“Quiero que me miren tal y como yo miro las revistas de viajes” (latravelista.com).
Algunos se quedaron con la idea de que
lo de afuera es mejor que lo de adentro, lo cual tendría sentido si nos refiriéramos
a la diferencia entre realidad y apariencia, entre la autenticidad del sujeto
con o sin maquillaje; pero si hablamos de economía, educación o cultura el
supuesto no necesariamente es correcto ni obligadamente pertinente y aplicable.
Lo anterior viene a colación por la reciente gira por España que se dio la
gobernadora y compañía.
Se puede entender que la compulsión
neoliberal de “vender” Sonora al extranjero y atraer inversiones signadas por
la proverbial gandallez de los capitalistas peninsulares, favorecidos por los
gobiernos prianistas en los últimos 30 años, es una especie de imperativo
categórico y una obligación más ideológica que económica en el marco de las
competencias y obligaciones del gobernante. Lo anterior pudiera explicarse con
razones de carácter subjetivo donde la imagen del que viaja, negocia y acuerda
con el hombre blanco y barbado se toma como una realización que el político de
cultura e identidad precaria busca para posicionarse, en el marco de su muy
particular imaginario conceptual, aunque quizá influya la idea del
aprovechamiento vulgar del puesto público para fines de satisfacción personal
porque, después de todo, “los viajes ilustran”.
Este último aspecto pudiera ser la clave
de la explicación sobre una gira que, vista de cerca, no tiene verdadero
sentido en términos de las necesidades “de estado” por satisfacer y que revela,
en todo caso, una deficiencia en la información relativa a los recursos que
existen en el país en cuanto a posibilidades de capacitación, proyectos de
desarrollo urbano e industrial, entre otros. En este asunto, estaría bien que
alguien le informara a la titular del Ejecutivo de la existencia de
universidades como la UNAM, la UAM y el IPN, entre otras de sólidas capacidades
formativas, sin excluir a las locales UNISON, ITH y UES, por citar ejemplos.
¿Sabrán en el gobierno que en Sonora
existe bastante camino académico recorrido en materia de aprovechamiento de
energía solar, de agua y recursos marinos, de diseño y gestión de proyectos
ambientales, de explotaciones agrícolas y pecuarias, de óptica, mecatrónica,
turismo y gastronomía entre otros campos donde la UNISON, el ITH y la UES son
referentes obligados?
Tampoco estaría mal que se le hiciera
notar que estamos en un mundo absolutamente comunicado y que las redes dan
cuenta de las condiciones y características de los destinos de inversión reales
y potenciales que existen en el planeta, sin contar las unidades de
inteligencia económica de que dispone cada país. Baste recordar las redes
bancarias y sus áreas de investigación económica. Como se ve, ya no son necesarias
las caravanas al extranjero para mostrar productos y abrir mercados, gracias a
las maravillas de la comunicación y la información de que dispone la sociedad
mundial. Por otra parte, cabe recordar que los españoles y resto de europeos ya
saben lo que hay en el “nuevo mundo” desde hace rato, y los gringos también,
como lo demuestran sobradamente las intervenciones armadas o comerciales donde
lo que termina estando en juego es la democracia y la autodeterminación de los pueblos.
¿Sabrán en Palacio cuál es la posición de España respecto a Venezuela?
¿Se imagina la importancia económica y
social que tendría que el gobierno solicitara de manera permanente la
elaboración de proyectos de ingeniería sanitaria para resolver problemas de
drenaje, urbanismo, capacitación a docentes y funcionarios públicos a
instituciones como la UNISON, UES, ITH, UPN o ISAP? ¿Se puede imaginar lo que
se ganaría si nuestro gobierno promoviera la integración económica del Noroeste,
mediante el intercambio comercial, educativo y cultural, y la gestión de
proyectos conjuntos?
Estando así las cosas, ¿para qué viajar
si la promoción económica del Estado depende fundamentalmente de la fortaleza
de las instituciones que real o potencialmente hacen posible el funcionamiento
del aparato productivo? ¿No resulta más lógico apoyar el esfuerzo formativo de
las instituciones educativas sonorenses que hacen posible nuestro progreso, por
ejemplo, mediante la contratación de sus servicios, incrementos de subsidios y
prestaciones, apoyo y respeto a la autonomía institucional y diálogo permanente
y constructivo con sus autoridades?
¿No tendría mayor sentido apoyar y
promover el trabajo de los productores sonorenses mediante proyectos
productivos y acuerdos o convenios con las autoridades de los estados vecinos de
Baja California, Baja California Sur y Sinaloa así como el resto del país, con
el fin de fortalecer la economía de nuestra región? ¿Por qué no pensar en que
los procesos de integración deben realizarse a partir de las entidades con
mayor relación de proximidad y complementariedad? ¿Por qué no pensar que México
y sus regiones son primero?
Da la impresión de que se perdió el
rumbo, que se gobierna mediante ocurrencias, derroche y manipulación
informativa. Se sigue la misma lógica del dispendio y los compromisos facilones
que ponen en riesgo la soberanía nacional y estatal, con acciones y acuerdos de
dudosa utilidad; los mismos que tradicionalmente han ofrecido los gobiernos neoliberales
que han arruinado al país. Por fortuna
ya falta poco… y la tarea a cumplir es compleja pero necesaria: poner orden en
Sonora y tratar de recuperar el tiempo perdido.
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