sábado, 28 de agosto de 2021

La moneda en el aire

 

“Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos” (Nicolás Maquiavelo).

 

Se filtra la lista (otra más) de quienes figurarán el gabinete ampliado del gobernador electo de Sonora. Los comentarios que me hacen llegar son variados: “premio de consolación”, “amiguismo”, “influyentismo familiar”, “noticia que sirve para despertar reacciones”, “ilustres desconocidos”, “agencia de colocaciones”, “conozco a dos o tres”, “tal persona es respetable, pero no sé los demás”, “todos son iguales”, “a ver qué sale”.

En lo particular, veo en la última lista a varias personas que me parecen estimables, que han hecho lo suyo en diversos campos de la actividad profesional, en contraste con otros donde es evidente la mano divina que con el dedo embarrado en miel unge al elegido por razones de afinidad personal, recomendación de alguien cercano y, por qué no, ante la ausencia de alternativas viables.

Seguramente las personas que aparecen son cercanas al personaje principal, o debidamente recomendadas por alguien que lo es; sin embargo, estar en el equipo de transición no necesariamente es una decisión que tiene el aval de las trayectorias y la idoneidad probada para ocupar tal o cual puesto de manera formal una vez que se inicie el gobierno. Son decisiones que se toman y que los costos deben cargarse en la cuenta de quien las asume como propias.

En este caso, puede haber aciertos y errores, pero cuando las fallas empiezan a ser evidentes el desgaste del aparato de gobierno inicia su cuenta regresiva o se corrige el error o se cubre con el manto de las complicidades, la mala prensa, el chayote y la red de pequeñas o grandes corruptelas que han caracterizado a los gobierno del PRIAN.

Se dice que las calabazas se acomodan en el camino, pero puede haber algunas deformes que hacen difícil su ubicación en la carreta. ¿Habrá el valor y la capacidad de corregir, de poner orden, de vigilar el buen desempeño de las funciones de todos con apego a derecho?

¿En caso dado, podrá más la influencia familiar, de grupo, de cuates, de partido, que la evidencia de un mal desempeño, de prácticas deshonestas, de opacidad, de falta de probidad en el ejercicio público?

Sea como sea, la gente va a notar muy pronto cuando el discurso transformador, de alcance social, de honestidad y transparencia, en boca de tal o cual persona no pasa de ser un conjunto de frases congeladas en la narrativa del gobierno del cambio, pero sin ser sentidas, sin que obliguen, sin que sean realmente normas de conducta ética llevadas a la práctica con honesta responsabilidad y convicción.

Algo similar se puede decir de los nuevos diputados. Algunos nombramientos parecen explicarse sólo en el terreno de las afinidades y afectos personales, o en el pago de facturas políticas, aunque existe la posibilidad de que veamos algún arrebato de inteligencia que redunde en no legislar a lo tontejo, de que se abstengan de llevar al plano legislativo iniciativas sin seso ni utilidad pública, sin relación con los propósitos de justicia y democracia que el pueblo espera ver cumplidos.

Estamos a poco tiempo de la toma de posesión e inicio del nuevo gobierno, y francamente se espera que, a pesar de los pesares, la mano del PRIAN no sea quien en realidad dirija la orquesta porque, como nos consta, caras vemos, convicciones e intereses no sabemos.

Por mi parte, espero que haya autenticidad y congruencia entre los dichos y los hechos, y que Sonora tenga realmente un gobierno de la 4T donde la honestidad se haga costumbre, y no otro más donde el atole se administre con el dedo a cuenta del erario y que los tacos de lengua figuren en primerísimo lugar en la dieta ciudadana.


 

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