“En un país
bien gobernado debe inspirar vergüenza la pobreza. En un país mal gobernado
debe inspirar vergüenza la riqueza” (Confucio).
El sábado 8 se
puso de manteles largos el Centro de las Artes de la Universidad de Sonora al
presentarse el doctor John Ackerman e impartir una verdadera cátedra sobre
nuestra historia política y, desde luego, Morena como movimiento y como
realidad transformadora de la nación convertida en la fuerza político-electoral
número uno tras las elecciones del 1 de julio.
Si usted se pregunta ¿quién diablos es ese señor?, le puedo decir que nuestro
visitante es Doctor en Sociología Política por la Universidad de California,
Santa Cruz y Doctor en Derecho Constitucional por la UNAM.
Es Presidente
Adjunto de la Asociación Internacional de Derecho Administrativo y Director
Editorial del Mexican Law Review. Es profesor de Derecho Constitucional en la
Facultad de Derecho de la UNAM, y también ha dictado cátedra en la American
University en Washington, D.C. y en Sciences Po en París, Francia. Ha sido
colaborador de publicaciones internacionales como Proceso, La Jornada, El
Universal, Reforma en México y The New York Times, Los Angeles Times, Chicago
Tribune, San Francisco Chronicle, Houston Chronicle, San Diego Union Tribune,
en Estados Unidos, y The Guardian en el Reino Unido. Asimismo, ha publicado
resultados de investigación en Desarrollo Mundial y Revisión de Derecho Administrativo,
Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Revisión de Derecho Mexicano, Gestión y
Política Pública, y Perfiles Latinoamericanos. También ha sido consultor del
Banco Mundial, la OCDE, PNUD, Open Society Institute, SCJN, Cámara de
Diputados, entre otros.
Actualmente se
desempeña como investigador de tiempo completo en el Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM y es un intelectual cercano a López
Obrador y actualmente colaborador importante de Morena en tareas de formación política.
Nacido en
Estados Unidos, nacionalizado mexicano y casado con la economista y socióloga Irma
Eréndida Sandoval Ballesteros, doctora en Ciencia Política y actual Secretaria
de la Función Pública, declara que si bien se crio en una familia de fuertes
convicciones liberales fue en México donde encontró el sentido profundo de la
lucha política por transformaciones con alto sentido social y alimentadas por
una participación ciudadana capaz de dar un giro a la historia de cara al
neoliberalismo que destruye y mediatiza a las fuerzas sociales. La fuerza de la
cohesión comunitaria de los pueblos marginados de origen indígena fue una
revelación para el joven Ackerman y una nueva ruta para su intelecto y energías
vitales. México fue su tierra de adopción y el crisol de nuevos sueños y
esfuerzos, encontrando en Morena la vía para la transformación de México y un
referente importante para los pueblos libres de América Latina.
Morena, según
se ve, es un nuevo crisol de ideas y aspiraciones sociales que amalgama diversas
corrientes y posiciones en el amplio espectro de la lucha social por un México
incluyente, democrático, justo y equitativo. Siendo una realidad electoral, es
aun un partido por construir, un proyecto por acabar y una tarea transformadora
por cumplir, por eso encontramos diversas corrientes y fuerzas que luchan en su
interior por aportar sus experiencias y abonar el suelo de la renovación
nacional y la resolución de sus contradicciones. Se trata de conciliar, de
unificar, de coexistir hasta que la oposición al pillaje neoliberal encuentre y
reconozca una nueva matriz ideológica y política en cuyo centro estén los
pobres de México y en donde la honestidad caracterice al quehacer público y
privado y donde la dignidad se haga costumbre. John Ackerman abraza convencido
esta nueva utopía encarnada por Morena y señala que otra historia es posible.
Tras un
interesante y rápido recorrido por la historia política de México, pone el
acento en una realidad que debemos entender: el PRI, nacido en 1946 con Miguel
Alemán, se creó para contener y destruir la política nacionalista de Lázaro
Cárdenas. Fue una traición al pueblo mexicano cuyos efectos políticos,
económicos y sociales Morena deberá revertir y remediar con las mismas fuerzas
que hicieron posible la expropiación petrolera en 1938 y el fortalecimiento del
poder público como garante de la paz y la seguridad de los mexicanos. Así pues,
una política que concilie el interés público y el privado en beneficio de las
grandes mayorías nacionales es garante de estabilidad social y de paz pública,
cuestión que se rompió radicalmente con la llegada del neoliberalismo en forma
del desmantelamiento del aparato productivo, la privatización de los recursos,
la excesiva dependencia a factores externos y la transnacionalización de la
economía. En este contexto, recuperar el patrimonio nacional y fortalecer el
mercado interno son tareas esenciales, por ello se deben generar las
condiciones para que todos tengan un lugar en la reconstrucción nacional.
Los programas
de inclusión nacional emprendidos por el nuevo gobierno y la política de
austeridad entre otros, forman parte de una serie de acciones que nos irán
acercando al punto de quiebre entre el pasado neoliberal y la transformación
nacional. Como usted sabe, la política de austeridad tiene grandes opositores
entre los que curiosamente se encuentran los miembros del Poder Judicial
encabezados por los ministros de la SCJN, quienes se resisten a dejar de recibir
sueldos y prestaciones millonarias y no sienten rubor alguno frente a la
ciudadanía trabajadora con salarios mínimos y escasa seguridad social. Esta
situación indigna, exaspera, pero no hay avance sin oposición anclada en el
pasado y que se resiste a morir. Recordemos que la fuerza que hizo posible el
triunfo del 1 de julio es la misma que reclama e impulsa los cambios, y unos
cuantos no van a poder detener el avance de un país. Pero, volviendo al asunto
inicial, la visita John Ackerman fue reveladora y motivante y el auditorio del
Centro de las Artes universitario se vio colmado de un público que escuchó y
aplaudió con entusiasmo la conferencia. Un gran personaje.
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