viernes, 5 de noviembre de 2021

Labores de limpieza

 

“Mi ideal político es el democrático. Cada uno debe ser respetado como persona y nadie debe ser divinizado” (Albert Einstein).

 

“Hágase la luz, y la luz se hizo”, no es lo mismo que decir “Límpiese el Isssteson” para que las cosas vuelvan a funcionar como lo hacían antes de Eduardo Bours o Guillermo Padrés, cuando el derechohabiente acudía a la consulta, iba a la farmacia y regresaba a su casa con receta surtida y tratamiento iniciado.

Lo que sí se puede acreditar como un milagro contemporáneo es el hecho de que se empiece a depurar la plantilla de personal y los sistemas al interior del Instituto y, en general, del aparato de gobierno, tras años y felices días de tener gobernadores aficionados a patear el bote, engordar la nómina con parientes o amigos y servirse del cargo público para negocios privados.

Viene a colación la conocida frase “si las cosas que valen la pena fueran fáciles, cualquiera las haría”, con lo que la palabra “paciencia” surge en la mente de los más optimistas a despecho de quienes ven las cosas con la negrura de antes porque “todos los gobiernos son iguales”.

Creo que me ubico entre los optimistas, sin querer decir que se trata de firmar cheques en blanco a la actual administración, sino más bien porque se ve una ciudadanía cada vez más despierta, menos tímida y agachona que cuando se realizaron las tranzas y el robo en despoblado que ahora nos indigna.

Independientemente del contexto y las condiciones que enfrenta la actual gestión administrativa, el panorama de hoy luce prometedor, como que se dan pasos en la dirección correcta y que mucho depende de que los nuevos funcionarios y el simple ciudadano de a pie pongan lo que esté de su parte para llegar a buen puerto.

La denuncia, el reclamo y la propuesta son tres elementos que vertebran la ciudadanía de cara a la transformación progresista de nuestra comunidad, y a todos consta que muchas voces se han levantado reclamando el saneamiento de las finanzas públicas, la transparencia y el uso responsable de los recursos estatales.

Para muestra ponemos al Isssteson, terreno de caza de logreros y oportunistas, de ladrones y fraudulentos que engordaron gracias a la posición política y administrativa, que se sirvieron de los recursos del Instituto para alimentar campañas electorales y fortunas privadas. La seguridad social en Sonora ha sido objeto de saqueo constante, inmisericorde, descarado e impune.

Proliferaron los servicios subrogados en beneficio de empresas dispuestas a sangrar las finanzas públicas y de establecer relaciones de complicidad con servidores deshonestos y funcionarios corruptos, y es conocido en exceso el desfondo sufrido en las pensiones, su otorgamiento faccioso y desproporcionado, al margen de la ley; la presencia de sindicatos que se sienten propietarios del Instituto, causantes de trato diferenciado entre los pensionados y jubilados, de farmacias exclusivas.

A la luz de las evidencias, es difícil imaginar los méritos que, en el marco de la ley, hacen posible que una persona obtenga una pensión de 80 o 100 mil pesos, sin embargo las hay de 200 mil.

El director del Isssteson ha señalado el desorden encontrado en el Instituto, y que la grave situación financiera ha ocasionado que los pagos de la pensión se hagan en forma escalonada, lo que implicó en este mes de noviembre dividir en tres bloques a los beneficiarios: un pago el día 5, a las pensiones de mil a 31 mil pesos, otro el 23 para las pensiones de 31 mil a 109 mil pesos, y el último el 30 de este mes, para las pensiones de 109 mil a 200 mil pesos (Isssteson, 03.11.21).

No queda aclaro cuál fue el criterio para esta distribución en tres partes, más si recordamos que en el mes de octubre se programó el pago en dos bloques, primero el día 13 y 14 hasta 43 mil pesos para dejar el día 17 y 18 las pensiones de 42 mil a 200 mil pesos (Isssteson, 04.10.21).

En este contexto, tener que esperar por el pago de la pensión hasta casi el fin de mes resulta no sólo incómodo sin indignante, ya que muchos derechohabientes (profesores universitarios, entre otros) con pensiones menores a 40 mil pesos acumulan deudas y vales por medicamentos que no han podido ser surtidos por razones financieras y logísticas.

Para los pensionados y jubilados hay dos prioridades: el acceso a los servicios de salud, que incluye la atención médica y la disponibilidad de medicamentos, y el pago de las pensiones, por lo que las preguntas que flotan en el aire y encienden el ánimo de muchos afectados son ¿si el pago de noviembre se difiere hasta casi el fin de mes, qué va a pasar con el de diciembre y el aguinaldo? ¿Cuánto habrá que esperar la que me surtan las recetas?

Se parte del supuesto de que ahora sí se trabaja para poner al día al Isssteson, pero la paciencia tiene un límite y los derechohabientes experimentan cansancio acumulado y el peso de una larga cadena de promesas incumplidas.

Sin duda se requiere un esfuerzo extraordinario en lo político y lo administrativo, que empiece a dar resultados en el muy corto plazo, y que compense la espera de los trabajadores activos y retirados que han cotizado conforme lo establecido en la ley y los convenios vigentes. 

Un reclamo que sigue en espera de su cumplimiento es el de “¡Pena de prisión a las ratas del Isssteson!” Los derechohabientes y el pueblo de Sonora, exigen que se haga justicia.


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