domingo, 23 de abril de 2023

PENA AJENA

 “Son moderados todos los que tienen miedo o los que piensan traicionar de alguna forma” (Ernesto Che Guevara).

 

Llama la atención que Morena trate de corregirle la plana al presidente AMLO al proponer que, en vez de 30 años, las concesiones mineras sean por 80, quitando solamente 20 años a la escandalosa duración actual, además de poner orden en materia de concesiones y uso del agua (La Jornada, 21-04-2023).

El intento de fortalecer la soberanía y el dominio nacional sobre los bienes patrimoniales parece no estar en la mente de los opinantes “de casa”, quizá influenciados por la lógica de las negociaciones y concertacesiones del pasado (sic) salinista.

Posiblemente jueguen al regateo y el trato cachondo con los adversarios para avanzar, pero nomás poquito, en los propósitos de la llamada Cuarta Transformación. Algo así como cambiar, pero sin necesariamente hacerlo; es decir, un gatopardismo con guiño de complicidad con la oposición “pedorra… y moralmente derrotada”.

A propósito de enchiladas suizas, los adversarios políticos (y económicos) del gobierno se rasgan las vestiduras (¿Armani, Prada, Chanel?) por los viajes privados familiares del general secretario Cresencio Sandoval, en un acto de chismorreo mediático de jabonosa comprobación. ¿Qué sentirán las huestes del Claudioequisismo? ¿La 4T será algo así como una obsesión pasional? ¿Un fetiche de inconfesable lubricidad?

Por otro lado, cada vez hay más elementos que apuntalan el supuesto de que la senadora por Sonora Lilly Téllez padece de algún raro tipo de fruncimiento cerebral, dado sus rabiosas y estridentes participaciones en el senado, sus declaraciones y placeo que llaman a gritos, por lo menos, a algún especialista en fenómenos de transformismo político. Muchos sonorenses simplemente rechazan cualquier tipo de relación o identificación con la legisladora de marras: “no nos representa”.

En materia económica e independencia política, el camino de la recuperación parece plagado de escollos legislativos y judiciales, así que tenemos dos poderes contra el Ejecutivo, en una lucha donde el presidente cuenta, porque puede hacerlo, con una mayoría ciudadana que empuja el proyecto nacional, a contrapelo de las expectativas y marrullerías de legisladores, jueces y magistrados dedicados a sembrar minas en el terreno de las decisiones nacionales.

Los jaloneos judiciales y la guerra mediática creciendo en intensidad parece fortalecerse con los ataques hipócritamente disimulados por la “cooperación”, “preocupación” y “acompañamiento” del vecino del norte, y su cauda de personeros de este lado del Río Bravo.

Así que llueven demandas de allá y acá, de fuera y dentro, en nado que se sincroniza en detrimento de la paz social y la integridad nacional. Sin duda, para que el enemigo avance debe contar con agentes internos que promuevan tanto inestabilidad política como inseguridad pública, magnificada por una prensa mercenaria y apátrida. La prostitución que pontifica sobre lo moral y políticamente correcto.

Lo que es evidente es que la seguridad pública es cada vez más distinguible como un elemento central de la seguridad nacional, sin embargo, la Suprema Corte apunta hacia soluciones viejas en contextos nuevos, hacia el discurso civilista en medio de una guerra por posiciones nacionales e internacionales donde el año 2024 tiene un lugar central en la panorámica geopolítica.

En el contexto hemisférico, la permanencia del Luis Almagro a la cabeza de la OEA (líos de faldas aparte) demuestra que los cambios progresistas no están en la agenda de sus patrocinadores, que las naciones de Latinoamérica y el Caribe deben sacudirse el yugo del norte global y decidir su destino. Cosa parecida ocurre en la Unión Europea, secuestrada por EU y la OTAN, donde se ve una curiosa réplica continental del síndrome de Estocolmo.

Mientras los gringos hacen cuentas de los recursos y posición estratégica de México, mientras ejercen el viejo deporte del espionaje y la insidia transfronteriza, el presidente López Obrador señala que no aceptamos ni intervenciones ni ayudas no pedidas del extranjero, que somos libres e independientes (El Imparcial, 21-04-2023). ¿Se llegará a entender?

¿Lo tendrán claro los diputados, senadores, magistrados y jueces que forman parte de la batería opositora? ¿Sabrán lo que hacen los legisladores morenistas (sic) que prefieren recuperar el espacio económico minero nacional pero nomás poquito, sin pisarles los callos a las empresas extranjeras, responsables de la depredación y daño ecológico que azota a la nación? ¿Tendrán idea de la importancia de recuperar y priorizar el derecho humano al agua?

Tanta “moderación” resulta, por lo menos, sospechosa y, en serio, dan pena ajena.



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