Bueno, pues parece que los contagios de
Covid-19 van en aumento, lo que recuerda de qué se trata una epidemia, sea de
SARS, de H1N1, o algún otro coronavirus. Usted sabe que los virus son altamente
especializados, que han evolucionado de tal manera que son máquinas perfectas
de sobrevivencia, lo cual resulta una forma de confirmar aquello de que “menos
es más”: Básicamente su estructura es minimalista, compuesta solamente de un
núcleo de RNA, una cubierta de proteína y grasa, que le sirve para fijarse
donde le dé la gana.
No negará usted que son una maravilla de
la evolución y una fuente importante de chamba para el sector salud porque,
¿qué sería de los infectólogos, epidemiólogos, virólogos y especialidades
afines si no existieran? Mucho tiene que agradecer la industria químico-farmacéutica
a la diversidad y magnitud de los virus.
La existencia de virus está ligada a procesos
complejos que expresan las transformaciones sucesivas que ha sufrido nuestro
planeta, desde el punto de vista de la historia de los materiales orgánicos, de
la aparición de las especies animales y vegetales, de las interacciones entre
seres vivos, donde cabe subrayar las del Homo sapiens.
En la actual epidemia ocasionada por el
virus SARS-Cov-2, que ocasiona la enfermedad respiratoria llamada Covid-19, se
confirma una vez más que la higiene y la distancia son dos buenas maneras de
permanecer sano y de no morir en el intento.
Asimismo, queda claro que la
comorbilidad, es decir, la presencia de uno o más trastornos (hipertensión,
diabetes, cardiopatías, obesidad, tabaquismo, entre otras) además de la presencia
del virus, puede determinar qué tan grave puede ser para su salud el estar
expuesto al contagio. Si usted es gordo-gordo, diabético, hipertenso, con
broncas renales, entre otras lindezas de salud, seguramente su sistema inmunológico
estará débil y es verdad sabida que la debilidad permite que cualquier bicho
oportunista llegue y pase como Pedro por su casa, o como Juan, si se prefiere.
Aquí viene al caso decir que somos lo
que comemos, con dedicatoria a los seres vivos pensantes que habitan alrededor
de las taquerías, de las carretas de hot dogs, de los pastelillos industrializados,
y todas aquellas cosas que no sólo son sabrosas sino adictivas porque chorrean
grasa, sal o azúcar.
El bicho causante de Covid-19 tiene
especial predilección por las personas que padecen de alguna enfermedad crónico-degenerativa,
además de quienes están en la “tercera edad”, aunque cabe aclarar que no se
trata nomás de estar viejo, sino que su sistema inmunológico no funcione como
debiera ser. Hay viejos que salen adelante con esta y otras enfermedades, así
como hay jóvenes que fallecen a causa de estas.
Al momento de redactar esta nota, en
Sonora había 152 casos confirmados, de los cuales una mayoría presentaba alguna
enfermedad preexistente, de manera que quienes tengan algún detalle de salud,
deberían considerar seriamente no exponerse al contagio, guardando la sana
distancia, permaneciendo en casa si no hay necesidad de salir y, si presenta
síntomas, quédese en casa con más razón y use cubrebocas, para evitar que
alguien más de su familia salga raspado.
Se ha demostrado que el bicho en comento
es enemigo de la sociabilidad humana, así que póngase en modo Grinch y deje los
saludos, apapachos y demás interacciones presenciales para mejores tiempos. Es cuánto.
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