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miércoles, 20 de agosto de 2014

Agua que no podrás beber

Los señores del Grupo México nos persuaden de que en nuestro país todo es posible, que la ecología y la protección al ambiente pueden figurar en los discursos y los compromisos internacionales, pero sin conocerse y menos acatarse por las autoridades y los empresarios interesados en la extracción de metales. México en general y Sonora en particular han sido escenario de una variopinta tropa de excavadores que hablan diversos idiomas y tienen distintos aspectos: güeros, morenos, blancos o amarillos, pero con iguales propósitos de uso y abuso de los recursos naturales de un país blandito ecológicamente y apático ambientalmente. El oro, la plata o el cobre son metales que sólo la mentalidad desarrollada de las empresas de clase mundial puede entender, por eso hay que dejarlas hacer y pasar.

Las concesiones mineras que se reparten como anuncios de barata son la garantía de que mañana o pasado estallará una bomba ambiental gracias a la laxitud oficial que se hace de la vista gorda para “atraer inversiones y generar empleo”,  en un entorno donde lo que se requiere son apoyos a las actividades productivas. Lo anterior no debería significar que se extiendan cheques en blanco, pero en la vida real los empresarios gozan de patente de corso y prácticamente son intocables. En nuestro medio, la recolonización empezó antes de las reformas de don Copetes. Son producto neto de la pesadilla neoliberal o, si se quiere, de rescate neoporfirano de nuestra dependencia.

Es frecuente que se denuncien abusos por parte de las empresas mineras, las maquiladoras y otras que se acogen a la benevolencia legal mexicana y a sus peculiares formas de interpretar y aplicar la ley. Al parecer, la legalidad depende tanto del origen como del monto de la cuenta corriente del emprendedor y no de aquello que esté codificado y sea oficialmente observable. El placer de la evasión sólo lo proporciona una buena relación política o económica con alguna autoridad competente, donde los simples ciudadanos de a pie tienen el papel de sujetos de la acción legal, gracias a que somos una república representativa y popular en la letra constitucional pero un espacio de franquicias y concesiones en la realidad. Sin dinero, ¿bailaría como lo hace el perro nacional?

El surrealismo mexicano de cada día nos hace ver cosas que no existen o que no deben estar donde están: el agua contaminada por una mescolanza de metales pesados, entre los que se encuentra el arsénico, fierro, cadmio, litio y cobre en cantidades muy por encima de la norma y que, para simplificar, al caldo se le llama “sulfato de cobre acidificado”, es declarada inocua, no tóxica, por la minera culpable, ahora conocida como Buenavista del Cobre y filial del Grupo México de Jorge Larrea (http://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=147036&relacion=&tipo=Sonora&categoria=1), en abierta contradicción con la opinión de algunos especialistas que han señalado la irresponsabilidad de la empresa y advertido de la peligrosidad de la substancia derramada (http://www.uson.mx/noticias/default.php?id=17313 ).

Desde luego que las consecuencias no se han hecho esperar y el incidente ha tenido que ser reconocido por las autoridades como un desastre ecológico. Por lo pronto, los productores de leche y queso han tenido que suspender sus labores productivas debido a la toxicidad del agua, lo que representa un duro golpe a la economía regional (http://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=147125). El agua del río que es sinónimo de vida, gracias al señor Larrea ahora lo es de muerte.

En los medios nacionales circula la noticia del desastre nuestro de cada día (http://www.excelsior.com.mx/nacional/2014/08/14/976304), proyectando el hecho a las páginas más oscuras de los crímenes contra el ambiente, donde la dimensión humana se acrecienta cuando se reflexiona sobre el riesgo que corre la salud de los habitantes de Sonora gracias a la negligencia y afán de lucro de uno de los empresarios más favorecidos por el sistema (¿Quién no recuerda la tragedia de Pasta de Conchos, que goza de cabal impunidad?).

Sin duda, somos una sociedad eufemística, basada en las apariencias, sin valor para llamar a las cosas por su nombre, sin el coraje y la conciencia cívica para tomar cartas en el asunto colectivamente y exigir el castigo a los culpables y el cierre de las empresas contaminantes. Aún en ese tenor, la declaración de la empresa  minera sobre la no toxicidad del sulfato de cobre acidificado es una nueva mentada de madre a la dignidad e inteligencia de los sonorenses. Al respecto, el sindicato desmintió de inmediato el dicho de la empresa (http://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=147158).

El delegado del sindicato minero, Héctor Verdugo, fue enfático al señalar el daño que se estaba produciendo a la flora y fauna debido al derrame de los 40 mil metros cúbicos de la substancia: “Definitivamente sí es ácido sulfúrico en un 99 por ciento, que no los quieran engañar, el daño a los mantos acuíferos, al medio ambiente, a la flora y fauna es una lamentable realidad que desde hace años se vienen presentando, familiares, amigos, compañeros y habitantes de Cananea han padecido desde alergias hasta cáncer en la piel y en otros órganos del cuerpo” (http://www.dossierpolitico.com/vernoticias.php?artid=147048). ¿Más claro?

Pero hablando de otro tipo de derrames, mientras en Sonora el tema del agua parece no dejar de tener vigencia periodística, los miembros de la diputación pitufa federal se deschongan en un elegante y costoso encuentro con teiboleras y pasan a la historia como la fracción parlamentaria más derrochadora, libidinosa e hipócrita del momento (http://www.contactox.net/index.php/12047-teiboleras-manoseos-condones-en-encerrona-de-diputados-federales-del-pan). Pero la fama no viene sola, ya que las labores legislativas de éstos y sus cómplices neoliberales de otras fracciones como el PRI, Verde, Panal y PRD, hicieron gala de su vocación prostibularia al aceptar generosos bonos especiales por haber aprobado sin chistar las reformas propuestas por el ejecutivo a cargo de la liquidación nacional, como puede verse en el cuadro siguiente: http://www.yoexpreso.com/edicionimpresa/20140813/1/13.pdf

Para hablar de las últimas hazañas de la pitufez local, resulta interesante constatar que la comparecencia ante los diputados de Teresa Lizárraga con el fin de aclarar el paradero de los más de 2 mil millones de pesos del desfondo del Isssteson, se frustró gracias a que la mencionada no sólo no contestó los cuestionamientos sino que fue apoyada por una maniobra de distracción al provocarse un zafarrancho donde estuvo involucrado el diputado priista cuestionante y un fotógrafo al servicio del PAN en funciones de porro, quien provocó al diputado, con lo que los panistas  alcanzaron el objetivo de desviar la atención del asunto del Isssteson. Así las cosas, el misterio del desfondo queda sin resolver (http://youtu.be/v2rcx7Y48Ak).

Para no variar, el pueblo de Sonora sigue estando sin representantes verdaderos y sus intereses desprotegidos, pero contando con los nuevos, oportunos y divertidos temas de conversación que proveen los legisladores de los diversos partidos y los propios funcionarios locales. Que no quepa duda: en Sonora nadie se aburre.


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