“No cambies la salud
por la riqueza, ni la libertad por el poder” (Benjamin Franklin).
Interesante entrevista al
Dr. Guillermo Cedeño, investigador en salud pública de la Universidad de
Harvard (publicada en Proyecto Puente 14.07.20), donde ofrece su opinión
experta y dice, simple y llanamente, que en esta epidemia lo que debe hacerse
es evitar lugares concurridos, lo que incluye fiestas, juntadas y borracheras
grupales; espacios cerrados con poca circulación de aire que permitan la
aspiración de aerosoles que pueden estar contaminados por el virus, donde lo
recomendable es el uso del cubrebocas o mascarilla, y en cualquier caso guardar
la sana distancia y el aseo frecuente de manos.
Las recomendaciones de
este y otros expertos no mencionan prohibiciones o restricciones de los
derechos humanos, y sí un ejercicio pleno de las responsabilidades individuales
y colectivas para evitar contagios.
Lo anterior viene
apuntalado por experiencias de otros países que han manejado exitosamente la
curva de contagios mediante medidas preventivas, no restrictivas.
Si embargo, en nuestra
localidad la prevención se ha centrado en las prohibiciones, sanciones y
ultrajes al ciudadano por parte de la autoridad que, además de ser medidas violatorias
de los derechos ciudadanos, son contrarias a la visión de los expertos en el
campo de las epidemias.
Dicho en otras palabras,
los toques de queda, la restricción de horarios, la imposición de medidas caprichosas
y sin fundamento científico como el uso obligatorio del cubrebocas en espacios
abiertos, solamente ocasionan malestar ciudadano y abren la puerta a abusos, inconformidades,
tensión social y más contagios.
Tristemente, el gobierno
local ha optado por desplegar una risible y caprichosa actividad mediática
seguramente asesorado por la Chimoltrufia, entre otros expertos improvisados en
epidemiología, capaces de equiparar el uso del cubrebocas con el de los
calzones y el brasier (Proyecto Puente, 15.07.20). ¿Creerán que así de tonto y
vulgar es el pueblo?
En el escenario nacional,
llama la atención el golpeteo político, sobre todo de panistas, contra el
doctor Hugo López-Gatell, encargado federal de coordinar el combate a la
epidemia, mediante el manejo de un revoltijo de datos manoseados para
desacreditar la validez técnica de los informes que presenta diariamente el
epidemiólogo.
La prensa y grupos ardidos
por la terrible realidad de tener ahora que pagar impuestos y decir adiós a sus
privilegios, chillan en reclamo de una vuelta al pasado, por la continuidad del
saqueo de la nación por parte de empresarios inescrupulosos ligados a intereses
transnacionales, por mantener el secuestro de la riqueza y recursos nacionales
y seguir siendo intocables. Pero como ha dicho López Obrador, “la corrupción es
el origen de la desigualdad social en México”, y eso ya no se va a permitir.
El gobierno federal ha
enviado insumos y equipo médico a los estados para el combate a la epidemia,
pero cabe preguntar ¿qué hacen los estados para fortalecer su infraestructura
de salud y su capacidad de respuesta a problemas como el actual?
Tenemos años y felices
días de saqueo al erario, despojo de recursos a la salud pública, robo de
fondos pensionarios, graves afectaciones patrimoniales a las instituciones de
seguridad social, como es el caso de ISSSTESON, así como desviación de recursos
para campañas electorales (¿le dice algo la Operación Zafiro?), entre otros problemas
heredados del régimen neoliberal.
Durante este tiempo se vio
el avance de la privatización de los servicios al interior de los hospitales,
las subrogaciones, el robo de medicamentos y materiales de curación, el
desmantelamiento de la capacidad de los hospitales, clínicas, laboratorios y
farmacias, así como la conversión en negocios particulares de las cadenas de
suministros y servicios auxiliares.
En Sonora, como en mucha
partes, es claro que “no estábamos preparados” para afrontar la epidemia,
justamente porque los recursos no se aplicaron o se desviaron alegremente por
los gobiernos en turno. Y hasta ahora sale a flote la profunda corrupción en el
sector.
Usted puede preguntar si
antes de la epidemia las farmacias del ISSSTESON estaban surtidas, si los
servicios de emergencias, medicina interna, cirugías, cuidados intensivos
funcionaban a cabalidad. La respuesta antes y ahora es NO.
Sin embargo, los políticos
cobijados en el PRI, PAN, o PRD, entre otros engendros neoliberales
nostálgicos, chillan, babean y amenazan al actual gobierno, y lo señalan como
el culpable de los males nacionales, de los efectos de la actual epidemia y, en
particular, del número de muertes que el virus ha causado. Se olvidan de más de
cuatro décadas de rapiña y abusos.
El ataque histérico contra
el doctor López-Gatell es expresión de lo descompuesto que tienen el hígado y
el cerebro los gobernadores panistas, los empresarios ganones y evasores de
impuestos, los directivos que representan los intereses de las transnacionales
con contratos y concesiones sujetas a revisión por las autoridades federales
correspondientes, los “académicos” maiceados y meritócratas del viejo régimen, y
los trasnochados que llaman “comunista” al gobierno del cambio, por desarrollar
una política social incluyente.
La epidemia ha hecho
posible poner en evidencia la mezquindad del sector neoliberal y la torpeza de
algunos gobiernos locales que deciden acciones “preventivas” que varían de
acuerdo con la ocurrencia del día, en las que resulta notoria la ausencia del
fundamento médico-epidemiológico y donde siempre destacan las palabras
“prohibir”, “obligar” y “sancionar”.
Los lineamientos,
programas y acciones de la Secretaría de Salud han sido claros y se han
manejado con total transparencia ya que cualquiera puede acceder a las bases de
datos y obtener la información. Falta que los estados y municipios cumplan con
lo que por ley les corresponde, sin exhibicionismos, politiquería o distorsiones
pedestres. Ya es tiempo de que los oportunistas y los ardidos políticos,
ocupados en conspiraciones bajunas, se enteren de que la prioridad es México.
Muy bien estructurado y sintetizado en tan poco la realidad nacional del covid Sars 2, que está pegando fuerte, debido principalmente por la mezquindad de la oposición ardida y de empresarios afectados del gozo de la impunidad de administraciones neoliberales pasadas. El artículo es un monumento a la abstracción, para plasmar la actuación política de grupos interesados en el regreso al pasado. Felicidades, profesor.
ResponderEliminarMás claro ni el agua. Felicidades...
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