“Un diálogo describe una conversación
entre dos o más individuos que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo
para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es una discusión o
contacto que surge para lograr un acuerdo” (www.definición.de/dialogo).
Con el ánimo de propiciar el necesario
encuentro entre administración universitaria y sindicato STEUS, los trabadores
académicos de la Universidad de Sonora convocaron a un diálogo que reunió a
estudiantes, académicos, trabajadores manuales y ciudadanos comunes, faltado la
presencia de los funcionarios, diputados y representantes de la administración
universitaria. La cita fue frente a las instalaciones de la Alma Mater, en la
plaza Zubeldía, a la que acudieron una buena cantidad de personas auténticamente
interesadas en la solución al conflicto que el viernes 14 cumplió dos semanas.
Las participaciones de los
estudiantes, trabajadores y académicos coincidieron en un punto importante: la
huelga es legal y los reclamos son justos, y existe la voluntad de apoyar a los
sindicalistas en huelga sin dejar de lamentar la ausencia de la parte
representativa de la administración que encabeza el rector Heriberto Grijalva
Monteverde.
En ningún momento se observó la
negativa a intercambiar puntos de vista sobre posiciones político-laborales,
sino que privó el respeto y el ánimo de solucionar los problemas y regresar de
nueva cuenta a las labores propias de la institución universitaria, de lo cual
dieron fe los estudiantes y trabajadores que expusieron sus puntos de vista
sobre el tema convocado.
Tras poco más de dos horas, se dio por
concluido el encuentro y reiterando su llamado a las autoridades para que
asistan de cara a la sociedad a dialogar de manera libre, respetuosa y
universitaria. Se espera, entonces, que la administración universitaria de la
cara, se digne retomar el diálogo con los trabajadores y que honre la
preocupación que dice sentir por los estudiantes en el terreno de los hechos.
A pesar de la disposición de la parte
sindical, la rectoría parece empeñarse en desairar los llamados al diálogo
mediante declaraciones suficientemente claras y tajantes: “no cederemos a
presiones”. Al parecer la burbuja de vanidad, desprecio y cerrazón se resiste a
estallar y dejar al descubierto lo que queda del espíritu universitario que
probablemente existió en las mentes de los funcionarios administrativos de la
Máxima Casa de Estudios de Sonora.
Ante esta situación, resulta ridículo
no tomar una posición a favor de los trabajadores, ya que tratar de permanecer
neutral sólo se explicaría mediante una actitud socialmente indolente y decidir
estar en contra significaría que la parte patronal cuenta con la justificación
social de atropellar los derechos de los trabajadores. Es en este sentido que
quien esto escribe se pronuncia a favor del sindicalismo universitario, y más
considerando que la clase trabajadora es quien tiene y debe tener los mejores
derechos históricos en la transformación de la sociedad.
Industria textil |
La historia nos enseña que no ha sido
la clase gobernante y sus intereses los que han transformado a las sociedades
humanas en un sentido progresista y con claro compromiso humano: han sido las
masas oprimidas quienes han determinado el rumbo de la totalidad social en
busca de mejores condiciones de vida y eso, junto con el hecho innegable de que
los trabajadores han aportado las innovaciones técnicas y científicas que
permitieron el gran salto tecnológico de la época antigua a la modernidad no
sólo productiva sino social y política del mundo que hoy tenemos. ¿Quiere
algunos ejemplos? Baste recordar algunas de las revoluciones tecno-científicas
y políticas que han definido lo que somos: la Industrial inglesa, la francesa,
la independencia de Estados Unidos; la revolución bolchevique, la mexicana, así
como en su dimensión el movimiento huelguístico de cananea; la expropiación
petrolera cardenista; así como la revolución cubana y la islandesa.
Revolución Francesa |
De hecho, el sistema que domina en una
sociedad tiende tarde o temprano a generar contradicciones cada vez más
profundas y antagónicas, lo que lleva al estallido social y a las grandes
transformaciones que conforman una nueva mentalidad acerca del cómo y para qué
hacer las cosas. El pretender que los sistemas sociales son estáticos, que son
de una vez y para siempre es, por lo menos, una ingenuidad histórica y un
absurdo intelectual. La sociedad se mueve, cambia, se transforma y no lo hace
por obra de algún espíritu mágico, sino por el trabajo que forma al hombre nuevo
que impulsa una sociedad nueva también.
Si hoy los trabajadores están en lucha
por mejores condiciones de vida y de dignificación de su clase social, debemos
entender que la historia no se detiene y que los sistemas no son ahistóricos,
de donde es fácil concluir que la lucha social es una necesidad transformadora
de la humanidad, y un acto de legítima defensa de nuestra esencia como seres
inteligentes y racionales. No se puede ser imparcial en asuntos que atañen a
nuestra naturaleza social y humana.
Revolución Mexicana |
El apoyo al sindicalismo universitario
y, en general, de los trabajadores mexicanos tiene el aval irrefutable de la
historia social y política de las naciones por mejores condiciones de vida y de
respeto a los derechos humanos fundamentales. No podemos permanecer imparciales
ante el avance social so pretexto de lo “políticamente correcto”, y condenar
nuestra inteligencia a la muy anodina y artificiosa condición de simple
espectador.
Estimado lector, apoyar a los
trabajadores en lucha es apoyar a la totalidad universitaria como ente social
transformador, es apoyar la formación de nuestros hijos como ciudadanos
conscientes de su papel social y político, lo que de seguro contribuirá en la
construcción de una sociedad justa e incluyente. Cabe recordar que el futuro
laboral de los estudiantes depende de los logros de los trabajadores de hoy.
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