir el resto de su vida con decoro?
No es posible hablar de calidad cuando el elemento humano es tratado como ficha de almacén y la estrechez del número de expediente se impone sobre la persona. No es justo ni saludable.
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