En esta temporada navideña la reflexión acerca de los logros y los asuntos pendientes nos lleva a la revaloración de nuestro quehacer, de nuestras relaciones personales y profesionales, de nuestras aspiraciones y deseos de realización. La conciencia de nuestros límites es un buen punto de partida para desplegar ese valor y capacidad latente y transformar la posibilidad en realidad y ser, al final de cada jornada, un mejor ser humano.
¡Feliz navidad y próspero año 2012!
Dr. José Darío Arredondo López
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