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viernes, 17 de abril de 2009

Las huelgas


Algunos eventos sociales se atribuyen a la falta de comunicación entre las partes, pero en el caso de las huelgas, tenemos la evidencia de que se trata no de un problema de comunicación sino de intereses divergentes, de posiciones de clase distintas, de proyectos político-laborales contrarios. Sucede pues, que la lucha de clases existe porque existen distintas clases sociales, cada una de ellas con visiones diferentes, dependiendo de su posición en la escala social, la que a su vez depende de la posición que se tenga en la producción y en la distribución de la riqueza, del monto recibido por la clase social del esfuerzo productivo realizado.

En otras palabras, no ve la vida de la misma manera un empleado de salario mínimo que otro que participa de la dirección de la empresa, o que el accionista, o que el dueño del paquete accionario. Dicho de otra manera, no es lo mismo ser Carlos Pérez que Carlos Slim.

Actualmente hay muchos desempleados y parece ser el empeño del gobierno producir más, de manera que podemos ampliar el recuento: no es lo mismo ser empleado de salario mínimo a ser desempleado.

Finalmente, se puede afirmar que el desempleo es una forma de exclusión, dramática, terrible pero igualmente común y generalizada en la medida en que un sistema económico se agota y tiende a excluir cada vez en mayor proporción a sus actores más débiles: una empresa grande se traga a una más débil, un empleo se logra bajo ciertas condiciones y se puede perder sin responsabilidad para el patrón, porque así lo exige la "competitividad" neoliberal, que impone cada vez más requisitos de permanencia y que termina por expulsar al trabajador por vías tales como el simple despido por declararse innecesarios sus servicios, por no poder sostener a la planta laboral, por poner en peligro la vida de la empresa, etcétera. En la misma línea está la de poner topes salariales que son un mecanismo de exclusión legalizado por el propio gobierno, con lo que se logra disminuir la posibilidad de pagar bienes y servicios necesarios para la vida del trabajador, a la par que la inflación hace que las cosas cuesten más y que el dinero valga menos.

Una huelga, generalmente expresa estas contradicciones en el sistema económico y revela la seria contradicción en la que se encuentra la empresa o institución como parte del sistema de relaciones que se dan en la esfera social. Un trabajador en huelga es un trabajador en lucha, en el amplio panorama de la lucha de clases, aquí y ahora.

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