Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

viernes, 24 de mayo de 2024

CON TODO RESPETO...

“Un vaso medio vacío de vino es también uno medio lleno, pero una mentira a medias, de ningún modo es una media verdad” (Jean Cocteau).


“Con todo respeto”. Esta es la frase tiene el poder de decir lo que a uno le venga en gana y cubrirse de la impunidad que da la advertencia emitida: usted podrá pensar o sentir lo que quiera o pueda, pero aquí mi chicharrón declarativo es el que truena.

Avanzar con la frase “con todo respeto” es ponerse el huarache social antes de espinarse o, si se quiere, sobar la cabeza del que será blanco de un coscorrón. Es como decir “a un lado que ahí va el golpe” en el diálogo cotidiano, que nos cubre con un manto de prudencia, de inmunidad y de satisfacción.

De prudencia, porque estamos denotando que sabemos que lo que sigue puede sacar roncha y, al tiempo que hacemos el juego, simulamos sacar las manos del asunto; de inmunidad, porque nos sentimos protegidos por esa manifestación de consideración hacia el otro sin necesariamente sentirla; y de satisfacción, porque anticipamos el logro de salirnos con la nuestra en un contexto en el que las palabras suplen a los hechos. La palabra es acción anticipada o memoria de lo actuado.

Cuando decimos “con todo respeto” hacemos funcionar un mecanismo que protege nuestra integridad, imagen y relaciones sociales, y que se proyecta como el levantamiento de la bandera de paz que disfraza el intercambio de balazos. Aquí no pasa nada, aunque pase, porque finalmente la verdad debe decirse.

Pero, resulta que la verdad requiere de algún lubricante para poder penetrar en donde debe, porque así, en seco, no sólo roza la piel sino que la raspa y lesiona, marcando a su objetivo con la descalificación o con el resultado de poner cara a cara al sujeto con su propia falibilidad, lo que ocasiona pena.

Las diferencias de opinión, los desacuerdos y las claudicaciones son parte del proceso de las libertades política y sociales, toda vez que la uniformidad sólo se da en el mundo de lo mecánico, de la obra humana objetivada que resulta de un modelo. Si en la industria es admisible, en lo social es totalmente indeseable.

Así pues, el error de la derecha mexicana, o internacional, viene siendo su propensión a la uniformidad, a la rigidez y a la exclusión de otras visiones y voces. Aquí el dogma de un mundo feliz y plano, sin rugosidades, diferencias o matices es el objetivo deseado y buscado por la acción política. Es lo que vemos en las marchas, las consignas, los reclamos y las acciones de carácter judicial o mediático que emprenden.

Que nos vamos a volver Cuba, o Venezuela; que nos están llevando al comunismo, que nos van a quitar la casa y el carro, que nos van a quitar los ahorros y recursos de que hoy disponemos.

O que van a cerrar los templos, porque son ateos y satánicos, que tienen pacto con el diablo y sus huestes infernales. Que estamos en una dictadura, con un gobierno autoritario enemigo de las libertades, que reprime las manifestaciones y la palabra de los opositores.

Sin embargo, los gritos y sombrerazos de los marchistas se han podido oír por todos lados, sin que alguien intentara coartar su derecho a vociferar consignas contra el gobierno o publicar desplegados o notas calumniosos y chorreantes de odio. Aquí, a diferencia de otras ocasiones, en las marchas de la oposición las campanas de las iglesias, como los mariachis, callaron.

Incluso, hubo una petición de la doctora Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de AMLO, para que se quitara el video (el segundo revelado) que muestra el espectáculo grotesco del hijo de la dama de las gelatinas, encaramado en la prepotencia etílica, publicado por el conocido youtubero “Callo de Hacha”. Así, en vez de dejar correr el agua, la señora, madre agredida en su familia, se solidariza con la madre gelatinosa afectada por las acciones de un hijo malportado en plena campaña presidencial.

Eso de poner la otra mejilla para que se la ponchen en medio de un debate nacional es algo, digamos, que marca distancia entre el deseo natural de “el que la hace la paga” con las palabras y los hechos “políticamente correctos” de perdonar y apoyar.

Le confieso que prefiero una lucha donde se hable con claridad y no se pretendan ignorar ni justificar los errores y contradicciones de la oposición, antes que tratar de componerles la plana, de ser empáticos, muy buena onda, y “muy cristianos”.

En esta lucha política tenemos sólo dos sopas: una compuesta por retazos de pasado que huelen a podrido porque lo están, lo que incluye una muy conocida y obscena relación con la Casa Blanca y sus aspiraciones golpistas, y otra que busca un mejor futuro por vía de un proyecto transformador: Lo que se debate es la soberanía frente a la subordinación.

La insidia local más la de las “agencias de inteligencia” encargadas de la desestabilización internacional y vecinal, y la prensa (del tipo del Washington Post y el Financial Times, por ejemplo) que actúa como su caja de resonancia, se estrellarán contra la ciudadanía mexicana informada que ejerce sus derechos políticos y decide por México.

Honremos el deber moral y político de llamar a las cosas por su nombre, sin adornos, pero con justicia.  Así pues, con todo respeto, ¡que se pudran!

En otro asunto: con todo respeto, pero ¿había necesidad de que probaran el volumen de los aparatos de sonido instalados en Oaxaca y Pino Suárez, para los eventos nocturnos de las Fiestas del Pitic, a las 4:30 de la mañana del jueves 23? ¿Serán imbéciles? ¿Imbéciles profundos? Sospecho que sí. Por lo pronto, ni un solo voto al Prian.

 

    

lunes, 20 de mayo de 2024

MAREA ROSA... QUÉ COSA.

“El lenguaje político está diseñado para hacer que las mentiras suenen veraces y el homicidio respetable” (George Orwell).

 

Le di seguimiento a la marcha y los discursos del domingo en el zócalo capitalino con interés casi entomológico. Una plaza parcialmente rosa deslavado y con lunares, colmó la mitad del espacio y el aire respirable con toques de Dolce & Gabbana, Carolina Herrera, Dior, así como los varoniles Giorgio Armani, Versace, Acqua Di Gio, ente otros aromas que hablan de distinción y altura de miras del empresariado neoporfiriano.

Desde luego que la democracia respiraba otros aromas como Palmolive, Lirio, Zest y Escudo, en apretada concurrencia matraquista que portaba banderas albicelestes, tricolores y amarillas, como evidencia de que el personal del servicio doméstico también sirve de apoyo visual al conjunto de gentiles damas y distinguidos caballeros que apoyan a la señora de las gelatinas, el chicle y el huipil. Aquí quedo claro que pueden marchar juntos, pero no revueltos.

La plaza de la Constitución sigue siendo el ombligo del mundo político nacional en ocasiones estelares y su concurrencia lo demuestra: aquí, como en La fiesta, de Serrat, el noble y el villano, el prohombre y el gusano marchan y se dan la mano sin importarles la facha, aunque pasando el momento de la foto y el objeto del viaje al zócalo, vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el señor cura a sus misas.

En medio de la masa rosácea sobre la plaza llaman la atención los puntos fluorescentes que corresponden a Claudio X. González, Marko Cortez, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, entre otras luminarias de la necropolítica que busca pasar por ciudadana.

Llega el momento estelar y se oye la voz de Xóchitl, en un discurso confeccionado por retazos sueltos, ideas dispersas, inconexas, efectistas, algo así como una muestra de impresionismo discursivo que se basta a sí mismo, sin compromiso con propuestas, propósitos y pasos concretos. Todo un homenaje a la ocurrencia, a la oquedad política que juega a tener un lugar en la construcción de otra realidad.

El público rosa corea lo que parecen ser consignas, lemas de campaña, expresiones breves y contundentes que no necesitan estar asociadas con un objetivo más allá de lo emocional, quedando como testimonial de una presencia.

Lo que sí debe reconocerse es el logro de un consumo de tiempo y espacio sin más propósito que posar para la historia, para el momento en que se filma la oposición con sus mejores galas, de cara al supremo acto mediático del debate presidencial.

La marcha y el mitin placero llevó, desde luego, una consigna clara: “nuestra democracia no se toca”, lo que recuerda los no-se-toca de la educación, el INE, la SCJN, los fideicomisos, entre otras llamativas consignas prohibitorias, generalmente acompañadas de varios kilos de recursos legales promovidos para evitar cualquier posibilidad de cambiar el statu quo y seguir como si el tiempo y las circunstancias nacionales no cambiaran.

El tan anunciado debate fue, así en breve, un muestrario de recursos entre pueriles y porriles de la candidata de las gelatinas, de algunas puntualizaciones e ideas por parte del candidato de MC y propuestas precisas y bien contextuadas por parte de la candidata de Morena-PT-PVE.

Me parece que nadie esperaba más, aunque muchos seguramente esperaban menos. El fracaso por anemia conceptual, pobreza intelectual, ideológica y política, se une a la memoria colectiva nacional donde, así como lo tienen claro los maestros de la CNTE, los enemigos del pueblo siguen siendo los mismos que apoyaron el Pacto por México, e impulsaron la reforma educativa, la energética, la de competencia económica, telecomunicaciones, hacendaria, financiera, y laboral. Reformas estructurales que reafirmaron nuestra dependencia con el exterior.

Así pues, mientras los empleados de tal o cual empresario o el personal doméstico vean condicionado su empleo a la asistencia matraquera y porrista a marchas y mítines, no se puede hablar planamente de democracia, de respeto a la diferencia de pensamiento, al empleo y, definitivamente, a la dignidad del trabajador.

Quienes dicen que estamos en una dictadura, que el gobernante es satánico, comunista y que van a expropiar la casa y el patrimonio de los ciudadanos si siguen en el poder, seguramente debieran sacar la cabeza del trasero y ver dónde están parados, de qué libertades gozan, que derechos tienen y puede ejercer con libertad.

Una dictadura no permitiría que los ciudadanos marcharan lanzando consignas en su contra, publicando difamaciones y calumnias, desacreditando la obra del gobierno y propagando falsedades con total ligereza e impunidad. Seguramente la democracia no progresa con este tipo de acciones bajunas y tóxicas. Seguramente la desestabilización empieza con la acción de traidores, de apátridas y vendidos a los intereses del capital transnacional y los deseos expansionistas del norte global.

La oposición dice que el 2 de junio se juega el destino del país, que se elige entre dictadura y democracia. Según se ha visto, la intolerancia, la violencia y las malas jugadas están del lado de los aliados de Claudio X, de los markos, chuchos y alitos, del clero encaramado en la época de la guerra fría, de los conservadores, de los explotadores de siempre y de los idiotas útiles al sistema que los oprime.

Y sí. Usted vote por quien quiera, porque en una democracia la mayoría decide el rumbo nacional, como quedó demostrado en 2018. Mientras tanto, la oposición puede decir misa.         

 

viernes, 17 de mayo de 2024

LA IGLESIA Y LOS CANDIDATOS

 “Nuestras vidas comienzan a llegar a su fin el día que dejamos de hablar sobre las cosas que importan” (Martin Luther King).

 

Recuerdo aquella frase tomada de Cervantes, cuando el caballero Don Quijote y su escudero, Sancho, buscan el palacio de Dulcinea, pero al descubrir que el enorme bulto que vieron no era un alcázar sino el templo del pueblo, el hidalgo dice: “con la iglesia hemos dado, Sancho.”

La frase se toma como una crítica, con cierto grado de ambigüedad, hacia la intervención de la iglesia en asuntos que contradicen aquella división evangélica entre el ámbito de lo público y lo religioso: “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

En el actual contexto político-electoral, donde se ven a diario opiniones en favor o en contra de tal o cual abanderado del racimo de siglas que se une en dos proyectos, según se proclama, contrarios, es fácil declarar que la realidad se pinta de blanco y negro: bueno y malo, aceptable o rechazable, libertad o tiranía.

En la república de los enanos las cosas deben ser de tamaño pequeño, compacto, sin matices alarmantes para la inteligencia liliputiense de quienes asumen el papel de votantes, de decisores en el gran juego que define el destino de la patria, de la vida en común.

Lo anterior tiene que ver con la forma en que algunas entidades suponen que el mexicano común ve las cosas ni tan claras ni tan distintas, por lo que requiere que voces autorizadas por la sotana y el alzacuellos le iluminen el camino electoral: estos sí y aquellos no. Unos son buenos y limpios y los otros satánicos y comunistas.

Pero en el juego donde las canicas ruedan según el impulso, el piso debe estar parejo, la cancha tersa y nivelada y, además, vigilada 24/7 para que ninguna mano ociosa esparza migas de pan, gotas de mermelada o arena sobre la mesa. Se supone que el INE pone ojos y mente en el cuidado topográfico del desplazamiento de las canicas electorales.

La oposición, arracimada en la coalición “fuerza y corazón por México” alega y reclama piso parejo, ante la evidencia de que su ausencia de estatura propositiva y congruencia declarativa le ocasiona un daño terrible frente a la contraparte que sostiene un discurso articulado y consistente, basado en realidades fáciles de comprobar.

Del lado del Prian del junior X. González se alinea una fracción de la iglesia, caracterizada por estar colgada del viejo frenesí cristero que ve moros con tranchete a la vuelta de la esquina, mientras se afana en seguir siendo la guía profética de un pueblo que clama por seguir siendo pastoreado.

Los hombres de sotana en bronca existencial con la historia, prefieren resucitar el espíritu de la guerra fría, el terror a los “rojos”, a todo aquello que la santa inquisición dejó de lado por el hecho de desaparecer por muerte institucional gracias al cambio de la historia, de la novedad del contexto donde surge la palabra “democracia”, “libertades”, “ciudadano”, “poder público” y “republicano”, apagando la hoguera donde se arrojaba a los ateos y los comunistas, ¡sea por Dios!

Sin embargo, en medio de la andanada de maldiciones y condenas, aparece Monseñor José Manuel del Río Carrasco, prelado de Honor del Vaticano, que manda su bendición a la candidata de la coalición encabezada por Morena, lo que, con guante blanco y mejores intenciones, demuestra al clero encaramado en el pasado que eso de maldecir inquisitorialmente es muy superable por una bendición que revela ecumenismo y tolerancia. Civilidad, en fin (https://goo.su/M69JtX). 

La disyuntiva “libertad-tiranía” es tan falsa como cualquier argumento que vaya en contra de lo que consta en el día a día de cualquier mexicano. Y sí, no somos Venezuela, Cuba o Ecuador, en el sentido siempre peyorativo en que la oposición se esfuerza en torcer el brazo a la historia. Somos, en cambio, un pueblo en el que la idea de progreso y bienestar se basa en los dichos y los hechos de un gobierno que fue electo masiva y democráticamente.

Si no les gusta el progreso del país sobre la base de sus leyes y tradiciones, de su bagaje cultural y sus aspiraciones de soberanía y libertad, frente al intervencionismo extranjero sobre todo durante el tortuoso y sangriento siglo XX, tendrán que aceptar que la hegemonía unipolar ya pasó, que el mundo está harto de tanta hipocresía y sangre, derramada en el altar del capital y su corrupción institucionalizada.

Con respeto a quienes estén bajo el paraguas inclusivo de la paráfrasis “el respeto al complejo ajeno es la paz”, quienes estamos por dar continuidad al esfuerzo de rescate del espacio económico y político nacional y de respeto a la identidad nacional frente a la influencia del norte, sabemos que se ha avanzado menos de lo esperado, pero se entiende que, mientras el legislativo y el judicial tengan una mayoría neoliberal y apátrida, las iniciativas en favor de la nación no van a prosperar.

Por ello, digamos sí al plan C y sigamos haciendo historia, apoyemos la reconstrucción de un México libre y soberano.

 

sábado, 11 de mayo de 2024

LA HUELGA, LA MANTA Y EL DESPLEGADO.

“La verdadera paz no es simplemente la ausencia de tensión, es la presencia de justicia” (Martin Luther King).


Sábado 11 de mayo, 11 de la mañana y sereno. En la reja del acceso principal de la Universidad de Sonora, un grupo representativo de la Asociación de Pensionados y Jubilados de la propia institución se presentó en apoyo a los trabajadores del sindicato STEUS, en huelga.

El grupo colocó una manta donde se expresa el apoyo irrestricto a los trabajadores y sus demandas. Se pone de manifiesto la solidaridad de los trabajadores del pasado con los del presente, justamente para que hoy se escriba una nueva historia de respeto y compromiso entre la Institución universitaria y los futuros luchadores sindicales.

En la manta se reproduce una frase que es consigna y propósito: “Defenderemos el derecho a la huelga con la huelga misma: STEUS”. Así de claro, y así de justo.

En paralelo, circula un desplegado suscrito por 62 organizaciones patronales y civiles cuyo propósito parece ser el de llamar al diálogo entre las partes, subrayando el daño que sufre la educación superior y la sociedad con este conflicto.

Sin embargo, en la vida real, y al margen de las consignas patronales de una supuesta comprensión de las necesidades del trabajador, se desarrolla el drama de la subsistencia, de las familias que ven lejana la meta de llegar a fin de mes por más que se estire el salario.

Familias que tienen hijos en edad escolar que estudian en los diversos sistemas y niveles educativos y que, desde luego, incluyen a la educación universitaria, a la que apuestan por ser pública y, además, de calidad regional y nacionalmente reconocida.

Si bien es cierto que en la UNISON se cobran cuotas por diversos conceptos es, a pesar de estos gastos, una opción que permite a los jóvenes de clases económicamente modestas prepararse profesionalmente y, eventualmente, acceder a mejores condiciones económicas.

Así, pues, la UNISON es una universidad popular, a pesar de los embates mercantilistas y la mentalidad aspiracionista que el neoliberalismo de huarache esparció por sus órganos de dirección y su base laboral. La meritocracia se incuba en los pasillos, en los cubículos y en los sistemas de estímulo monetario, pero esto es otro asunto.

Los trabajadores manuales y administrativos en huelga saben que reclamar la reestructuración del tabulador es una cuestión de primera necesidad, que resolver el rezago salarial que coloca a muchos en situación de marginación por estar por debajo del salario mínimo, que exigir una mejora en sus percepciones semanales y quincenales no es otra cosa más que luchar por la dignificación del empleo y el ingreso.

También saben, o debieran saber, que una mejora en el salario supone una mejor pensión o jubilación; mejores posibilidades para que sus hijos y dependientes puedan tener acceso a la alimentación, la educación y la calidad de vida que mínimamente les corresponde de acuerdo a la ley laboral y la Constitución federal.

Están conscientes de que las generaciones que hoy deprenden de su sueldo universitario serán los profesionistas del mañana, esos jóvenes que tanto preocupan al gobierno y a los organismos empresariales que hoy se rasgan las vestiduras siendo que quizá, en el futuro, se complacerán en ignorarlos por venir de una universidad pública.

La solidaridad de los pensionados y jubilados es una manifestación humana, responsable y seria, porque los trabajadores retirados ya pasaron por ahí, conocen los vericuetos de la demagogia, de las amenazas veladas, de los recursos “legales” que excluyen al factor trabajo frente a la imagen y expectativas patronales.

Es la mano que se tiende por parte de la experiencia y la memoria sindical hacia quienes luchan en el presente por su futuro, por sus familias, por una institución que nació del pueblo y debe servir al pueblo. No queda duda de que la mejor defensa del derecho a huelga es la huelga misma. Adelante.


viernes, 10 de mayo de 2024

ENTRE ADVERSARIOS TE VEAS

No hay duda de que los tiempos que corren revelan las caras y las caretas de una oposición víctima de sus propias filias y fobias, complejos y profundas miasmas morales sin excluir, por supuesto, a las huestes de chapulines y ratas abandona-barcos que en las olas de la coyuntura buscan poner a salvo su trasero de un eventual descalzone electoral.

Las corruptelas reveladas y por revelar causan revuelos mediáticos que agitan las lenguas en modo contraataque contra la verdad incómoda que describe y documenta el por qué de la defensa de esa inmensa cloaca sistémica llamada neoliberalismo, por más que los actores en plan de sicarios desinformativos se taqueen las partes pudendas tras cada encueramiento, tras cada orden de aprehensión, exhibición de documentos inculpatorios y cada acto fallido del Prianismo organizado.

El Poder Judicial, que quita los pecados del hampa, se empeña en sostener la impunidad delictiva en aras de la estabilidad del sistema, entendida como la conveniencia de no hacer olas en las aguas acedas que dan vida y destino a las fortunas familiares, al nepotismo y la prostitución institucionalizada que quema incienso en el altar de los tenedores de concesiones y de omisiones judiciales.

Aquí, el criterio parece ser dar el beneficio de la protección federal y estatal a los delincuentes funcionales al viejo sistema que la actual administración combate en la medida en que los jueces y magistrados lo permiten, aunque sea más que evidente cómo el juzgador pasa a formar parte del lado transgresor.

Se ve que los usos y costumbres sólo son fórmulas políticas de reconocimiento en el caso de los pueblos indígenas, pero en los grupos empresariales y familiares se toma como parte del patrimonio personal, algo así como la tierra para el señor feudal actualizado.

¿Se imagina alguien que tiene poder y no lo usa para salir de pobre, clasemediero, o simple millonario paga-impuestos? ¿Dónde queda el glamur, el encanto y la magia del ejercicio de poder si no se puede ser funcionario público y empresario privado al mismo tiempo? ¿De qué sirve mascar chicle si no se puede pegar en cualquier parte?

¿Por qué no acordar con los gringos la liquidación del dominio de la nación sobre sus recursos, infraestructura y servicios, a cambio de jugosas sociedades que garantizan empleos e ingresos futuros? ¿Para qué sirve el petróleo, el gas y la electricidad si no se usa como escalera para ascender en la consideración de las empresas transnacionales y los gobiernos que las impulsan?

¿Acaso no hay expresidentes de la república que dieron concesiones para después ser funcionarios de las empresas extranjeras favorecidas? ¿Acaso no tenemos expresidentes que desde el poder ejecutivo sirvieron de enlace estratégico e informantes de la CIA, la DEA o cualquier otra agencia que trabaja por la “seguridad nacional de ‘América’” y el mundo?

¿Será que lo políticamente correcto incluye no ver, no oír y no hablar de la corrupción y menos en la forma y mecanismos para reducirla y eventualmente erradicarla?

¿Tenemos que aceptar que la idea del “destino manifiesto” y la doctrina Monroe son dogma de fe política y fatalidad histórica para México, Latinoamérica y el Caribe, y que la superioridad de Estados Unidos es por mandato divino, tanto como la idea de que el “pueblo de Israel” es dueño de la tierra entre el Éufrates y el Nilo, “por mandato de Yahvé”, su dios exclusivo?

¿El derecho internacional y las normas de la guerra sólo sirven para garantizar que EUA e Israel no sean los afectados, pero sí sus oponentes, reales o virtuales? ¿La unipolaridad es el dogma supremo político dictado por el mismísimo creador del universo? ¿Seguiremos siendo la cucaracha arrojada por el ser supremo en el frasco de las hormigas angloamericanas e israelíes?

Lamentablemente, la oposición (de claro signo conservador y neoliberal) parece sintonizarse con los usos, costumbres y expectativas de control y dominación de la anglosfera, sus empresas transnacionales y la apología de “democracia”, “libertad” y “derechos humanos” que el sistema económico maneja como placebos chatarra de una verdadera pero ausente visión humanista e incluyente, de espaldas a la multipolaridad internacional de índole soberanista e independentista que postula que cada pueblo tiene derecho de decidir su destino y desarrollo.

México viste una camisa de fuerza impuesta por la anglosfera continental, que pasa por ser acuerdo comercial pero que invade con eficacia la vida interna del país, sometido al escrutinio y la intervención extranjera, incluyendo la presencia militar de EUA, con el pretexto del combate al narcotráfico y el entrenamiento de tropas para la prevención y respuesta en ataques con “armas de destrucción masiva”.

Tomando en cuenta de que tras cada farsa hay un farsante, nuestro país bien haría en definir por cuenta propia cuál es su posición en el juego de la democracia y la seguridad, al margen de los delirios ridículos que padecen nuestros vecinos del norte, y defender de pensamiento, palabra y obra la soberanía nacional, y no sólo en el discurso soberanista que rechaza el intervencionismo mientras que permite la presencia de tropas extranjeras para efectos de “colaboración y entrenamiento”.

De igual manera, resulta contradictorio defender el espacio económico nacional mientras se disponen medidas para aumentar la inversión extranjera en la frontera y los puertos nacionales, en áreas estratégicas que se pueden ver seriamente comprometidas al ser puestas a disposición del expansionismo continental de EUA, subrayando el papel de México como espacio logístico en la lucha económica y militar del Norte contra Rusia y China, en este caso en materia de gas, petróleo y rutas comerciales.

Como se ve, los adversarios locales no están del todo desligados de los supuestos socios y amigos externos que inciden en la política y economía internacional de corte colonial.



jueves, 2 de mayo de 2024

MAYO, HUELGAS Y CANDIDATOS

 “¡Cómo me gustaría ver a todos con un trabajo digno! Es esencial para la dignidad humana” (Papa Francisco).

 

Por convicción le digo que en una huelga primero los trabajadores. Ahora, si después de esta declaración de principios usted decide dejar la lectura con una mentada de madre en la mente… o quizás en la boca, le diré gracias, gracias de todo corazón porque seguramente usted es alguien que administra rigurosamente su tiempo y no lo pierde en cosas que lo incomodan.

La huelga en sí es un acto extremo en la lucha por mejores condiciones de trabajo y de vida; suele señalarse con el dedo acusador de quienes creen que las empresas se mueven solas, gracias a la diligencia de las mentes maestras que están detrás de los escritorios ejecutivos y las salas de juntas, pero, la realidad demuestra que la luna no es de queso y que el trabajador es quien mueve la maquinaria social, en lo pequeño y en lo grande.

Algunos dicen que no debiera haber suspensión de labores en las escuelas o en los hospitales, pero si revolver patas con bofe es la solución mágica para cualquier acertijo vital, la realidad pone las cosas en su lugar y revela que si alguien se cura es porque una mano humana intervino con paciencia y con sapiencia. Claro, siguiendo la ruta de la mano encontramos a un ser humano al completo que estudió, practicó y ahora trabaja en lo suyo... y que requiere, como cualquiera, comer, vestir y habitar.

En la escuela básica o superior, el aula en sí, no enseña, sino que contiene la masa de interacciones que se dan en lo que algunos llaman el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde unos “aprenden” lo que otros “enseñan”. Unos quieren saber algo y otros lo saben, lo que da lugar a una serie de interacciones formalizadas en lo que llamamos escuela.

Aquí los que saben han documentado su saber mediante títulos y constancias que se adquieren al final de un largo proceso donde muchos quedan a mitad del camino, en una carrera intelectual donde la sobrevivencia no está garantizada por razones económicas, de salud, oportunidad y en no pocas ocasiones, de fatalidad.

El que sabe, es decir, el trabajador académico, ha asumido una misión de alto riesgo, donde la envidia, la incomprensión y las disposiciones de la autoridad pueden ocasionar estrés, depresión, problemas digestivos, cardiacos, de autoestima y más, que se traducen en neurosis y psicosis de cara al embrollo de pagar las cuentas: la renta, el gas, el cable, los gastos familiares alimenticios, educativos, de salud, además del ISR en forma cautiva.

Frente al cúmulo de gastos a cuenta del ingreso “profesional”, lo que queda es la medida de la estabilidad del sujeto, su margen de maniobra, la holgura presupuestal que pasa de ser un buen nivel de vida a la camisa de fuerza que le impone su estatus laboral.

Cosa parecida ocurre con los trabajadores administrativos y manuales de las instituciones, que sudan la gota gorda diariamente para que el edificio institucional se mantenga airoso, lucidor y habitable. Sin duda, la imagen institucional, pasa por los edificios administrativos, las aulas, los laboratorios, los campos y áreas deportivas y recreativas, que lucen bonitas gracias a que el trabajador dejó en ellas su arte y amor por la camiseta.

Igual ocurre con la logística institucional, los trámites y el orden burocrático que se mantiene gracias a que alguien hace algo de manera correcta y a tiempo.

Para algunos candidatos es fácil mascar chicle y pegarlo en las universidades, prometer lo que no empobrece, aunque en algunos casos envilece. Montarse en la huelga es, sin duda, un acto que lejos de ser solidario es oportunista, como también lo es lucrar con las tragedias presentes y pasadas en aras de fingir empatía coyuntural con los afectados.

Este mayo los trabajadores marcharon y sus gritos y consignas para nada fueron de gratitud y complacencia, sino de reclamo y esperanza. De reclamo porque hay asuntos pendientes por resolver en el plano de la justicia social y laboral, de esperanza porque se sabe que la fuerza laboral depende de sí misma y no del favor del poderoso.

En el día internacional de los trabajadores, los sindicatos universitarios dijeron presente ante la sociedad y el gobierno. Por el bien de México, ánimo y adelante.