“Dictadura: Sistema de gobierno en el
que lo que no está prohibido es obligatorio” (Enrique Jardiel Poncela).
La pandemia no deja de asombrar a sus
víctimas reales, potenciales o virtuales, porque mata de varias maneras, no
sólo cuando el nuevo coronavirus penetra en el organismo debilitado de alguien
y acaba con él, sino que también acaba con la seguridad pública, la confianza
en la autoridad, la tranquilidad en el hogar y el respeto a las leyes.
Enrique Alfaro |
Una pandemia en manos de autoridades con
instintos abusivos nos da el resultado de estados de sitio no declarados, de
aplicación de medidas absurdas e inútiles, de pánico inducido en la población
que altera el sentido de la realidad y se pierden las proporciones entre lo que
es correcto y lo que no lo es.
Así pues, tenemos que están ocurriendo
vejaciones a ciudadanos por parte de las fuerzas de la ley y el orden, golpizas,
jaloneos y asesinatos bajo el supuesto de hacer obedecer las disposiciones que
se han dictado por proteger la salud de la sociedad del terrible y contagioso
virus SARS-CoV-2, que produce la enfermedad Covid-19.
También ocurren actos de evidente abuso
y corrupción al aplicarse multas por no respetar reglas que alguien se sacó de
la manga en el momento de encarar al ciudadano, o algunas que emanaron del
gobierno estatal o municipal.
La epidemia ha hecho posible que la
ignorancia, la simple y llana estupidez y el conocimiento científico
trivializado y mal interpretado se conviertan en garrotes que amenazan la
integridad física, cívica y humana del ciudadano de a pie.
La razón más recurrente para el abuso y
la grosería ha sido que la víctima “no llevaba cubrebocas”.
Hoy sabemos que no llevar cubrebocas
puede ser fatal como lo documentan en Jalisco, o causa de agresión policial y
de multas y disgustos, como se puede ver en otras partes del país, incluido
Sonora.
Presidente López Obrador |
¿Es disposición de la autoridad federal
de salud? ¿Los ciudadanos ofendidos deben culpar al presidente López Obrador
por las medidas de las autoridades locales? Definitivamente no. El gobierno
federal fue claro al subrayar el carácter voluntario y respetuoso de los
derechos ciudadanos de cualquier intervención por parte de autoridad, así que
los abusos y excesos corren por cuenta de los gobiernos estatales y municipales.
Recientemente se publicó la instrucción
de la gobernadora a los ayuntamientos de hacer obligatorio el uso del cubrebocas,
lo que suena como una medida que lejos de evitar contagios se centra en hacer
algo, lo que sea, para exhibir que en Sonora hay preocupación por la salud
ciudadana (El Reportero, 03/06/20).
No son tiempos de politiquería en forma
de disposiciones mediáticas que sólo pueden propiciar abusos. Es una necedad
exigir su obligatoriedad habida cuenta que el uso del cubrebocas sólo es
recomendable para las personas que atienden enfermos, para quienes presentan
síntomas como tos o estornudos o, más claramente, para el personal de salud,
según refiere la OMS y la Secretará de Salud federal.
Está demostrado que el virus no contagia
ni se estaciona en lugares públicos abiertos porque no flota en el aire y se
transmite por las gotas que expulsamos al hablar, toser o estornudar, de suerte
que la calle, los parques y jardines son seguros si se guarda la sana distancia
y se lava las manos con frecuencia. Así las cosas, el uso del cubrebocas o las
sanitizaciones en espacios abiertos son inútiles y resultan una verdadera
vacilada.
La calidad de “obligatoria” de tal o
cual medida no deja de producir el malestar propio de estar en contacto con la
estupidez con poder, como nos lo ilustra el caso del joven trabajador Giovanni
López, en Jalisco, asesinado a golpes por policías porque no traía cubrebocas (https://youtu.be/kcHlwx_Tzh0).
Claudia Pavlovich |
No estaría de más que la gobernadora de
Sonora y autoridades municipales, reflexionaran sobre la inutilidad de hacer
campañas de autopromoción política en tiempos de emergencia sanitaria, porque
lo que se espera es sensatez y empatía, además de enterarse de que las
autoridades de salud federales jamás dispusieron que se tomaran medidas con
carácter obligatorio dirigidas a personas y que, al contrario, subrayaron que
la contención domiciliaria y demás deben ser voluntarias.
Declarar obligatoria una medida que
corresponde más a la necesidad y conciencia del ciudadano es tanto como ponerse
en la línea discursiva de un dictadorzuelo de opereta, como lo es el gobernador
de Jalisco. No estamos en una república bananera, y eso debemos tenerlo muy
claro.
Las medidas indebidamente obligatorias
terminan haciendo del ciudadano que no las cumple un objetivo militar al que
hay que eliminar por razones de salud. ¿Dónde quedó la civilidad y el respeto
al ser humano?
Esperemos que en Sonora prive el sentido
común, el respeto a los derechos ciudadanos, así como a las disposiciones que
en materia de prevención epidemiológica se establecieron para toda la nación,
sin inventos oportunistas y mediáticos. Seamos consecuentes.
1 comentario:
Muy bueno y oportuno tu artículo, poniendo a cada quien en su lugar. Es criminal lo que hacen los gobernadores, como es el caso del cubrebocas que ciertamente la autoridad nacional de salud lo ha dicho repetidamente: sirve para brindar una falsa sensación de seguridad y que en realidad es hasta peligroso, ya que al traer cubierto el rostro, te ocasiona incomodidades que te llevan involuntariamente a tocarte la cara, lo cual es la vía más segura de contagio. Es lamentable que Los ignorantes gobernadores de oposición, tomen determinaciones contrarias a la autoridad de salud nacional, solo con el objetivo de golpetear politicamente al presidente,debido a que les cerró la llave que chorreaban recursos en nombre de la Pandemia y que en realidad di destino final era el enrequicimiento del gobernador y su séquito de incondicionales y de los empresarios con los que el gobernante estatal hace negocios.
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