Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

viernes, 17 de mayo de 2024

LA IGLESIA Y LOS CANDIDATOS

 “Nuestras vidas comienzan a llegar a su fin el día que dejamos de hablar sobre las cosas que importan” (Martin Luther King).

 

Recuerdo aquella frase tomada de Cervantes, cuando el caballero Don Quijote y su escudero, Sancho, buscan el palacio de Dulcinea, pero al descubrir que el enorme bulto que vieron no era un alcázar sino el templo del pueblo, el hidalgo dice: “con la iglesia hemos dado, Sancho.”

La frase se toma como una crítica, con cierto grado de ambigüedad, hacia la intervención de la iglesia en asuntos que contradicen aquella división evangélica entre el ámbito de lo público y lo religioso: “dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

En el actual contexto político-electoral, donde se ven a diario opiniones en favor o en contra de tal o cual abanderado del racimo de siglas que se une en dos proyectos, según se proclama, contrarios, es fácil declarar que la realidad se pinta de blanco y negro: bueno y malo, aceptable o rechazable, libertad o tiranía.

En la república de los enanos las cosas deben ser de tamaño pequeño, compacto, sin matices alarmantes para la inteligencia liliputiense de quienes asumen el papel de votantes, de decisores en el gran juego que define el destino de la patria, de la vida en común.

Lo anterior tiene que ver con la forma en que algunas entidades suponen que el mexicano común ve las cosas ni tan claras ni tan distintas, por lo que requiere que voces autorizadas por la sotana y el alzacuellos le iluminen el camino electoral: estos sí y aquellos no. Unos son buenos y limpios y los otros satánicos y comunistas.

Pero en el juego donde las canicas ruedan según el impulso, el piso debe estar parejo, la cancha tersa y nivelada y, además, vigilada 24/7 para que ninguna mano ociosa esparza migas de pan, gotas de mermelada o arena sobre la mesa. Se supone que el INE pone ojos y mente en el cuidado topográfico del desplazamiento de las canicas electorales.

La oposición, arracimada en la coalición “fuerza y corazón por México” alega y reclama piso parejo, ante la evidencia de que su ausencia de estatura propositiva y congruencia declarativa le ocasiona un daño terrible frente a la contraparte que sostiene un discurso articulado y consistente, basado en realidades fáciles de comprobar.

Del lado del Prian del junior X. González se alinea una fracción de la iglesia, caracterizada por estar colgada del viejo frenesí cristero que ve moros con tranchete a la vuelta de la esquina, mientras se afana en seguir siendo la guía profética de un pueblo que clama por seguir siendo pastoreado.

Los hombres de sotana en bronca existencial con la historia, prefieren resucitar el espíritu de la guerra fría, el terror a los “rojos”, a todo aquello que la santa inquisición dejó de lado por el hecho de desaparecer por muerte institucional gracias al cambio de la historia, de la novedad del contexto donde surge la palabra “democracia”, “libertades”, “ciudadano”, “poder público” y “republicano”, apagando la hoguera donde se arrojaba a los ateos y los comunistas, ¡sea por Dios!

Sin embargo, en medio de la andanada de maldiciones y condenas, aparece Monseñor José Manuel del Río Carrasco, prelado de Honor del Vaticano, que manda su bendición a la candidata de la coalición encabezada por Morena, lo que, con guante blanco y mejores intenciones, demuestra al clero encaramado en el pasado que eso de maldecir inquisitorialmente es muy superable por una bendición que revela ecumenismo y tolerancia. Civilidad, en fin (https://goo.su/M69JtX). 

La disyuntiva “libertad-tiranía” es tan falsa como cualquier argumento que vaya en contra de lo que consta en el día a día de cualquier mexicano. Y sí, no somos Venezuela, Cuba o Ecuador, en el sentido siempre peyorativo en que la oposición se esfuerza en torcer el brazo a la historia. Somos, en cambio, un pueblo en el que la idea de progreso y bienestar se basa en los dichos y los hechos de un gobierno que fue electo masiva y democráticamente.

Si no les gusta el progreso del país sobre la base de sus leyes y tradiciones, de su bagaje cultural y sus aspiraciones de soberanía y libertad, frente al intervencionismo extranjero sobre todo durante el tortuoso y sangriento siglo XX, tendrán que aceptar que la hegemonía unipolar ya pasó, que el mundo está harto de tanta hipocresía y sangre, derramada en el altar del capital y su corrupción institucionalizada.

Con respeto a quienes estén bajo el paraguas inclusivo de la paráfrasis “el respeto al complejo ajeno es la paz”, quienes estamos por dar continuidad al esfuerzo de rescate del espacio económico y político nacional y de respeto a la identidad nacional frente a la influencia del norte, sabemos que se ha avanzado menos de lo esperado, pero se entiende que, mientras el legislativo y el judicial tengan una mayoría neoliberal y apátrida, las iniciativas en favor de la nación no van a prosperar.

Por ello, digamos sí al plan C y sigamos haciendo historia, apoyemos la reconstrucción de un México libre y soberano.

 

sábado, 11 de mayo de 2024

LA HUELGA, LA MANTA Y EL DESPLEGADO.

“La verdadera paz no es simplemente la ausencia de tensión, es la presencia de justicia” (Martin Luther King).


Sábado 11 de mayo, 11 de la mañana y sereno. En la reja del acceso principal de la Universidad de Sonora, un grupo representativo de la Asociación de Pensionados y Jubilados de la propia institución se presentó en apoyo a los trabajadores del sindicato STEUS, en huelga.

El grupo colocó una manta donde se expresa el apoyo irrestricto a los trabajadores y sus demandas. Se pone de manifiesto la solidaridad de los trabajadores del pasado con los del presente, justamente para que hoy se escriba una nueva historia de respeto y compromiso entre la Institución universitaria y los futuros luchadores sindicales.

En la manta se reproduce una frase que es consigna y propósito: “Defenderemos el derecho a la huelga con la huelga misma: STEUS”. Así de claro, y así de justo.

En paralelo, circula un desplegado suscrito por 62 organizaciones patronales y civiles cuyo propósito parece ser el de llamar al diálogo entre las partes, subrayando el daño que sufre la educación superior y la sociedad con este conflicto.

Sin embargo, en la vida real, y al margen de las consignas patronales de una supuesta comprensión de las necesidades del trabajador, se desarrolla el drama de la subsistencia, de las familias que ven lejana la meta de llegar a fin de mes por más que se estire el salario.

Familias que tienen hijos en edad escolar que estudian en los diversos sistemas y niveles educativos y que, desde luego, incluyen a la educación universitaria, a la que apuestan por ser pública y, además, de calidad regional y nacionalmente reconocida.

Si bien es cierto que en la UNISON se cobran cuotas por diversos conceptos es, a pesar de estos gastos, una opción que permite a los jóvenes de clases económicamente modestas prepararse profesionalmente y, eventualmente, acceder a mejores condiciones económicas.

Así, pues, la UNISON es una universidad popular, a pesar de los embates mercantilistas y la mentalidad aspiracionista que el neoliberalismo de huarache esparció por sus órganos de dirección y su base laboral. La meritocracia se incuba en los pasillos, en los cubículos y en los sistemas de estímulo monetario, pero esto es otro asunto.

Los trabajadores manuales y administrativos en huelga saben que reclamar la reestructuración del tabulador es una cuestión de primera necesidad, que resolver el rezago salarial que coloca a muchos en situación de marginación por estar por debajo del salario mínimo, que exigir una mejora en sus percepciones semanales y quincenales no es otra cosa más que luchar por la dignificación del empleo y el ingreso.

También saben, o debieran saber, que una mejora en el salario supone una mejor pensión o jubilación; mejores posibilidades para que sus hijos y dependientes puedan tener acceso a la alimentación, la educación y la calidad de vida que mínimamente les corresponde de acuerdo a la ley laboral y la Constitución federal.

Están conscientes de que las generaciones que hoy deprenden de su sueldo universitario serán los profesionistas del mañana, esos jóvenes que tanto preocupan al gobierno y a los organismos empresariales que hoy se rasgan las vestiduras siendo que quizá, en el futuro, se complacerán en ignorarlos por venir de una universidad pública.

La solidaridad de los pensionados y jubilados es una manifestación humana, responsable y seria, porque los trabajadores retirados ya pasaron por ahí, conocen los vericuetos de la demagogia, de las amenazas veladas, de los recursos “legales” que excluyen al factor trabajo frente a la imagen y expectativas patronales.

Es la mano que se tiende por parte de la experiencia y la memoria sindical hacia quienes luchan en el presente por su futuro, por sus familias, por una institución que nació del pueblo y debe servir al pueblo. No queda duda de que la mejor defensa del derecho a huelga es la huelga misma. Adelante.


viernes, 10 de mayo de 2024

ENTRE ADVERSARIOS TE VEAS

No hay duda de que los tiempos que corren revelan las caras y las caretas de una oposición víctima de sus propias filias y fobias, complejos y profundas miasmas morales sin excluir, por supuesto, a las huestes de chapulines y ratas abandona-barcos que en las olas de la coyuntura buscan poner a salvo su trasero de un eventual descalzone electoral.

Las corruptelas reveladas y por revelar causan revuelos mediáticos que agitan las lenguas en modo contraataque contra la verdad incómoda que describe y documenta el por qué de la defensa de esa inmensa cloaca sistémica llamada neoliberalismo, por más que los actores en plan de sicarios desinformativos se taqueen las partes pudendas tras cada encueramiento, tras cada orden de aprehensión, exhibición de documentos inculpatorios y cada acto fallido del Prianismo organizado.

El Poder Judicial, que quita los pecados del hampa, se empeña en sostener la impunidad delictiva en aras de la estabilidad del sistema, entendida como la conveniencia de no hacer olas en las aguas acedas que dan vida y destino a las fortunas familiares, al nepotismo y la prostitución institucionalizada que quema incienso en el altar de los tenedores de concesiones y de omisiones judiciales.

Aquí, el criterio parece ser dar el beneficio de la protección federal y estatal a los delincuentes funcionales al viejo sistema que la actual administración combate en la medida en que los jueces y magistrados lo permiten, aunque sea más que evidente cómo el juzgador pasa a formar parte del lado transgresor.

Se ve que los usos y costumbres sólo son fórmulas políticas de reconocimiento en el caso de los pueblos indígenas, pero en los grupos empresariales y familiares se toma como parte del patrimonio personal, algo así como la tierra para el señor feudal actualizado.

¿Se imagina alguien que tiene poder y no lo usa para salir de pobre, clasemediero, o simple millonario paga-impuestos? ¿Dónde queda el glamur, el encanto y la magia del ejercicio de poder si no se puede ser funcionario público y empresario privado al mismo tiempo? ¿De qué sirve mascar chicle si no se puede pegar en cualquier parte?

¿Por qué no acordar con los gringos la liquidación del dominio de la nación sobre sus recursos, infraestructura y servicios, a cambio de jugosas sociedades que garantizan empleos e ingresos futuros? ¿Para qué sirve el petróleo, el gas y la electricidad si no se usa como escalera para ascender en la consideración de las empresas transnacionales y los gobiernos que las impulsan?

¿Acaso no hay expresidentes de la república que dieron concesiones para después ser funcionarios de las empresas extranjeras favorecidas? ¿Acaso no tenemos expresidentes que desde el poder ejecutivo sirvieron de enlace estratégico e informantes de la CIA, la DEA o cualquier otra agencia que trabaja por la “seguridad nacional de ‘América’” y el mundo?

¿Será que lo políticamente correcto incluye no ver, no oír y no hablar de la corrupción y menos en la forma y mecanismos para reducirla y eventualmente erradicarla?

¿Tenemos que aceptar que la idea del “destino manifiesto” y la doctrina Monroe son dogma de fe política y fatalidad histórica para México, Latinoamérica y el Caribe, y que la superioridad de Estados Unidos es por mandato divino, tanto como la idea de que el “pueblo de Israel” es dueño de la tierra entre el Éufrates y el Nilo, “por mandato de Yahvé”, su dios exclusivo?

¿El derecho internacional y las normas de la guerra sólo sirven para garantizar que EUA e Israel no sean los afectados, pero sí sus oponentes, reales o virtuales? ¿La unipolaridad es el dogma supremo político dictado por el mismísimo creador del universo? ¿Seguiremos siendo la cucaracha arrojada por el ser supremo en el frasco de las hormigas angloamericanas e israelíes?

Lamentablemente, la oposición (de claro signo conservador y neoliberal) parece sintonizarse con los usos, costumbres y expectativas de control y dominación de la anglosfera, sus empresas transnacionales y la apología de “democracia”, “libertad” y “derechos humanos” que el sistema económico maneja como placebos chatarra de una verdadera pero ausente visión humanista e incluyente, de espaldas a la multipolaridad internacional de índole soberanista e independentista que postula que cada pueblo tiene derecho de decidir su destino y desarrollo.

México viste una camisa de fuerza impuesta por la anglosfera continental, que pasa por ser acuerdo comercial pero que invade con eficacia la vida interna del país, sometido al escrutinio y la intervención extranjera, incluyendo la presencia militar de EUA, con el pretexto del combate al narcotráfico y el entrenamiento de tropas para la prevención y respuesta en ataques con “armas de destrucción masiva”.

Tomando en cuenta de que tras cada farsa hay un farsante, nuestro país bien haría en definir por cuenta propia cuál es su posición en el juego de la democracia y la seguridad, al margen de los delirios ridículos que padecen nuestros vecinos del norte, y defender de pensamiento, palabra y obra la soberanía nacional, y no sólo en el discurso soberanista que rechaza el intervencionismo mientras que permite la presencia de tropas extranjeras para efectos de “colaboración y entrenamiento”.

De igual manera, resulta contradictorio defender el espacio económico nacional mientras se disponen medidas para aumentar la inversión extranjera en la frontera y los puertos nacionales, en áreas estratégicas que se pueden ver seriamente comprometidas al ser puestas a disposición del expansionismo continental de EUA, subrayando el papel de México como espacio logístico en la lucha económica y militar del Norte contra Rusia y China, en este caso en materia de gas, petróleo y rutas comerciales.

Como se ve, los adversarios locales no están del todo desligados de los supuestos socios y amigos externos que inciden en la política y economía internacional de corte colonial.



jueves, 2 de mayo de 2024

MAYO, HUELGAS Y CANDIDATOS

 “¡Cómo me gustaría ver a todos con un trabajo digno! Es esencial para la dignidad humana” (Papa Francisco).

 

Por convicción le digo que en una huelga primero los trabajadores. Ahora, si después de esta declaración de principios usted decide dejar la lectura con una mentada de madre en la mente… o quizás en la boca, le diré gracias, gracias de todo corazón porque seguramente usted es alguien que administra rigurosamente su tiempo y no lo pierde en cosas que lo incomodan.

La huelga en sí es un acto extremo en la lucha por mejores condiciones de trabajo y de vida; suele señalarse con el dedo acusador de quienes creen que las empresas se mueven solas, gracias a la diligencia de las mentes maestras que están detrás de los escritorios ejecutivos y las salas de juntas, pero, la realidad demuestra que la luna no es de queso y que el trabajador es quien mueve la maquinaria social, en lo pequeño y en lo grande.

Algunos dicen que no debiera haber suspensión de labores en las escuelas o en los hospitales, pero si revolver patas con bofe es la solución mágica para cualquier acertijo vital, la realidad pone las cosas en su lugar y revela que si alguien se cura es porque una mano humana intervino con paciencia y con sapiencia. Claro, siguiendo la ruta de la mano encontramos a un ser humano al completo que estudió, practicó y ahora trabaja en lo suyo... y que requiere, como cualquiera, comer, vestir y habitar.

En la escuela básica o superior, el aula en sí, no enseña, sino que contiene la masa de interacciones que se dan en lo que algunos llaman el proceso de enseñanza-aprendizaje, donde unos “aprenden” lo que otros “enseñan”. Unos quieren saber algo y otros lo saben, lo que da lugar a una serie de interacciones formalizadas en lo que llamamos escuela.

Aquí los que saben han documentado su saber mediante títulos y constancias que se adquieren al final de un largo proceso donde muchos quedan a mitad del camino, en una carrera intelectual donde la sobrevivencia no está garantizada por razones económicas, de salud, oportunidad y en no pocas ocasiones, de fatalidad.

El que sabe, es decir, el trabajador académico, ha asumido una misión de alto riesgo, donde la envidia, la incomprensión y las disposiciones de la autoridad pueden ocasionar estrés, depresión, problemas digestivos, cardiacos, de autoestima y más, que se traducen en neurosis y psicosis de cara al embrollo de pagar las cuentas: la renta, el gas, el cable, los gastos familiares alimenticios, educativos, de salud, además del ISR en forma cautiva.

Frente al cúmulo de gastos a cuenta del ingreso “profesional”, lo que queda es la medida de la estabilidad del sujeto, su margen de maniobra, la holgura presupuestal que pasa de ser un buen nivel de vida a la camisa de fuerza que le impone su estatus laboral.

Cosa parecida ocurre con los trabajadores administrativos y manuales de las instituciones, que sudan la gota gorda diariamente para que el edificio institucional se mantenga airoso, lucidor y habitable. Sin duda, la imagen institucional, pasa por los edificios administrativos, las aulas, los laboratorios, los campos y áreas deportivas y recreativas, que lucen bonitas gracias a que el trabajador dejó en ellas su arte y amor por la camiseta.

Igual ocurre con la logística institucional, los trámites y el orden burocrático que se mantiene gracias a que alguien hace algo de manera correcta y a tiempo.

Para algunos candidatos es fácil mascar chicle y pegarlo en las universidades, prometer lo que no empobrece, aunque en algunos casos envilece. Montarse en la huelga es, sin duda, un acto que lejos de ser solidario es oportunista, como también lo es lucrar con las tragedias presentes y pasadas en aras de fingir empatía coyuntural con los afectados.

Este mayo los trabajadores marcharon y sus gritos y consignas para nada fueron de gratitud y complacencia, sino de reclamo y esperanza. De reclamo porque hay asuntos pendientes por resolver en el plano de la justicia social y laboral, de esperanza porque se sabe que la fuerza laboral depende de sí misma y no del favor del poderoso.

En el día internacional de los trabajadores, los sindicatos universitarios dijeron presente ante la sociedad y el gobierno. Por el bien de México, ánimo y adelante.


viernes, 26 de abril de 2024

SE HACE BOLAS EL ENGRUDO

 “La esperanza de un mundo seguro y habitable recae en disciplinados inconformistas que se dedican a la justicia, la paz y la fraternidad”: Martin Luther King.

 

Al momento de redactar esta nota, la Universidad de Sonora seguía en huelga y acababa de realizarse una marcha masiva donde con la concurrencia de sindicatos solidarios se reclamó a la autoridad competente, en caso de haberla, prestar atención a las demandas de los trabajadores en huelga, pensando en la proximidad del plazo fatal para que el sindicato de los académicos, el STAUS, decida si va a poner las banderas de huelga enseguida de las del STEUS.

Mientras los académicos universitarios reclaman transparencia en el manejo presupuestario, en la asignación de plazas originalmente académicas pero atraídas por la administración, veracidad en las declaraciones de las autoridades, y justicia para el sindicato actualmente en huelga, aflora el dato de que hay trabajadores manuales y administrativos que perciben mensualmente menos del salario mínimo, lo que nos coloca en las condiciones laborales casi porfirianas que rebelan precariedad, además de un tabulador sin actualización donde los puestos de trabajo no guardan la correspondencia esperada con los niveles salariales.

Se pudiera decir que la huelga obedece al reclamo urgente de que las autoridades dejen de jugarle el dedo en la boca a los trabajadores, que haya respeto por el contrato colectivo de trabajo, que se evite la creación de “castas doradas” o camarillas privilegiadas que impiden la justicia laboral y la transparencia al interior de la administración y los sindicatos.

Por otra parte, la fuerza sindical debe canalizarse en favor de los trabajadores agremiados y en congruencia con los intereses colectivos representados en los contratos colectivos, sin simulaciones ni mecanismos de censura o exclusión, al margen de las normas laborales y estatutarias.

Un aspecto importante es el que las marchas no sólo sean recursos mediáticos que sirven para satisfacer la necesidad de legitimación de las dirigencias, sino que sean la expresión de un movimiento serio, sólido y militante en favor de los trabajadores.

No hay duda que la paz laboral se logra con el cumplimiento de los acuerdos entre la parte patronal y la representación de los trabajadores, y no con la ausencia de sus manifestaciones. La paz porfiriana hace mucho que se superó gracias al movimiento revolucionario de 1910-17, así que el actual gobierno debe refrendar su compromiso con la clase trabajadora y sus familias, respetando la ley y los contratos colectivos.

En otro asunto, resulta por lo menos curioso que el gobierno de los Estados Unidos siga mandando miles de millones de dólares en apoyo a Ucrania e Israel, al mismo tiempo que lamenta las muertes de civiles y la devastación de la asediada Franja de Gaza.

De la misma forma en que se reprimen violentamente las protestas de estudiantes universitarios en contra de la guerra que patrocina el gobierno de Joe Biden que no tiene empacho en declarar que su apoyo económico va en beneficio de su industria armamentista, de la seguridad de Estados Unidos y del mundo.

Llama la atención que, en el plano nacional, la oposición señale que la reforma a las pensiones es un atraco, siendo que se trata de revertir el daño causado por la privatización neoliberal de las pensiones, el abuso de las administradoras de los ahorros de los trabajadores y de la propia banca metida en el negocio.

Difícilmente se puede estar en contra de una medida legal en favor de que los jubilados conserven su capacidad adquisitiva porque, finalmente, esos ingresos pensionarios se vierten en beneficio del comercio local y en la calidad de vida de los trabajadores retirados. Pero la oposición neoliberal sin manipulación y terrorismo mediático no es oposición.

Tampoco se puede explicar el gobierno de los Estados Unidos sin los señalamientos condenatorios hacia nuestro gobierno (como puede ser a cualquier otro) acerca de las posibles violaciones a los derechos humanos, la democracia y las libertades, al mismo tiempo que patrocina guerras, viola el derecho internacional y la soberanía de naciones y gobiernos legalmente electos, además de atentar contra los derechos y libertades de sus propios ciudadanos, como lo atestiguan los estudiantes universitarios reprimidos por manifestarse contra la guerra que pinta como un nuevo Vietnam o Afganistán.

El intervencionismo gringo es patológico, absurdo y plenamente intervencionista. Una verdadera ofensa al orden legal internacional y al respeto a la integridad, el régimen interno y la soberanía las naciones. La idea de que son los guardianes del planeta es, por lo menos, una ridícula perversión de carácter colonial anclada en las prácticas abusivas y expansionistas de hace 200 años.

La sociedad requiere un replanteamiento de sus prioridades, un nuevo ejercicio de valoración de cuáles son las coordenadas de la paz y el progreso mundial y decidir entre aceptar acríticamente los caprichos, excesos y pulsiones genocidas de Estados Unidos y socios europeos, o abogar por un mundo multipolar donde sean respetadas la soberanía y valores internacionales, en términos de igualdad e inclusión. Actualmente, una alternativa justa y progresista es la representada por los BRICS.

La moneda está en aire y el mundo debe estar atento a que no se le haga bolas el engrudo. La mecha de la guerra sigue ardiendo y sólo un esfuerzo de cordura y sensatez puede apagarla. 

      

 

          

martes, 16 de abril de 2024

HUELGA... ¿Y QUÉ MÁS?

 

“La justicia es la constante voluntad de dar a cada uno su derecho” (Justiniano).

 

La Unison está en suspensión de labores, las banderas rojinegras de huelga se pusieron en punto de las cinco de la tarde el día lunes 15 de este mes por parte de los trabajadores del STEUS, organización gremial de los trabajadores manuales y administrativos al servicio de la Universidad de Sonora.

La situación ha llamado la atención de los diversos medios informativos y la tropa variopinta de comunicadores y opinólogos está en pleno despliegue de sus habilidades descriptivas e interpretativas, puliendo las respectivas bolas de cristal para desentrañar el rumbo de conflicto, el encuentro de culpables, la naturaleza y monto de las afectaciones, la posible acción de las autoridades involucradas o por involucrar en términos de su competencia.

Por su parte, los estudiantes sin clases levantan la voz a favor o en contra de la huelga, siendo la segunda opción la que comúnmente termina siendo privilegiada por la prensa seria e institucional de siempre.

Los liderazgos estudiantiles de coyuntura, como es natural, claman por la solución del conflicto y acuden a las instancias y espacios propios del caso, como fue la conferencia de prensa del gobernador del Estado el día martes 16, que se convirtió en una cuenta más del rosario argumental del derecho constitucional de los estudiantes a la educación, frente al propio de los trabajadores a la huelga.

En realidad, no hay oposición o contradicción entre un derecho y otro, ya que corren por carriles distintos, por su naturaleza y alcances. En este sentido, resulta artificial y mal intencionado buscar su contraposición.

Por fortuna hay estudiantes que entienden la situación de los trabajadores y el derecho a la huelga como un recurso extremo para el logro de sus demandas, así que no es raro el apoyo estudiantil a los trabajadores. Recordemos que el estudiante de hoy es el trabajador de mañana.

Resulta probable que nadie les haya explicado que el derecho a la educación, así como su gratuidad, deriva de la obligación constitucional a la misma, pero en el nivel básico educativo a cargo del Estado. La educación superior es protegida e impartida por el Estado, pero no es obligatoria, sino opcional.

En cambio, el derecho de los estudiantes universitarios deriva del Reglamento Escolar, que establece los requisitos de ingreso, permanencia y egreso de los alumnos. En este sentido, en caso de huelga, el derecho a la educación subsiste y se reactiva en el momento en que la institución vuelve a la normalidad operativa, y se hace una recalendarización de los cursos en respuesta al tiempo requerido para su culminación.

Llama la atención que el gobernador haya hecho un recuento de las huelgas habidas en la UNISON para decir que nos alejan de la “excelencia”, como si la calidad formativa de la institución dependiera de negar el derecho de los trabajadores.

Insinuar que la calidad educativa depende de la ausencia de conflictos laborales, es tanto como condenar a los trabajadores a la inexistencia social y política que nuestras leyes plenamente les reconocen tras el triunfo de la Revolución sobre el Porfiriato, lo que es, por lo menos, un despropósito y un absurdo.

También lo es afirmar que “el estatuto sindical” establece como requisito que estalle la huelga para iniciar negociaciones, porque parece ignorar que los estatutos de los sindicatos se refieren básicamente a los principios que crean y justifican al sindicato, sus órganos de decisión, sus funciones y los derechos y obligaciones de los miembros, y que los aspectos y procedimientos laborales corresponden, como es lógico, a la ley de la materia.

Por otra parte, considerar que un sindicato que no se va a la huelga es “maduro”, es caricaturizar los intereses laborales, ya que las huelgas no son producto de la “inmadurez” sino de la ausencia de condiciones que permitan llegar a acuerdos y evitar echar mano de este recurso legal y legítimo de la clase trabajadora. Así las cosas, parece que el gobernador está mal informado.

En otro asunto, los trabajadores pensionados y jubilados afiliados al ISSSTESON siguen esperando que “les haga justicia la transformación”, en forma del pago retroactivo del incremento a sus pensiones. Se sabe que este gobierno ha sido sensible a las carencias de este sector de la sociedad, pero la única forma de remontar el rezago es… remontándolo.

 

 

 

viernes, 12 de abril de 2024

EL ASALTO

 “Entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es paz” (Benito Juárez).

 

Aún crece el moretón que Ecuador ocasionó en la piel de Latinoamérica al asaltar la policía con armas en mano la embajada de nuestro país.

En la peor tradición de los países bananeros el asalto se inscribe dentro del recetario dictado por la CIA o algún otro brazo de la “inteligencia” del Tío Sam, seguido puntualmente en naciones cuyos actores sociales y políticos obran como pequeños tentáculos del cefalópodo mafioso del norte que se autonombra “América”.

A pesar de los hechos y las evidentes violaciones al derecho internacional, tenemos gobiernos que no se atreven a condenar el asalto y llevarlo a las instancias internacionales competentes, en una omisión cobarde que atestigua su sumisión a Washington, y aquí destacan Argentina, Costa Rica, Uruguay y Paraguay.

Llama la atención la reciente visita de la general Laura Richardson, titular del Comando Sur del Pentágono a Argentina, donde el presidente Milei les concede la instalación de una base en la Antártida argentina a cambio de un avión militar. Así de barata es la soberanía y así de obsequioso es Milei.

Lo cierto es que la instalación de cada base gringa en Latinoamérica es un golpe directo a la seguridad de nuestro subcontinente, y una amenaza real a la estabilidad política de nuestros gobiernos. Aquí la pregunta sigue siendo ¿por qué tiene que haber bases gringas fuera de su territorio? ¿Qué razón hay para que tenga “comandos” en el norte y sur de nuestro continente, entre otros emplazamientos militares alrededor del globo terrestre? ¿Los estados nacionales no son libres y soberanos?

El caso en el que la policía asalta una sede diplomática, agrede físicamente a un representante del gobierno mexicano y se perpetra un secuestro a un asilado político es inadmisible y enteramente condenable, sentando un precedente que mancha la diplomacia no sólo latinoamericana sino mundial.

Las ya históricas intervenciones de Estados Unidos en los países cercanos y lejanos a sus fronteras deben ser tomadas con seriedad, y dar pasos firmes hacia la verdadera independencia, libertad y soberanía de las naciones, dejando de lado consideración de evidente tono colonial apenas disfrazadas con el ropaje de “lucha contra en narcotráfico”, “contra el terrorismo”, “por la democracia”, “por el progreso”, “por la cooperación internacional” entre otros subterfugios intervencionistas.

¿Por qué vemos como lo más natural que una potencia extranjera dicte la política económica y las normas de relación social en un modelo cuya uniformidad destruye la riqueza cultural y la diversidad latinoamericana?

¿O que provea de armamento a terceros países y lucre con la muerte y el dolor? ¿O que financie y prepare grupos que difícilmente pudieran escapar a la definición de terroristas, o grupos de la “sociedad civil” que actúan como palancas de desestabilización de gobiernos legítimos?

El atropello ecuatoriano a la embajada de México ha suscitado el azoro y la condena internacional, de tal manera que incluso la OEA y la ONU han deplorado el hecho. Sin embargo, parece difícil que de los dichos se pase a los hechos y que el violentador del derecho internacional sufra las consecuencias.

Quizá la impunidad bajo el manto de ser satélite de Estados Unidos logre que el gobierno de Ecuador se libre de las consecuencias de la acción que se señala. Quizá la ONU, la OEA, CELAC y la Corte Penal Internacional terminen buscando justificaciones y atenuantes, pretextos y dilaciones para no cumplir con lo que debiera ser la defensa de la inviolabilidad de las sedes diplomáticas, de sus bienes, vehículos y funcionarios.

En un mundo unipolar donde ciertas regiones se consideran traspatio o reserva de recursos naturales y estratégicos, todo es posible. El derecho y la legalidad son chistes privados reservados para la sobremesa entre el hegemón y sus satélites. Los países con aspiraciones de ser libres y soberanos pueden esperar en la antesala.

En este juego de poder transnacional tienen un papel importante las campañas y reclamos sobre la protección “del ambiente”, de las “especies en riesgo de extinción”, de tal o cual producto de exportación “sospechoso de estar contaminado”, de las malas prácticas de pesca, entre muchos otros motivos de intervención, bajo los supuestos del tratado comercial vigente, que actúa como camisa de fuerza geopolítica.

Tampoco hay que dejar de lado la presencia de saboteadores nacionales que hacen nado sincronizado con los conglomerados informativos bajo la mirada de los intereses desestabilizadores de la potencia del norte. La oposición política-electoral presenta particular virulencia sin respetar los límites que marca la ética y los valores nacionales. La traición y la mentira flotan en el aire.

Es deseable que la comunidad latinoamericana y caribeña recupere, reconstruya y fortalezca los fundamentos de su identidad y haga del desarrollo la expresión de su voluntad independiente, que fortalezca sus lazos de hermandad y respetuosa convivencia, que avance en el camino de la multipolaridad y la soberanía poniendo un alto definitivo a la densa red de complicidades y argucias de índole neocolonial.

El asalto en Ecuador no sólo afecta la soberanía de México, sino que representa la obscena y cobarde cara del intervencionismo unipolar y de cómo la diplomacia y el derecho sólo pueden tener sentido y valor cuando se defienden. Ya basta.

  

viernes, 5 de abril de 2024

LA NUEVA MALDITA PRIMAVERA

 

“Las cosas que aborrezco son sencillas: la estupidez, la opresión, la guerra, el crimen, la crueldad. Mis placeres son escribir y cazar mariposas” (Vladimir Nabokov).

 

Muchos siguen horrorizados por los acontecimientos en Europa Oriental, y azorados pretenden entender el por qué del conflicto bélico entre Ucrania y la Federación Rusa, donde el malo de la película es, obviamente, Rusia, puesto como país agresor y enemigo de la democracia según el evangelio del Tío Sam, ignorando olímpicamente el contexto histórico, el fin de la guerra fría y, desde luego, los acuerdos de Minsk y la mano del Departamento de Estado.  

Otros no salen de su asombro al enterase de que se recrudece el conflicto palestino-israelí con un saldo de decenas de miles de muertos y contando.

El caso es que diariamente nos encontramos con una buena cantidad de notas informativas que pintan la primavera con colores más que sombríos, y las promesas de renovación parecen esfumarse en cuanto las expectativas optimistas de temporada se ponen en contacto con una realidad que va en sentido contrario.

A estas alturas del conflicto, es impresionante el número de consumidores de prensa que creen que el choque ruso-ucraniano empezó hace dos años por una invasión que escandaliza las buenas conciencias y convoca al mundo a enderezar sus baterías contra el agresor designado.

Los miles de millones de euros y dólares “en favor de la democracia y las libertades” se traducen en los hechos en una sórdida dependencia del país defendido hacia sus benefactores, quedando en el plan de estado fallido pero bendecido por los prestamistas internacionales (léase EUA y sus socios europeos) y con el beneplácito de los grandes fabricantes de armas y sus más que complacidos distribuidores.

La guerra en curso es, simplemente, una guerra económica que está arruinando a Europa, desindustrializando y descapitalizando su economía en beneficio de Estados Unidos que, como es usual, tira la piedra y esconde la mano. En este marco, mientras los gobiernos orientan su discurso en favor de las energías limpias, se invierten vidas y dólares en el control del gas y del petróleo.

Ahora, como durante el turbulento siglo pasado, el discurso va por un lado y la realidad por otro, planteando una paradoja que surge de las expectativas de sobrevivencia y de la forma de entender el mercado, donde los hechos debieran tener más peso persuasivo que las palabras.

Por otra parte, la idea de que el conflicto palestino-israelí parte de un ataque terrorista contra Israel resulta tan peregrina como suponer que Estados Unidos lucha por la democracia y los derechos humanos dentro y fuera de su territorio.

Aquí es importante considerar el dominio inglés sobre Palestina tras la Primera Guerra Mundial, y la influencia de la casa Rothschild que hizo posible la emigración y aspiración colonial de los judíos sobre ese territorio, y que fue justamente una decisión occidental apuntalada por Estados Unidos lo que dio por resultado en 1948 la creación del estado israelí, en perjuicio de Palestina.

En este contexto mafioso de falsedades y manipulación informativa internacional, reproduzco el trabajo en verso de Pedro Miguel ilustrado por Cintia Bolio en la revista El Chamuco, número 165, del 12 de enero de 2009, titulado Genocidio en Gaza, que ilustra la vieja intención colonialista de Israel contra Palestina:

 

Ataca Tel Aviv, a sangre y fuego, / las paupérrimas casas palestinas/ y como sus tendencias asesinas/ quedan al descubierto luego luego, / dice, con los escombros a la vista:/ “Aquí el que se defienda es terrorista”.

En los desamparados arrabales / mueren niños, ancianos y mujeres, / y las casa, con todos sus enseres, / incendian los soldados criminales, / pero dice Israel con displicencia, / que todo es legítima defensa.

No hay luz, agua ni gas; no hay hospitales / para curar civiles lesionados; / los pasos de frontera están cerrados, / no hay salidas aéreas ni navales. / En resumidas cuentas, así pasa / y así se vive el holocausto en Gaza.

Aduce Tel Aviv que su designio / es meramente humanitario; alega / que su demostración de furia ciega / nada tiene que ver con exterminio / y aquél que lo critique queda casi / sin remedio marcado como nazi.

Nomás eso faltaba: el asesino / a otros achaca sus horrores / y quiere culminar sin detractores / la matanza del pueblo palestino / que padece la infamia de una guerra / ideada para echarlo de su tierra.

Pues es eso, en el fondo, lo que quiere / Israel con su ímpetu incendiario: / perpetrar un despojo inmobiliario. / Por eso bombardea, mata, hiere, / y pretende que el mundo intimidado, / dirija la mirada hacia otro lado.

 

Como se ve, ni la bronca entre Rusia y Ucrania empezó hace un par años ni la de Palestina e Israel hace unos meses, aunque el común denominador es el sórdido interés occidental de apoderarse del patrimonio ajeno donde destaca el petróleo, a juzgar por la enorme reserva que posee Rusia y la que se encuentra sumergida frente a las costas de Gaza, bajo la mirada codiciosa de Israel, EUA e Inglaterra.

Al parecer, Occidente babea de ambición al contemplar las riquezas y ventajas estratégicas de Eurasia y el Medio Oriente, con aspiraciones de avanzar hacia China y otras regiones. Así pues, la lucha “por la defensa de la democracia y las libertades” tiene como trasfondo la más negra y hedionda de las ambiciones. Despertemos.

 


viernes, 22 de marzo de 2024

¿SE ESTÁ AMPLIANDO LA FRONTERA?

 

“El imperialismo es un sistema de explotación que se produce no solo en la forma brutal de quienes vienen con armas para conquistar el territorio. El imperialismo a menudo ocurre en formas más sutiles, un préstamo, ayuda alimentaria, chantaje. Estamos luchando contra este sistema que permite que un puñado de hombres en la Tierra gobierne a toda la humanidad” (Thomas Sankara).


Desde hace tiempo la pretensión de nuestros vecinos del norte ha sido aprovechar los recursos naturales de México en su beneficio. Durante el gobierno arizonense de John Fife Symington y el sonorense de Manlio Fabio Beltrones los ojos estuvieron puestos en Guaymas, como “el puerto de salida de Arizona”.

Para los gringos es muy fácil caer en la tentación de hacer cuentas alegres de recursos ajenos, incluyendo el territorio, el agua, los minerales, la vegetación y todo lo aprovechable para “hacer grande a América”.

El problema es que México es una nación independiente y Sonora un estado que no forma parte de la Unión Americana, sino que corresponde a otra soberanía, a otros intereses y otra idea de futuro.

Nuestros vecinos, antojadizos como son, cada tanto tiempo le echan el ojo al espacio y biodiversidad del golfo de California que, como es fácil ver, es parte del territorio nacional mexicano y no tiene ninguna costa que corresponda a la potencia del norte.

El mar Bermejo, llamado también mar de Cortés, ubicado entre la península de Baja california y los estados de Sonora y Sinaloa, es por todos lados mexicano. Tal obviedad geográfica y política no puede ni debe ignorarse.

Arizona padece falta de agua y no faltan proyectos millonarios que ofrezcan soluciones pragmáticas, lo que de nueva cuenta nos lleva al golfo de California.

Nuevamente se plantea como posibilidad la desalación de agua marina que provenga de nuestro golfo, como solución a su problema de crecimiento inmobiliario sin alternativas manejables desde la óptica del consumo racional y la sustentabilidad y, claro, el agua se iría, pero la salmuera resultante del proceso, y sus efectos ambientales, se quedaría en este lado de la frontera (https://goo.su/ASJmRf).

Al respecto, el gobernador de Sonora afirma desconocer la existencia de planes o propuestas concretas en esta dirección, aclarando que, en todo caso, el asunto es de la competencia del gobierno federal (https://goo.su/NB6WG).

Por otra parte, el echar mano de recursos ajenos pasa por la idea de que la soberanía no es producto de la voluntad de los pueblos, sino una especie de etiqueta despegable, algo así como una broma que circula entre los países latinoamericanos para diversión del gobierno y el aparato de seguridad gringo que ve la doctrina Monroe como ley suprema.

Sin embargo, por más nacionalista que sea nuestro discurso, se va ampliando el hueco en la integridad del territorio nacional gracias al gasoducto que se tiende desde Texas a Sonora con salida al golfo de California vía Puerto Libertad, justamente para servir de vía marítima al gas texano con rumbo a hacer la competencia al gas ruso en Europa.  

México, país defensor de la no intervención y de la solución pacífica de los conflictos, parece alinearse en favor de una de las partes en la guerra económica en curso, habida cuenta que la OTAN es el instrumento de control militar de nuestros belicosos vecinos en Europa.

Con el proyecto texano en marcha y las oportunidades de inversión transnacional del Plan Sonora, más la potencial decisión de usar el agua del golfo de California al instalar una planta desaladora en Puerto Peñasco, se fortalecería la región como punto de interés estratégico de los vecinos.

En uno y otro caso queda en duda el dominio efectivo de la nación sobre sus recursos, lo que hace bastante poroso el artículo 27 constitucional y, desde luego, lo atinente a la soberanía nacional en caso de divergencia con los intereses geopolíticos del Tío Sam.

Como se vea, el proyecto gasero en marcha, más los que se acumulen, hace guiños al comando norte de EUA y los sueños de tener el control del mar bermejo, a punto de ser zona de tránsito obligado de carácter estratégico para sus ambiciones imperialistas.

Así como van las cosas, es posible que la creciente tendencia en favor de la multipolaridad y la búsqueda de alternativas en materia de comercio internacional, sugieran la conveniencia de apoyar mecanismos como los BRICS, antes que basar nuestro desarrollo en la estrecha complementariedad con el norte.

Si se sigue la ruta de la dependencia, la soberanía y el dominio de la nación sobre sus recursos estará en juego. En todo caso, sería deseable tomar decisiones oportunas de cara al interés nacional y al de Latinoamérica en su conjunto.

Por lo pronto, es importante no caer en las trapacerías de quienes llaman a la intervención de Estados Unidos o España en asuntos de nuestra exclusiva competencia. Digamos no a la intervención extranjera y a los políticos apátridas que desde adentro les hacen el trabajo con el señuelo engañabobos de la “libertad” y la “democracia”, siendo que es justamente lo contrario.

Para cualquier efecto, la frontera del vecino de ninguna manera debe ampliarse a costa de la nuestra.  

 

   

viernes, 15 de marzo de 2024

¿Y QUÉ PASÓ AQUÍ?

 “La manipulación mediática hace más daño que la bomba atómica, porque destruye los cerebros” (Noam Chomsky).

 

Comprender la situación actual puede ser una de las imposibilidades prácticas que enfrenta cualquier ciudadano medianamente informado, habida cuenta que la adicción al Facebook, X y la prensa “seria” pueden causar una fea enfermedad progresiva y mortal para las células cerebrales sin dejar de lado el hígado y el aparato digestivo.

Y es que la mente se empieza a formatear de manera antagónica con cualquier noción de supervivencia, al tragarse la densa sopa que los medios de comunicación sirven cada día en forma de “notas informativas” que echan por tierra cualquier idea de decencia, dignidad y sentido de la realidad y, lo más dramático, de identidad nacional.

Que un extranjero, sea hombre, mujer o quimera, nos venga a decir cómo debe ser la democracia y el proceso electoral, incluso por quién debemos votar, ya es el colmo y no por la simple presencia extranjera sino porque los patrocinadores de la visita y promotores visibles del discurso son ciudadanos mexicanos.

Puede ser una representante de la aristocracia española, el embajador del Tío Sam, un político, una personalidad intelectual o mediática europea o sudamericana quien se ponga a hablar acerca de lo que debe ser el rumbo de México, lo cual es el jodido colmo del abuso y la falta de respeto.

También lo es que, desde el gobierno gringo, español, francés o de cualquier otra nacionalidad, alguien se ponga a pontificar acerca de los milagros de adoptar su forma de entender la democracia, las inversiones, las finanzas o criticar la forma de torear chiles, de matar pulgas o de forrar curules o escaños mexicanos.

Pero, lo que más huele a cloaca es que las autoridades judiciales altas, medianas o bajas, se empeñan en servir de tapete a la impunidad de delincuentes de cuello blanco, gris o del color que sea, bailando un zapateado encima de la Constitución y las leyes que de ella emanan.

Así tenemos el otorgamiento de garantías a un violador de menores, a un delincuente fiscal, a un defraudador financiero, a un vivales que sangra el patrimonio nacional o que, tras la cobertura de alguna ONG o grupo de la “sociedad civil”, chupa dinero nacional o extranjero y sirve de medio de desestabilización política nacional.


Lo singular del asunto político-electoral actual es que se visibilizan mecanismos de redirección de los organismos autónomos en aras de cumplir una agenda contraria al interés nacional, operada y representada por personajes seducidos por el dólar, uncidos a la idea de “democracia” que promueve el departamento de Estado y las agencias de inteligencia que traman golpes de estado y defienden a capa y espada el “derecho” al aprovechamiento de los recursos ajenos, así como la colonización ideológica de las fuerzas autóctonas.

Como si fuera un laboratorio de ingeniería social, el país vive la intensidad de los gritos y sombrerazos en forma de marchas, plantones y portazos, aderezados con actos vandálicos y de violencia a nombre supuestamente de la paz, las libertades y, desde luego, la democracia, cuya andadura es magnificada por los medios corporativos de información.

Así que no faltan expresiones a voz en cuello que denuncian la represión, la dictadura y la ausencia de garantías para hablar, escribir o actuar mientras marchan, publican infundios y atacan libremente al gobierno en diversas formas, incluyendo el acordar medidas que nulifiquen judicialmente las reformas propuestas por el Poder Ejecutivo para el cumplimiento del proyecto por el que la mayoría votó en 2018.

Mientras, la prensa estira la liga de la libertad de expresión y de información y pinta de rojo el panorama nacional, acreditando los hechos violentos como factor determinante de inestabilidad y riesgo electoral en un contexto en el que todos van, vienen, viajan, escriben, hacen negocios y disfrutan de garantías plenas para su ejercicio profesional.

Pero tampoco falta el expresidente que, estando embarrado de sangre y corrupción, se da baños de pureza y convicción democrática y republicana mientras come de la mano de la monarquía española y la esperpéntica aristocracia y oligarquía franquista, criticando al gobierno del país que dejó. El olor a la podredumbre de aquí o del otro lado del Atlántico es, de cualquier manera, inconfundible.

Flota en el aire la pregunta de cómo un mexicano puede servir de instrumento para las maniobras desestabilizadoras de un poder extranjero, y cómo se protege a delincuentes desde el Poder Judicial y se permite la acción de mercenarios que “calientan la plaza” con el propósito de nulificar el proceso, o desacreditar el previsible resultado electoral, mientras se regodean con el supuesto avance en encuestas de una oposición que simplemente no levanta ni expectativas de triunfo ni garantía de progreso… aunque los prianistas y su candidata digan falazmente lo contrario.

Decir que López Obrador es comunista, dictador, represor, antidemocrático, incluso satánico y ateo, y que nos está convirtiendo en Cuba o Venezuela, es un hilo argumental tan delgado que no resiste el mínimo jalón de la realidad, a juzgar por los quejosos que hacen, dicen y gesticulan con total soltura e impunidad aún en actos de flagrante vandalismo y abuso de las libertades.

La mentira, el insulto y la agresión no califican como materiales de construcción de una nueva sociedad incluyente y democrática, por lo que ya va siendo tiempo de enterrar el cadáver putrefacto del neoliberalismo de guarache y la subordinación nopalera a poderes e intereses extranjeros. Ya basta.


 

sábado, 2 de marzo de 2024

LA VERDAD NO ES COMO ANTES

 “Hay momentos en la vida de todo político en que lo mejor que puede hacerse es no despegar los labios” (Abraham Lincoln).

 

En los tiempos que corren la verdad, tal cual es, resulta aburrida, plana, sin matices que puedan despertar la imaginación de quienes la escuchan, de ahí que el discurso político, o la narrativa si se quiere, debe recurrir al maquillaje conceptual como forma de sobrevivencia, toda vez que al decir discurso nos referimos a la parte verbal o escrita de un proyecto y a su parte operativa, es decir, a los dichos y a los hechos.

En cambio, “la narrativa” se reduce a la expresión de algo que no requiere demostración, que carece de relación directa con la vida real y es fácil adaptarla a la ocasión, en este caso al período preelectoral que vive el país, donde se minimizan los logros del gobierno y se magnifican o, de plano, se inventan los errores.

Pero, permítame decirle de qué va este asunto:

De un tiempo a esta parte, la necesidad de articular una oferta político-electoral atractiva ha tenido que recurrir al maquillaje de la realidad de manera que permita armar una narrativa basada en las supuestas fallas, errores y perversiones del partido y gobierno antagonista, que se pretende sustituir por vía del proceso electoral, en este caso Morena y la 4T.

En este contexto, la verdad sobre la realidad y la realidad misma se relativizan, manipulan, tergiversan y deforman de manera que la nueva versión de los hechos encarne una forma de enlodamiento fácilmente reproducible en los medios de información disponibles. Así pues, se crea una imagen que no necesariamente tiene base objetiva, sino que se corporiza en las palabras: es propaganda confeccionada con mentiras o medias verdades, lanzadas a la libre interpretación de su auditorio, en favor de la vieja clase política disfrazada de nueva y alternativa.

La verdad como tal es irrelevante y en muy buena medida estorbosa. Los hechos sujetos a comprobación no importan, porque el juego consiste en afectar la conciencia de los posibles electores mediante la repetición de los mensajes y la aparente verosimilitud de las afirmaciones, algo así como la reedición nopalera de los postulados de Joseph Goebels, el artífice de la manipulación propagandística de la Alemania nazi.

En este juego de embarramientos no importa que los promotores de la campaña estén ligados políticamente a delincuentes como García Luna, procesado en Estados Unidos por narcotráfico, para tomarse la libertad de acusar al presidente López Obrador de “narco presidente”, y a la doctora Claudia Sheinbaum como “narco candidata”.

Tampoco importa que quienes absuelven a delincuentes de cuello blanco, desbloquean cuentas ligadas a personajes del crimen organizado y absuelven a violadores de menores sean los mismos que operan la oposición judicial contra las iniciativas presidenciales en materia de economía y soberanía nacional.

Tampoco importa que quienes reclaman democracia y elecciones libres sean los mismos que no hace mucho organizaban el fraude electoral, el acarreo y la compra de votos, y que ahora se desgarran las vestiduras mientras buscan la vigilancia electoral extranjera, y que además cuentan con la participación de Lorenzo Córdova, exárbitro electoral que sale del closet como agente de la derecha y exhibe la parcialidad que siempre lo caracterizó cuando estaba encaramado en el INE.    

Así pues, la diatriba, la vulgaridad sebosa y chabacana expresada en forma verbal y escrita hace que la campaña electoral se convierte en una especie de pelea en el lodo, en la que el público se divierte viendo a los contendientes embarrarse en una lucha de estercolero, pegando chicles o diciendo pendejadas. La verdad, como se podrá entender, es irrelevante, cuando la suciedad y la descalificación son las estrellas del espectáculo.

La verdad, como se ve, ya no es como antes. Ahora se puede manipular, reacomodar, deformar a conveniencia, con la insolencia propia de quienes son parte de un sistema que insiste en permanecer en un contexto que, a estas alturas, lo define como un cadáver insepulto.


El PRI, el PAN y el PRD, otrora partidos antagónicos, forman parte de la yunta dominada por el junior parasitario Claudio X. González, cabeza visible de la reacción más rancia con ligas internacionales de extrema derecha, en una patética metamorfosis donde el común denominador es la claudicación a sus principios fundacionales.

Son partidos fachada, vacíos de contenido que actúan como zombis, unificados por obra del dinero y al servicio de intereses ajenos al bien común, de espaldas al interés nacional y que merecen, por lo tanto, un nuevo Cerro de las Campanas electoral.

En otro lugar del planeta, donde también el delincuente pasa a ser perseguido político y a la víctima se le considera agresor, incluso terrorista, tenemos el caso del pueblo palestino que es masacrado en Gaza por el Estado de Israel apoyado por Estados Unidos y socios europeos que sostienen que Israel, pueblo bendecido por Dios y Occidente, tiene derecho a la defensa, a la impunidad histórica tras el holocausto nazi.

Por eso matan civiles indiscriminadamente, por eso se defienden eliminando futuras amenazas mediante el asesinato de menores de edad y de mujeres embarazadas. La lucha de Israel y Occidente contra el terrorismo abarca el futuro, y no tiene fronteras ni reconoce derechos ni soberanías. Como se ve, tampoco la justicia es como antes.

                         <En memoria de María Antonieta Gil Vea, 1944-2024>