Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

sábado, 24 de agosto de 2013

La desinformación somos todos

El viril reclamo del señor presidente de Copetitlán a los maestros protestantes por la reciente aprobación de dos leyes de tres ligadas a la flamante reforma educativa Copetista, tiene sentido: ¿a poco no es maravilloso tener un instrumento legal que facilite los despidos magisteriales y trivialice la evaluación y, en general el proceso educativo? ¿Acaso no es útil un instrumento que permita someter al sindicalismo magisterial a los designios de una presidencia que trabaja afanosamente para cumplir con las instrucciones de los organismos financieros internacionales? El líder nato de las fuerzas armadas nacionales y jefe de las instituciones copetitlanas lo ha dicho con claridad contundente y ejemplar resolución: Los maestros protestan “por desinformación” (http://www.jornada.unam.mx/2013/08/24/politica/007n1pol).

¿En qué cabeza cabe defender derechos y conquistas históricas en materia laboral? ¿A quién se le ocurre luchar por la estabilidad en el empleo? ¿Qué endemoniada influencia manejará las voluntades de los millones de docentes que buscan una mejor calidad de vida y trato respetuoso por parte de las autoridades? ¿De dónde sacarán que la mejora en las condiciones del servicio educativo redunda en beneficio  del proceso de enseñanza-aprendizaje? ¿Dónde tendrán la cabeza quienes suponen que los maestros son los principales artífices y opinantes de las mejoras en el sistema educativo nacional?

Seguramente el siempre informado y culto titular del ejecutivo copetitlano tiene la razón y no los rijosos maestros que bloquean calles y avenidas, interrumpen el suave fluir de los acuerdos legislativos y la disposición de los legisladores de cumplir y hacer cumplir la voluntad soberana del presidente, siempre atento a las mejores causas del neoliberalismo de guarache.

Igual se puede decir de las multitudes que se movilizan y protestan contra la reforma energética, ignorando las bondades de ser una colonia de explotación al servicio del imperialismo petrolero trasnacional, además de ser un paraíso de las empresas foráneas al ofrecer fuerza de trabajo barata, abundante y necesitada de migajas laborales, gracias a la reforma laboral y a la legalización de la tercerización del empleo, además de las facilidades de despido   (http://www.jornada.unam.mx/2013/08/24/economia/021n1eco) que le dan un atractivo importante a la inversión en México y a la operación y manipulación de la miseria y la desprotección laboral, a pesar de que el dinero fluye, pero en sentido contrario (http://www.jornada.unam.mx/2013/08/24/economia/021n2eco), de suerte que han salido del país 19, 628 millones de dólares, seguramente por la confianza que nuestros empresarios nopaleros tiene en el gobierno en curso.

Pero por si fuera poco el desastre laboral y académico nacional, los copetitlanos ven con emoción cuán cerca están de ser nuevamente una colonia petrolera, como antes de 1938, porque y quedó demostrado que no estamos para sufrir los horrores de ser ricos en petróleo y tener la pena de administrarlo sin decepcionar a los gringos o despreciar a los españoles, franceses y otros que con pleno derecho colonial aspiran a gozar de un pedazo de nuestra riqueza. Por otra parte, ¿para qué tener una empresa de clase mundial como Pémex, si no la podemos tronar? (http://www.youtube.com/watch?v=ONIfJXiY0xE).

No hay duda de que el señor presidente tiene la razón. El pueblo de Copetitlán no sabe apreciar las maravillas de la dependencia (financiera, tecnológica, científica, educativa, cultural, política, o comercial), de suerte que los que protestan, salen a las calles en marchas, bloquean congresos, organizan mítines, publican desplegados y artículos, se expresan en facebook, twitter y demás, no alcanzan a ver el profundo contenido de las reformas copetitlanas, por mala fe, por ganas de joder, o por simple desinformación producto de una educación nacionalista que pugna retrógradamente porque nuestro país sea independiente, soberano y libre.

Si estuvieran debidamente enterados, podrían llegar a la conclusión de que la libertad es una enfermedad socialmente viciosa, exigente, responsable y liberadora de la mente y el espíritu de los pueblos mediante la defensa cotidiana de lo propio, de los derechos históricos, de las conquistas actuales, de la calidad de vida y del respeto a la dignidad de cada uno de los ciudadanos de esta tierra. Tan horribles y exigentes responsabilidades son insoportables para un gobierno con conciencia de esclavo, de colonizado, que se apega a la dependencia como salvación en su mediocridad e indecisión. ¿Para qué ser libres si no sabemos qué hacer con ella? ¿Para qué tener empleo e ingreso digno si no sabemos cómo gastar prudentemente? ¿Para qué queremos petróleo, si no somos capaces de soportar el peso de los intereses trasnacionales sobre nuestras decisiones e intereses nacionales? (http://www.youtube.com/watch?feature=related&v=BZrLgwhmTtU&nomobile=1).


En Copetitlán, los dirigentes y los “enterados” lamen el lazo que los ata a las trasnacionales, se sienten felices de ser los lacayos del imperialismo gringo, celebran la pérdida de soberanía como la extirpación de un tumor canceroso de libertad y autodeterminación. Sin duda alguna, los que protestan por las reformas legislativas son unos “desinformados”.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Verdad de Perogrullo


Ahora que está de moda el tema de la legalización de la marihuana ofrezco al curioso lector algunas posibilidades de interpretación que, aunque no abordadas exhaustivamente, sirven para ilustrar el caso.

Si bien es cierto que el tema es inagotable, creo que se debe ver desde el punto de vista de las trasnacionales: Monsanto, gigante agroalimentario que produce veneno comestible para “abatir el hambre” internacional, se ha empeñado en abrir ventanas de oportunidades a no pocos empresarios “modernos”, de suerte que ya se oyen voces defendiendo el cultivo y la comercialización de la yerba.  En México es ya anecdótica la capacidad emprendedora de Vicente Fox, quien convirtió en patrimonio familiar la presidencia y ahora, en contacto directo con empresarios gringos, se empeña en dar el golpe económico mediante el cultivo y comercialización de este enervante que, como ha trascendido, no tiene nada de inocuo (ver liga: http://www.urgente24.com/217145-cripa-marihuana-transgenica-adictiva-y-cancerigena).

Los argumentos a favor no tienen desperdicio y va desde una simple referencia al mercado hasta otros como la prevención de accidentes: “si existe mercado para la marihuana sería ocioso ignorarlo,  así que vamos sobre el dinero”. Igual pudiera razonase respecto al tráfico de personas: “existe demanda para el cuerpo humano, así que vamos poniendo reglas para que el negocio funcione”, o ¿por qué no legalizar sin reparos las uniones homosexuales con derechos plenos, tal como funcionan las heterosexuales, considerando el poder adquisitivo de los gay y el impacto que esto tendría en la economía? ¿Cree que exagero?  Siga estas ligas: http://latinpost.mx/california-vive-auge-economico-por-bodas-gay/ , http://www.elobservador.com.uy/noticia/256333/gana-terreno-el-exigente--mercado-del-turismo-gay/ . ¿Qué si quieren reproducirse para completar la ilusión de familia? Pues pueden acudir a las empresas que se dedican a eso, como se advierte en la siguiente liga: http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/07/23/actualidad/1374611147_796311.html . Como le decía, algunos argumentan a favor diciendo que con el consumo de la yerba se evitarían accidentes automovilísticos, ya que “no daña tanto como el alcohol”, y si una cosa se sustituye por otra, además de ser negocio redondo para los promotores y comercializadores, se tendrían menos muertos y heridos en las calles y carreteras.

Mientras que la economía internacional da tumbos por los senderos de la realidad que se resiste a la demagogia neoliberal, los gobiernos se empeñan en dar respuesta a los problemas sin salirse del guión de la ortodoxia fondomonetarista, con las consecuencias que vemos en Europa, particularmente en los emblemáticos casos de Grecia, Portugal, España, sin dejar de lado otros que como Alemania sufren congelamiento salarial y disminución de prestaciones sociales,  al grado de que los jubilados se ven obligados a buscar empleos temporales en una economía que depende de sus  exportaciones. El caso es que el horno económico no está para bollos y la situación se agrava si le agregamos la absurda dependencia de los hidrocarburos que alimenta el funcionamiento del aparato productivo y distributivo internacional, en desaire a las otras formas de energía que existen pero que aún no alcanzan a ser atractivas para los intereses de la industria y las finanzas.

Al respecto, el tópico de moda es el relacionado con el gas esquisto o pizarra, obtenido ahora mediante el sistema de la fractura geológica o fracking. Se supone que con la extracción del gas se atemperaría la dependencia que se tiene respecto al petróleo, por ejemplo, de Estados Unidos. Los proyectos de fracking menudean y la contabilidad de las futuras ganancias bulle en la cabeza de los empresarios del ramo sin considerar (¿por qué deberían hacerlo?) el daño potencial que este sistema ocasionaría a los mantos acuíferos y la estabilidad geológica del terreno (la liga que sigue detalla este asunto: http://lab.rtve.es/fracking/ ), con lo que se demuestra una vez más que la salud de usted puede ser un daño colateral en el avance de los negocios del imperialismo energético liderado por EE.UU.

Actualmente se alzan voces de alarma respecto a los impactos en el ambiente debido al nuevo sistema, aunque, como era de esperarse, ninguno de los consorcios energéticos  hace caso porque negocios son negocios y la ecología bien puede esperar. Lo anterior es relevante ya que México es uno de los campos de inversión trasnacional más apetecibles en materia de darle palos al ambiente y contaminar los recursos naturales de que aun disponemos. ¿Con la reforma energética de Peña Nieto, estaremos legalizando la depredación de aguas, suelos y espacio? ¿Habrá sido usado como papel higiénico la letra y el espíritu del artículo 27 constitucional? ¿El gobierno prianista de Peña Nieto se dará el gusto de lograr para los EE.UU. la derogación del dominio de la nación sobre sus recursos naturales? ¿Se fortalece y magnifican los Acuerdos de Bucareli? (Ver el artículo: http://www.jornada.unam.mx/2004/01/09/016a2pol.php , así como también el libro: http://www.inehrm.gob.mx/cdigital/libros/revolucion/bucareli.pdf).  

Otro tema es el de los pagos por concepto de inscripción y reinscripción en la Universidad de Sonora, lo que ha ocasionado molestia entre los estudiantes. El problema se agrava dado que las autoridades publican requisitos de inscripción que incluyen el pago de colegiaturas a la par que hacen aclaraciones que no desvirtúan el propósito de cobro. ¿Hablaremos de una privatización silenciosa en la educación superior? ¿Habrán abandonado los principios que le dieron vida a la UNISON? ¿La institución ahora se dedica a crear deudores estudiantiles? ¿Qué pasa con los subsidios que otorgan el gobierno federal y el estatal a partes iguales? Si no alcanza el subsidio, ¿por qué no se lucha por aumentarlo, en vez de afectar la economía familiar de los estudiantes? (http://www.critica.com.mx/vernoticias.php?artid=49554&mas=3).

Los anteriores asuntos no pueden menos que darnos una idea de que actualmente la economía, en este caso neoliberal, rige la moral y las costumbres, y que detrás de cada iniciativa “moderna”, de “derechos humanos”, de “equidad”, se esconde un economista que perdió la brújula de la ética profesional y cayó en garras de la trivialidad mercantil, convirtiéndose en un mercenario económico que en vez de trabajar en favor de los intereses de la clase trabajadora, del ciudadano común que lucha diariamente por llevar una vida digna, está al servicio del capital. Pero esta perversión profesional no viene sola: los valores e intereses del mercado termina nulificando los de la sociedad, por eso se promueven mecanismos y productos que sólo fortalecen al sistema dominante a costa del pueblo trabajador, afectando el bienestar social, la conciencia ciudadana y la identidad nacional.

Podemos concluir con la idea de que no existe solución verdadera a nuestros problemas cuando proviene de los intereses que los ocasionaron. Verdad de Perogrullo que en estos tiempos de estupidización neoliberal resulta ser novedosa. Urge una toma de conciencia.




viernes, 2 de agosto de 2013

Lugares comunes

El problema del bloqueo carretero alcanza la trascendencia de ir como tema al poder legislativo federal y una diputada panista propone poner fin a este asunto. Desde luego que la iniciativa panista tiene el respaldo de un nutrido sector empresarial que se declara afectado por la suspensión intermitente del tránsito en el sur del estado. Seguramente la exigencia de hacer cumplir la ley irá acompañada de las consideraciones sociales y políticas del caso, de otra forma se supondría un acto de represión a una manifestación conjunta de los yaquis y los agroempresarios de Cajeme, donde los segundos se atrincheran tras la fracción yaqui beligerante.

Aquí se ven dos vertientes igualmente espinosas del asunto: por un lado, el derecho que reclaman los indígenas otorgado por el Presidente Cárdenas y por otro, los intereses de los agricultores que siembran más del 90 por ciento de la superficie cultivable. Quizá valdría la pena revisar primero qué proporción reciben los yaquis de los beneficios de la agricultura del Yaqui y dilucidar las causas de su pobreza, ignorancia y marginación, y atacarlas con verdadero sentido justiciero, antes que lanzarse contra obras que pudieran tener una utilidad pública aun no del todo valorada con objetividad. Lo anterior viene al caso por las recientes revelaciones del fracaso de las desaladoras en España, así que bien se pudiera estudiar en serio la viabilidad de tal o cual solución, más allá de los intereses de los empresarios del norte o del sur. En todo caso, es la sociedad sonorense, yaquis incluidos, el sujeto prioritario de la acción gubernamental, y no personajes o grupos que huelen a tráfico de influencias, impunidad y una falta de respeto a la ley como pocas veces se ha visto.

En otro género de asuntos, el asesinato de una joven por parte de un extranjero oriundo de la India, ha despertado una especie de afán clasificatorio donde la especificidad sexual parece avasallar la gravedad de la privación de la vida de todo ser humano. Es decir, ahora se insiste en legislar para codificar el delito de feminicidio, siendo que ya está normado el asesinato y perseguido por la ley. ¿Para qué especificar el delito por sexo? ¿Qué no basta que la ley persiga y castigue a quien quita la vida de otro, sea el que sea su sexo? Aquí deben considerarse ciertos agravantes, como son la brutalidad del acto, la ferocidad, la alevosía, entre otros, o los atenuantes: que si fue accidental, producto de la obnubilación mental, etcétera. Si está demostrado que el asesinato fue viciosamente cruel, con premeditación, alevosía y ventaja, con inusual ferocidad, entonces bastaría con que el juez a cargo dictara la sentencia que corresponde en justicia. De esta suerte, el dolor y el horror familiar no cesarían, pero tendría el consuelo de una pronta respuesta legal y el castigo que la norma vigente permite.

Lamentablemente, el aparato judicial mexicano lejos de aplicar la ley se conforma con guardar las debidas apariencias para tarde o temprano legitimar la acción delictiva, sea por falta de evidencias, por errores procesales que terminan beneficiando al delincuente, dejando en los afectados y sus familias una inacabable sensación de burla.

¿Qué caso tiene inventar nuevas categorizaciones penales o  civiles cuando no se está en disposición de acatar y aplicar la ley tal cual es? ¿Para qué legislar si en la práctica cada nueva ley solamente sirve para evadir el problema de fondo, que es la falta de voluntad política y administrativa para cumplir la ley? Guardando las proporciones, pero lo mismo ocurre en los asuntos nacionales de carácter político: ¿Para qué se firman pactos si cada uno de los actores bien pudiera sujetarse a las normas de relación política formalmente establecidas en el país y el mundo? ¿Qué no basta con que cada cual cumpla estrictamente lo que es su obligación cívica, política y legal? Sin embargo, el gobierno y los actores político-electorales  se empeñan en convocar a actos protocolarios de fuerte sabor mediático, que únicamente fortalecen la idea popular de que la ley como tal o la justicia como tal no bastan para garantizar la coexistencia armónica entre personas o grupos. ¿Será que al letra de la ley es demasiado pequeña como para ser vista y acatada? ¿Padece el sistema judicial y administrativo de la nación alguna enfermedad auditiva o visual? ¿Se requiere la estridencia para que la verdad o la justicia sean audibles?

Por desgracia, el producto neto de estos excesos es la disminución del valor real de la ley para cualquier efecto práctico y, como consecuencia, el deterioro de la imagen pública de legisladores y funcionarios, con lo que se termina por establecer la desconfianza como clima de las relaciones y, por tanto, el cinismo pasa por sinceridad y la hipocresía se viste de galas solidarias y subsidiarias con la delincuencia organizada: la leperada triunfa en el sector público y la corrupción campea en el privado.

Los despropósitos, las ridiculeces, la fraseología vacua y francamente estúpida de los políticos emanados de los partidos neoliberales sólo compite con la que se produce en las  filas de la izquierda electoral sobre todo cuando se trata de justificar alianzas con supuestos enemigos ideológicos, por ejemplo entre el PRD y el PAN. ¿Qué caso bien fingir tener posiciones políticas diferenciadas si en el debate político termina apoyando medidas que antagonizan con las libertades y derechos sociales y económicos de los ciudadanos? ¿Cómo se explica usted la firma conjunta del Pacto por México entre PRI, PAN y PRD? ¿Dónde está el proyecto de nación que caracteriza o debiera caracterizar a  cada opción política? ¿De plano, han desaparecido las diferencias ideológicas en aras de obtener posiciones electorales? ¿La corrupción y las complicidades apátridas son el estilo de hacer política en México? Si el sistema es corrupto y corruptor, ¿qué resultados se esperan si se sigue actuando dentro de los límites del sistema?


Como vemos, estos son algunos de los lugares comunes que el cansancio ciudadano termina por dejar de lado en las consideraciones de su práctica política. Sucede que el agotamiento trabaja a favor de la apatía, el desinterés, la decepción y el abandono, apoyado en la manipulación informativa, la deshonestidad de las dirigencias, la ignorancia y abulia de las bases, la flojera y el desgano en la participación social. Como que es tiempo de replantear lo que queremos y debemos hacer, medir tiempos y plantear objetivos alcanzables, sin histeria, pero con amplitud de miras. Pensemos cómo queremos que nos encuentre el futuro y aceptemos que debemos trabajar en los aspectos operativos de la utopía y tender puentes entre lo que tenemos y lo que necesitamos. 

martes, 16 de julio de 2013

Ruido comercial

Con puntualidad ligeramente inglesa, un par de empleados de Sears saca entre resoplidos y sonrisas dos enormes bocinas y proceden a su instalación a las afueras de la tienda que se encuentra sobre la calle Matamoros, en el centro de Hermosillo. De inmediato inicia una jornada de ruido atronador que parece destinado a acabar con la poca agudeza auditiva de sus clientes y tranquilos viandantes. Las bocinas palpitan con demencial frenesí, en una especie de convulsión epiléptica que irradia decibeles y golpea tímpanos, tunde al nervio auditivo y fríe neuronas con saña inmisericorde, paroxística, demencial. Gracias a pregunta expresa, una atenta empleada de mostrador me informa que esa agresión es “política de la empresa”.

Al caminar hacia el sur, la calle ofrece otros horrores: una mueblería compite con Sears en eso de contaminar el ambiente mediante el volumen orgiástico de sus bocinas, que parece ser opacado por el correspondiente a una tienda de zapatos que lucha por llamar la atención de la clientela evasiva y selectiva que transita apuradamente por la calle que huele a tugurio y a neurona chamuscada.

Las calles del centro parecen campo de batalla donde el comercio organizado acude al expediente de la estridencia feroz de una mercadotecnia basada en la dinámica del volumen alto y sin inhibiciones, bajo el supuesto de que los posibles clientes se verán atraídos por “la música” puesta en escena como una apología de la sordera y propagada en forma atronadora, enervante, criminal. Los resultados comerciales son escasos, los impactos ambientales graves.

La contaminación ambiental por ruido ocupa, gracias a los esfuerzos del comercio organizado, uno de los primeros lugares en la ciudad capital de Sonora. Los candidatos a sordo que atinan a pasar frente a las empresas ahí establecidas, sólo las visitan por causas de necesidad, no de publicidad y menos por el “atractivo” de la música que atronadora nubla el paisaje citadino. La tugurización de las calles parece ir a contrapelo con la civilidad esperada en las autoridades y en los propios empresarios del centro de la ciudad.

La ridícula idea de que el ruido atrae clientes cae por su propio peso, ya que el cliente acude al comercio dependiendo de su nivel de ingreso y de sus necesidades a satisfacer, influido desde luego por la oferta del negocio, su variedad y el precio. Nada indica que el ruido ambiental tenga que ver con la disposición del cliente a consumir más o menos. Quizá el ruido tenga más que ver con un desesperado reclamo empresarial bajo el supuesto de la ignorancia y frivolidad del cliente potencial.

Lo mismo pasa en los restaurantes, donde le aporrean los oídos por el precio de su consumo en alimentos y bebidas. Apenas entra usted al comedor cuando el empleado se    apresura a subir el volumen, quizá para obligarlo a conversar a gritos y llamarlo a gritos para ser atendido durante la tortuosa estancia que no le va a permitir ingerir sus alimentos con la tranquilidad requerida y que prácticamente lo expulsará del local en medio de una taquicardia que actuará como bono de consumo. De la conversación que usted planeaba tener, mejor ni hablar. Usted y su interlocutor fingirán entender lo que dicen y saldrán del lugar con una carga de interrogantes que la educación se encargará de reservar para mejor ocasión. La indigestión y la incomunicación serán las consecuencias directas de su visita, por un no tan módico precio más propina.

La contaminación por ruido incluye al vecino que de tarde o de madrugada se siente con el derecho de interrumpir el sueño del vecindario y presume de la potencia de su estéreo, de lo sofisticado de su gusto teibolero, de las maravillas de la selección musical de tugurio que atesora, de la reducida dimensión de su cerebro y la oquedad supurante de su mala educación.

El imbécil de al lado parece necesitar por testigos de su babeante condición a usted y a otros que sufren en silencio la agresión que el gobierno municipal permite bajo el pretexto de que es “propiedad privada” donde se origina el escándalo nocturno;  ninguna autoridad pasará de hacer una débil recomendación que el mentecato festivo se encargará de pasarla por el arco del triunfo, en homenaje a la impunidad reinante. La queja podrá ser muchas veces inútil, pero por civilidad hay que formularla para constancia.

En este punto, parece pertinente recomendar  a algún legislador que revise la legislación en materia de contaminación ambiental y la parte relativa a la tranquilidad de los vecinos como un valor reservable por las autoridades. Seguramente el Bando de Policía y Buen Gobierno contempla deposiciones que se pueden reforzar, en aras de lograr que el abuso no sea la norma de conducta entre vecinos. Al respecto, cabe señalar que en otras ciudades y países está estrictamente prohibido escandalizar, no sólo en la vía pública, sino cuando se afecta la tranquilidad de los vecinos mediante el alto volumen en los domicilios. Considerado que se altera la tranquilidad de los vecinos, las autoridades toman cartas en el asunto de suerte que no es “problema entre particulares” sino una clara violación a las normas elementales de convivencia ciudadana, por lo que la policía interviene para la preservación de la paz y el orden público.


Hermosillo es una ciudad cada vez más compleja, por lo que las autoridades deben hacerse cargo de los nuevos problemas que surgen en el marco del crecimiento urbano y la demanda de servicios, lo que incluye la seguridad pública y la convivencia pacífica de  los ciudadanos. De nada sirve una ciudad en crecimiento si no existen reglas que garanticen su correcto funcionamiento, que supone el uso racional de los recursos públicos y el trato respetuoso entre particulares. La armonía social no es producto espontáneo sino del entendimiento de la diversidad y el ejercicio de las libertades de acuerdo a un marco normativo general que se cumple y hace cumplir por el Estado.

lunes, 1 de julio de 2013

Cuando calienta el sol

Bueno, pues ya se supo cuál es el posicionamiento oficial de las autoridades yaquis respecto al apasionado apoyo de algunos miembros de esa etnia al movimiento de los agricultores ricos cajemenses contra el acueducto Independencia. Que nada tiene que ver con apoyos a los mismos que los han robado por décadas y ahora, como novedosa forma de infamia, usan como grupo de choque contra la obra de infraestructura hidráulica que llevaría agua a Hermosillo.

Así las cosas, el bloqueo de la carretera federal 15 y vías alternas solamente puede ser atribuible a los facinerosos agricultores nylon que tiran la piedra y esconden la mano tras la humanidad del grupo yaqui que les sirve de comparsa. “Es una mentira lo que promueven los ricos del valle a través de periódicos controlados por ellos y yaquis sobornados, ningún yaqui en su sano juicio cree que los ricos del valle le cederán el agua que ellos mismos les habían despojado”, señala para el Diario del yaqui (29 de junio 2013) el secretario y vocero de la tribu, Francisco Antonio Delgado Romo, y puntualiza que mientras que los productores del valle siembran 228 mil hectáreas más los dobles cultivos, los yaquis solamente siembran 17 mil hectáreas.

Entre la legítima aspiración de los yaquis de tener más disponibilidad de agua para sus labores agrícolas y la no menos legítima de los hermosillenses de contar con el preciado líquido para beber, está la nefasta insidia de los ricos de Cajeme con toda su insólita prepotencia, que pone a la sociedad entera al borde de un conflicto que puede tener consecuencias graves al estar violentando la legalidad, como ocurre a tener tomada una vía general de comunicación con las consecuencias económicas que ya estamos padeciendo. No cabe duda que la ambición y codicia de unos cuantos pone de cabeza a una mayoría muchas veces mal informada e incluso manipulada. No hace mucho conversaba con alguien que ignoraba que el agua viene del norte y tenía la firme creencia de que la presa que alimentará el acueducto estaba en el Valle del Yaqui. Los reclamos de que se les quitará el agua a los buenos agricultores de Cajeme son falsos, una verdadera tomadura de pelo.

Más allá del engaño y la insidia de los ricos cajemenses debemos señalar la falta de claridad con que se ha manejado este asunto. Desde el inicio del conflicto debió estar presente la autoridad federal  competente y conjuntamente con las estatales debieron haber planteado a la opinión pública los aspectos técnicos y económicos del proyecto. Se debieron detallar los aspectos relativos al origen del recurso hídrico, el impacto regional y local del flujo disponible y el balance del recurso tanto en su punto de origen como en el trayecto hacia el sur.

Si la región de Cajeme no se verá afectada por la obra, resulta curiosa la oferta del gobernador Padrés de subsidiar el agua a los consumidores de Ciudad Obregón. Si la obra representa una solución viable para Hermosillo y no afecta a otros municipios de la entidad, por qué no aclarar a tiempo y lograr el consenso de los presidentes municipales y los representantes de los distritos de riego, en el marco del derecho, sobre todo el reconocido por la comunidad internacional referido a la prioridad que tiene los seres humanos en el acceso al agua.

¿Por qué el señor gobernador Padrés dedicó su tiempo a viajar por Europa y hacer tratos ventajosos para el capital extranjero al poner maquiladoras en suelo sonorense, en vez de estar al frente de su gobierno viendo la forma de evitar que el conflicto llegara a los extremos que ha llegado?

¿Qué economista en su sano juicio puede ser capaz de recomendar la instalación de maquiladoras y el apoyo económico y logístico a esta forma de actividad, en vez de alentar la producción local y el desarrollo de instalaciones industriales de capital nacional y local? ¿Qué clase de absurda colonización estatal por la vía de la maquiladora pretende apoyar el gobierno de Padrés?


Al parecer en Sonora no existe planeación del desarrollo sino ocurrencias donde participan como beneficiarios los inversionistas (de preferencia extranjeros) y los siempre dispuestos gestores locales a cambio de comisiones y prebendas.  Con un gobierno de prendida de foco es casi natural que haya conflictos serios completamente evitables, pero que llegan a mayores gracias a la ausencia de quienes deben por ley atenderlos con rapidez y eficiencia. Lo bueno es que ya falta menos para que termine la actual gestión sexenal.

lunes, 17 de junio de 2013

Bullying en Hermosillo

Al parecer ingresamos por la puerta grande a la estupidez convertida en moda, lugar común conductual o simple compulsión hacia la imitación de usos y costumbres del hombre blanco y barbado que reparte pornografía y armas en el mundo. De nueva cuenta nuestra vocación de colonizados emerge poderosa y se manifiesta en forma de ataques de babeante irracionalidad contra niños y jóvenes en las escuelas. Ahora toca el turno de los ataques y provocaciones contra personas en el aula donde una niña ha sido la víctima.

Como usted estará informado, recientemente una niña fue atacada por un chico y terminó privada del conocimiento en el suelo de su salón de clases, ante la ausencia de maestros o empleados que pudieran poner fin a la irracionalidad de un muchachito alentado por sus compañeros por ser “el hombre” y ni modo que le fuera a ganar una mujer. Los perpetradores en grado de complicidad grabaron las escenas y las subieron a internet, de suerte que se pueden apreciar en youtube, con toda su deleznable carga de subdesarrollo emocional ( http://www.youtube.com/watch?v=LHc_yRxFR6s ). La filmación ha sido vista por un número creciente de personas que por morbo o simple deseo de informarse acuden a las redes sociales con más asiduidad que a votar en las elecciones o participar en las manifestaciones ciudadanas en vivo y a todo calor por las calles de Hermosillo. Las autoridades usualmente incompetentes y declarativas prometen investigar lo que es visto por miles gracias a la filmación hecha mediante teléfono celular, lo que corrobora la ignorancia sistemática de que adolecen los burócratas de turno.

Otro hecho que se ha repetido lo suficiente para dejar de ser un caso aislado es el de los piques entre chicas a la salida de la escuela secundaria, donde se desgreñan a placer rodeadas de una pequeña multitud de babeantes animadores, que ven extasiados los golpes y arañazos que se propinan dos mujercitas que se disputan los favores de algún galancete con espinillas y hormona alborotada en un cuerpo adolescente y típicamente tercermundista. La audiencia vociferante revela otra faceta de la dilución de valores que no hace muchas generaciones eran incuestionables: “a la mujer se le respeta”; “delante de una dama no se dicen majaderías”; “el hombre no lo es tanto si se atreve a lastimar a una mujer o faltarle al respeto de alguna manera”. “Las mujeres van a la derecha de los hombres en las banquetas; las damas son primero”; hay diferencia entre hombre y macho, donde el segundo se distingue por basarse solamente en sus atributos físicos, mientras que el primero pone por delante su conciencia. Ahora, con el pretexto de una igualdad bárbaramente entendida, los chicos hablan y gritan estupideces delante de las chicas y éstas lo celebran y eventualmente imitan; así las cosas, son comunes los juegos de manos entre jóvenes de diferente sexo e incluso las agresiones se toman como manifestaciones lícitas de la libertad e igualdad entre sexos. Las consecuencias sociales y familiares están a la vista.

No hace mucho, me tocó presenciar un altercado entre dos mujeres automovilistas. En un crucero, una de ellas cortó levemente la circulación de otra, que se estacionó para bajarse e insultar a la culpable del incidente y que, prudente, aguantó en su carro la andanada de groserías, a la par que ofrecía disculpas. Me llamó la atención el desaguisado porque suponía que las mujeres podían tener una mejor actitud, más prudente en comparación de la masculina. La realidad me sacó del error, en medio de un caudal de vulgaridad y patanería. Hay quienes consideran la vulgarización femenina como expresión de su liberación, pero ¿de qué supuestamente se libera sino de su feminidad?

Para desgracia de los impulsores de las modas sobre los roles sexuales o “de género” como tramposamente se les llama (como si el género a que pertenecemos no fuera el humano y las diferencias físicas y mentales no obedecieran al sexo de cada cual, con las consiguientes diferencias en la química cerebral y el la conducta familiar y social que se asume, según el caso), hay diferencias que no se van a eliminar con discursos sobre igualdad que dejan de lado la equidad y la propia naturaleza humana. En este punto de nuestro desarrollo social, o subdesarrollo según se vea, cabe pararse a reflexionar sobre lo que estamos haciendo con nuestros hijos, parientes, vecinos; pacientes o alumnos. ¿Dónde quedó la responsabilidad familiar, escolar y social sobre la educación y la salud de los jóvenes? ¿Cuántos videojuegos permitimos que se cuelen en la mente de los chicos, con su enorme carga de sexo y violencia? ¿Qué valores estamos ejemplificando e instilando a través de la crianza y la formación escolar?

Ahora se insiste en la no discriminación, en el respeto a la diversidad con mayor acento en la sexual, nos solazamos con ello pero parece que dejamos de lado lo esencial: acabamos por diluir diferencias que son esenciales para la identidad de los chicos y su convivencia civilizada en una sociedad cada vez más compleja. En una sociedad plural y creciente en número de integrantes, la palabra respeto debe acompañarse de tolerancia, lo que no es posible si está en cuestión la identidad de los sujetos. Dicho de otra manera, a partir de la conciencia de lo que somos, podemos entender y respetar a los que son diferentes. Una sociedad sin elementos parametrales de conducta es presa de la confusión de papeles y el desastre social empieza con la agresión escolar y termina con la familiar y social, aunque el origen de cualquier manera lo encontramos en dos dimensiones: familia y escuela.


Las agresiones escolares son inadmisibles. Las familias y las instituciones educativas deben actuar enérgicamente y buscar mecanismos para lo que debe ser una buena educación. En cuanto a los jóvenes culpables, quizá sea más afortunado llamarlos víctimas de una sociedad que ha descuidado su patrimonio moral y ético. Estamos a tiempo de enmendar errores. Seamos consecuentes y hagamos de la familia una escuela de vida.

lunes, 27 de mayo de 2013

Para documentar el pesimismo

Como se sabe, Sonora no es buen lugar para campañas altruistas al aire libre, fuera de los cómodos salones donde pulula la prensa y donde los elogios menudean pringando los oídos de los asistentes reales o virtuales. El ejercicio de la libertad de expresión y las campañas que tiendan a poner músculo o simple voluntad de por medio a los problemas que aquejan a la comunidad, están condenadas a salir en los periódicos como nota anecdótica o, a veces, luctuosa que llama al morbo antes que a la conciencia.

Así, por ejemplo, no basta con ser experto ciclista para arrostrar con éxito las carreteras y caminos de Sonora. El caso de Mauro Talini, italiano en campaña de concienciación sobre la Diabetes, cayó bajo las ruedas de un pesado tractocamión en Trincheras, tras un recorrido desde Argentina que ya cifraba 20 mil kilómetros, truncando abruptamente su camino a Alaska. Las autoridades competentes (sic) desde luego dicen que investigan el suceso y podremos esperar algún resultado más allá del clásico “usted dispense” a sus familiares en algún punto de este siglo.

Queda más que demostrado que en nuestra entidad el peatón o ciclista es lo de menos cuando debiera ser más lo importante en la vida citadina, lo importante es el pago de planas y artículos periodísticos que reseñen los éxitos del gobierno, las maravillas de la economía que prospera y se fortalece gracias a boletines de prensa y gacetillas que se pagan con prodigalidad, favoreciendo las finanzas de los periódicos y la evaporación del rubor público y privado.

Sin embargo, Sonora no se queda a la zaga en materia de maquiladoras que empobrecen el ambiente y enriquecen a alguna famosa trasnacional en busca de nuevos espacios que aprovechar bajo las premisas de la impunidad ambiental, laboral y política. Tan así es que el gobierno se empeña en anunciarnos cada tanto que llegan “nuevas inversiones que generarán” cientos o miles de empleos temporales y fijos que, de acuerdo a los usos y costumbres, van a explotar al máximo el potencial productivo de personas, animales o cosas por un salario irrisorio, sin prestaciones laborales y sin la posibilidad de crear antigüedad, debido a las maravillas de la tercerización, subcontratación u outsourcing  que galopa por tierras sonorenses, sin dejar sentidas a las otras entidades que conforman el espacio  que aun llamamos México.

Pero, como en todo, la moneda tiene dos caras y cada vez resultan más notorias las diferencias entre la bonanza proclamada y los estragos de una economía neocolonial por la vía financiera y tecnológica: tenemos cada vez más indigentes en las calles. El abandono social se deriva de la desprotección económica y política que padecen cada vez más ciudadanos. Las familias luchan cada día por mantener el alma pegada al espinazo, viéndose incrementadas las dificultades para satisfacer medianamente sus necesidades vitales.  En este sentido, ¿a quién puede extrañar que deambulen por las calles tantos indigentes o candidatos a serlo?

Si nos declaramos una sociedad insensible al dolor de nuestros conciudadanos, ajena a las tragedias de los demás, indolentes cívicamente y acomodaticios políticamente, entonces seguramente no nos indignarán las planas completas que se pagan todos los días a favor de un modelo económico y de un desempeño gubernamental fracasado y pernicioso. Sólo en este contexto de cinismo prostibulario la declaración de que “la economía sonorense va bien”, así como la demencial presunción de que el futuro económico de Sonora se basa en la instalación de maquiladoras extranjeras, encajan perfectamente.


Por si el horror de una economía local de ficción fuera poco, a eso agréguele el impulso apátrida de la reforma al artículo 27 constitucional por parte del diputado Beltrones.  ¿La venta de playas a extranjeros no pone en riesgo la soberanía nacional? ¿En qué universo paralelo un legislador impulsa reformas que agreden frontalmente la integridad territorial y jurídica del país? No hay duda de que la sociedad sonorense presencia una peligrosa coincidencia política entre el neoliberalismo priista y el panista, con el apoyo de un importante segmento perredista.