La prensa nacional informa sobre la situación económica que privó durante el período de Vicente Fox en la presidencia de la República. Se puede decir que, por lo menos, fue desastrosa, con un crecimiento del PIB de 2.3 por ciento, bastante por debajo, por ejemplo, del observado durante los gobiernos de Salinas (3.9 por ciento) y Zedillo (3.5 por ciento).
No sólo se hizo talco la economía sino que arruinó el tejido social del país, quedó por los suelos la posición de México en el contexto latinoamericano y se perdió credibilidad internacional al plegarse prostibulariamente a los designios del Tío Sam. Este es un típico ejemplo de que el neoliberalismo panista puede ser aún más peligroso para México que su versión priista, por su ya demostrada superioridad en materia de corrupción e incompetencia.
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