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martes, 4 de noviembre de 2025

EL INFIERNO EN CASA

 

“Más vale prevenir que lamentar” (frase popular).


Fue un corte de energía, luego un gran estallido y fuego, fuego que todo lo envuelve y calcina. Las explicaciones posibles o probables de su causa saltan a la opinión pública en un juego donde la verdad oficial deberá conducir a la procuración de justicia.

Sea como sea, la vida no retoña y los restos mortales de las víctimas sólo serán recuerdos de eternidad, despojos que aguardan el juicio legal y la paz en medio de la tormenta informativa.

El comercio del centro de Hermosillo sufre un golpe mortal en imagen y responsabilidades, en calidad de reo de desidia, indolencia y abandono en infraestructura y equipamiento. Su vida depende de una remodelación a fondo, nuevo diseño funcional y altas garantías de seguridad para empleados y consumidores.

Sin embargo, una vez pasado el azoro y el horror del siniestro, es posible que la vida comercial se abra paso quizá sin mucho aspaviento, a la mexicana, con públicas promesas de mejora y guiños a la autoridad correspondiente.

Sucede que cada vez que el capital se ve implicado en una tragedia, las promesas de reparación son tan abundantes como la masa de intereses que se mueve, y las cosas terminan casi como estaban. Pongo por ejemplo la justicia simulada y no impartida en el caso de la guardería ABC y el derrame tóxico del río Sonora, o los posibles ejercicios de gatopardismo en el puerto de Calica y su cantera.

Por lo pronto, el estallido e incendio de Waldo´s en Hermosillo nos puede ofrecer una pequeña muestra de lo que se sufre en Gaza, donde las bombas y artilugios incendiarios de Israel patrocinado por EUA hacen posible probar diariamente el infierno en la tierra y la hipocresía mundial.

El insoportable dolor de las quemaduras, el horror del infierno en la tienda de su preferencia, el sofoco terrible por el humo que asfixia, dan a quien sufre sus efectos la certidumbre de que la muerte no es sólo una posibilidad sino un hecho presente, real, irreversible, en una forma extrema y profunda de abandono y soledad.

En la ciudad tenemos la vida y la muerte condicionada al estatus económico, las pretensiones sociales y culturales centradas en el dinero, la seguridad ligada al espacio y el tiempo de una ciudad que devino pocilga pavimentada, caricatura urbana que parece prescindir e ignorar lo que hace posible que sea segura y habitable.

El concurrido centro de Hermosillo actúa como muestrario de miserias en sus calles carcomidas por baches, sus banquetas sucias y quebradas, su comercio que reclama clientes apoyado en bocinas estridentes y ofertas gritadas al aire cargado de precariedad económica.

Tenemos el caso de que una explosión y sus víctimas llaman la atención acerca de la seguridad de los establecimientos, de los requisitos de funcionamiento y permisos correspondientes, del deber de tal o cual dependencia oficial, de la responsabilidad de particulares y gobierno en hechos consumados. Y, como es usual, se pretende tapar el pozo por el niño ahogado.

Suena utópico pensar que cada comercio o asociación debiera tener en su nómina una persona encargada de la prevención de riesgos y la protección de empleados y clientes en caso de accidentes. También lo es que las dependencias oficiales cumplan con sus labores de inspección en tiempo y forma, sin disimulos ni corruptelas.

Más ilusorio es pensar que las autoridades municipales realmente buscan el beneficio ambiental y social de la comunidad cuando vemos la clase de obras que emprenden y presumen. ¿Acaso no es de oligofrénicos instalar feos bloques de cemento en lugar de las bancas o ese resumidero dizque fuente en el Jardín Juárez, por ejemplo? ¿No es estúpido deformar el bulevar Hidalgo, o tratar de hacer obras de utilidad comercial, en el parque Madero, o eliminar espacios verdes en Sacramento? El más pedestre exhibicionismo campea en los espacios gubernamentales.

Tampoco escapa al ojo ciudadano el abandono más que sospechoso de la Escuela Leona Vicario, cuyo edificio representa un tesoro arquitectónico e histórico que Hermosillo debe dedicar a sus nuevas generaciones y conservar para la posteridad. Es una exigencia social que la escuela sea rehabilitada y que siga cumpliendo con su misión educativa, sin manoteos inmobiliarios ni dilaciones burocráticas.

En medio de todo esto, Sonora tiene motivos para estar de luto. Un luto que se lleva en la memoria, en la piel, en el reclamo de que haya justicia sin demagogia, de cara al pueblo que como puede elegir gobernantes también los puede quitar.

Pedimos justicia para el río Sonora, para las familias de la guardería ABC, para las víctimas de Waldo´s, para los ciudadanos ofendidos por la desidia y corrupción estatal y municipal. También decimos NO a las presas y SÍ a la lucha por el agua y la vida.      

En otro asunto, ¿no le suena a abuso el cobro a depósitos bancarios que excedan los 15 mil pesos? ¿Por qué habría el gobierno pretender “desincentivar” el uso de efectivo? ¿Por qué debiéramos como país depender de medios digitales, sujetos a otra soberanía y al suministro continuo de electricidad? ¿México será un apéndice periférico del gobierno mundial donde no tendremos nada, pero estaremos seguros?

Como se quiera ver, el uso y posesión de efectivo es garantía de libertad individual. El dinero digital obedece a la lógica del control y la subordinación del ciudadano que mucho recuerda la sociedad distópica descrita por Orwell en su novela 1984. El problema es que la gente normalmente reacciona cuando ya es demasiado tarde.


SERVICIO DE LIMPIEZA

 “El asunto más básico no es qué es lo mejor, sino quién debe decidir qué es lo mejor” (Thomas Sowell).

 

En las relaciones internacionales es imposible dejar de hablar de ciertos elementos comunes. Hay lugares obvios en los que caen los acuerdos y expectativas de los países concurrentes y respuestas también obvias a los reclamos de ciertas naciones en medio o de cara a posibles conflictos, aunque, en pocas palabras, basta con ponerse en la ruta del trasero gringo para oler las futuras decisiones soberanas de ciertos países orbitales.

En el concierto de las naciones que saben chiflar corridos, el temor a la decepción del güero de las barras y las estrellas es una preocupación de alta importancia y magnitud que debemos afrontar con la frente en alto y con el mantra nacional de que no somos piñata de nadie, aunque sí pudiéramos ser un papalote debidamente acreditado en el Departamento de Estado y, en consecuencia, un socio y colaborador en las campañas morales del vecino.

La lucha contra el narcotráfico, fracasada por ser un juego de oferta y demanda en un mercado políticamente controlado, se transforma en antiterrorismo, lo que da lugar a fiestas marinas con fuego real y pirotecnia informativa, derrame masivo de acusaciones y amenazas imperiales que, desde luego, deberán ser desmentidas, relativizadas y empacadas para posterior uso diplomático.

Los videos de lanchitas pichurrientas volando por los aires da un toque justiciero y democrático a la pugna por el petróleo venezolano y, en general, el espacio caribeño en tiempos de la nueva guerra mundial por los recursos fósiles que siguen siendo estratégicos, a despecho de la limpieza ecológica y las nuevas y vendibles tecnologías ambientales del norte global.

El litio, las tierras raras y otros valiosos recursos naturales dan cuenta de cuán relativa es la estabilidad emocional del señor Trump, y cuán fácil es montar una guerra cuando se trata de actos de piratería cuya cobertura es la seguridad nacional. Así, lo que antes era simple y llana piratería, ahora es defensa nacional.

Y es que la disposición de lo ajeno que antes se llamaba robo, ahora reviste el carácter de gesta heroica, defensa de la nación, de la libertad, de la paz regional, entre otras bonitas expresiones de cuya falsedad el mundo es testigo… protegido.

Con un cinturón de cerca de 800 bases militares alrededor del mundo, con embajadas cuya función esencial es el espionaje, la corrupción y la desestabilización política de las naciones donde se establecen, EUA tiene amplia cobertura aceptada o admitida por el mundo, ahora identificado como víctima de abuso y dependencia de un psicópata naranja.

Nos encontramos con un país que no tiene por bastantes sus límites geográficos, recursos, cultura e identidad propias y se empeña en disponer y apropiarse de lo ajeno. Mientras que en un tramo de su desarrollo logró avances significativos en su desarrollo científico y tecnológico, pronto se dio a la tarea de superar las barreras de un crecimiento mediado por el desarrollo de sus propias fuerzas y se lanzó al empleo de mecanismos de presión, coacción, intervención y apropiamiento de recursos, productos, mentes y voluntades capaces de complementar las bases de un sueño imperial a golpe de cañones y dólares.      

Ahora, EUA es un enorme parásito internacional que chupa la sustancia vital de un mundo que lucha por no perecer ante los avances de un depredador. La diversidad cultural, política y económica del planeta sufren los embates de la apropiación imperial, y su precarización.

Así como México, muchos países podrán negar su obscena dependencia con el norte, su carácter de traspatio, de satélites y cómplices. Pero la realidad es que mientras no exista capacidad para decir NO al imperio, la voluntad externa orientará su destino.

En nuestro caso, no será creíble la soberanía mientras la alimentación dependa del exterior, mientras el campo mexicano no produzca los alimentos necesarios y suficientes; No será creíble el desarrollo nacional mientras capitales, tecnología, maquinaria y equipo sean importados; no será creíble mientras la banca y la industria nacional sólo lo sea por estar establecida en territorio nacional, a la sombra de normas y acuerdos dictados por intereses y modelos extranjeros.

Durante la etapa de desmantelamiento del aparato productivo nacional por los gobiernos del Prian, se optó por comprar en vez de producir. Actualmente seguimos comprando, integrando la economía al extranjero y, sin rubor, el gobierno lo señala como un logro defendible en el marco del T-MEC, así como emprendiendo megaobras y proyectos que consoliden el modelo neoliberal contra o a espaldas del pueblo. Bien dicen que al que nace para tamal del cielo le caen las hojas.

Lamentablemente, seguimos justificando la insolencia y los ultrajes, los ninguneos, la imposición de reglas absurdas e indignantes, aparentando oposición, pero en los hechos concediendo. Seguimos la corriente dominante y mantenemos un perfil bajo, anodino y sin aristas en el concierto internacional y, cuando procede, actuamos como servicio de limpieza del abuso imperial en aguas caribeñas.

Mientras que la mazorca de la hegemonía gringa se desgrana, nosotros seguimos empecinados en permanecer unidos, como traspatio bien portado, como país zombificado por el neoliberalismo cadavérico que huele a dependencia, atraso y subordinación. La puerta del BRICS está abierta. ¿Por qué no entramos?