El dúo dinámico |
Narcogobierno mundial |
En medio de la confusión declarativa del gobierno “del cambio”, la criminalidad se vuelve cosa cotidiana ante el azoro de los ciudadanos y el cinismo de autoridades que hacen gala de incompetencia y representantes, casi, de los grupos que dicen combatir. Lo anterior va por el escandaloso caso de la fuga multitudinaria en un penal de Tamaulipas que parece coronar la historia de fugas con niveles de impunidad que, por lo menos, mueven a sospechar sobre las verdaderas intenciones de las autoridades. En este contexto, la expresión del jefe del Ejecutivo federal de “yo los capturo y ellos los sueltan”, colma de imprecisión al sistema judicial mexicano al no ser la presidencia de la república autoridad persecutoria ni ejecutora de sentencias, salvo en el reduccionismo calderonícola que se padece.
En un arrebato kafkiano, aparece Diego Fernández de Ceballos disfrazado de Papá Noel en vacaciones, dando un mensaje de amor y paz que suena a trompetilla belicosa contra el cartucho quemado que responde al nombre de Felipe Calderón y ofrece una versión oligofrénica del Cid Campeador que habrá de enfrentar a los adversarios políticos en el 2012. El secuestrado que permaneció en segundo plano durante siete meses se convierte ahora en la nota principal de la morbosidad política nacional, con seductor influjo mediático diseñado para colmar las expectativas de una teleaudiencia asqueada por la historia de impunidad que rodea al asesinato de la señora Marisela Escobedo, donde la justicia mexicana favoreció al asesino confeso de su hija Rubí, gracias a fallas técnicas en los esperpénticos juicios orales que se perpetran en Chihuahua.
El secuestro de Fernández de Ceballos y su entrada dramática bajo los reflectores de Televisa huelen a huevo podrido, a pedorreta ejecutada con vicioso oportunismo, a conspiración tan ridícula y efectista como el famoso montaje del rescate de la mujer soldado en Iraq, en un acto de teatralidad que pretendió dar visos de heroicidad a la vulgar e injustificada invasión por parte de Estados Unidos a una nación soberana.
El conocido traficante de influencias Fernández de Ceballos daría, al parecer, la nota optimista en un PAN carente de personalidades que puedan ocupar con cierta credibilidad la inminente candidatura presidencial de ese partido. Pero las aguas nacionales no sólo se componen de las emanadas de las cañerías del sistema político que manipula a la par que desprecia Estados Unidos. Lo prioritario será fortalecer o, de plano, construir alguna alternativa nacionalista que resista los embates de la estupidez hecha gobierno. ¿Usted se apunta?
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