“Las personas no son ridículas sino
cuando quieren parecer o ser lo que no son” (Giacomo Leopardi).
Como usted sabe, el H. Ayuntamiento de
Hermosillo aprobó la creación de un Consejo de Salud Municipal que, para abrir
boca, acordó una serie de disposiciones para “disminuir la epidemia”, algunas
de ellas “dolorosas pero necesarias” y que “en muchas ciudades del mundo se
aplicaron con éxito considerable”, según refiere un funcionario municipal en
comunicación personal.
De acuerdo con lo anterior, se pudiera
suponer que Hermosillo es una isla con puentes tipo teleconferencia con Génova,
Italia y su vicealcalde Matteo Campora pero no tanto con la Ciudad de México y
la Secretaría de Salud que es donde se dicta la política general y la correspondiente
a casos de emergencia sanitaria en México, de acuerdo con la Ley General de
Salud (Expreso, 13.06.20).
Al parecer en el ayuntamiento no se
tiene claro de que Hermosillo forma parte de Sonora, entidad federativa del
Estado Mexicano, hoy por hoy democrático y soberano y, por ende, sujeto a su
propio marco normativo que responde a sus circunstancias históricas, económicas
y culturales.
De ahí que resulte un tanto absurdo
suponer que las medidas que se tomen en alguna parte de Europa necesariamente van
a servir para otro país, otra entidad u otra localidad geográfica, económica,
política y culturalmente diversa.
Lo que queda claro es que el nuevo
organismo (y aquí no vamos a abundar sobre su dudosa legalidad) ha empezado a
actuar sin alterar el viejo guion impulsado por la señora alcaldesa desde el inicio
de la pandemia, cuando decidió un “toque de queda” a partir de las seis de la
tarde, en abierta contradicción con las recomendaciones del gobierno federal y
abiertamente violando el artículo 29 constitucional (El Financiero, 02/04/20).
Como la disposición afecta a
supermercados y tiendas de conveniencia, se pasa por el arco del triunfo el
criterio federal y estatal de “actividad esencial”, perjudicando a muchos
ciudadanos que viven de este tipo de negocios y a quienes salen de sus trabajos
después de esa hora, o que acuden a comprar una vez que la intensidad del calor
baja.
Reducir el horario de los supermercados
y tiendas de conveniencia es una mala idea porque desde hace años éstos han
sustituido en muchos puntos de la ciudad a los clásicos changarros, cubriendo
las necesidades del abasto popular, por lo que limitar su acceso abre la
posibilidad de aumentar los contagios.
Otro absurdo altamente desconcertante es
el de imponer la necesidad de obtener salvoconductos a quienes tengan la
necesidad de circular después de las seis de la tarde, “sea por actividades
esenciales o no”, habida cuenta que es claramente violatorio del artículo 11
constitucional, referido a la libertad de tránsito, y de los artículos 183 y
184 de la Ley General de Salud, sobre la aplicación de medidas extraordinarias
de salud, reservadas al presidente de la república.
En conclusión, deciden medidas ilegales
y carentes de fundamento técnico y científico que contravienen el criterio
federal y estatal sobre qué actividades se deben seguir realizando y cuáles no;
además se impone la obligación de obtener salvoconducto, que en México está
expresamente prohibido por la ley, con el agravante de que quien no lo tenga podrá
ser sancionado con una multa. Aunque estas medidas son seguramente “exitosas en
otras partes del mundo”, cabe recordar que estamos en México y tenemos nuestras
propias leyes y circunstancias.
En lo particular, me parece que el éxito
municipal, no debe medirse por su capacidad de aumentar la recaudación por concepto
de multas, si se trata de una contingencia sanitaria.
Es claro que el gobierno municipal no
sabe que hacer pero que tiene la compulsión de hacer lo que sea con tal de…
hacer. Un verdadero papalote sin cola en medio de una situación que requiere
serenidad, sensatez, información y prudencia, mismas que se encuentran ausentes
o son atropelladas por disposiciones que bien se podrían esperar de un gobierno
prianista donde lo que menos importa es el ciudadano y la ley, a cambio de
figurar en las noticias del día. Triste papel.
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