“Es mucho más fácil criticar a los que mandan que
mandar a los que critican”
(Revista La Codorniz).
(Revista La Codorniz).
La angustia invade el alma de muchos (¿o
nomás algunos?) ciudadanos que votaron por Morena y declararon firmeza en su
convicción cuando la ola iba en ascenso y se suponía que la campaña y el
triunfo del 1 de julio se iba a congelar en el espacio-tiempo de las ilusiones
huérfanas de realidad: -¿Ya vio usted que los cabrones senadores de Morena
concedieron licencia al güero Velasco, sátrapa de Chiapas?- dice el airado
ciudadano y remata: -seguramente hubo un pacto en lo oscurito, igual que antes
lo hacían los del PRIAN-. Así, la ola del entusiasmo baja por razones de
gravedad y se estrella en la roca de la acción política con proyecto mientras
barre la arena suelta de playas ciudadanas de fin de semana.
Para los decepcionados precoces resulta
difícil entender que el Senado no es un tribunal inquisitorial guiado por la
pureza de una moral que, en el mejor de los casos, deriva del hastío, del
hartazgo por tanta y tan variada manera de transgredir la ley y bailar tanto
sobre las normas legales como sobre la voluntad del pueblo elector. El Senado
es, simplemente, el órgano del Poder Legislativo que representa a los estados
de la república federal y está sujeto a la legislación vigente. En este
carácter, no tiene facultades para juzgar la moralidad de una licencia
solicitada por uno de sus miembros y, visto con crudeza, debe otorgarla por ser
un derecho de los legisladores. De cualquiera de ellos.
Que Manuel Velasco Coello, gobernador
con licencia quiera regresar a su estado para ejercer hasta el 8 de diciembre
la gubernatura en calidad de sustituto es asunto de los chiapanecos; el senado debe
ver el qué, no el para qué de la solicitud que, como queda dicho, corresponde
al pueblo y gobierno de Chiapas juzgar, aceptar o impugnar las intenciones o
propósitos del solicitante en el marco de sus facultades. En este caso, debe
aclararse que en esa entidad federativa pudiera promoverse un recurso de
inconstitucionalidad en los términos del artículo 116 de la Constitución
federal cuya primer norma dice que: “Los gobernadores de los Estados, cuyo
origen sea la elección popular, ordinaria o extraordinaria, en ningún caso y
por ningún motivo podrán volver a ocupar ese cargo, ni aun con el carácter de
interinos, provisionales, sustitutos o encargados del despacho”.
Pero este asunto no es necesariamente
problema del Senado sino del Congreso chiapaneco, que debe vigilar que sus
normas locales no transgredan lo dispuesto en la Carta Magna, así como, en su
caso, pudiera ser materia de análisis por parte de la inefable Suprema Corte de
Justicia de la Nación.
Usted podrá argüir que antes habían
dicho que no y después cambiaron de opinión quizá por turbias componendas y
aviesas intenciones políticas, pactos secretos y viciosas e impúdicas
maquinaciones en beneficio de …Morena, y su proyecto de la Cuarta
Transformación. De ser así, pues qué cabrones están al trabajar por una mayor
fortaleza política en el seno del Poder Legislativo federal, habida cuenta que
casi de manera simultánea cinco diputados del Partido Verde se pasaron a la mayoría
representada por Morena. ¡Habrase visto tal horror de afinidad coyuntural!
Lo cierto es que los senadores aprobaron
la solicitud tras una pifia inicial que suena contradictoria pero que
finalmente se resolvió por la afirmativa porque, según parece, privo el
estricto apego a la norma vigente, sin juicios de valor, sin especulaciones de
qué propósitos animarían a Velasco al plantear la multicitada solicitud. Se
ejerció un derecho y, desde luego, el propio “beneficiado” tendrá que atenerse
a las consecuencias en caso de que alguna fuerza política de su estado natal
sienta que debe manifestar su oposición y emprender el reclamo legal fundado en
el texto constitucional arriba citado, violado según se ve por la propia LXVI
Legislatura del Congreso del Estado de Chiapas porque votó a favor de su regreso como
gobernador sustituto en la sesión extraordinaria que realizó el 4 del presente
mes, en congruencia con la reforma constitucional propuesta por el mismo
titular del Ejecutivo estatal y aprobada el pasado 24 de agosto.
Creo que los legisladores de Morena no se
chupan el dedo, y que, si trastabillaron para finalmente decir que sí a la
licencia, fue con la sana intención de dejar de lado los muy fundados
prejuicios y objeciones morales para ajustarse lisa y llanamente a las normas legales,
con la expectativa nada remota de que la parte más interesada en la vigencia
plena del texto constitucional haga la parte que le corresponde. Cabe recordar
que tanto el gobernador electo como la mayoría simple de los diputados de la próxima
LXVII Legislatura son de Morena. El balón está del lado chiapaneco de la cancha.
¿Tendrán el valor de desfacer el entuerto legislativo perpetrado por Manuel Velasco
y el Congreso cómplice saliente? Veremos…
3 comentarios:
Bien, pero el Senado lo podría haber frenado y solucionado el caso, irse al estado lo complica y va a pasar sin obstáculos
Se me hace cabrón que el cumplimiento del articulo 116 que citas no obligue a los senadores a respetarlo y hacerlo cumplir. Son dos normas a cumplir por los senadores> otorgar una licencia y hacer cumplir el 116, cual es mas importante?
Se entiende que un ciudadano no puede ser al mismo tiempo gobernador y senador, esto queda claro. ¿Que modificación a la constitución local hizo el gobernador en de Chiapas para poder asumir la senaduría sin renunciar al cargo como gobernador? Y, ¿es legal la modificación constitucional que hizo el gobernador en su estado o, para,hacerla violó al gun precepto de la constitución federal?
Por otra parte, pienso que el senado estaba discutiendo en el orden del día solamente el otorgamiento de una licencia para dejar provisionalmente la senaduría y no si al hacerlo estaba violando el 116 constitucional. No estoy,seguro si el senado tenga esa facultad de analizar la violacion al texto constitucional y que esto solo corresponde a la suprema corte de justicia de la nación.
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