Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

domingo, 15 de noviembre de 2009

Nuevo latido para Sonora




Mientras que el Estado como categoría política se desdibuja a la par que lo hace la idea de sus responsabilidades y atribuciones, la subjetividad hecha gobierno alcanza el rango de factor de cambio y progreso de la comunidad de causantes cautivos y otros alienados del goce de las garantías individuales que consagra la Constitución. El texto constitucional y las leyes que de él emanan son asunto menor ante la avanzada estrepitosa y triunfante de los consorcios televisivos, de las mega-empresas que dictan al propio gobierno constitucional el monto de los impuestos que deben cobrarles y las exenciones que deben hacerles, así como los trabajos sucios que deben emprender las secretarías de estado que proveen las coartadas legales necesarias para la expansión del poder televisivo.

La maquinaria de alienación de las multitudes precaristas en el aspecto intelectual, tiene un respaldo inmenso en el gobierno de la república y de nuestra entidad federativa, al dejar entrar como Pedro por su casa, a la batería pesada de la caridad hecha comercial pagado como propaganda política a cargo del consumidor de beneficencia espuria, de solidaridad ligth, de alimento chatarra para espíritus comprometidos con la apariencia, con la posibilidad de ser nuevos tributarios de la casta feudal televisiva que empobrece a México.

El decir "sí" al teletón, abre las puertas de la mendacidad y la inopia cívica, porque transfiere obligaciones del Estado a manos de particulares. Porque entrega la salud y rehabilitación de los niños inválidos al sector de entretenimiento y espectáculos, a la fábrica de sueños en un mundo y un país que más que otra cosa requiere de realidades, de soluciones concretas y, sobre todo, legales. Si nos conformamos con la manipulación ripiosa de televisa y nuestros sentimientos como comunidad navegan en las cenagosas aguas de la cursilería producida y vomitada por las pantallas de la televisión, entonces, además de nuestro proverbial subdesarrollo económico, científico y tecnológico, padeceremos el atinente a nuestra visión de la legalidad, al desarrollo de la inteligencia, a la exigencia de derechos y a una visión de la realidad que exige objetividad y no subterfugios pedestres en el cumplimiento de las obligaciones fiscales de los grandes consorcios comerciales.

Resulta increíble que el Estado se comprometa de esta manera con una empresa que sólo evade obligaciones y, cómodamente, simula su cumplimiento por el fácil expediente de la caridad intencionada y manipuladora, centrada en la relación costo-beneficio de Azcárraga el pequeño. Tanto el poder ejecutivo como el legislativo sonorenses debieran dimensionar los alcances de esta transferencia insólita. En todo caso, canalizar recursos hacia las áreas de salud que tiene el gobierno de Sonora ya instaladas y funcionando, a fin de proporcionar a los usuarios del servicio una atención de calidad, oportuna y eficaz.

Se entiende que un gobierno que inicia suponga que las novedades van a impactar al ciudadano votante, pero debieran pensar que lo que necesita Sonora es justamente en cumplimiento de las obligaciones constitucionales por parte del ejecutivo y el legislativo estatales. El llegar con la baba colgando a cambiar cosas que no se entienden es, por decir lo menos, irreflexivo, torpe y costoso socialmente. Debieran de tomarse su tiempo para estudiar mínimamente la Carta Magna sonorense, la legislación que enmarca las obligaciones y deberes del estado, y la normativa específica de las dependencias oficiales.

Debieran tomar en cuenta lo que hay y qué de esto se puede y debe mejorar, no pensar en cambios a tontas y a locas. Lo sensato es tomar como punto de partida las estructuras y los recursos existentes, antes que inventar oficinas de “innovación” gubernamental aderezadas del boato y la pompa que imitan con ridícula precisión los pujos mayestáticos de la oligarquía del porfiriato, dejando a la par al pueblo y a la realidad al margen de sus consideraciones y decisiones “de estado”.

Se espera y exige al nuevo gobierno de sonora un mínimo de sensatez, de humildad auténtica, no de lengua para afuera; no de poses franciscanas que disimulan sólo un instante la pesada carga de una mentalidad patéticamente burguesa en tiempos de procesos de proletarización acelerada de las clases medias y de hundimiento de los ciudadanos de uno a cinco salarios mínimos.

El nuevo latido para Sonora no se consigue cambiando el diseño y los colores de logotipos oficiales, no se logra con remodelaciones de oficinas, con renovación de vehículos, con recortes y ajustes de personal y nuevas contrataciones a modo con el perfil político partidista que la auto-complacencia requiere. Tampoco con la vieja rutina de las promesas de cambio y los trucos cosméticos de un gatopardismo muy a la mexicana.

El nuevo Sonora debiera ser de cumplimiento de compromisos, de respeto y estricta observancia de las leyes, de pluralidad y tolerancia ante el adversario, de transparencia auténtica ante el ciudadano y, sobre todo, de una firme voluntad de rescatar las atribuciones del gobierno en la gestión del desarrollo integral del estado, tendiendo lazos de colaboración con otros sectores económicos y sociales pero sin renunciar a lo que le corresponde legalmente. La atención y procuración de la salud y la educación entre ellos.

El “nuevo latido” no debe ser cosa de prendidas de foco, de entregar obligaciones estatales en manos de la iniciativa privada, de improvisaciones con carga mediática, de diferir responsabilidades o de simular sistemáticamente que se actúa cuando en realidad simplemente se reacciona a impulsos ajenos y lejanos al quehacer público. Del slogan al hecho, hay mucho trecho; pero, en todo caso, se le pide al gobierno más seriedad.

sábado, 14 de noviembre de 2009

El VH y Santa Fe


Esta mañana pasé por lo que fuera el edificio del VH, por la calle Reforma, cercano a la Universidad de Sonora. La aun majestuosa edificación que esperaba ver semi-vacía, tenía algo distinto a los días previos en que había pasado por ahí. La entrada del otrora VH estaba abierta y dentro se veía el trajinar de vendedores y clientes en lo que era un supermercado en operación. Lo que en otras condiciones hubiera sido una buena noticia, me proporcionó el malestar nuestro de cada día en tiempos de la mezquindad hecha gobierno.

Frente a la puerta de acceso al supermercado ahora Santa Fe, una decena de trabajadores mostraban cartulinas con leyendas que decían: “Liquidación al 100 %”, “No al 50 % de liquidación” y otras similares, denotando que a ellos, los ex-empleados del VH les habían jugado una mala pasada, porque la empresa apostó al juego de hacer tiempo y darle largas al asunto de la liquidación justa en espera de que los trabajadores se colmaran de deudas y, agotado el crédito, aceptaran una liquidación leonina, inmoral, del 50 por ciento de lo que legalmente les corresponde.

Los ex-empleados, en una actitud respetuosa pero firme, se apostaron frente al acceso principal y desplegaron sendas cartulinas que expresaban en forma sintética el drama que viven, no sólo ellos sino muchos trabajadores mexicanos que se encuentran en calidad de deshechos comerciales o industriales en una guerra en la que el despido es simplemente un daño colateral.

En una economía de mercado sin esperanzas, con un futuro incierto agarrado a veinte uñas del dogma neoliberal, la irracionalidad se convierte en recurso forzoso y determina acciones en otro contexto impensables, repugnantes y altamente destructivas, pero que, sin embargo, parecen privar en las relaciones entre capital y trabajo formalizadas en las leyes.

Los patrones manejan a su antojo el tiempo y las dilaciones y atrasos en el cumplimiento de las liquidaciones hacen vulnerables a los trabajadores, que esperan inútilmente el finiquito mientras ven que éste se reduce velozmente. El 100 por ciento legalmente establecido pasa a ser la mitad, en una transgresión que en los hechos aparece casi como acto de generosidad de parte del empresario fracasado.

La gravedad del asunto se magnifica cuando el gobierno solamente se complace en cortar listones inaugurales sin responsabilidad de lo que significa la liquidación de una fuente de empleo y su sustitución casi inmediata por otra. La cara sonriente del mandatario en turno se parece a la del anterior al posar en la foto que oficializa el acto de sustitución empresarial sin responsabilidades hacia los empleados víctimas del despojo laboral y patrimonial.

Da pena ajena el ver y oír la cháchara demagógica del “nuevo Sonora”. Declaración hueca y sin sentido que atiende más la vocación derechista del diseñador del concepto político en el que se inserta una gestión basada en declaraciones, sonrisas ante las cámaras y remodelación de oficinas y cambios de logotipos. El color gris puede ser una promesa de mediocridad, cuando no de autoritarismo solapado en una torcida interpretación de las leyes.

Si bien es cierto que un gobierno que inicia puede tener el beneficio de la duda, son los hechos, las omisiones, los encubrimientos, las complicidades lo que definen el verdadero color y la naturaleza de los cambios. En el Sonora de hoy hay muchos problemas pendientes de solución, como hay soluciones que al parecer no se darán.

Si el gobierno tiene, por poner un ejemplo, la obligación de proveer lo necesario para la atención a la salud, ¿por qué se necesita la imposición de un esquema privado de atención y rehabilitación de infantes en la figura del Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT)? ¿Por qué no apoyar el centro de rehabilitación que tiene el DIF y el resto de la infraestructura de salud con que cuenta el Estado? ¿Por qué el gobierno en sus primeras acciones se entrega a Televisa y entra en el juego de manipulaciones que esta empresa hace a cuenta de la compasión por los niños?

En un asunto tan delicado como es la atención a menores con problemas motrices, o del tipo que estos sean, se prefiere poner en charola de plata la posibilidad de evadir impuestos mediante la fraudulenta operación Teletón, que transfiere la obligación tributaria a los despistados ciudadanos que llenan con sus colaboraciones voluntarias las alcancías, urnas o botes de las colectas, con lo que Televisa recibe el descuento de impuestos por su “generosa” gestión. El gobierno actúa como cómplice de una operación a gran escala de evasión de impuestos perpetrada por una empresa privada. El Estado evade con ello una obligación constitucional.

Si los trabajadores del VH, de Cananea, etcétera, valen un cacahuate partido por la mitad, y los niños hermosillenses de la guardería ABC valen igual, ¿podemos hablar de un nuevo Sonora?

Casi medio centenar de niños esperan justicia porque fueron inmolados en aras del mercado espurio de la seguridad social, en forma de concesiones a guarderías infantiles a cargo de familias ligadas a los hombres y a las familias del PRI y el PAN en el poder. El gobierno federal es evidentemente culpable, pero el de Sonora no puede suponerse libre de culpas. Tiene la obligación de dar seguimiento y luchar porque se haga justicia; proveer lo necesario para que el crimen no quede impune.

En materia laboral, son los trabajadores, y sus familias, los que sufren el impacto de la ineficiencia empresarial, la venalidad de los órganos de procuración de justicia, el silencio de la prensa, la obscena connivencia entre el empresariado sin conciencia ni compromiso social y el gobierno que usa y abusa de la demagogia, que acusa ineptitud precoz, que simula antes de actuar en beneficio de los ciudadanos y que entra al ruedo del ejercicio público ya atado de manos por los intereses de los grandes consorcios mediáticos. Quiero y puedo equivocarme en esta percepción inicial, pero la realidad es más terca que las buenas intenciones. Al tiempo.

sábado, 7 de noviembre de 2009

Puristas del atraco






Cuando se pierde el sentido de las proporciones se adquiere una especie de mitomanía auto-justificadora, compulsión de aplaudirse a sí mismo como si obrara un desdoblamiento no sólo mental sino físico en el sujeto de referencia. Lo anterior viene a cuento por lo siguiente: el PRI se declara insatisfecho por lo logrado en la reforma fiscal 2010. A pesar de eso, declaran que lograron enmendar la plana de lo perverso de la propuesta del gobierno y el panismo organizado.

La críptica aseveración dará mucho de qué hablar, pero solamente en los círculos del esoterismo legislativo, habida cuenta que, para el ciudadano que es causante cautivo, la cosa es más que clara y simple: el PRI se plegó a los requerimientos del gobierno panista que a su vez lo hizo al gusto de los 422 grandes empresarios que no pagan impuestos y que quieren seguir navegando en el limbo fiscal, cuando no en las seguras aguas del régimen de excepción tributaria que les confiere licencia para no pagar sus adeudos al fisco. El grupo de choque designado fue la fracción del PAN en San Lázaro y en Xicotencatl, protegido por el priismo salinista y por la venalidad de una prensa facciosa y mercenaria, a cargo de la desinformación, la manipulación y el engaño de las víctimas.

Así las cosas, presenciamos los barruntos de una tormenta política y económica que se cierne amenazante sobre los que aun cuentan con empleo e ingreso en la esfera de la formalidad laboral, primero en contra del sindicalismo al atacar al SME y desaparecer su fuente de trabajo, Luz y Fuerza del Centro; luego la andanada de lodo contra los liderazgos de oposición entre ellos el de López Obrador, y el remate, la estocada al pueblo de México con la famosa reforma fiscal o paquetazo económico 2010. La creatividad del panismo organizado y famiglia asociada parece exacerbado aunque recurrente y monotemático: se hizo lo mejor por el país.

Bajo este supuesto, los patrióticos diputados y senadores libraron una batalla contra el déficit, fortalecieron las defensas de la fiscalidad y dotaron al gobierno de recursos legales para el saqueo de villas y lugares por razones de estado. Se trataba de cambiar para no cambiar, para conservar el status quo, para demostrar a la cobardona e incompetente iniciativa privada trasnacionalizada que en México se respetan los fueros empresariales a costa, incluso, del país.

Las 422 empresas que gozan de la protección y privilegios fiscales son una nueva edición de aquella oligarquía parasitaria que servía de base social al porfiriato. Son las que no pagan impuestos y lo poco que pagan se les devuelve en señal reverente por parte del gobierno. “Si la leche es poca, al niño le toca”, frase que otrora indicaba el sentido de las prioridades familiares distributivas, ahora se aplica con ánimo condescendiente a un sector empresarial que se supone puede llegar a constituir una ventana al progreso y la puesta al día de nuestra economía de mercado. Si tan solo funcionara, si no fuera una rémora para las finanzas públicas, si no tuviéramos que pagar su incompetencia, como lo demuestran el Fobaproa y el Ipab.

Tenemos un empresariado parasitario, inepto y apátrida. Como lo demuestra la historia reciente de despropósitos ligados a la incapacidad de la iniciativa privada de generar empleos, a la poca iniciativa que tienen en la innovación tecnológica, al desaseo con que se manejan sus estados contables y a la poca seriedad de sus reclamos. La IP ha servido de prestanombres de los inversionistas extranjeros, y ahora de empleados comodones de los mismos. El que antes era director de su propia empresa ahora parece cómodo como gerente de un consorcio extranjero, aunque la razón social permanezca, para despiste del observador superficial.

El empresariado neo-porfiriano que padecemos, carente de nervio y músculo para valerse por sí mismo, se amamanta de la ubre del erario, mediante un ISR especialmente diseñado para proteger la evasión y la elusión de impuestos, para pagar poquito y en abonos, para seguir llorando como empresarios lo que no pudieron defender como ciudadanos. Pero cabe decir que la casa-cuña en la que habitan, es patrocinada por el poder legislativo federal.

Los “representantes populares” del nuevo liberalismo oligárquico mexicano, hacen patria protegiendo y ocultando la identidad de los miembros de la clase parasitaria, y les permite disfrutar de un aumento en el tributo que pagan para su sostenimiento y dispendio los causantes cautivos, a través de la caja recaudadora del gobierno. Los nuevos profesionales y puristas del atraco, incrustados en el poder legislativo hacen su tarea, justamente en sentido contrario a los legisladores de principios del siglo XX. Por eso la Constitución se viola, se ignora y se transgrede. Los ejemplos están a la vista: el gobierno de Calderón y sus corifeos legislativos. Quizá la solución radique en nuevas y generalizadas formas de oposición y organización ciudadana, que permitan recuperar la dignidad de legislativo y la responsabilidad del ejecutivo. En este país muchos problemas se solucionarían si tan solo se cumpliera con lo que expresamente manda la Constitución y las leyes que de ella emanan.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Día de muertos


De entre los vivos, podemos encontrar a los políticos del PRI y el PAN, al empresariado mexicano de cuello 18, a los miembros de la elite neopanista, a los asaltantes autorizados por la Secretaría de Hacienda como son los bancos que medran a la sombra del anatocismo. Los que pasaron de largo en la repartición de los bienes y las bendiciones son, simplemente, todos los demás. Son los asalariados, los causantes cautivos de siempre, los que luchan diariamente por juntar el alma con el espinazo, los que trabajan, tienen ingresos y consumen, y hacen funcionar la economía, a pesar de que su capacidad de ahorro ha desaparecido tan rápidamente como su capacidad de compra.

Los muertos que hoy celebramos dejaron este mundo por inanición pactada entre los partidos políticos y el gobierno neoliberal de Calderón. Con estas medidas en forma de paquete fiscal 2010, los organismos financieros internacionales declararán benemérito al gobierno por reducir drásticamente la población, objetivo que contribuye claramente a la disminución de la pobreza nacional. Tan significativo logro compite con el de la gripe A H1N1, que siendo un instrumento que justifica el rescate de la industria farmacéutica, permite la espera de las dosis de vacuna que se encargarán del resto que sobreviva al impacto de los impuestos.

sábado, 31 de octubre de 2009

Esto es un asalto



Como usted seguramente sabrá, el panismo organizado y sus sicarios distribuidos en dos franquicias electorales, PRI y Verde Ecologista, aprobaron la permanencia de las generosas excepciones fiscales al empresariado mexicano, que siendo tan eficiente y tan generador de empleos, mereció una consideración más en eso de la farragosa tarea de pagar impuestos, porque el cumplimiento de las obligaciones fiscales debe circunscribirse al pueblo llano y a las pequeñas y medianas empresas que son satélites en el maravillosos mundo de las PYMES.

Los señores dueños y gerentes de los corporativos deben estar de plácemes, habida cuenta la tranquilidad que proporciona gozar de impunidad en un país en recesión y recibir un trato preferencial para acceder a los logros del neoliberalismo bipolar que regentean los capos del cártel de la dependencia económica y el atraso, ahora hechos gobierno. Así las cosas, el ISR, el incremento al IVA y a los depósitos en efectivo, a las telecomunicaciones, a los energéticos, no tocarán las augustas casas de los dueños del país, pasarán de largo las enfadosas obligaciones de pagar impuestos atrasados, de cubrir el pago de los gravámenes que les corresponden y que sin embargo se difieren a perpetuidad, rebotando en el causante cautivo de siempre, en el asalariado de a pie, en el pequeño y mediano empresario, en usted y yo.

Mientras que el jolgorio del triunfo es gozado discretamente por el gran capital, los ejecutores estrella de la criminalidad legislativa desgarran sus vestiduras y gritan sus objeciones respecto a las minucias que serán tratadas en lo particular, una vez que la aprobación en lo general prospera y llena de esperanzadora tranquilidad al capo Felipe, desde algún lugar de Los Pinos. La masacre salió de acuerdo a lo programado y la cauda de víctimas será ocultada tras el velo de la prensa mercenaria.

El priismo organizado juega a la esquizofrenia política tras haber acordado con el secretario de la abundancia personal, Agustín Carstens, la broma del aumento al IVA al 16 por ciento y minucias onerosas que decretan la desaparición de la clase media y hacen pinole a los pobres de siempre. La nostalgia del futuro se revierte en drama, sainete y pastorela anticipada, de cara al día de todos los santos que promete asuetos necrófilos y crudas morales que, en el nivel legislativo, requerirán del anestésico de las discusiones post-parto acerca de las virtudes de la castidad económica. En el PAN, mientras tanto, se hacen ejercicios de un onanismo reivindicativo de la oposición, siendo gobierno.

El Verde Ecologista quema llantas en advertencia de las catástrofes ambientales y vota, junto con los bomberos del año, por la calidad de las partículas suspendidas en la atmósfera política, en espera de nuevas oportunidades de negocios en la bolsa de valores electoral.

El pueblo consumidor de noticias imperiales gozará de las mil y una justificaciones del golpe traidor, y se maravillará de ser el testigo protegido de su propia desaparición, en manos de la guerrilla legislativa que sirve a los intereses del gobierno de facto instaurado en el closet de Calderón, defensor de los pobres y de la economía nacional en su conjunto.

martes, 27 de octubre de 2009

Bajo sospecha



El miércoles pasado se develó un enigma cotidiano que había rebotado en la mente de un amigo cuya virtud más evidente es la de ser un ciudadano cabal. El día 21 se recordará entre los amigos de Claudio Escobosa Serrano, editor del portal de internet Contacto X, como la fecha en que un imbécil lo provocó, agredió y hostigó física y psicológicamente, profiriendo amenazas, haciendo estallar cristales de su negocio y llenando alrededor de cuarenta minutos de una pegajosa sensación de invalidez, de extrema marginalidad legal, de abandono de las instituciones que tanto proclaman las autoridades del PRI y ahora del PAN, siempre presentes en las promesas de campaña, ausentes en las necesidades que surgen de la vida cotidiana de un ciudadano en tierras donde el derecho no lo es tanto y reina la simulación y el más perverso individualismo. Se consumó la agresión física y moral contando con la ausencia de la policía y, por obra de una privatización silenciosa, de la Cruz Roja. Patrulla y ambulancia no llegaron por tener que atender, seguramente, asuntos de mayor urgencia.

A pesar de las promesas de respeto a la dignidad ciudadana, del compromiso de proteger la integridad de los habitantes de esta ciudad de Hermosillo, las fuerzas del orden solamente atienden un número limitado de emergencias, padecen de anemia institucional y sus pocas unidades funcionales se duermen entre la apática complacencia de las autoridades que debieran autorizar fondos para su rehabilitación y refuerzo. La ciudad capital de Sonora, con sus obras faraónicas pensadas para endeudar al Estado por muchas generaciones y proporcionar una falsa sensación de modernidad, carece de un sistema ágil y eficiente de respuesta en materia de seguridad pública. Había pero hace tiempo, ahora no lo hay más.

Claudio, un hombre valeroso y con elevada conciencia cívica, está en proceso de asimilar la felonía, de sacar las enseñanzas de la agresión sufrida y asimilarlas a su fortaleza moral. Pero la experiencia vivida por él no es exclusiva. Muchos la padecen y no denuncian los hechos, sabedores de la inutilidad de dar parte a las autoridades que solamente cumplen un rol decorativo, simbólico, en un medio en el que la cruda realidad se empeña en poner nuestros pies sobre la tierra, en una lección de materialismo que permite sustituir el romanticismo, la visión idealista de la realidad declarada en quiebra.

Usted, yo, todos nosotros, somos víctimas potenciales de algún sociópata al servicio de la estupidez institucionalizada, de algún mercenario que vive del maltrato que pueda dar a los demás, por encargo o por iniciativa propia; a cambio de dinero, o como ritual de autoafirmación. En el primer caso, tenemos a un engendro operativo que perpetúa la ignominia que se vive gracias a la furibunda cauda de individualismo que propicia el sistema económico; en el segundo, se tiene un ente solitario, carente de moral, transgresor de principios y valores trascendentes, víctima de su cortoplacismo y de la convicción de que está condenado a bregar con sus propios recursos y que su propia integridad depende de la agresión a los demás. Este estado de indefensión social primitiviza al agresor y lo condena a una especie de autismo social; es víctima y victimario, un ser provisional que funciona como desperdicio vital, como instrumento de un hado vengador que habita en la marginalidad y la exclusión.

Los amigos de Claudio nos sentimos agredidos también, porque se ha lesionado la confianza que pudiera tenérsele a las instituciones del gobierno municipal y estatal, al ver la ruina a que se reduce la seguridad pública y lo dramáticamente real que resulta el tema de la inseguridad. Hermosillo se convierte en una selva pavimentada donde las bestias más fuertes y agresivas logran, al final de la jornada, lamer sus heridas y convertirlas en medallas al mérito de ser más brutos que los demás. La ley que priva en este contexto donde cada cual se debe rascar con sus propias uñas es, simplemente, la de la selva. Quedan atrás los discursos, las loas a la civilidad, el rollo de los valores, la vocación progresista y pacífica de los entornos modernos y la oferta de un mejor escenario para los negocios y la vida en comunidad.

Hermosillo está enfermo, padece de una fuerte gripa de impunidad, para la cual no existen medicamentos de laboratorio sino quizá las viejas acciones de la medicina tradicional: un gobierno que actúe en defensa de la vida comunal, que sea intransigente en su exigencia de respeto a la integridad física y patrimonial de los demás, que responda a los llamados ciudadanos y que sea responsable del cumplimiento de la ley.

¿Podrá Gándara con el paquete? Por lo pronto no lo está demostrando. Con declaraciones chiclosas en la televisión no se pone orden en una sociedad que no conoce el progreso, sino la complicidad, la apatía y la corrupción.