miércoles, 18 de junio de 2025

¡BOMBA!

 “Los viajes ilustran” (dicho popular).

 

Nos enteramos de que don Donald Trump llegó, habló y se fue de Canadá, en ocasión de la reunión del Grupo de los Siete (G7), donde forman los países punteros de la economía global según el evangelio de ellos mismos. En otras palabras, algo así como el club de los gobiernos que sostienen las buenas costumbres del colonialismo y la militarización con fines de lucro, integrado por Estados Unidos, Canadá, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido y Japón.

También asiste a los foros del G7 la Europa arracimada en esa ridícula fachada conocida como Unión Europea, representada por la presidencia del Consejo Europeo y la correspondiente de la Comisión Europea.

Desde luego que este grupo puntero de control tiene una ampliación llamada G20, que incluye a los países en desarrollo, susceptibles de ser explotados, manipulados, acarreados y subordinados en el marco de acuerdos o convenios de colaboración en diversas materias para “el desarrollo, el progreso y la paz”, lo que explica la presencia de la doctora Claudia Sheinbaum en Canadá, que aparte de dar abrazos y repartir sonrisas dialoga y ratifica la inminencia de acuerdos con Europa y demás. El progreso siempre mira a Occidente.

Mientras el centro y la periferia neoliberal sonríe a las cámaras de los diversos medios de comunicación, el olor a pólvora y azufre se cuela en las oficinas más encumbradas del occidente armamentista, augurando las posibilidades de que los conflictos armados en curso generen un alza en el saldo de sus estados contables, porque ni modo de dejar solo a Israel que combate el fantasma de la bomba atómica en medio oriente, y reclama la exclusividad de tener un arma capaz de despanzurrar un país entero o un continente, si le echa ganas.

La Unión Europea en voz de doña Úrsula von der Leyen dijo claro y fuerte que Israel tiene derecho a defenderse de la respuesta militar de Irán, porque ¿quiénes son los iraníes para responder a la agresión armada preventiva de Israel? ¿Acaso no saben que el pueblo de Netanyahu tiene la franquicia exclusiva del átomo en salvaguarda de los intereses de Estados Unidos en la región?

Así como Israel tiene derecho a responder con misiles y toda la parafernalia de un campo de exterminio nazi a los palestinos que les lanzan piedras y mentadas de madre, que rezongan porque los “colonos” les expropian sus casas, destruyen sus medios de vida y además los matan, también tiene derecho de tundir a Irán por aquello de que tuviera armas atómicas, lo que recuerda el viejo truco de las armas de destrucción masiva que supuestamente tenía Irak en tiempos de Baby Bush.


Si la guerra es la salida última de la política, también lo es de la economía cuando el modelo económico sencillamente ha fracasado. Cuando la capacidad productiva carece de la correspondiente capacidad distributiva gracias a la acumulación desmedida de recursos y ganancias que responde al objetivo central del modelo… y que se chinchen los demás. La propiedad privada de los medios de producción alcanza su límite superior y tenemos una sociedad donde el uno por ciento de los más ricos concentra el 95 por ciento de la riqueza global, creando una tensión precariamente contenida.  

En estas condiciones, resulta una verdadera tomadura de pelo hablar de democracia y libertades, de derechos y obligaciones entre auténticos desiguales. La demagogia, el engaño y la manipulación son los grandes instrumentos de la política, y su coto de caza exclusivo es el lenguaje y los símbolos de su poder, es decir, recrear la figura del Soberano encarnado por el pueblo, siendo que el pueblo es el gran excluido en esta fiesta de excesos y abusos, en esta farsa democrática que funciona como holograma electoral, como ilusión nacionalista, como camisa de fuerza económica, como negación esencial y expresión memoriosa de lo que pudo haber sido y no fue.

Así, en las reuniones de Davos, del G7 y su ampliación G20, los abrazos, las sonrisas y las promesas de pactos y acuerdos, son los últimos parches y costuras en la tela raída del sistema económico y político que tiene que recurrir a la guerra para ocultar y solventar su fracaso monumental, su viciosa inclinación genocida.

Mientras tanto, los consumidores de noticias viven día a día las emociones del juego de la guerra, cruzan los dedos y hacen apuestas, toman partido y añaden a su nómina de amenazas y enemistades su más reciente hallazgo vestido de terrorista, de enemigo de la civilización occidental, de veneno para las hadas en una parodia donde las cosas no son lo que aparentan.

Ahora resulta que si queremos la paz debemos prepararnos para la guerra, y que las amenazas existen al margen de su realidad: si Estados Unidos o Israel establecen que una nación próspera y desarrollada como Irán tiene armas atómicas, pues ya todo está dicho y decidido. La realidad sale sobrando y debemos prepararnos para tanta muerte como sea posible, que para eso hay bombas.

Como comentario final, no está de más pensar en la utilidad del G7, el G20 y demás cacharros diplomáticos de la manipulación imperialista, no es ocioso pensar en los pitos que toca México en una reunión donde resulta tierno ver a las sardinas posar para la foto en medio de tiburones, habiendo aguas más propicias para navegar con mayor equidad y seguridad. Poner los huevos nacionales en la canasta de Occidente con olor a chamusquina da grima, mucha grima… pero ¡sonría!

Así las cosas, no está de más pensar en que la ausencia de un plan industrial que ligue la academia con la producción es un serio impedimento para lograr los objetivos nacionales, salvo que se trate de ser dóciles vecinos encargados de la vigilancia del traspatio para los efectos expansionistas de una economía al borde de un ataque de realidad. Si no lo entendemos, seguro que habrá bomba… y no precisamente yucateca.



viernes, 13 de junio de 2025

EL GIGANTE MIEDOSO

 “Ojos que no ven corazón que no siente” (dicho popular).

 

Para muchos, es obvio y claro como un día de verano que debemos estar puestos a la defensa de México y lo mexicano, aunque algunos, quizá sin darse cuenta del todo, luchan porque los gringos vengan a poner orden en lo que estrictamente nos corresponde.

En pocas palabras, le dan un “like” a los afanes intervencionistas del vecino y buscan alentar la idea de que aquí nos gobiernan los narcos y que todos los que tengan pene son violadores compulsivos y los que no, también.

A la identidad mexicana relacionan con total desparpajo la estupidez congénita, los pelos parados, la panza colgada y una severa propensión por lo ajeno, como si el mundo fuera coto de caza ilegal pero permisible, cerrado pero permeable, libre pero acorazado de leyes y reglamentos, acuerdos y decretos y un conjunto de normas que se desprenden de una constitución que puede cambia dependiendo de quién gobierne, porque la ley y la democracia son platillos que se sirve al gusto y petición del cliente.

La democracia resulta un juego de conveniencias dependiente de para dónde se inclina la balanza: si somos nosotros, pues está bien. Si no, pues no y hay que salir a las calles a gritar qué tan jodidos nos quieren ver y que nos llevan al comunismo, a ser como Cuba o Venezuela en una deriva Castro-Chavista que no nos deja hacer lo que hacemos aquí y ahora en esta nueva marcha por la libertad tan fotogénica y comentable.

Da la impresión de que los opositores ligados al viejo Prian perfumado de incienso y aires de campanario, también señalan al inmigrante como chusma, violadora pelos parados, sin ver que son genética y legítimamente tan mexicanos como las personalidades marchantes vestidos de colores claros, rositas y blanquitos sudando Chanel, Carolina Herrera o algún aroma que los primermundiza a la vuelta de tanto oler.

No hace mucho era “el INE no se toca”, ahora “la Corte no se toca” y “el Poder Judicial no se toca”, lo que reprime cualquier intento reformista que suponga acciones táctiles en la delicada superficie del estatus quo. No tocar, no mover, no avanzar supone el mantra del inmovilismo social y el estancamiento político llevado a niveles de paranoia, de negación del Soberano que, en términos constitucionales, es el pueblo.

Así pues, las marchas de protesta como reacción a los aranceles y mordiscos fiscales ahora contra los inmigrantes, sus economías familiares y su bienestar laboral, son calificadas y penalizadas como actos de terrorismo, de invasión criminal a “América”, como gustan llamar a Estados Unidos los ignorantazos promedio que habitan tierras americanas invadidas y saqueadas desde fines del siglo XV.

El imperio que se construyó por vía del saqueo, el genocidio y la exclusión aún no entiende su propia naturaleza, el alcance de su influencia transcultural, el impacto deformante de su corrupción en el núcleo de las instituciones de los países parasitados, los cambios que provocan en la idea de mundo de libertad, de democracia, de derechos humanos, de calidad de vida, tras las constantes y obscenas manipulaciones y usos de los conceptos que debieran definir a cualquier sociedad occidental respetuosa de la ley y preocupada por el bienestar ciudadano.

Lo que ocurre es que con demócratas o republicanos, el horizonte son los negocios y el lucro a costa de lo que sea, aunque el costo se traduzca en masacres tan repelentes como la de Gaza, tan insólitas como los experimentos masivos bajo la cobertura de prevención de enfermedades, el manejo financiero y comercial de las vacunas, de las drogas que de terapéuticas pasan a ser cadenas de sujeción química de los jóvenes de aquí y del otro lado de la frontera; y tan peligrosas como las acciones de provocación, desestabilización, militarización y conflictos armados en regiones enteras, a kilómetros de las ahora convulsas fronteras de Estados Unidos.

Tenemos un gigante que teme hasta a su propia sombra, que sin la tecnología su ejército sería una panda de niños cagones, que su economía no sería nada sin la fuerza de trabajo inmigrante, que su ciencia y tecnología daría risa si no fuera por el trabajo calificado y especializado de académicos y técnicos de origen extranjero.

Un gigante en tamaño mastodonte que llora y gimotea ante el paso de una mosca, se declara víctima luego que golpea, traiciona o conspira desde sus embajadas o tras la fachada de misiones diplomáticas, de salud, de cooperación, de comercio, de educación, de bioprospección, de mejora del ambiente, de entrenamiento militar o policial y de cualquier actividad o proyecto que requiera del ojo fiscalizador del Imperio. De un imperio de cartón, mentira y toneladas de propaganda y manejo mediático, más miles de millones de dólares para ser untados en las manos y conciencia de ONG y funcionarios puestos a cooperar.

Y aquí, nuestros actuales Miramones y Mejías, claman por libertad, democracia y derechos humanos, de acuerdo con su reducida idea de lo mismo, en razón de su mezquindad que se desborda desde el momento mismo en que las reglas del juego político nacional empezaron a cambiar, aunque sea a nivel de amenaza o apariencia.

Aquí, las marchas son de trabajadores víctimas del neoliberalismo prianista, desde Salinas a Peña Nieto, pasando por el vacuo Fox y el megalómano etílico de Calderón, y proclaman el ¡basta ya! a la condescendencia con el neoliberalismo laboral y pensionario de la reforma a la vigente ley del ISSSTE de 2007. La abrogación es el imperativo categórico del cambio de régimen; es el ser o no ser de la transformación.

Allá es la defensa del derecho del trabajador inmigrante y sus familias, el derecho a soñar en una mejor calidad de vida y la protección de sus familias que quedaron en México o cualquiera que sea su origen.

Aquí es la ausencia de una política de desarrollo industrial y del empleo que garantice ocupación digna e ingreso seguro y remunerador. No se toma en serio ni la salud ni la seguridad social, y, a pesar de ciertos avances, seguimos en la órbita de la dependencia y el atraso en renglones que debieran apuntalar nuestra soberanía, sin demagogia ni maquillajes.

En el aquí y ahora, debemos defender nuestros valores, reencontrarnos con nuestra identidad y pertenencia a un país hispanoamericano con una rica herencia cultural que debemos preservar y difundir. Sin patrioterismo histérico o fantasioso, sin pujos de dignidad coyuntural, sin mamadas, pues.


viernes, 6 de junio de 2025

CONCIERTO DE ACORDEONES

 “Hechos, no palabras” (refrán latino).

 

La música suena en la oposición al gobierno del cambio con ánimo memorioso y reminiscente, con nostalgia de tango, con aire de milonga, que propone resistencia ante el hecho consumado, como si la mejor opción fuera reescribir la partitura del cambio, y que la transformación fuera llegar a ser su contrario.

La oposición a la reforma judicial parte de la necesidad de conservar lo ganado, a costa de bailar un zapateado sobre la ley suprema, sobre la legislación secundaria, sobre la credibilidad de un poder constitucional que forma parte sustancial e imprescindible de nuestro modelo federal. Es decir, defender lo que les da presencia en el juego de los poderes fácticos que parten el queso nacional “haiga sido como haiga sido” (Calderón dixit).

El horror al cambio, aunque este sea sólo en el orden de los factores, empieza por desconfiar de quienes son la voluntad y el músculo de las reformas e iniciativas legales por vía de sus representantes en el Congreso de la Unión, así que los acordeones, la línea, el guion a seguir se hace no sólo necesario sino imperativo porque las opciones son muchas y prácticamente desconocidas. Aquí entendemos por acordeón la línea precisa que orienta la acción por los cambios.  

Si la reforma judicial fue por mandato popular, ¿necesitaba acarreos a favor o en contra, instrucciones precisas, sabotajes desde los órganos de promoción, vigilancia y legitimación del proceso electoral? ¿Necesitaba limitaciones a su publicidad y transparencia; reserva y condicionamiento respecto a las personas y sus trayectorias en medios de información?

Si la respuesta es no, ¿por qué se tiene la impresión de que el INE limitó las opciones y oportunidades de los aspirantes para “hacer campaña”? Parece que hubo disonancia entre el pensar, el decir y el hacer. El caso es que muchos posibles votantes (simpatizantes o no de la Cuarta Transformación), no tuvieron claro quiénes eran los aspirantes e, incluso, dónde debían acudir a votar.

Cabe decir que quizá no importaba tanto quiénes fueran los candidatos, sino simplemente no votar por las propuestas del Poder Judicial, siendo como lo fue el enemigo a vencer en esta lucha, es decir, la parte que debía cambiarse para avanzar en un proyecto nacional distinto al derrotado electoralmente en 2018 y 2024.

El arroz judicial se coció en medio de los nuevos “no se toca” tan queridos de la oposición una vez más derrotada, de los llamados a la intervención extranjera y los manoseos informativos con ánimos difamatorios hacia los personajes (¿y personajas?) que destacan en este evento.

Y es que Washington, de nueva cuenta, asoma la nariz y las orejas en los asuntos internos de la nación, escoba en mano, para atender el traspatio y dejarlo arreglado con la diligente presencia de su embajador militar de reconocida experiencia en eso del sicariato político y operativo transnacional a nombre de la buena vecindad y la cooperación bilateral.

¿La decisión soberana del pueblo de México de reformar el Poder Judicial y limpiar ese nido de corrupción afecta la “seguridad nacional” del Imperio? De ser así, es clara la naturaleza viciosa y perversa de su interés. La corrupción, se sabe, aceita la maquinaria del poder en “el otro lado”. Aquí, mientras tanto, los nuevos Miramones y Mejías se rasgan las vestiduras, marchan y vociferan, señalan los males del país y se regodean con la miseria que viene del pasado, del “liberalismo social” centrado en el mercado, en el individualismo echaleganista sin compromiso social, sin arraigo nacional, sin apego a la identidad que, entre todos, construimos y presentamos ante el mundo.

Mientras celebramos la expectativa del cambio, reconocemos que la justicia sigue siendo parcial, selectiva y tardada; que han pasado 16 años del incendio de la Guardería ABC, una subrogada por el IMSS calderonista, el mismo que reformó la Ley del ISSSTE en 2007 y que impulsó las cuentas individuales, vaciando de contenido y propósitos la seguridad social mexicana, ahora reducida a una farsa financiera transnacional, para jolgorio del empresariado neoliberal y el interés privado.

Hoy, el magisterio de la CNTE es la voz y el músculo de los trabajadores bajo la Ley del ISSSTE. Son los que reclaman el cumplimiento de una promesa política central en el gobierno del cambio, que fue su abrogación.

Los maestros exigen congruencia, respeto y transparencia. Señalan el absurdo gubernamental de declararse nacionalista y no luchar por la recuperación del espacio económico y político nacional. Señalan el ultraje neoliberal de pagar pensiones en UMA y no en salarios mínimos, y la falta de una política social anclada en las necesidades y valores nacionales, donde la educación, la salud y el empleo deben ser la constatación cotidiana de la seriedad del cambio.

Así pues, ¿cuál es la agenda real que obedece el país en este tiempo de mujeres? ¿Es el sistema económico pero con maquillaje y vestido con tonos rosados? ¿Libramos una batalla por la soberanía o solamente es la lucha por las palabras, los pronombres y la apariencia?

Lo cierto es que las familias de las víctimas ABC, los trabajadores afiliados al ISSSTE, los empresarios nacionalistas del sector industrial, comercial y de servicios esperan el relanzamiento de la república, una política industrial y de empleo propia, un sistema de justicia que, valga la expresión, les haga justicia.  La nación espera, y no precisamente sentada; sin acordeones, pero con ideas transformadoras que deben ser cumplidas.


 

martes, 27 de mayo de 2025

CAMBIAR PERO NOMÁS POQUITO

 

“Las apariencias engañan” (frase popular).

 

Frente a las demandas airadas de los profesores de la CNTE, la presidencia de la república señala que coinciden o se acercan a las posiciones de la oposición moralmente derrotada, esos que quieren que a México le vaya mal para luego gritar “se los dije”.

Sucede que en actos desesperados los profes toman instalaciones, bloquean calles y otras acciones que van en el paquete de opciones de quienes tratan de hacerse oír a nivel nacional. Se trata de visibilizar problemas y exigir soluciones, no de pisar callos presidenciales.

Por ver que hubo golpes y estrujones de profesores con miembros de la prensa, la titular del Ejecutivo Federal decidió y subrayó que el diálogo estaba abierto con los funcionarios de las secretarías de Estado pertinentes, con capacidad de negociar, pero con ella nada de nada. La mala conducta amerita reprimendas y castigo. No habrá reglazos, pero hay que guardar la distancia.

Para poner un telón de fondo, los reclamos del magisterio y de toda la base trabajadora federal en lucha, han sido y siguen siendo: la abrogación de la ley del ISSSTE de 2007, origen de la privatización de la administración de las pensiones y gordo negocio privado, mediante las famosas cuentas individuales en sustitución del sistema pensionario solidario donde el Estado se hacía cargo de esta obligación no sólo legal sino política, histórica y social. A lo anterior se suma el pago en salarios mínimos en vez de UMA, además de la eliminación de las formas punitivas de evaluación del magisterio.

Sin embargo, pese a que el gobierno manifiesta su disposición al diálogo (sic) y ofrece incrementos a los sueldos y más vacaciones, niega la posibilidad de que se revierta la reforma calderonista de 2007 porque “regresar a una situación previa a la de 2007 en este momento representa una carga a las finanzas públicas. Estarían en problemas los recursos públicos para programas de bienestar, para obra pública, para el salario de los trabajadores del Estado, todo lo que representa el presupuesto público, y puntualiza: "Demandan también revertir la reforma para regresar al modelo solidario, pero esta ruta es inviable porque de esa reforma se desprenden las cuentas individualizadas”. (La Jornada, 27/05/2025).

Es decir, se está de acuerdo respecto al carácter neoliberal y perjudicial de la reforma calderonista, pero resulta ser el soporte de las cuentas individuales y el gran negocio bancario que, al parecer, no se toca y hay que sostener. Lo que si se toca es la vieja melodía sexenal del equilibrio en el presupuesto, ahora con el atractivo social de los apoyos, las becas y otras derramas que se afectarían si se acepta a echar abajo una norma claramente privatizante, neoliberal y depredadora emanada de la cloaca de un gobierno entreguista, traidor y embarrado de las mil mierdas del crimen organizado y la injerencia de los vecinos del norte. ¿La privatización de las pensiones es un avance neoliberal que se sostiene con la fuerza del gobierno? ¿Con dinero baila el cambio (https://goo.su/riUBuwr)?

En la misma línea lo declaró en su momento una de las actrices fundamentales del diálogo: la secretaria de gobernación Rosa Isela Rodríguez, que ha dicho que no se moverá un milímetro el no a la a abrogación de la reforma neoliberal de 2007. Y es que no es no, como se le quiera ver. Aquí es claro que decir no en la mesa de diálogo es una verdadera contradicción al mismo, lo que explicaría en cierta manera por qué se arma tanto lío.

Los maestros en lucha han declarado que no están en contra de la reforma judicial, que ellos no luchan por esta causa y son políticamente independientes, sino por lo que en estricto sentido les afecta y corresponde. Así que optan por dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios (https://goo.su/0gmHXl).    

Las declaraciones de la Dra. Sheinbaum al respecto pueden interpretarse como una ruda maniobra acusatoria contra un movimiento ciudadano legítimo al relacionarlo con la oposición prianista moral y políticamente derrotada. Me parece que la cabeza fría actúa con exceso de calor porque cae en acusaciones que lesionan la imagen pública de una lucha que no es de ahora, y que la CNTE supuso que ahora sí se podía avanzar contra la herencia neoliberal y hacer justicia al magisterio y otros sectores afectados por la ley del ISSSTE de 2007.

Sin el ánimo de agraviar, me parece que en este asunto falta mucho del tan traído y llevado humanismo mexicano, que daría un nuevo significado al quehacer público nacional.

Mientras pasa la ola de calor en las cabezas más refrigeradas del país, sigo pensando en que no hay cambio posible si las finanzas y los criterios presupuestales dependen de intereses y estructuras legales y conductuales ancadas en el pasado. ¿O acaso se trata de cambiar, pero nomás poquito? ¿Sale más barato conceder aumentos y vacaciones que reorientar el gasto, pagar lo justo y ser congruentes? ¿Es mejor seguir pagando el FOBAPROA, sostener las Afore y el interés privado? Por lo pronto, iré a votar por el cambio judicial y apoyaré sin duda al magisterio nacional.


En otro asunto, fea actitud del gobierno de Hermosillo contra los ciudadanos cuya apariencia pudiera afectar el glamur de las fiestas del Pitic. Pareció que la fealdad debía ser expulsada de Hermosillo, salvo que pertenezca al gobierno. Por eso las fuerzas de la ley y el orden secuestraron a cuantos vieron feos y pobres en las calles y plazas del festejo, y los sacaron del territorio municipal como si fueran migrantes en suelo texano, expulsándolos hacia el sur en camiones.

La falta de respeto hacia el ciudadano se explica por razones estéticas, situación que recuerda el supremacismo y la limpieza étnica, la pureza de sangre y el destino manifiesto. Sin duda, da la nota racial en los supuestos del orden municipal del führer prianista de Hermosillo. ¡Heil Toño!

 


lunes, 19 de mayo de 2025

SERVIR PARA NADA

 

“Ponga la basura en su lugar” (frase de campaña sanitaria).

 

La academia universal del eufemismo recomienda no emplear palabras que reflejen exactamente lo que queremos decir, de tal manera que el significado quede al libre juego de la interpretación. Así pues, se eliminan o sustituyen palabras por otras parecidas pero anodinas en el contexto, se usan signos ortográficos y emoticones, se modifican palabras o expresiones donde los referentes culturales el lector hacen las veces de intérprete del significado, de corrector de estilo, de oráculo y guía, todo en el paquete de la libertad de expresión y la libertad de información que supervisa Meta (Facebook) y similares (el chiste se cuenta solo).

Anclados en la corrección política se deja de lado la corrección semántica, la gramática y, ya entrados en gastos, el sentido común. Interactuar en las redes sociales supone pasar con disfraz frente a la puerta de “las reglas de la comunidad”, de los verificadores de noticias, de la nueva santa inquisición conceptual e ideológica que anida en la plataforma y en los propios asiduos seguidores de páginas, chats, portales y cualquier cosa publicada que sirva de pretexto al lucimiento personal y marco de alguna opinión “experta”.

¿Que matan, destripan y machacan a 200 palestinos en una nueva jornada de las fuerzas de Israel puestas en modo exterminador de Auschwitz? No pasa nada. ¿Qué los gringos tunden a bombazos a pueblos al otro lado del mundo, y dicen que por seguridad nacional? No hay problema. ¿Qué dan asilo a un grupo familiar ligado al narcotráfico a pesar de haberlos declarado “terroristas” y que “no negocian” con ellos? Nada que comentar. ¿Qué trafican con armas y son un país de adictos? Culpa del vecino.

De repente nos enteramos en medios masivos de comunicación (sic) de campañas de babeante estupidez lanzadas por organismos internacionales como la ONU, la OMS-OPS como voceros de Open Society, Foro Económico Mundial, Bill Gates o la chatarra llamada FMI, con recomendaciones sobre salud, finanzas, costumbres, cultura, negocios, familia, sexo y demás, cuyo propósito es reformatear la mente de la sociedad, empezando por la gran periferia política y económica en la que está el conjunto de países traspatio de alguna potencia imperialista “salvadora” de la humanidad y los valores occidentales.

En aras del “libre desarrollo de la personalidad” se diluyen las premisas de la identidad y el juicio crítico, incluso de la autoestima basada en el anclaje social que parte de la familia, la escuela, el trabajo y las referencias que establecen sus interacciones. En este marco, separar al individuo de su contexto cambiante y diverso es un salto a la imaginación, a la fantasía de creer ser lo que en los hechos sociales, materiales y culturales no se es. El engaño tiene sus propias criaturas.

En una sociedad dominada por el eufemismo y la manipulación autocomplaciente de los conceptos, se elimina por necesidad de capacidad de crítica y autocrítica, se fragiliza y parcializa la percepción de lo propio y se termina asumiendo el papel de víctima, de permanente agredido y objeto del insulto y la marginación por culpa siempre de otros.

No somos lo que somos sino lo que queremos o creemos ser; la verdad y la realidad son ofensivas, angustiantes y terribles, así que se opta por la posverdad y la posrealidad. Desaparece la historia y tenemos la poshistoria, como la nueva verdad consagrada por la sapiencia académica del mundo anglosajón, que derrama su buena nueva en la prensa tradicional y la virtual, en los foros universitarios y en el mundo laboral.

La masacre de palestinos en la franja de Gaza, los negocios de EUA en Medio Oriente, en Ucrania, en el este hasta el mar; el control mental a través de la normalización cinematográfica y social del abuso, las drogas, la delincuencia organizada, la corrupción generalizada y administrada por las agencias de seguridad “nacional”, las embajadas y las inversiones productivas del dólar, son las huellas profundas del imperialismo en tiempos de horizontalidad y uniformidad conductual. La historia se reescribe al gusto e interés geopolítico del norte global. Aquí la primera víctima es el lenguaje y la verdad, luego la memoria y la idea de mundo y sociedad.

Ante la hemorragia masiva que sufren algunas regiones por causas extractivistas y de control de espacio y recursos, ¿hasta dónde puede llegar la tolerancia e indiferencia mundial? La ONU, la OMS, la OEA entre otros, son organismos parasitarios al servicio del gran capital, del gran negocio de la guerra, de la enfermedad y de la muerte. Su vocación es la nulidad, el servir para nada más que el engaño y la distracción, y en esa labor se sirven de la ignorancia, del miedo y la intranquilidad, gracias a la presencia mediática que tienen a escala mundial.    

El reparto masivo de estupideces crea conciencias falsas de la realidad de la cual prescinden, votan por el discurso supremacista y la exclusión racista; postulan la xenofobia y el genocidio como legítima defensa y el inmigrante no se ve como el motor de su economía, sino la decadencia de la blanquitud y la pureza racial.

Los tratados y acuerdos de libre comercio actúan como cadena y mordaza, haciendo que las expectativas liberadoras de las economías periféricas sean encapsuladas y extirpadas por razones de “seguridad nacional”, porque ¿cómo permitir el “bienestar” si no es a cambio de la soberanía?

Algunos ven como una utopía que México y el Sur Global puedan ser libres y soberanos, capaces de planear su desarrollo. Dependen tanto emocional e intelectualmente del norte que no conciben una economía propia, con lazos históricos y políticos de correspondencia y complementariedad con Iberoamérica y el Caribe, con una visión multipolar y soberanista.      

Debemos iniciar la lucha por el lenguaje objetivo y preciso, la autoestima basada en las realidades de nuestra historia y logros, sin desviaciones y perversiones semánticas, con fe en nuestro propio futuro. Seamos lo que somos, sin fantasías.

 


jueves, 15 de mayo de 2025

RELÁMPAGOS DE MAYO

 

“No todo lo que brilla es oro” (frase del dominio popular).

 

Al inicio del mes de las flores, los aromas de una clase trabajadora marchita y deshojada marcharon luciendo y gritando su desencanto por las calles de la ciudad, con ruta hacia el templete donde se encontraban sentados a dos nalgas los representantes del poder burocrático local.

Fueron gritos de agravios almacenados gracias a la maravilla de la resiliencia, la madurez y prudencia de los trabajadores y la guía de los liderazgos que invitan a la superación personal con eso de que el cambio empieza en cada uno de nosotros, de que es cosa de echarle ganas, de que el que se arrana es porque quiere, de que el sistema es bueno si nosotros nos esforzamos en seguir los buenos ejemplos y actitudes empáticas y simpáticas, de que hay que empezar el día con una sonrisa, sin importar por qué o para quién.

El “buenaondismo” laboral es la clave de una sociedad sin huelgas ni sobresaltos, la paz social empieza con los trabajadores y acaba con las metas de producción y ganancias empresariales logradas. Por ello, el sindicalismo debe ponerse en modo “desfile”, con pancartas y consignas, para que el resto del año se avoque solamente a la lucha por las migajas contractuales, que para eso están organizados.

La catarsis anual refleja el fracaso de las gestiones que las dirigencias hacen pasar con vaselina como avances democráticos, y el escaso respeto que sienten hacia sus bases aborregadas y clientelares. La flor de la lucha tiene aroma artificial.

En este contexto de aranceles anunciados, cumplidos y replanteados, de soberanías nacionales puestas en pública almoneda, de discursos patrioteros sin anclaje en la verdadera fuerza nacional, sin rumbo propio y dependiendo de las agruras y antojos del vecino norteño que se siente tocado por la mano de Dios y su juego planetario, nuestra república y región suspiran en espera de un milagro, algo así como la cristalización de las intenciones planteadas en la encíclica Rerum Novarum de León XIII (1810-1903).

Mayo nos trae nuevos aires vaticanos con la elección de un nuevo Obispo de Roma, este nacido en América del Norte, pero con inclinación hacia un proyecto del que el Papa Francisco daba señales. Veremos si las ganas se emparejan con los hechos y si el hábito hace al monje.

En México suenan fuerte los reclamos de los maestros de la CNTE, quienes se dispone a dar una nueva clase de civismo y autoestima: las demandas del magisterio y, en general, de quienes están en el apartado B de la Ley Federal del Trabajo, se mantienen firmes, como firmes son los señalamientos de la urgencia de desparasitar al gobierno y abrogar las normas legales que representan la visión neoliberal de la vida pública.

Eliminar la reforma punitiva en educación, pagar las pensiones en salarios mínimos en vez de UMA, recuperar el sistema solidario de reparto pensionario, abrogar la reforma del IMSS de 1997 y la del ISSSTE de 2007, sin parches ni remiendos, sin pretextos ni dilaciones, sin corridas financieras ni cálculos de cuenta chiles sexenales.

En el contexto de las protestas y manifestaciones, también hay que señalar enérgicamente el absurdo de defender la integración de América del Norte bajo un modelo inequitativo, groseramente imperial que pasa por ser un tratado comercial cuando es una camisa de fuerza para el desarrollo nacional y una cadena al cuello de nuestra independencia. El tratado no puede ser más revelador de la esencia del neoliberalismo de guarache, periférico y subordinado pues es la carta de navegación de un perfecto traspatio.

En la clase política como entre los ciudadanos ha faltado conciencia, decisión política, iniciativa y rumbo hacia un desarrollo soberano e independiente, ha faltado compromiso real con el Sur Global, voluntad para reconocer y ser parte esencial de Latinoamérica y honrar nuestro deber para con nuestros hermanos de historia, cultura y valores frente al imperialismo del norte.

Este mayo debe ser de recuperación del sentido de la dignidad obrera, de la unidad de los trabajadores, de la toma de conciencia de que el neoliberalismo está, como gusano, en la entraña nacional. Está en el gobierno, en los partidos, en la mente de los simples consumidores de noticias y, por legítima defensa, hay que erradicarlo cueste lo que cueste.

En otro asunto, suena absurdo acabar con áreas verdes para poner plastas de cemento, como en el caso del Parque Madero y ahora el Bulevar Hidalgo en Hermosillo. Es tan absurdo y criminal como lo fue la desaparición del vivero de Villa de Seris para construir el elefante no tan blanco de MUSAS. El gobierno, graduado de tontejo, se empeña en elevar la temperatura ambiente creando islas de calor, así como impulsar proyectos irracionales como la construcción de tres presas que servirán de tapón para evitar la recarga de los mantos acuíferos de la región. Lo que no suena lógico, suena metálico. 

Finalmente, saludo respetuosamente a la familia y cercanos del excelente economista Mario Humberto López Sosa, amigo entrañable, casi-hermano y en un tiempo compañero de afanes profesionales, quien abandonó el plano terrenal tras una larga enfermedad el pasado martes 6.

Mario fue un talentoso servidor público y luego agente libre que dejó una huella importante en las labores de planeación del desarrollo municipal y de asesoría en esta materia. Un amigo inolvidable y un profesional respetable. Descanse en paz.

 


viernes, 25 de abril de 2025

LA IDEOLOGÍA ES COSA DE RISA

 

“Esto es lo único que importa en la buena propaganda. Se trata de crear un eslogan que no pueda recibir ninguna oposición, bien al contrario, que todo el mundo esté a favor” (Noam Chomsky).

 

Ya ve usted que estamos en un mundo donde los patos les tiran a las escopetas, los agresores se declaran víctimas y los únicos valores que cuentan son los de la bolsa, los verdaderos intereses son los que rinde el capital y la única verdad acreditada es la que difunde la propaganda televisiva, cinematográfica o cualquiera que salga en los medios de intoxicación masiva como tendencia y luego obligación moral.

Míster Trump se queja de que los canadienses y mexicanos han parasitado a su país, que le están robando y que sin EUA no serían nada. Así, los europeos resultan ser tan parásitos y atenidos como los latinoamericanos y qué decir de los africanos, tan marginales y dependientes de la generosa explotación de los blancos y propositivos inversionistas y emprendedores transnacionales.

Los asiáticos, por su parte, siguen siendo un conjunto de países siempre explotables cuyo destino es el acercamiento a occidente mediante la subordinación complementaria con el norte global y no una competencia que deba existir y tolerarse.

En esta visión distópica del mundo, “América” es la víctima de la ingratitud viciosa e intolerable de quienes no reconocen su vocación de pulgas amaestradas, de beneficiarios de una depredación civilizatoria que pasa de lo material, de los vericuetos económicos y financieros a la arena conductual y moral, a la cultural y estética, a la reescritura de la historia, a la posverdad imperial.

¿Por qué oponerse y resistir las tendencias y propuestas sociológicas que se fabrican en los sótanos de las universidades anglosajonas para implantarse en el resto del mundo? ¿Por qué no aceptar el regalo de la ideología y valores occidentales, que nos uniforman, homogenizan y aplanan para que el carro de EUA transite sin baches opositores que afecten su estabilidad, autoestima y expectativas?

En la periferia hay quienes se atrincheran en un nacionalismo trasnochado que huele a socialismo, a una especie de comunismo de guarache, a reacción contra el progreso, mientras alientan el populismo, el onanismo patriótico que empaña el lustre de las barras y las estrellas. Pero, ¿por qué no ser un estado más de la Unión Americana o, al menos, un traspatio bien portado política y funcionalmente correcto?

¿Por qué no hacer fila para besar el trasero de míster Trump y sonreír para la foto? ¿Para qué elaborar un plan nacional de desarrollo que sea realmente nacional, que a partir de un diagnóstico sectorial y regional plantee lineamientos, líneas generales de acción y establezca de manera precisa los niveles de coordinación en programas y proyectos, el seguimiento y evaluación de las acciones propuestas en el plan?

En este escenario, ¿acaso no es un buen distractor plantear un “plan” elaborado con retazos zurcidos en “ejes transversales”, “objetivos” y “estrategias” más mediáticos que técnicos, más propagandísticos e ideológicos que económicamente sustentados?

Lo que queda claro es que, no habiendo autonomía en la gestión del desarrollo, basta con presentar un catálogo de acciones y proyectos cuya ambigüedad dejen a salvo el interés privado, la injerencia extranjera, que garanticen el papel de economía complementaria del “socio” del norte, que ratifiquen el carácter de traspatio y, al mismo tiempo, parezcan cumplir con el mandato constitucional en materia de planeación, pero sin impulsar verdaderamente los objetivos de desarrollo nacional que la sociedad requiere. ¿En este caso, la apariencia mata a la técnica y el razonamiento económico? Así se ve.

Los propósitos de sustituir importaciones difícilmente podrán lograrse si las inversiones, modelos, especificaciones técnicas y el interés geopolítico siguen siendo de fuera. La industria nacional sólo podrá serlo cuando el país desarrolle su camino, independiente y soberano, hacia el progreso en lo financiero, técnico, logístico y comercial con un horizonte político y económico centrado en lo nacional.

Queda claro que se requiere una visión económica social, pública y objetiva de la realidad nacional y de su contexto, para dar pasos que inicialmente pueden ser lentos y modestos pero eficaces si se tiene claro el propósito político de la planeación del desarrollo. Un desarrollo que sólo será posible si se finca en la defensa de la soberanía y en la obediencia al mandato constitucional que emana de un pueblo con memoria histórica, con identidad y voluntad transformadora, y que distingue el interés público del privado, lo nacional de lo extranjero.

Queda claro que un plan nacional no se construye con regalos y guiños a la iniciativa privada nativa y foránea, ni con las calenturas de los globalistas encaramados en un discurso de inclusión y diversidad engañosamente soberanista, con un recetario preñado de ideología de importación, que puede sonar progresista, incluso pasar por ser de izquierda, pero que es esencialmente neoliberal, colgado a la Agenda 2030, ajeno al interés nacional y contrario, en los hechos, a los propósitos transformadores por los que votó mayoritariamente el pueblo.

La ideología, cuando se convierte en caricatura mediática a veces se viste de formalidad y adquiere rasgos capaces de confundir a cualquiera, pero vista de cerca es cosa de risa cuando no de asombro. Aquí, la farsa reclama ser tomada en serio, como cuando por cuestión de imagen se trata de disimular la posibilidad o la necesidad de ir a besar un trasero.

 

 

 

jueves, 17 de abril de 2025

UN DOMINGO EN LA PLAZA

 “El agua es vida y el agua limpia significa salud” (Audrey Hepburn).

 

Domingo 13 de abril, domingo de Ramos. Me instalo en la plaza Zaragoza, frente al palacio de Gobierno, en Hermosillo, tras conseguir un café que acompañe la espera de la marcha ciudadana que viene desde El Tronconal. El ambiente es todo lo dominical que puede desearse, con fieles caminando hacia la catedral, vendedores instalando sus puestos y niños en bicicleta persiguiendo palomas.

Es el escenario ideal para que el precarismo figure estelarmente en forma de la persona que llega contando una historia trágica de abandono y miseria, a cambio de una oreja receptiva y dinero disponible. La historia, o cuento para despistados, tiene todos los ingredientes del fraude, del histrionismo que desacredita la precariedad y la solidaridad cuando se ve que se trata de una tomadura de pelo. El “no” por respuesta produce una cara larga y la retirada del farsante.

Una paloma aprovecha su posición en un árbol y lanza un misil de mierda que hace blanco en mi camisa. La servilleta del café hace lo suyo y continúo en espera.

Se acerca otro personaje que cuenta una historia de desarraigo por causa de la pobreza, el migrante expulsado por los gringos, ahora que todo el que venga del sur es terrorista y violador, criminal de siete suelas que debe ser capturado, aislado y arrojado al traspatio sureño que aguarda. El migrante que va rumbo a Nayarit pide ayuda, y hay que dársela.

Aparece una patrulla de policía y en breve llega la caravana de autos, las mantas, la gente y la protesta tronante contra el proyecto hídrico que ofrece tres presas que servirán de tapones al flujo de agua, que impedirán la recarga de los mantos acuíferos de las áreas supuestamente por beneficiar, que aumentarán la precariedad de la vida de los pobladores ribereños para convertirla en una pesadilla de resequedad y miseria, si se quiere, más profunda.

La plaza Zaragoza se politiza, su aire dominical, religioso y familiar termina transformándose en el escenario de la lucha de más de 40 comunidades que exigen que se les vea y oiga. Tras en ninguneo presidencial en Bavispe, dónde se les dice que para protestar deben primero enterarse del proyecto (oculto en la bruma burocrática) , mientras los ciudadanos exponen sus razones, la marcha hacia palacio es resultado de una solicitud de audiencia que empezó justamente en Palacio de Gobierno, fue a Palacio Nacional y terminó en el vacío, en el tecnicismo, en la mandada a la chingada de sus razones y vivencias.

Las presas, dicen, son anuncio claro y fuerte de muerte para las comunidades que viven de las filtraciones de agua en los mantos acuíferos, del flujo natural superficial y subterráneo del líquido que ahora se toma por mercancía, por objeto del deseo de acaparadores, empresarios mineros contaminantes, de desarrolladores inmobiliarios, de políticos encaramados en el cargo público, de los especuladores locales, nacionales y extranjeros que prosperan a costa del patrimonio nacional.

La opacidad en torno al proyecto, la ausencia del estudio de impacto ambiental, de viabilidad social y económica de las obras y el asalto a la democracia que supone impulsar un proyecto, sin pasar por el conocimiento y aceptación de su utilidad pública por sus supuestos beneficiarios, lo que echa por tierra cualquier argumento técnico, político o ideológico cuya base de sustentación sea aquello de que “con el pueblo todo, sin el pueblo nada”.

Los pobladores de las comunidades afectadas y por afectar exponen su experiencia, su conocimiento del ambiente, de los efectos negativos de una presa en una corriente de agua estacional. Creen urgentemente necesario buscar alternativas más a tono con la realidad regional, con las necesidades reales de las decenas de comunidades que viven del acceso al agua.

Señalan como irracional el implementar soluciones muchas veces fracasadas, mientras las causas del desabasto siguen vigentes, entre otras el desperdicio del líquido por fallas y envejecimiento de las vías de suministro; por la mala planeación de su distribución, por la discrecionalidad en el otorgamiento de las concesiones, por la corrupción del sistema y su enfoque neoliberal. Aquí resulta imposible no recordar cómo el interés privado es capaz de desviar el cauce de un río para dedicarse al manoteo inmobiliario.

Hacen notar que, al parecer, los expertos y especialistas oficiales y oficiosos no toman en cuenta que el flujo de agua permite la recarga de los mantos acuíferos y las fuentes de abastecimiento de pozos, tuberías y tomas domiciliarias. La política del agua navega entre las calenturas comerciales y el surrealismo sustentable.  

Como relevante, en medio del vacío informativo el periódico La Jornada (https://lc.cx/e2fkBQ) registró la marcha y el mitin, las razones de los ciudadanos afectados, los motivos de su lucha. Sin embargo, en la conferencia de prensa en Palacio Nacional el tema no fue incluido en la agenda, seguramente por causa de los aranceles, las exigencias de Míster Trump, las broncas donde el dinero se defiende, el capital demanda y el gobierno hace de su amable y confiable gestor.

Tras la manifestación ciudadana regreso a casa, con la manga de mi camisa con una mancha amarillenta, consciente de la importancia estratégica del agua, del imperativo moral de su defensa, del apoyo al pueblo bueno y sabio que lucha por su futuro, levanta la voz y espera respuestas.


 

sábado, 12 de abril de 2025

LA LUCHA DE LOS SINDICALISTAS JUBILADOS

 A estas alturas del discurso de la inclusión, la no discriminación, los derechos humanos y otras palabras y poses con ánimos transformadores, existen organizaciones que actúan con la convicción de que los adultos mayores debieran estar debidamente resguardados bajo la alfombra o el cuarto de los tiliches hasta que haya necesidad de sacarlos en algún aniversario, como parte escenográfica del lucimiento de los liderazgos democráticos, progresistas y hasta revolucionarios.

Cuando pasamos revista a las organizaciones de trabajadores, incluidas las universitarias, no es raro encontrar compañerismos y corrientes que optan por la discriminación positiva de los jóvenes en demérito de quienes hicieron posible con su lucha y constancia la existencia del propio organismo sindical.

Algunos cuentan con secciones o delegaciones en su estructura orgánica que agrupan a los trabajadores jubilados y pensionados, otras ni siquiera se molestan en considerar esta posibilidad. Como se ve, la inclusión y la solidaridad están condicionadas a las iniciativas de exclusión y se convierten en la base de cualquier razonamiento, dando paso al rechazo y la marginación entre colegas.

El sindicato es de quienes están activos, los otros no cuentan. Los viejos que construyeron las referencias históricas, los principios, las bases de la organización son declarados perjudiciales para su desarrollo y un peligro para su existencia. Urge su eliminación estatutaria.

En este contexto, quienes tenían derechos plenos ahora no los tienen “por razones de estado”, “por causa de supervivencia”, porque a la dirigencia y la corriente sindical a la que pertenecen declara la edad como un obstáculo para la defensa de los trabajadores, la trayectoria laboral y sindical como papel mojado, las luchas y logros de las generaciones del pasado una mera referencia sin peso en el presente y ausente en el futuro.

Así como ahora se habla de la posverdad algunos se ponen creativos en eso de cultivar la poshistoria. Aquí el pasado no tiene mérito, salvo que justifique la vigencia y permanencia del grupo que hoy reescribe la historia y la organización sindical se convierte en una entidad onanista, estéril socialmente y propensa a caer en las aguas negras del oportunismo.

La actitud descrita recuerda el concepto de obsolescencia programada, la calidad de desechable de los objetos, la sustitución del producto viejo por el nuevo, la ausencia de reconocimiento desde la perspectiva de que lo reciente es mejor que lo anterior.

El concepto se explica por el afán de lucro de un sistema cuya esencia es generar ganancias, ampliar la reproducción del capital en un mundo de cosas, costos y precios, donde el concepto de ciudadano no tiene más importancia que su conversión a cliente, a usuario, a cautivo del mercado.

La sociedad capitalista no es más humana en esta etapa, no es más incluyente en su etapa industrial o financiera, analógica o digital, y esta base económica hace posible la cosificación de las personas, la exclusión productivista, aunque el discurso y su formalización legal sea de inclusión y no discriminación. Aquí se subraya la importancia de la apariencia, resultando la forma más importante que el contenido.

El criterio de exclusión y marginación resulta ser producto de una mentalidad típicamente neoliberal imbuida en el pragmatismo político que sostiene ideológicamente al sistema. El “ustedes” y “nosotros” en una organización gremial es la negación del lazo intergeneracional que unifica a los trabajadores en la defensa de sus derechos históricos frente al capital. Pasado y presente son los escenarios de la lucha sindical donde se debate el futuro de la organización, y que, garantizan su vigencia y utilidad social.

Los trabajadores jubilados son la memoria, la conciencia crítica de su organización. Cualquier intento de exclusión o de eliminación estatutaria supone una grave pérdida de rumbo, un cambio del progresismo al conservadurismo, una patronalización del pensamiento sindical. En otras palabras, una traición a la propia organización y un peligro para su existencia.

Dentro y fuera de la organización o la institución fuente del empleo, la lucha antineoliberal debe darse sin tregua. Aquí, los jubilados y pensionados deben poner el ejemplo y recuperar el rumbo y la dignidad de su organización, porque tienen memoria, porque son garantes de la dignidad gremial, porque han demostrado que muchas veces la mejor defensa es la prevención y la respuesta oportuna al ataque, porque reconocen la acción del enemigo de clase y sus operadores encubiertos en el seno de la organización.  

Los fundadores de la organización, los que hicieron posible su existencia y consolidación, los que lucharon y vencieron en la lucha por la titularidad contractual tienen la palabra. Ni un paso atrás en la defensa de la memoria y el futuro sindical.   



¿SERÁ COSA DEL SISTEMA?

 

“Cambiar para que nada cambie” (El gatopardo).

 

Desde la segunda llegada de míster Trump a la casa Blanca parece que llueve al revés y que las víctimas resultan ser bestias peludas que tunden las carnes de forma continua e inmisericorde de los buenos y piadosos White Anglo-Saxon Protestant (blancos anglo sajones protestantes) que derraman democracia, financiamiento y tecnología a cambio de la soberanía, los recursos naturales y la conciencia de los pueblos parasitados.

Europa artrítica y viciosa, arracimada en una especie de asociación delictiva que presume de estar unida y ser el bastión defensivo de la civilización occidental, se apresta a apoyar las luchas lodosas de Estados unidos contra Rusia, China o quien se atraviese en la ruta por la hegemonía mundial, mientras el Sur global se debate entre la risa y el llanto.

Latinoamérica en general y México en particular asumen una posición decididamente ambigua que va de los pronunciamientos patrióticos a la prisa por servir de tapete al paso imperial por su territorio. No tenemos agua, pero estamos más que dispuestos a entregar unos buenos millones de litros a los texanos tras la amenaza arancelaria de Mr. Trump, faltaba más.

Estamos en una época de estrés hídrico y de sequía patriótica, donde el agua es el objeto del deseo y razón suficiente y necesaria para aflojar y cooperar bilateralmente. Tan es así que nos apresuramos a “tecnificar” regionalmente el riego y poner diques al libre flujo del líquido que es vital y escaso.

Cabe recordar que en aras de salvaguardar la “seguridad nacional” del vecino norteño, debemos compartir datos biométricos y vigilar la frontera con Guatemala, así como cuidar el agua y ser racionales en su uso. Lo anterior nos conecta con la información biométrica requerida por mandato de ley para alimentar bases de datos nacionales para afrontar las desapariciones de personas que un día sí y otro también son denunciadas en medio de llantos y mentadas de madre.

Asimismo, viene el plan hídrico que ofrece la construcción de tres presas en Sonora que, entre otras cosas, garantizaría (se dice) el abasto de agua a la ciudad de Hermosillo y favorecería el consumo humano y del sector productivo.   

Lo de los datos biométricos es una idea que se ha planteado anteriormente teniendo como respuesta el rechazo social por invasiva de la privacidad de los ciudadanos y familias, y que ahora resulta renovada, “progresista” y necesaria para la pronta respuesta ante el fenómeno de los secuestros y las exigencias de “seguridad” del vecino anaranjado y arancelario.

Sobre lo otro, el agua y los planes sonorenses (sic), cabe señalar que nuestro estado ha sido el cercano objeto del deseo de varias administraciones arizonenses que hicieron cuentas de Guaymas como su puerto de salida, a lo que se agrega la transformación de Puerto Libertad y el Golfo de California como un área de necesaria renovación estratégica gasera, de cara a la fea competencia oriental.

Hasta aquí, resulta oportuno revisar a qué intereses pudiera responder la construcción de las tres presas que impulsa el gobierno estatal y avala el federal. Saltan como conejos dos núcleos de interés, el minero ligado a Larrea (Grupo México) y también complacer las directrices gringas respecto a la “tecnificación regional” del uso del agua.

Las comunidades rivereñas del río Sonora y Bacanuchi siguen con su salud y economía arruinada, gracias a Grupo México y su hazaña de convertir en vertedero tóxico el río y sus riberas. La ciudadanía sonorense es testigo de los impactos de una presa en su entorno regional productivo y doméstico, por eso las comunidades señalan la escasez o ausencia del agua, y señalan que la presa es anuncio de muerte ecológica.

Los planes hídricos actuales, en el caso de Hermosillo, van de la mano del asalto inmobiliario a los terrenos de la presa A. L. Rodríguez y áreas aledañas.

Hay la percepción pública de que la capital de Sonora es el escenario actual de una operación contra la naturaleza y a favor del interés privado, tanto en lo pequeño, como es robar espacio verde para construir locales comerciales en el Parque Madero, como en lo grande, como disponer de las tierras de la presa para fines comerciales privados.

Es claro que aquí ni la honestidad ni la dignidad se han convertido en costumbre. Se siente que el gobierno es el patio de recreo de oportunistas y chapulines. ¿Será cosa del sistema que se dijo vencido políticamente y que aún nos jode? ¿En todo caso, hasta cuándo?  

 

 


miércoles, 2 de abril de 2025

EL AGUA Y LA RECTORÍA UNIVERSITARIA

 

  “Qué cosas tiene la vida, Mariana” (canción de Alberto Cortez).

 

Durante la visita a Sonora de la señora titular del Poder Ejecutivo, representantes del Movimiento en defensa del agua, el territorio y la vida, le entregaron un escrito donde manifiestan su rechazo a la construcción de tres presas que, además de representar un jugoso negocio para las constructoras bendecidas con la asignación de las obras, además de los provechos inmobiliarios que algunos disfrutarían, por ejemplo, los ganones que le tienen el ojo puesto a los terrenos de la presa A. L. Rodríguez, suponen un serio problema ambiental e hidrológico para múltiples poblaciones que verían disminuido su acceso al agua.

Desviar un río no es cosa fácil ni inocua. Siempre hay consecuencias para la flora, la fauna, los productores locales y las actividades productivas de las que depende la vida de los pueblos cercanos y lejanos a tales obras. El caudal normal del río deja de fluir, el terreno se seca y la vida carece de sustento. Algunos ganan porque la obra no está pensada para otro productor o beneficiario que no sea el capitalista de turno, el empresario seboso y bien enchufado, el político amigo de las obras faraónicas que salen bien en la foto. El pueblo no pinta, no figura, no cuenta.

Parece que, si a un político con ideas geniales le sale de las narices desviar un río o alterar su cauce del tamaño de una obra de infraestructura hidráulica, sin consenso entre los supuestos beneficiarios y sin el tan traído y llevado estudio de impacto ambiental, pues que se chinche la ecología, el acceso al agua de los rivereños y la economía rural.

La habitante de Palacio Nacional les ha dicho sonriente que antes de protestar se debe estar enterado del proyecto, mismo que parece estar bajo el colchón del Ejecutivo estatal, mientras en las conferencias de prensa mañaneras se celebran las mega obras que vestirán bonito el sexenio de la transformación local y nacional.

Es razonable considerar que la transformación no sólo es cosa de discursos fervorosos de un nacionalismo que de tanto exhibirse se desgasta, sino de obras ligadas al beneficio del pueblo y, en el caso de Sonora, tenemos acciones que ponen seriamente en duda el aterrizaje del movimiento que sacó al Prian de Los Pinos al impulsar obras que carecen del apoyo de los supuestos beneficiarios. Por otra parte, expresar una crítica u objeción no significa estar en contra de Morena, sino reconocer sus posibilidades de corregir para mejorar.

Otro asunto duro de celebrar son las obras para conducir gas texano a través de nuestro país y cruzar Sonora hasta Puerto Libertad, a orillas del Golfo de California, sin pensar en el tamaño de los posibles impactos en la biodiversidad marina y el perjuicio a las comunidades pesqueras, además de las consecuencias de abrirle la puerta al interés geoestratégico del vecino del norte, es evidentemente irresponsable.

Tal cuestión va en sintonía con el supuesto peregrino de que “tenemos que estar unidos para hacer frente a la competencia comercial de China”, en forma de un bloque de ser posible continental, pasándose por el arco del triunfo la soberanía nacional y las correspondientes a los países de Centro y Sur América, pone a rebotar la idea de que se defiende la soberanía.  ¿Acaso nuestro gobierno tiene la idea de que el progreso depende de reforzar y ampliar el patio trasero de EUA, y trabaja para lograr el objetivo de Make America Great Again? No lo creemos, pero algo apunta en esa dirección.

En otro asunto, mientras el sindicato STAUS se empeña en deshacerse de su delegación de Pensionados y Jubilados porque “nos cuesta mucho”, “porque no participan”, “porque ponen en riesgo la existencia del sindicato”, entre otras serias y sesudas consideraciones de alto perfil estratégico y democrático, que dan continuidad a la reciente eliminación estatutaria del derecho de voto que hasta el pasado junio tenían los académicos desde la creación de su delegación en 2014.

Restringir y nulificar derechos adquiridos de los viejos sindicalistas que dieron vida y sostén al sindicato, parece ser la sagrada misión de la actual dirigencia que ahora lucha por hacerse con la rectoría de la UNISON, ya que el que fuera secretario general ahora se empeña en la lucha por llegar a ser el rector de la máxima casa de estudios de Sonora. De ser sindicalista y defensor (se supone) de los derechos de los trabajadores, trata de saltar a la representación patronal universitaria. ¿En serio? ¿La rectoría bien vale tan radical cambio de camiseta?

Y hablando de la lucha por el puesto, suena curioso que los precandidatos y candidatos perdedores por decisión de las bases universitarias votantes, aleguen que no es democrática la mayoría lograda por la ganadora, Dena Camarena. Que la votación “no es vinculante”, que “representa al grupo de siempre” y que ahora corresponde al Colegio Universitario (máximo órgano de decisión) dar muestras de qué tan democrático es, dando el gane a alguno de los que perdieron en la votación universitaria. ¿Será cosa de Kafka, o el café tenía algo raro?

El agua y la democracia fluyen mejor sin las barreras de presas producto de la ambición, el dinero, la parcialidad y la ambición sectaria. Pero así estamos.