Hasta la fecha, las aclaraciones o información a la población civil suscitan más dudas que certeza. La epidemia de influenza porcina llama la atención de sanos o no tan sanos y la posibilidad de morir en el intento de acreditar (o lo contrario) la especie de que en México el virus es más fuerte y letal en sus estragos, pone a pensar en las maravillas del extranjero y la aventura de estar lejos, sufriendo síntomas leves y viendo en la prensa los horrores de un país sitiado por las empresas farmacéuticas y por un gobierno empresarial que no duda en firmar convenios y dar facilidades para el establecimiento de más negocios multimillonarios.
Las actividades educativas, sociales y políticas parecen entrar en letargo preventivo hasta el día seis de mayo, lo que incluye el día del trabajo y sus reclamos ahora agripados y con cubreboca. Mordaza sanitaria y cerrojo al acontecer nacional, dedicado a la reventa y a la informalidad de lo que queda de nación, con el dólar a más de 14 pesos y las expectativas de crecimiento por debajo del nivel del pesimismo con que contemplan los desempleados las promesas de campaña e inicio del sexenio.
La gripe porcina es oportunidad, es reto, es "catarrito" venido a más y, como ha dicho Felipe Calderón, aún queda mucho México. Tan queda que ya se firmó un convenio para que una farmacéutica francesa venga a hacer dinero a manos llenas, porque usted lo merece y primero la salud.
Los administradores de la tragedia están lejos, en Estados Unidos, donde una agencia de salud vela por los males del traspatio sanitario ahora en pleno proceso de experimentación con alarmas biológicas.
México participa de las maniobras militares programadas por la marina de EUA, de la caza de narcotraficantes programada por EUA y ahora goza del privilegio de ser acogido en el campo clínico exerimental de EUA.
Nuestra nación goza también de un cómodo estado de sitio, de un proceso creciente de militarización de norte a sur. Ahora quizá se comprenda el significado cabal de lo que significa ser un "estado libre asociado", como Puerto Rico, vergonzoso residuo del colonialismo al estilo del siglo antepasado. ¿Se podrá declarar libre América, del colonialismo interno y externo? Quizá sea necesario que primero los gobiernos nacionales sean realmente nacionalistas y decidan luchar por la libertad de sus pueblos. Un buen ejemplo es Bolivia.
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