“Olvidar
nuestro propósito es la forma más común de estupidez” (Federico Nietzsche).
Como es del dominio público, las
autoridades universitarias (UNISON) y del Isssteson han firmado una minuta de
trabajo donde se dan las premisas para la firma de un convenio modificatorio
del contrato de prestación de servicios vigente suscrito en 1990 y cuyas bases
se encuentran en lo dispuesto en la Ley 38 anterior a la reforma de 2005. Este
contrato establece los derechos y obligaciones de las partes contratantes, estableciendo
el porcentaje que deberán pagar por concepto de aportaciones y cuotas la UNISON
y sus trabajadores, por lo que el convenio que se presenta para firma tiene el objetivo
de ajustar el actual contrato a los porcentajes, años y base de cotización que
establece la ley reformada. Lo anterior, como es fácil deducir, significa una
carga adicional al presupuesto universitario y al ingreso de los trabajadores.
Lo anterior es particularmente grave si
consideramos los topes salariales existentes que en los hechos sitúan el ingreso
de los trabajadores por debajo de la inflación (recordemos que en abril la inflación
se situó en 4.41 por ciento mientras que el incremento al salario fue de 3.38
por ciento), y que el gobierno del estado ha entregado de menos la parte del
subsidio a la UNISON que le corresponde, adeudando hasta la fecha 538 millones de
pesos. Estamos ante el caso de que el gobierno en los hechos recorta el
subsidio universitario mientras que exige a la institución mayores cargas a
través del Isssteson.
En este contexto, ha sido constante el
reclamo del Isssteson de que la UNISON “paga de menos” e incluso se señala un
adeudo que rebasa los mil millones de pesos y que es la “única” institución que
se ha resistido a cumplir con la ley reformada. Sin embargo, Luis Antonio
Castro Ruiz, Secretario General del Sutspes dijo que “no sólo la Universidad de
Sonora no paga las cuotas y aportaciones completas al Isssteson, en otros 139
convenios con organismos descentralizados hay irregularidades”, puntualizando
que “sólo su organización y el SNTE cumplen con el 27 por ciento para las pensiones”,
(Uniradio Noticias, 22-05-2019). Lo cierto, estimado lector, es que la UNISON
ha pagado siempre lo que debía pagar de acuerdo con el contrato vigente.
Sucede que el contrato establece las
reglas de la relación entre el Isssteson y la UNISON y obliga a las partes a su
estricto cumplimiento, de suerte que se ha convertido en un objeto del deseo
para el gobierno y han pugnado de muchas maneras por su modificación, sea amenazando
o suspendiendo los servicios, lentificando el trámite para las pensiones y jubilaciones,
aplicando acuerdos de reducción de las pensiones carentes de fundamento legal
y, desde luego, generando una idea falsa acerca de la UNISON porque la ubica
como una institución que incumple con la ley y los compromisos financieros
establecidos en ella. Nada más falso.
Usted seguramente sabe que las normas jurídicas
no pueden aplicarse retroactivamente, que un contrato o un convenio son
acuerdos de voluntades que establecen la forma de relación y los derechos y
obligaciones entre las partes contratantes las cuales se obligan a sujetarse a
las bases que ellas mismas han establecido, de suerte que la modificación de la
ley no necesariamente obliga o implica la modificación del contrato, salvo
acuerdo entre las partes. En este orden de ideas, la UNISON no está obligada en
ninguna circunstancia, a plegarse a una voluntad que no es la suya y el
Isssteson carece de autoridad legal para obligar a su contraparte. Será por eso
por lo que ha presionado públicamente a la UNISON, ha incurrido en difamación y
calumnia, ha incumplido con la parte que le corresponde del contrato y ha
desplegado una campaña mediática contra la imagen y prestigio de la Institución
universitaria. Lo que parece ser el colmo ha sido la amenaza de “desafiliación”
que pesa sobre los universitarios si no se accede a la firma del citado convenio
modificatorio.
Ahora muchos repiten que no tiene caso
aferrarse a un “convenio” de 1990 porque muchas cosas han cambiado y que hay
que actualizarse forzosamente, en una declaración de debilidad, miedo y desinformación
que se convierte en escudo y garrote contra cualquier oposición a la idea de rendir
la plaza a la arbitrariedad. Lo cierto es que la validez de una norma no
depende de su antigüedad sino de su capacidad de preservar derechos, valores y
principios. Ciertamente las normas no son inmutables, pero los cambios siempre
deben estar en consonancia con los fines que les dieron origen.
La rectoría de la UNISON se ha visto
obligada a suscribir una minuta de trabajo que abre un compás de espera para
que dicho instrumento se convierta en un convenio que cambie las condiciones de
la relación entre el Isssteson y la UNISON, cuestión que ha alterado el ánimo
de muchos universitarios difícilmente dispuestos a dar la batalla contra lo que
es evidentemente un acto arbitrario y claramente ilegal. De firmarse un nuevo
convenio, se estaría dando entrada a una seria violación al estado de derecho,
porque se estaría admitiendo la aplicación retroactiva de la Ley 38 reformada.
Esta sería la generación de universitarios que dan por hecha la ilegalidad y la
violación de derechos consagrados en la propia constitución y los acuerdos internacionales
en los que México toma parte.
Resulta difícil admitir un escenario en donde
los hijos de una institución donde se cultiva la inteligencia en busca de
mejores condiciones para la sociedad de hoy y el futuro, prefieran no dar la
batalla bajo el supuesto de que aunque les asista el derecho y estén dentro de
la legalidad pero como el gobierno no respeta la ley ni los derechos adquiridos,
¿para qué desgastarse en una lucha que se advierte perdida?
Aquí resulta obligado preguntar ¿dónde quedó
el apoyo universitario a las promesas de la 4ª. Transformación? ¿De qué manera
se va a contribuir la lograr un ambiente justo, legal y comprometido con los derechos
de los trabajadores si se cede a las presiones del gobierno neoliberal? ¿Dónde
queda el principio constitucional de no retroactividad de las normas? ¿La
legalidad se defiende solamente cuando es fácil, cómodo y conveniente hacerlo o
cuando es no sólo necesario sino justo? La moneda universitaria está en el
aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario