"El viejo edificio de la Inalámbrica, por la calle Escobedo de Hermosillo, Sonora, esta siendo demolido con la tranquilidad que proporciona la impunidad en una entidad federativa donde predomina el furor inmobiliario y la falta de respeto a la historia local".
Ese fue mi pensamiento cuando al pasar me di cuenta de que el techo había sido tirado, pero por fortuna, en esta ocasión se trata de una restauración.
Y es que el miedo no anda en burro, considerando la inverterada costumbre estatal de derrumbar para luego dar explicaciones tan ridiculas como claro está el desapego a la historia y las costumbres de nuestro pueblo.
Menos mal que no están tirando el edificio, lo que proporciona cierta tranquilidad, por ahora.
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