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viernes, 26 de junio de 2020

Morena no es azul



“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos” (N. Maquiavelo).

Ha despertado inquietud la creciente afinidad que se observa en el Ayuntamiento de Hermosillo respecto a las prácticas entre torpes, ridículas y autoritarias propias del prianismo organizado que se han impuesto como normas de inobjetable observancia en los últimos días a propósito del “combate a la pandemia”.

Como si el tiempo de 2018 a 2020 no hubiera transcurrido (salvo en el calendario electoral) da la impresión de que los usos y costumbres del pasado reciente han quedado sin tocar, igual que las ambiciones de trepadores viejos y nuevos, tanto como el oportunismo que documenta la capacidad de algunos de cambiar de careta, vestuario y navío en medio del oleaje político que permite el ascenso tanto como el descenso de los pasajeros con destino a algún puesto público o de elección popular.

Tal inmovilidad aparente nos hace pensar que, de acuerdo con el cuento de Monterroso, el dinosaurio sigue ahí, y que, en todo caso, el despertar del cambio aún no se da realmente por razones de inercia y conveniencias de peso… de muchos pesos.

En el panorama municipal de Sonora, los cambios han sido en buena medida solamente enunciativos, amparados en siglas que corresponden a otra idea de hacer política y que despierta la esperanza del cambio, de una nueva forma de comportamiento social donde la palabra empeñada tenga sentido y concreción.

Sin embargo, los que llegaron gracias al impulso de López Obrador y la promesa de Morena no necesariamente han llenado las expectativas, por lo que cabe preguntarse por qué hay esa discordancia entre lo esperado y lo actuado.

Quizá el origen del problema esté en la procedencia de los candidatos y sus equipos, habida cuenta que prácticamente hubo una operación de “abordaje” que pasó por ser inclusiva en torno al fenómeno AMLO, donde personajes actualmente bien posicionados poco antes habían confesado apasionadamente su militancia y lealtades en otras opciones políticas, por ejemplo el PAN. Así pues, en un tiempo récord algunos cambiaron su discurso y aplaudieron y alabaron a quien poco antes habían denostado y difamado, en un giro político que no ideológico muy a tono con la coyuntura electoral.

El caso es que, además de las torpezas e ilegalidades cometidas en el contexto de la epidemia, el Ayuntamiento de Hermosillo acaba de aprobar la construcción del Acuaférico, obra que proveería de agua a las colonias del norte de la ciudad capital, lo que estaría bien si no fuera porque al parecer se conecta con varios problemas, entre los que destacan el endeudamiento por 10 años del organismo operador de agua potable (que es parte de la administración paramunicipal de Hermosillo) con acreedores privados; la factible dotación de infraestructura que beneficiaría a proyectos de desarrollo inmobiliario en marcha desde hace años por los gobiernos prianistas, elevando su valor; y el recrudecimiento del pleito legal por el derecho a la disposición del agua promovido por las comunidades yaquis del sur del estado afectadas por el Acueducto Independencia, megaproyecto estelar de Guillermo Padrés (Proyecto Puente, 25.06.20; https://youtu.be/0tmDDv3dZJY).

Por esta y otras cuestiones, cabe preguntarse si la instrucción de AMLO de no contraer más deuda fue ignorada o no fue entendida, o si la función del Ayuntamiento es establecer restricciones que violan derechos humanos, favorecer intereses privados o proteger los correspondientes a los hermosillenses presentes y futuros.

Recientemente trascendió que, a partir de la visita de Alfonso Durazo Montaño, actual Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno federal, la señora alcaldesa ha manifestado su interés por la reelección, lo que provocó la reacción con cara de fuchi de no pocos votantes de Morena (las5.mx, 18.06.20).

Sin duda el partido es la opción, pero los chapulines y malas imitaciones han generado un cierto malestar entre los ciudadanos, de suerte que cabe preguntarse: ¿hay condiciones para más deuda en el actual contexto? ¿No hay voces que llamen a la sensatez y prudencia cuando se trata de decidir medidas o disposiciones de orden público? ¿Por qué no se consulta a los ciudadanos? ¿Se tiene una “institucionalidad” ligada a la figura del “jefe” (o jefa) en vez de a la institución municipal?

En cuanto a la epidemia, ¿por qué se violan derechos humanos y se adoptan medidas ajenas al objetivo de prevenir la enfermedad? ¿Se protege la salud ciudadana imponiendo sanciones económicas y medidas de carácter coercitivo? ¿Por qué los funcionarios municipales se toman atribuciones que no les corresponden y que violan la Constitución?

Cabe recordar que recientemente un juez concedió a un ciudadano la suspensión provisional de la obligación de portar el “salvoconducto” exigido después de las seis de la tarde, por considerarlo improcedente y no fundamentado en derecho. Importante decisión que seguramente actuará como voz de advertencia para todos los hermosillenses y las propias autoridades municipales.

Me parece que estamos a tiempo para reflexionar sobre Hermosillo y la necesidad del cambio en los términos del movimiento encabezado por López Obrador, por quien millones votamos esperanzados en un mejor futuro.

Así pues, pronto la moneda municipal estará en el aire y qué mejor que llegue realmente Morena, tras el ensayo frustrado por la presencia de elementos reciclados que ni tenían idea ni podían tenerla acerca del significado ideológico de la reconstrucción nacional. Morena no es azul, y siempre es mejor la versión original que las imitaciones.


1 comentario:

Unknown dijo...

que alguien le ponga un alto a la alcaldesa. Esta violando la Constitución y endeudando la ciudad en favor de intereses privados, entre otras muchas otras arbitrariedades.
Que no hay nadie que la ponga en su lugar????