“La justicia es reina y señora de todas las
virtudes” (Cicerón)
Sin duda, los tiempos actuales permiten
que las conciencias adquieran una especie de blindaje que les permite sortear
con relativa fortuna las eventualidades propias de un sistema que abarata y
deteriora las condiciones de vida de los ciudadanos. Las abarata porque ahora
legalmente el despido laboral es fácil y sencillo, sin muchas complicaciones
para la parte patronal, además de las enormes ventajas del outsourcing para evadir responsabilidades y dejar en estado de
indefensión a los trabajadores, que terminan siendo recursos renovables a una
velocidad de rotación en el empleo al gusto y conveniencia de los patrones. En
consecuencia, sobreviene el deterioro de las condiciones de vida de los
trabajadores con las obvias consecuencias negativas para la estabilidad de las
familias, la permanencia de los hijos en la escuela y la minusvalía social que
trae consigo la vulnerabilidad económica.
Mientras que los productores directos de
la riqueza social sufren la marginación y el abandono del sistema, las
empresas, a pesar de las evidentes ventajas de las que gozan, parecen no
aportar lo suyo a la economía, que acusa un mediocre crecimiento y una cada vez
más deficiente distribución social del producto generado.
Tanto el gobierno como la empresa
privada se empeñan en generar ahorros en la nómina, mediante el fácil recurso
de los ajustes y recortes laborales, a pesar de que los bonos, gratificaciones
y sueldos de los directivos no sufren la contracción del gasto corriente. Los
recortes, en todo caso, se aplican a programas de impacto social y a la
sobrevivencia de los trabajadores y sus familias.
Por el lado de la organización de los
trabajadores, la defensa de sus derechos se ve comúnmente obstaculizada por la
densidad burocrática y por las trapacerías legaloides a que son tan afectos los
patrones, seguros de gozar de la aquiescencia y franca complicidad de las
autoridades que debieran poner orden y hacer cumplir la ley.
En los últimos años, hemos visto el
deterioro creciente de los servicios fundamentales para la preservación de la
calidad de vida y de los derechos humanos de quienes han pasado al retiro por
razones de edad o enfermedad. En México, la seguridad social ha sido
insistentemente vapuleada y disminuida, con la consecuente pérdida de ingresos
y precarización de los servicios de salud en las instituciones públicas cuyo
deber y razón de ser es, precisamente, el dar calidad de vida al trabajador.
Tanto el IMSS como el ISSSTE han sido víctimas de modificaciones al marco
legal, de la disminución de la calidad de sus servicios, del perverso mecanismo
de las subrogaciones, no sólo en áreas de apoyo como los de ambulancias,
cocina, mantenimiento y limpieza, sino en servicios esenciales para la buena
marcha de las instituciones, como son los de hemodiálisis, banco de sangre y
tomografías computarizadas.
Por si fuera poco, los fondos de
pensiones y jubilaciones han pasado a manos privadas como recursos frescos e
inagotables para hacer negocios especulativos, donde nadie puede garantizar la
recuperación del ahorro de los trabajadores en caso de “minusvalías”; es decir,
que los fondos ahorrados que se juegan en inversiones especulativas de alto
riesgo se pueden perder sin responsabilidad para las operadoras de fondos de
retiro. Es fácil imaginar que en este juego de azar los que menos injerencia
tienen en la administración de su propio dinero son los trabajadores, que
pueden ver esfumarse sus ahorros de toda la vida o, en el mejor de los casos,
recibir una mísera pensión mientras que el costo de la canasta básica se eleva
más allá de las posibilidades adquisitivas de una mayoría creciente de
trabajadores.
Mientras que los cuadros básicos
disminuyen hasta alcanzar coberturas elementales, los servicios hospitalarios
se precarizan y las pensiones se regatean y privatizan; muchos mexicanos
carecen de algún tipo de cobertura médica o de pensión (según Forbes, el 60 por
ciento de los mayores de 65 años), arrojando un saldo de más marginados cada
año y, por consecuencia, mayor inseguridad social. Sin embargo, el gobierno de
la república parece no enterarse de la gravedad de la situación y todo lo
reduce a un problema de costos, siguiendo obedientemente las recetas del FMI y
la OCDE, “moviendo a México” con rumbo al estallido social y a una creciente
victimización y criminalización de la pobreza.
En Sonora, se ha dado el caso del saqueo
impune de los recursos del fondo de pensiones a cargo del Isssteson, organismo creado
para garantizar la seguridad social de los trabajadores del gobierno del
estado, municipios e instituciones afiliadas, lo que debe suponer
un esfuerzo adicional para cubrir en tiempo y forma los pagos mensuales a los
pensionados. Por otra parte, existen organismos que no cumplen con la entrega
de los recursos al instituto, producto de las cuotas que deben cubrir y que son
descontadas del salario de los trabajadores, así como aquellos que no
actualizan su convenio con el Isssteson, dando por resultado que sus
trabajadores reciben una pensión inferior a la que debieran recibir.
En este sentido, cabe preguntarse cuál
es el futuro de la seguridad social en un contexto caracterizado por la rapiña
y la corrupción; ¿qué deben saber los trabajadores para poder paliar, o incluso
revertir los perversos efectos de las reformas dictadas por los organismos
financieros internacionales y servilmente acatadas por nuestro gobierno?, ¿cuáles
deben ser las medidas que tome la clase trabajadora en defensa de los derechos
laborales y la seguridad social?
Con el ánimo de responder éstas y otras
preguntas, el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora
(STAUS), en coordinación con otros sindicatos y organizaciones hermanas, se
plantea la tarea de realizar un congreso estatal sindical sobre la seguridad
social, donde se pretende analizar el contenido y efectos de las reformas en el
país, así como la situación actual y las perspectivas de las pensiones y
jubilaciones en nuestra entidad. La fecha propuesta es el día 16 de noviembre
próximo. Esperemos los detalles.
2 comentarios:
Muy interesante.
Muy interesante.
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