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viernes, 22 de abril de 2011

La casa de todos

La mayoría no está consciente de que la casa de todos es la Tierra. Nuestro planeta es víctima de maltrato por cuestiones económicas que tienen consecuencias políticas y sociales y que, en la mayoría de los casos, se pueden traducir en desastres, no tan naturales si tomamos en cuenta la mano del hombre que se guía por el afán de lucro, el dominio de los monopolios y el control mundial de la alimentación y, desde luego, de los recursos naturales estratégicos.
La inmoralidad de las decisiones económicas pone en aprietos no sólo la calidad de vida de los millones de seres vivos que poblamos el planeta, sino que también nuestra idea de vida, de sociedad y de convivencia, trastornando nuestro presente y aniquilando el futuro, por lo que hay que decir basta al avance de las trasnacionales de la alimentación, de la industria químico-farmacéutica, a las empresas de bioprospección con fines coloniales, al encarecimiento de las subsistencias populares, a la dependencia tecnológica y financiera y a las variadas formas de manipulación y control de la vida de los países que debieran ser independientes y que son víctimas de la conspiración occidental que se encubre con el disfraz de humanitaria.
Volvamos a la tierra y generemos desarrollo agrícolas y pecuarios autosustentables que integren redes regionales y nacionales, fortalezcamos el empleo y el ingreso a partir de los recursos regionales y de las interacciones productivas entre regiones; generemos mercados donde la localidad sea el centro y la prioridad el consumo interno, y exportemos los excedentes. Vivamos la utopía de una tierra para nosotros y nuestros hijos.  La producción debe recuperar su escala humana y el consumo debe ser satisfecho de acuerdo a la necesidad subsistencial del consumidor, eliminando de nuestra mentalidad el exceso y el dispendio. Gocemos de una frugalidad sana y racional.
Revaloremos el principio social de que "a cada cual de acuerdo a su necesidad, de cada cual de acuerdo a su capacidad." Vivamos un presente mejor, por decisión propia.

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