Este 23 de abril se cumplió un mes de la
campaña “Susana Distancia”, lo que ha hecho posible que el desarrollo de la
curva epidémica no se haya disparado como ocurrió en los casos de los países infectados
durante el primer trimestre del año.
Desde luego que las medidas tomadas son
de observancia general y nadie en su sano juicio cuestionaría las recomendaciones
de quedarse en casa, guardar la distancia y cuidar el lavado de manos, así como
el acierto de disminuir la movilidad por vía de suspender las actividades
laborales, escolares y públicas temporalmente; tampoco podría haber, a estas alturas,
quién pusiera en duda la existencia de la enfermedad y su capacidad de contagio.
Nadie puede cuestionar el estado de emergencia
que existe en el país (y el mundo) debido a la pandemia viral. Nadie.
Lo que se cuestiona y reclama es la
actitud autoritaria de ciertos gobiernos que rebasan por mucho lo que estrictamente
les permite la ley, de acuerdo con sus atribuciones y competencias.
Ninguna emergencia puede servir para justificar
medidas que atenten contra las garantías y derechos ciudadanos que nuestro
marco legal reconoce y garantiza. Aquí cabe destacar la inteligencia, pertinencia
y actitud respetuosa de las autoridades de la Ciudad de México, tanto como el
poco sentido que han evidenciado algunos otros gobiernos locales.
Como hemos insistido, se debe trabajar
con los ciudadanos, no contra los ciudadanos.
Otro asunto cuestionable y
verdaderamente absurdo es el de los ataques y discriminación al personal de
salud, porque menudean las quejas de quienes son víctimas de la ignorancia y la
desinformación respecto a esta enfermedad.
Agredir o no proporcionar un servicio (por
ejemplo transporte o venta de alimentos) a personas uniformadas que se
identifican como trabajadores de la salud es tanto como pretender cortar la
rama del árbol donde estamos sentados y que no nos arrastre en su caída.
Son tiempos de cuidarnos, de apoyarnos y
recuperar el sentido de la solidaridad sin distingos. Es el momento de
reconciliarnos con la vida y cobrar conciencia de que somos, cada uno de
nosotros, una parte importante e irrepetible de la humanidad.
Entendamos que la información que
compartimos debe ser real, fidedigna, útil y necesaria para sobrellevar esta
etapa en las mejores condiciones posibles. Lo que hagamos hoy se nos retribuirá
mañana.
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Dice él jefe de la policia que con él artículo 4 no aplican los artículos 16 y 29, lo que si es cierto es que están abusando del ciudadano, tanto la gobernadora pavlovich como él mando policiaco... habrá demandas no cabe duda.
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