Notas Sueltas es un espacio de opinión sobre diversos problemas de carácter social, económico y político de interés general. Los comentarios pueden enviarse a: jdarredondo@gmail.com

miércoles, 28 de julio de 2010

El negocio educativo... entre otros

Como sabrá el culto e informado lector, la educación en México se ha convertido en un jugoso negocio que llega a formar parte de las iniciativas del empresariado nacional y extranjero. Los capitalistas de guarache incursionan con singular fervor en los negocios educativos, como una línea de lucro fácil que aparenta ser difícil, por aquello de que “la educación es progreso”.

Desde esta perspectiva, florecen instituciones educativas cuya justificación es la de aligerar la presión de la demanda de lugares en las instituciones públicas y autónomas. No está mal contar con opciones al gusto del cliente, dado que muchos ricos y poderosos consideran que su entorno ideal no está cerca de las chusmas famélicas intelectualmente que llenan hasta reventar los planteles de fácil acceso económico. Las altas cuotas supone exclusividad y ésta implica un proceso de selección social que priva de oportunidades a muchos en beneficio de los pocos que comparten apellidos, prestigio, gustos y perversiones.

La selección social que se establece como patrón de conducta institucional tiene como telón de fondo el nivel socioeconómico que actúa como rasero y barrera protectora contra la vulgarización de las relaciones sociales entre patos y escopetas; la riqueza y la pobreza requieren entornos específicos donde campee libre y soberana la ideología de logro y éxito de los triunfadores y, por otra parte, de los perdedores. Agua y aceite sociales no se mezclan en el recipiente social educativo. Las instituciones privadas pueden ser de élite o para estratos medios y bajos que acuden a un proceso de homogeneización por la vía de la beca, el crédito y la beneficencia ocasional. Mientras que las primeras reciben automáticamente el crédito de ser académicamente inobjetables, las segundas parecen estar condenadas a la estigmatización fundada en la apariencia: se les cataloga como instituciones “patito”.

En el nivel medio superior, las preparatorias sean técnicas o generales reciben alumnado en busca de la oportunidad de seguir estudiando, a un costo mensual que sea soportable considerando el deterioro del salario y el incremento de la canasta básica. En este conjunto las hay buenas y regulares, aunque también las hay con graves problemas de insolvencia que les impiden conservar una planta docente a la altura de las expectativas estudiantiles. Aquí se observa un proceso de selección socio-económico que mantiene a algunas y elimina a otras.

Por lo que corresponde a las preparatorias públicas, nadie puede ignorar que están sujetas a un proceso de privatización a partir de sus mecanismos de ingreso. Ahora se ha impuesto por parte del gobierno del estado de Sonora, un examen Ceneval para acceder a este nivel de estudios. Los resultados ya se tiene a la vista: antes los estudiantes ingresaban a partir de los exámenes de selección que se aplicaban en cada plantel del subsistema, mientras que ahora se centraliza la admisión bajo la responsabilidad de una empresa privada. La empresa Ceneval ha logrado penetrar en la educación superior al aplicar exámenes de egreso por los que cobra a las universidades que los adoptan como opción de titulación, con cargo al estudiante que postula para ello. Hay también exámenes Ceneval para el ingreso al postgrado, con lo que se uniforma hasta el absurdo este requisito de ingreso.

El Sonora, en este ciclo, los aspirantes a preparatoria tuvieron que someterse a un examen Ceneval para encontrarse con que el caos, el desorden más ridículo se apoderó del proceso de admisión, y que alumnos de alto promedio quedaron fuera, mientras que muchos otros fueron admitidos en planteles de una ciudad distinta a la que habita el estudiante. La inédita escaramuza privatizadora que se escenificó en Sonora, dio pié a que las autoridades hayan tenido que salir a explicar que los técnicos de la empresa llamada Ceneval se presentarán en nuestro estado para “dar explicaciones” sobre los absurdos resultados, pero que “nadie se quedará sin estudiar en su localidad”.

No sé si con esta experiencia el gobierno del Estado, que insiste en “modernizarse” a cambio de sacrificar la autonomía selectiva de los subsistemas educativos, y renunciar a una responsabilidad que es fundamental, sean capaces de extrapolar y poner en su correcta perspectiva la reciente declaración sobre el éxito del reparto de uniformes en el nivel básico, si se considera lo inapropiado de la exhibición de la leyenda “Un nuevo Sonora” en la playera del uniforme, por aquello de convertir al niño estudiante en un anuncio ambulante del actual gobierno panista del Estado.

En otro orden de ideas, encontramos un peligroso síntoma de privatización irracional de bienes públicos en las recientes declaraciones del Secretario de Economía estatal, Moisés Gómez Reyna, cuando se refiere al potencial con que cuenta nuestro estado para la generación de energía eléctrica a partir de la luz solar. Señala el secretario, a propósito del informe de la empresa extranjera Greentech Media, que la actual administración estatal está creando una empresa con el objetivo de “alquilar el desierto de San Luis Río Colorado para producir energía y venderla a California y Arizona”. ¿Tendrán idea nuestros patrióticos y visionarios funcionarios de las implicaciones que tiene esto? ¿Habrán pensado en el peligro que corre nuestra entidad siendo estado fronterizo de caer en la órbita de los intereses estratégicos gringos? ¿Se podrán imaginar tan solo las enormes ventajas para nuestro estado y país, el contar con una fuente barata y eficiente de energía que produzca un flujo inagotable de electricidad? ¿Tendrán idea de su importancia en el abaratamiento de costos en energía para fomentar una industria nacional y sonorense que genere empleos e ingresos fiscales? ¿Se imaginarán el impacto en el empleo y el ingreso de las familias sonorenses?

Pero las declaraciones del olímpico funcionario del gobierno del panista Padrés no dan cabida a una noción de aprovechamiento nacionalista del recurso, sino la trillada cantinela de ceder espacios en beneficio del extranjero. Mentalidad colonizada, pobre de entendederas y de conciencia nacional. ¿Viva México? ¿Un nuevo Sonora? ¿Celebramos el Bicentenario y el Centenario? No queda duda que los hijos de Antonio López de Santa Anna se han reposicionado en el ranking de la más abyecta dependencia. Urge recuperar la república.

martes, 27 de julio de 2010

La suprema... tan corta

Resulta un verdadero embrollo traducir al español algunos conceptos que son generalmente validados por la prensa. Pueden ser incorrectos, pero de tanto que se repiten resulta socialmente problemático oponerse a la ola devastadora de la ignorancia protegida por la palabra escrita. Lo incorrecto, gracias a la validación social apuntalada en la ignorancia, la apatía y una cobarde propensión a no chocar con los demás se vuelve correcto, aceptado, de buen gusto y obligatorio para cualquier hablante receptivo.

Por ejemplo, si decimos “suprema corte de justicia de la nación”, el impacto producido por la solemnidad de dichas palabras es importante, porque la Real Academia de la Lengua Española (RAE) nos revela que significa que es lo máximo, que no hay nada superior en su línea; La RAE apunta algunas acepciones del término “corte”, entre las que destacan: “entorno de personas que rodean a alguien famoso o importante”; “corral o establo donde se recoge de noche el ganado”; “aprisco donde se encierran las ovejas”, aunque también nos da idea de tribunal, en todo caso el más alto de la justicia ordinaria. Sobre el término “justicia”, señala que se trata de “una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece”; “derecho, razón o equidad”, y “aquello que debe hacerse según derecho o razón”.

Desde luego que si algún ciudadano común habla del máximo tribunal nacional, lo hace con respetuosa ignorancia, con una fe en las instituciones que ruborizaría a cualquier republicano convencido de que el celoso cumplimiento del deber enaltece y dignifica. Nos negamos a reconocer que “del dicho al hecho hay mucho trecho” en eso de la probidad de los funcionarios públicos y de los empresarios privados, porque no queremos a aceptar que en el país hace mucho tiempo que no se hace economía ni se imparte justicia.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha dado muestras de ser cualquier cosa antes que el conjunto de especialistas en derecho que vigila la constitucionalidad de las normas, el predominio del estado de derecho y la viabilidad de las instituciones fundadas en la ley. Lo anterior va por una serie de decisiones claramente lesivas al derecho de los ciudadanos, a la economía nacional y la paz social.

Son memorables algunos fallos de la SCJN, como cuando consideró legal el cobro de intereses sobre intereses, conocido como anatocismo. Con ello facultó a la banca extranjera asentada en este paraíso fiscal para las empresas trasnacionales llamado México, ya que las principales ganancias de la banca establecida en el país son, precisamente, las derivadas del robo que perpetran cada día gracias a la visionaria concesión de la Suprema. El anatocismo ha permitido que a usted le cobren intereses más IVA, más los intereses de los intereses, más el cobro de comisiones más IVA más los intereses generados por lo anterior. La legalidad del robo es un caso patético en México que se comporta económicamente como cualquier país de la periferia que dejó de respetarse por ser, el respeto, una forma políticamente incorrecta de relacionarse con el primer mundo.

Todo mundo recuerda cómo el máximo tribunal dio por buena la liquidación de la compañía Luz y Fuerza del Centro, mediante decreto presidencial que ignoró la existencia del Poder Legislativo Federal y, sin haber una ley preexistente, borró de un plumazo una empresa pública federal. Derivado de esto, la SCJN dio en sostener el fallo pero al mismo tiempo reconoció al sindicato de la empresa desaparecida, el SME, con lo que existe legalmente la organización sindical y su derecho a reclamar que la Comisión Federal de Electricidad asuma sus responsabilidades como el patrón sustituto de los trabajadores afiliados al SME, actualmente en lucha.

Como una especie de graduación en eso de violar el derecho y abofetear la justicia, se recuerda vivamente el caso de las víctimas en el incendio la guardería ABC de Hermosillo, donde se reconocen violaciones a las garantías sin que se acepte señalar la responsabilidad de los funcionarios encargados de velar por su cumplimiento. Sí hay violación pero no hay culpables, con lo que se exonera al ex director del IMSS Molinar Horcasitas, al actual director, Karam, al ex gobernador de Sonora, Eduardo Bours, al ex presidente municipal de Hermosillo, Gándara, entre otros.

Últimamente la Suprema nos ha dejado con el ojo cuadrado al aducir razones económicas y decretar una sustancial disminución en el monto de las pensiones del IMSS: de 25 salarios mínimos como base, pasa a diez, logrando un ahorro para el instituto de 40 por ciento. Con ello se condena a la inopia a los trabajadores y a cambiar su mentalidad: la pensión o jubilación no es el período de retiro con remuneración que ha ganado el trabajador, sino la antesala de la muerte biológica tras haber fallecido socialmente, gracias a la buena noción del ahorro que tienen los ministros millonarios de la Corte. Los pensionados verán drásticamente disminuida su capacidad de compra, su calidad de vida y sus expectativas de una muerte digna.

Ante tanta y tan desproporcionada avaricia, inhumanidad, ausencia de respeto por la vida, y tan grandes y constantes servicios al capital y al sistema económico que excluye la bondad y la solidaridad, suena convincente aplicar a la palabra “corte” alguna de las acepciones de la RAE: “entorno de personas que rodean a alguien famoso o importante”; “corral o establo donde se recoge de noche el ganado”; “aprisco donde se encierran las ovejas”, excluyendo aquella de Tribunal Supremo, por su notoria ausencia de justicia. No se puede evitar imaginar la SCJN como una muy favorecida piara a la que se alimenta mensualmente con varios cientos de miles de pesos por cabeza. Una millonaria inversión a cambio de la impunidad que protege a los depredadores neoliberales que usted conoce, en el gobierno y en las empresas privadas. La justicia dejó la espada, tomó una caja de condones y se fue a talonear a la esquina.

jueves, 22 de julio de 2010

Daños colaterales

Desde luego que la idea puede ser juzgada como mala o pésima; quizá se haga acreedora de acres y severos reconcomios, befas, cuchufletas y trompetillas. Pero ya puesto el guarache de la disculpa, puedo arrostrar los peligros del cardo flamígero y contencioso de la crítica, la cual ignoraré con actitud olímpica. En México, como en muchas partes de la periferia capitalista, la muerte intencional es un asunto no tanto de seguridad como de interés nacional.

La críptica y controversial afirmación puesta, así, en seco ante los ojos del lector ocasional puede parecer exabrupto, pero no por ello se soslaya el hecho de que las muertes ocurren con escamante frecuencia, y que su cantidad es creciente. De hecho, el único indicador que sube en México, aparte del costo de la vida, es el de las defunciones por causas no naturales, sino sociales (políticas, económicas, pasionales, entre otras). Desde luego que usted podrá argumentar que la muerte es un fenómeno natural en cualquier caso, dado que un acribillado es natural que fallezca, pero ya obligados a la precisión, se puede argüir que las causas de las defunciones son las que pueden estar sujetas al escrutinio público. No todo mundo muere por causa “naturales”, entre otras la acción de microbios o bacterias; algunos lo hacen por sufrir pérdida de sangre y destrucción de tejidos por horadaciones profundas ocasionadas por el impacto de objetos de plomo, cobre o algún otro metal utilizado en la producción de proyectiles o de objetos punzocortantes.


Por ejemplo, según información de Notimex (16/07/10), desde el inicio de la administración de Calderón (diciembre de 2006), el país ha registrado 24 mil 826 asesinatos, contándose poco más de 2 mil de marzo a la fecha. En el año 2009 se registraron 9 mil muertes, mientras que en lo que va del año tenemos 7 mil (Reuters/Excélsior, 16/07/19). A ello habría de agregar los asesinatos de cuello blanco, como es el caso de los cometidos por la negligencia e incapacidad que soslaya el afán de lucro. En este caso se puede incorporar a la cuenta el número de víctimas de la minería privada al estilo del Grupo México (recuérdese Pasta de Conchos), las de la privatización de la seguridad social (como es el caso de la Guardería ABC de Hermosillo), entre otras muertes absurdas producto de la voracidad del sistema económico y la legalidad que lo hace posible.


La muerte ajena siempre es objeto de sesudas elucubraciones, de interés morboso que moviliza recursos imaginativos y promueve un tipo de sociabilidad cada vez más en boga, pero no se puede negar su calidad de elemento demostrativo de los entretelones de la economía y el maravilloso mundo de los negocios. En esta tesitura, llama la atención la clase de respuesta que dan los gobiernos neoliberales a la tragedia que provocan las ambiciones de sus empresarios: ofrecen becas, erección de hospitales, fundación de empresas privadas del sector salud (CRIT-Teletón) que duplican el esfuerzo estatal; pagos como indemnización, o exenciones en vez de procurar justicia. Todo envuelto en una chucatosa capa de filantropía cosmética, fuera de tiempo y lugar. En este sentido, la generosidad del gobierno se aplica cuando es necesario efectuar un control de daños, no para evitarlos ni para hacer justicia a los afectados.


Ante tan desparpajada forma de aplicar la ley, de buscar justicia, no se puede menos que pensar que la verdadera intención no es la de la legalidad fundada en el respeto al derecho ajeno, en los valores ciudadanos ni en la coexistencia pacífica, sino en la justificación facciosa del lucro a costa de los demás. Pero no es la única posibilidad.


La parálisis del sistema legal mexicano, el ambiente cargado de temor que se respira en todas partes, la inseguridad pública y social que campea en el país, irrespetando derechos laborales, suprimiendo por decreto fuentes de empleo y atacando organizaciones sindicales, aparejado al repunte de los negocios ilícitos, el tráfico de drogas, de personas, de siglas partidistas, de identidades sociales y sexuales, permite suponer que algo está pasando en el sistema sociopolítico del capitalismo y que repercute en su periferia. En este caso, la muerte parece ser necesaria para la reproducción del sistema, para la prosperidad de los negocios y para que fluya el dinero y, gracias a la protección de las leyes, se convierta en capital.


La muerte intencional como factor de estabilización y fortalecimiento de los mercados supone equilibrio entre oferta y demanda, ya que la población con recursos económicos mediatos o inmediatos se convierte en demandante de lo que ofrece el mercado. Una sobrepoblación en condiciones de pobreza y marginación, es lesiva a los intereses del sistema. Las muertes por accidentes tales como el fuego cruzado, el ahogamiento por gases tóxicos, por desmembramiento, decapitación, entre otros, justifican a priori la intervención extranjera en la investigación criminal, la asunción de medidas que limitan los derechos humanos, las libertades consagradas en la Constitución.


El terror vende y la inseguridad ha hecho prosperar algunos giros comerciales. Ahora es común ver anuncios publicitarios de carros blindados, chalecos antibalas, sistemas de seguridad comercial y domiciliaria, utensilios de vigilancia e incluso de espionaje. En otra dimensión de los negocios, también se ve como un filón de oro el turismo “gay”, y se lanzan campañas para atraer a este tipo de clientela: en Nepal se abren agencias turísticas que ofrecen ceremonias “matrimoniales” a parejas del mismo sexo y, al igual que en la Ciudad de México, se inaugura una agencia turística. En el DF, el gobierno capitalino arguye que el turista homosexual gasta 47 por ciento más que el normal.


Ante hechos tan dispares, pero que tienen un común denominador, la conclusión no puede ser otra más que la que apunta hacia la mercantilización de las conciencias, la preeminencia del mercado sobre el estado, la adecuación del sistema de valores personal y social a las necesidades de reproducción del sistema económico, por todos los medios y en todos los frentes.


Así las cosas, la subrogación de guarderías infantiles, la sobreexplotación de los recursos naturales, la visión patrimonialista privada sobre el agua, la liquidación de trabajadores y su exclusión de garantías sociales; y la disminución del límite para el pago de pensiones y jubilaciones y el aumento de la edad de retiro, alientan una cultura de muerte que termina por saltar del papel donde se decreta a las calles donde se realiza.


La muerte es, en el neoliberalismo mexicano, un factor de interés para el gobierno, en aras de beneficiar el avance del sistema de economía-mundo al que nos uncimos como colonia, como tributarios con síndrome de inmunodeficiencia económica, que afecta entre otros sistemas del organismo nacional nuestro sentido de la justicia, nuestra memoria de ser (o poder ser) un país libre y soberano, en busca de un mejor destino.


En las actuales circunstancias mexicanas, donde la muerte tiene mil caras, parece que tenía razón Luis Cabrera, ideólogo del carrancismo, cuando decía que el verbo morir era el más irregular de todos los verbos: “Yo muero, / tu falleces, / él sucumbe, / nosotros nos restiramos, / vosotros os petateáis, / ellos se pelan.”

sábado, 17 de julio de 2010

Por qué AMLO es un peligro para México

Comparto con usted este mensaje que circula por la red, debido a las implicaciones que tiene su contenido para la seguridad y el bienestar nacional. Presenta 10 razones por las cuales Andrés Manuel López Obrador es un peligro para México:


1.- Le quiere dar pensión a todos los rucos mayores de 65 años

2.-Quiere invertir en universidades y hacer más accesibles las universidades a nacos, hijos de obreros, y todo aquel que no tenga lana para pagar su propia educción (Eso es comunismo, peligrosísimo!) ... Ver más ... Ver más

3. Quiere que todos los mexicanos tengan acceso gratuito a servicios médicos (Oh no es un Comunista y Socialista, eso solo pasa en otros países como Australia, Canadá, Inglaterra, Francia, países escandinavos y la mayoría de los países del primer mundo excepto Estados Unidos de Norteamericana)

4.-Quire que PEMEX no se privatice (Imagínate el dinero de PEMEX, lo quiere utilizar para crear infraestructura en el país, y no hacer negocio entre cuates)

5. Quiere crear trabajos y oportunidades en México y así disminuir la necesidad de que Mexicanos tengan que emigrar al norte (Qué mala onda, el negocio de las remesas es re bueno para nuestra economía, somos el NUMERO UNO el mundo en exportar mano de obra barata a los gringos)

6.-Ese peje, gobernó el D.F y ya ves que desperdicio la lana en transporte púbico, educación pública, ancianos, hospitales, universidades, y mucho más (Imagínate el peligro que es invertir en esto, significaría mejor educación y vida para los mexicanos. Noooooooo! No podríamos engañar tan fácil a los mexicanos)

7. Quiere acabar con los Monopolios de Televisa y TV azteca, Telmex, Bancos y muchos otros (Imagínate que ya tendremos competencia y no podríamos cobrarles por nuestros servicios lo que se nos antoje, mala idea, los mexicanos no necesitan otras opciones, nosotros podemos con el paquete y seguir apareciendo en la lista de más ricos Forbes)

8. Quiere apoyar a gente pobre de México (Noooooo! es casi la mitad de nuestra población 50 millones de mexicanos que viven en pobreza, imagínate en lugar de que haga negocio con nosotros se quiere gastar el dinero en ayudar a esa gentucha, que no tiene clase y son nacos)

9. Quiere atacar el narcotráfico con medidas que no son militares (imagínate quiere crear policía especializad y mejor pagada, crear opciones a jóvenes para no entrarle al narco, eliminar corrupción y además de pedirle a Obama, que elimine el tráfico de armas y que juntos eliminen el problema del uso de drogas: Esa es un peligro para mí personalmente: Chapo Guzmán)

10.-Tiene acento de Tabasqueño y se junta con las chusma (no estudio en Harvard o en Estados Unidos como Salinas, Zedillo o Calderón, que van e pensar nuestros amigos gringos o sea! que él no es fresa)Respetuosamente los abajo firmantes:Felipe Calderón, Emilio Azcárraga, Claudio X. Gonzales, Familia Sada, Carlos Slim, Ricardo Salinas Pliego, Diego Fernández de Cevallos, Vicente Fox, Chapo Guzmán, Peña Nieto, López Doriga, Ciro Gómez Leyva, Loret de Mola, Carlos Marín, Javier Alatorre, y otras 90 familias que concentramos el 90% del la riqueza de México

viernes, 16 de julio de 2010

Policía única

Desde los tiempos de la cursilería hecha gobierno, se ve cada vez más frecuentemente la presencia del sector privado en los asuntos que no hace mucho eran de la exclusiva competencia del sector público. El proceso de privatización va de la mano de la injerencia de los gringos en nuestros asuntos.

En la actualidad, tenemos que, por ejemplo, el Tecnológico de Monterrey se coló hasta la cocina en el diseño de políticas gubernamentales, en la creación, en las supresiones o fusiones de dependencias y en su forma de operar. Sean proyectos de desarrollo industrial o medidas de innovación gubernamental, la iniciativa privada se hace presente con la ramplonería típica del empresariado “administrando” los asuntos públicos.

Llama la atención la sospechosa tendencia a ceder al sector privado espacios que requieren alta tecnología como es la industria aero-espacial, con el consiguiente andamiaje de relaciones internacionales entre gobiernos y empresas que debe establecerse; pero más llamativo resulta la insistencia en convertirlo en protagonista de reformas político-administrativas del gobierno. Tal es el caso del diseño de la policía única, que desde Los Pinos se promueve entre los gobernadores y que los diputados del PAN, se empeñan en favorecer dedicando tiempo para el insistente cabildeo entre presidentes municipales y otros actores involucrados.

En la propuesta elaborada por el ITSM y el CIDE para la policía única, se pasan por el arco del triunfo disposiciones constitucionales, en particular el artículo 115 de la Carta Magna. El desparpajo de la iniciativa privada se ve compensado con una ligera capa de barniz académico cuando se involucran instituciones privadas de educación superior y se las convierte en actores privilegiados en los proyectos de reforma públicos.

El truco de asegurar la disminución de la corrupción si se centraliza el mando policiaco, parece no tomar en cuenta que la policía única solamente centralizaría la corrupción en cada estado de la república, reforzaría el burocratismo y permitiría un alejamiento entre ese mamotreto oficial y el ciudadano que, como cualquier vecino municipal, vería lejana y temible la nueva cara de la privatización hecha gobierno.

Mejor idea sería hablar de coordinación, de mecanismos de comunicación modernos que faciliten el intercambio de información entre las diversas policías de la entidad y la república. No se necesita para nada que desaparezcan las policías municipales, toda vez que hay institutos o academias que forman policías y que bien pudieran, en todo caso, mejorar dicha formación, atendiendo las diferentes especialidades de la fuerza pública y las necesidades de los municipios donde irían a prestar sus servicios. La palabra clave no es centralización sino educación y coordinación.

El panismo hecho gobierno ha impulsado al “Tec” de Monterrey por el prurito de la formación empresarial como la panacea, pasando de lado ante la evidencia de que en México, al menos, la iniciativa privada ha demostrado ser no sólo mediocre sino propensa al abandono de sus obligaciones para conformarse con ser gerente o empleado del capital extranjero. Pero, a pesar del fracaso del empresariado mexicano a favor de los inversionistas extranjeros en donde el mejor ejemplo es la liquidación de la banca nacional, el panismo enloquecido por el enervado neoliberalismo de guarache que insiste en defender, impulsa políticas administrativas sin acabar de entender cómo y para qué funciona el sector público.

La tragedia de México, bajo el neoliberalismo periférico, es que el daño que hace el modelo y su ideología se ve multiplicado al estar el gobierno empeñado en desaparecer, cambiar o mover lo que no necesariamente debe moverse sino, en todo caso, mejorarse o adecuarse. Las reformas a la constitución y leyes secundarias (sobre todo estas) han dado al traste con sectores que merecían prosperar, como son los de energía, salud, seguridad social, educación, política salarial, obras públicas, industria, agricultura, pesca, entre otros. La obsesiva imitación de modelos, procedimientos y estructuras ajenas es un signo evidente de locura institucional. Los resultados están a la vista.

La consigna panista de la policía única es tan poco afortunada que resulta inconcebible que ponga en manos de instituciones privadas (dedicadas a la formación de un empresariado perdedor y parasitario) el diseño de la seguridad pública estatal y nacional, con total desparpajo, con la irresponsabilidad propia del ignorante en el poder.

En el sector público hay personas con una gran experiencia, conocimientos y capacidades que hasta hoy han sido peligrosamente ignoradas. En el gobierno federal como en el estatal de Sonora, las oficinas se ven colmadas de parientes, amigos y correligionarios políticos, sin idea de lo que van a hacer, sin entender lo que es la planeación del desarrollo, la importancia de los diagnósticos sectoriales, de los programas de mediano plazo, y en cambio, se habla de un “nuevo Sonora”.

El desbarajuste gubernamental es compensado con la publicidad comercial, con la apariencia de honestidad, de eficiencia, de compromiso, mientras que surgen como hongos empresas privadas ligadas a tal o cual programa de la actual administración. Si hablamos de negocios privados a la sombra del cargo público, ¿dónde está la novedad? Probablemente en el cínico desparpajo con que lo hacen.

miércoles, 14 de julio de 2010

Los relevos y la imaginación

En realidad, los relevos en las dependencias del Poder Ejecutivo son de la exclusiva competencia del titular, es decir, del ciudadano que ocupa la presidencia de la república, toda vez que es un poder unipersonal. Le puede parecer a usted, o a mí, absurda la idea de nombrar a personas que no tengan ni el perfil ni los antecedentes que permitan suponer aciertos en el desempeño del cargo, pero es cosa del presidente, es su responsabilidad única y exclusiva.

Como supongo que ya se enteró, el secretario de gobernación ahora se llama José Francisco Blake y viene de la secretaría de gobierno del estado de Baja California, mientras que el nuevo secretario de Economía se llama Bruno Ferrari, que antes se encargaba de la agencia gubernamental de promociones ProMéxico. Gerardo Ruiz Mateos, que antes despachaba en Economía, regresa cerca de Calderón como jefe de la oficina de la Presidencia.

Los cambios en el gabinete presidencial no dejan de suscitar alguna risilla sarcástica, una andanada de trompetillas y pedorretas debidamente disimuladas por la cara de sorpresa que es políticamente correcta en eso de los cambios y los nombramientos, pero la sensación de estar viendo un anuncio comercial de novedades en una línea de productos invendibles por su inutilidad, es francamente inevitable.

Un gobierno signado por una torpeza que bien se puede reclamar como la marca de la casa, ahora nos anuncia cambios en posiciones estratégicas que serían interesantes si no fuera porque el sexenio se fue prácticamente en liquidar la credibilidad de las instituciones políticas y la cordura esperada de los poderes de la federación, mediante decisiones claramente atentatorias contra la economía, la seguridad social la seguridad pública y el estado de derecho. Pero cabe reconocer la constancia con que lo han hecho, y esa indeclinable voluntad de superar la venta de garaje seguida con entusiasmo por el gobierno de Vicente Fox.

Por otra parte, los nombramientos en Gobernación y Economía recaen en personas que no gozan de prestigio y reconocimiento nacional, son funcionarios bastante menores para el encargo que reciben, aunque en su favor se puede decir que no lo podrán hacer peor que sus antecesores, aunque en ese terreno hay infinitas posibilidades, de acuerdo a la concepción neoliberal de entrega de los activos nacionales y la política interior al extranjero.

Siendo en los hechos una colonia de Estados Unidos, seguramente la ineptitud de los nuevos funcionarios se podrá compensar con la asesoría de los muchos agentes gringos radicados en el país, que vigilarán que los caprichos de Washington se satisfagan con la celeridad requerida, sin olvidar que la disponibilidad de recursos naturales es un plus en eso de depredar el espacio económico de la periferia.

La anodinez personal se matiza gracias a una lealtad que debe ser facturada desde el principio al “presidente”, independientemente de que reconocer públicamente la creencia en Dios resulta, como queda demostrado, un recurso onanista para disimular la patada en el trasero que acaba de recibir el funcionario corrido Gomez Mont, tras una especie de fundamentalismo argumental contra la promiscuidad del PAN, ahora con la izquierda holográfica.

Pedidas las proporciones y quitadas las máscaras, la política burdelezca en boga permite el desfiguro que su imaginación alcance, la claudicación más infamante, el repudio más ignominioso y la abyección más neo-panista. El gobierno de Calderón es como aquello de que “aunque la mona se vista de seda, mona se queda…”

De todos modos, finjamos el asombro de la novedad, los augurios y las expectativas del cambio: secretarios de Gobernación y de Economía habemus. ¿Albricias?

domingo, 11 de julio de 2010

Cuestión de apariencia

Al parecer no será raro, de ahora en adelante, que si usted es un trabajador indocumentado podrá ser notificado de despido fulminante, toda vez que el gobierno encabezado por el nobel de la paz B. Obama, se ha propuesto hacer un ejercicio de transparencia y auditará sistemáticamente a las empresas otrora empleadoras de ilegales, a fin de que eliminen esa fea mancha café de sus nóminas y puedan respirar tranquilas por haber cumplido el patriótico deber de desemplear, que no expulsar ilegales.

El giro humanitario que evita el trauma de la deportación y la separación de padres e hijos, se ve favorecido por la opinión republicana, toda vez que la defensa de la ley SB1070 devino choque, confrontación o ríspida diferencia de matiz entre el demócrata Obama y la republicana Brewer. Al final de cuentas, venció la razón fundada en la discriminación o, si se quiere, el racismo, matizada con la blancura de guante del señor presidente Obama. La ilegalidad se elimina de los campos agrícolas, de las labores artesanales, de los empleos que requieren de cantidades masivas de fuerza de trabajo, aquellos empleos que los nativos no están dispuestos a ocupar.

Las bondades de la medida derivan del hecho de que la conciliación de los intereses republicanos y demócratas crea las condiciones para el establecimiento de acuerdos de mayor alcance. Como recordará, la republicana Brewer recibió con encono la decisión de Washington de impugnar la ley local anti-inmigrante bajo el supuesto de que las medidas racistas y discriminatorias deben provenir del gobierno federal. Arizona se salió aparentemente del huacal al adelantarse legislativamente a Washington, impulsando una medida racista que las buenas conciencias anglosajonas consideraron demasiado cruda como para tragarla. Ahora la cordura ha imperado en Washington y la iniciativa de fiscalizar a las empresas empleadoras evita el enojoso asunto de la publicidad que reciben las redadas.

El problema, que algunos ya señalan, es que los empleos en la cosecha agrícola se ligan a los del empaque, y no habiendo ilegales que realicen la primera fase, sufre la segunda. La medida administrativa, sigilosa, casi a hurtadillas de Obama, tendrá efectos que seguramente serán ampliamente referidos en la prensa: el impacto de la medida anti-inmigrante golpeará a las empresas y, por ende, a la economía agrícola de Estados Unidos.

El truco de las auditorías en las empresas con el fin de eliminar a los trabajadores ilegales, es la nueva amenaza que pesa sobre la economía regional de zonas agrícolas que dependen de la fuerza de trabajo de los jornaleros latinos y asiáticos. Con esta medida Obama se empeña en demostrar que su apariencia bonachona, simpática, de negrito alivianado, es una fachada que se cae a pedazos.

El asiduo manejo de la apariencia de que hacen gala los gringos, alcanza su dimensión más dramática cuando se meten con la posibilidad de juntar el alma con el espinazo de los trabajadores inmigrantes, que no salen de sus tierras por deporte, vagancia, aventura o simple turismo, como se empeña en explicar el neoliberalismo demográfico, sino porque detrás de cada mexicano inmigrante tenemos una historia de adversidad, donde el hambre, la falta de oportunidades y razones para quedarse terminan por ser el combustible que quema sus naves.

Mientras que los gringos le buscan pleito a Irán, sigue la refriega en Afganistán e Iraq, como también persiste en diversas formas en Paquistán, África y en América Latina. Los pretextos son muchos, pero la constante es la expansión militar de Estados Unidos, con su cauda de armamentismo, tráfico de drogas, lavado de dinero, corrupción gubernamental y perversión de valores y costumbres locales.

El nobel de la paz, Barak Obama, demuestra que el color y los antecedentes familiares no son obstáculo para actuar de manera perversa, con la crueldad típica de los gobiernos gringos. Republicanos y demócratas tienen finalmente grandes coincidencias y solamente difieren en los detalles, en la apariencia, en los matices del discurso con que pretende justificar su reiterado ataque contra los derechos humanos, la paz y la vida civilizada del planeta, en beneficios de los negocios del odio y la discriminación.

viernes, 9 de julio de 2010

Lo del agua al agua

Muy alentadora la perspectiva de tener agua con “buena presión” en la sedienta ciudad capital de Sonora. Hermosillo se viste de fiesta y las serpentinas y fanfarrias inundan el optimismo de los capitalinos: fluirá el vital líquido en el 80 por ciento de la cobertura actual. Los usuarios que no pertenezcan a esa mayoría privilegiada pueden empezar las procesiones, rogativas y demás ritos que el manual de protección civil seguramente tiene previstos para el caso.

El pelo en la sopa hermosillense es que en el centro, norte bajo y Las Lomas esas ocho horas se convertirán en cinco por obra del abatimiento de los mantos acuíferos. La nueva zona de desastre de la ciudad lo es por el hecho de solamente contar con una gran cantidad de locales comerciales, casas particulares y mucho del atractivo que busca el turismo en esta noble ciudad. ¿Qué importa que el centro de Hermosillo y las dos colonias afectadas tengan menos agua, si por ahí solamente se encuentra la Máxima Casa de estudios de Sonora, la legendaria Escuela Gutiérrez, la Leona Vicario, un buen número de restaurantes, locales comerciales, hoteles, el mercado municipal, plazas y jardines que han sido protagonistas de mil y una postales, además de una importante población ciudadana que habita en forma pública, pacífica y continua sus hogares, más una miríada de casas que albergan estudiantes, futuro del estado y la nación?

La discriminación hídrica es una nueva forma en que el panismo demuestra que es gobierno e inaugura el pretexto de que la naturaleza es desfavorable en ese lugar, en cambio, en el 80 por ciento de la ciudad no hay problema. ¿Qué hicimos para merecer estar en el epicentro de las maldiciones hidrológicas de la ciudad? ¿Podrá el cándido gobierno municipal idear un mecanismo de distribución del agua que resuelva el problema de una madre naturaleza desalmada? ¿Habrá alguien que informe al alcalde que existen técnicas de ingeniería que permiten una distribución más eficiente de los recursos? ¿No habrá técnicos que establezcan conexiones y controlen válvulas para tal efecto? ¿Sabrá alguien del municipio, algo de ingeniería hidráulica? ¿Debemos pensar que el hombre del siglo XIX y XX sabía más sobre distribución y conducción de agua que los visionarios tecnócratas que ahora visten uniforme de pitufo a cargo de Agua de Hermosillo?

Mientras el alcalde y funcionarios se complacen en darnos clases de derechos humanos por el método de reducción al absurdo, la utilidad de los carros blindados y la consigna de ataque frontal contra la delincuencia nos maravillan con el alucinante despliegue de seguridad posterior al ametrallamiento de funcionarios policiacos que, sean emboscados, interceptados, o encontrados casualmente por el rumbo, terminan heridos de gravedad o de plano muertos por causas de fuerza mayor. Según reportes, la temporada de caza policiaca se abrió sin que aparente tener fecha de culminación. Hermosillo y en general Sonora es tierra poco promisoria para los altos cargos policiales en una verdadera debacle cívica que hay que llamar por su nombre: gobierno fallido.

De seguir así las cosas, los ciudadanos de Hermosillo, tendremos que conformarnos con menos horas de agua, con desayunarnos con una serie de notas necrológicas que pasarán por noticias de primera plana, con la fugacidad de la vida como criterio de permanencia en la cordura y con rebanadas de esperanza en forma de las promesas de un gobierno siempre a la espera de milagros, casualidades, coincidencias y oportunidades de negocio que se dan en la medida en que Estados Unidos salga de la crisis que ellos mismos provocaron.

Así las cosas, tenemos un gobierno que ignora las maravillas de la ingeniería moderna, un cuerpo de diputados locales dispuesto a ignorar el desperdicio en el que caen las empresas purificadoras y embotelladoras de agua, que según se reporta, llega a un millón de litros diario en Hermosillo, un organismo operador de agua que dice no tener facultades para impedir el desperdicio, a pesar de saber de su existencia, y que anuncia un esquema de mala distribución del líquido, por causas imputables a la naturaleza, a la casualidad, al infinito universo de las culpas ajenas, a la irracionalidad e impudicia de no ser responsable cobrando por ello, sin plantear siquiera como promesa algún mecanismo técnico que permita una mejor distribución del agua.

Bueno, en realidad uno supone que debe existir cierta capacidad de reacción ante el crimen, ante la falta de agua, ante la suciedad ambiente, ante la deshumanización urbana, ante la carencia de compromiso con la ciudad y el municipio, pero el optimismo es un sentimiento que se transforma en la medida en que la realidad nos da pruebas de que eso era una falsificación, un producto pirata, una mala copia del original que se vendió, quizás, junto con la idea de bienestar y justicia social a una empresa extranjera, que se encargará de comercializar nuestras aspiraciones de progreso, una vez que se privatice el gobierno mexicano. Mientras tanto, ¿requerirá el gobierno municipal la asesoría de Paul el pulpo de Alemania o de Mani, el loro de Singapur, para mejorar la distribución del agua?

jueves, 8 de julio de 2010

Decisiones, decisiones

Arrecia el tono de las voces que señalan como una opción temporal el uso del agua que hay en La Poza. Otros señalan que al norte hay agua aprovechable para resolver la carestía de Hermosillo, mientras se realizan obras de mayor magnitud que supondrán una solución de largo plazo. Llaman al alcalde Javier Gándara a escuchar las propuestas, a usar el sentido del oído que tiene en modo de tandeo auditivo para poder dar paso a soluciones viables para el municipio. La solicitud es razonable.

Los problemas de la ciudad son de todos, si nos atenemos a la definición de “municipio”, donde los vecinos asumen cargas económicas y políticas en aras de propiciar el bienestar y progreso de la comunidad. El alcalde tiene por primera obligación entender que la responsabilidad es compartida entre pueblo y gobierno, y que el cargo público significa una cadena de relaciones entre los actores fundamentales del drama municipal que se focalizan en el ejecutor de la voluntad ciudadana: la autoridad legalmente constituida se legitima en la medida en que responde a esa voluntad, y lo es cuando propicia el diálogo constructivo, la propuesta ciudadana que toma parte en el diseño de soluciones, la corresponsabilidad en la vigilancia de los procesos de solución y el disfrute equitativo de los bienes y servicios logrados y consolidados.

Mientras el alcalde atina a destaparse los oídos y procesar las sugerencias y planteamientos de la comunidad, para muchos queda claro que es un peligro andar por los talleres mecánicos del Palo Verde, ya que ahí matan. Con esto le quiero decir que los asesinatos a mansalva o, si le gusta el término, ejecuciones, se están convirtiendo en una actividad criminalmente correcta cuya práctica deviene lugar común, gracias a la tolerancia liliputiense de nuestras autoridades que, en un ataque de enanismo calderoniano, se complacen en viajar a Tucson, Arizona, a una reunión de seguridad fronteriza que contradice el ánimo de boicot que campea, aún en Estados Unidos, contra ese estado gobernado por el fascismo.

La presencia de Sonora en la reunión de Tucson, huele a genuflexión lacayuna en el marco de la dependencia política y administrativa que el neoliberalismo de guarache ha propiciado en campos de relación de la exclusiva competencia de las autoridades nacionales. En otras palabras, la visita de funcionarios judiciales a la fascista Arizona, solamente da pistas sobre el mar de fondo de la Iniciativa Mérida, cadena de perro que ata la voluntad de nuestros guardianes de la ley y el orden… neoliberales.

Pero mientras los funcionarios sonorenses se bajan los pantalones en una visita evitable, los simples lectores de periódico descubren que hay agua de sobra en las presas del Novillo y la Angostura y que habrá que desfogarlas en agosto, para evitar daños por las fuertes avenidas que se esperan, según lo dicho por el representante estatal de Conagua. El agua declarada es infinitamente más abundante que la servida, tanto para uso agrícola como domiciliario, en una clara contradicción de la idea de “gobierno” y “equidad” que usted y yo pudiéramos tener.

Tanto en México como en el resto del mundo, existen regiones con abundancia de bienes y una mala (o pésima) distribución de los mismos. En el mundo existen 105 millones de personas que padecen hambre, y en México, un millón 400 mil niños padecen anemia crónica. Las cifras revelan que la famosa meta de la FAO de disminuir el hambre mundial al 50 por ciento para 2015, no se podrá cumplir. Por otro lado, diariamente la prensa reporta los más absurdos crímenes contra los ciudadanos, destacando la guerra sucia que emprende el gobierno contra los luchadores sociales, los sindicatos (SME, UTH, Mineros) y las organizaciones ciudadanas defensoras de los derechos humanos. Como complemento a la represión selectiva, tenemos la amenaza cuando no el asesinato de periodistas.

Tanto la necedad de un presidente municipal de no escuchar los reclamos o propuestas de los ciudadanos, como la de un gobernador de no asumir sus responsabilidades constitucionales y pasar el tiempo en declaraciones, giras y actividades de auto-elogio, contribuyen a acelerar el descrédito gubernamental y la falta de confianza del ciudadano. También contribuyen a esa sensación de inseguridad que experimentamos en cada calle, barrio y colonia de las ciudades sonorenses.

Pero, el telón de fondo de estos despropósitos oficiales, es un sistema económico y político diseñado para profundizar las diferencias entre ricos y pobres, al privilegiar el mercado sobre el estado, lo privado sobre lo público, lo individual sobre lo social. El neoliberalismo hace que las diferencias políticas se diluyan y deje de haber alternativas. Ese es el caso del pragmatismo de las alianzas del PAN con el PRD que demuestran que ya no hay principios, valores políticos y cívicos que defender, sino los negocios de camarillas que lucran con la política electoral del país.

A la sombra del discurso neoliberal, florece la marginación, el desencanto de muchos, frente a la fortuna de muy pocos. En el gobierno prosperan los servidores públicos con mentalidad empresarial, que se creen gerentes de empresa comercial, y deshumanizan con su actuar la noble y trascendente función del sector público. En estas condiciones, urge la recuperación del espacio público, para bien de la comunidad local y nacional. Urge recuperar la política y la economía, el respeto por la dignidad humana, por las libertades ciudadanas, por los derechos esenciales del hombre, actualmente pulverizados por el propio gobierno que debiera garantizarlos. El pueblo debe tomar una decisión, en legítima defensa.

Paseo por la mugre

Fue la urgencia, debo confesar. Fue el apremio de pagar con una puntualidad en grado de aproximación, lo que me llevó a salir de casa y arrostrar el infierno urbano de la ciudad de Hermosillo. En realidad, se pudiera mencionar un vago sentido de responsabilidad que no viene mucho al caso, con la institución bancaria que me atosiga con la necedad de una mosca, de un depredador volador que busca el punto flaco para hincar el probóscide, esa especie de popote que adorna su siniestra cabeza. Las llamadas empezaron a recibirse en horas impensadas: a las seis de la mañana, después de las ocho de la noche, los fines de semana, repitiéndose cada pocas horas, con el mismo mensaje y la misma actitud de parte del cobrador telefónico: el drama personal tiene por coordenadas un vampiro ajeno a las explicaciones, aclaraciones o puntualizaciones del cliente, y el anonimato del cobrador que se complace en endilgarle en mera oreja a su víctima, usuario o cliente, una larga parrafada que le informa sobre los horrores del saldo vencido, de la maldición de los intereses, de la horripilante suerte del crédito, de las muchas maldiciones gitanas que se lanzarán sobre la cabeza del incumplido que ose enfrentar la furia del banco que representa.

Le confieso que al principio traté de dialogar con ese mecanismo humanoide de cobro bancario. El sujeto acusaba una insistencia fuertemente centrada en la sordera, en alguna enfermedad auditiva que le impedía recibir las señales del error cometido contra el cliente cautivo en esa especie de fascinación auditiva que se produce cuando alguien marca nuestro número, contestamos y nos disponemos a comunicarnos con el semejante. Pronto se descubre que el error consiste en suponer que el otro es un semejante. En realidad es una víctima más del subempleo, después de haber sufrido una mutación demoniaca que lo robotiza, porque nadie en sus cabales puede hacer las veces de un maniático que atosiga a los demás, gozando del pequeño fuero del anonimato, de la distancia, de la impúdica protección de un membrete que ni siquiera es suyo, porque el banco contrata a agencias de cobranzas que asumen el empaque de cualquier hampón cinematográfico, aunque el cobrador telefónico es, a fin de cuentas, una triste mosca frente a una linterna que proyecta en la pared una imagen que no tiene ni puede tener.

Mientras tanto, la calle, el calor y las circunstancias, me permitieron ver una ciudad calcinada por el clima, empanizada por la política y la suciedad en calles y avenidas, pletórica de ruido y embarrada de una vulgaridad que, sin fijarse, puede ser acogedora. La insistencia de algunos propietarios de poner amplificadores fuera de sus locales, parte del supuesto de que llamar la atención es necesario porque la gente que pasa frente a ellos es retrasada mental y reacciona fácilmente ante sonidos. La oquedad cerebral permite suponer que el cráneo actúa como caja de resonancia con las mismas propiedades que la caja de un tambor y que, en consecuencia, hay que tundirlo a porrazos para que el mensaje llegue a su destino: la neurona atrofiada del posible cliente.

El centro de Hermosillo parece lleno de una compleja colección de seres humanos que deambulan en pos de alguna forma de atención: extremidades en ademán de pedir monedas bajo el argumento de la caridad; ojos que ven con hambrienta desesperación el paso de una clientela que ignora las ventajas de comprar el único remedio contra las cucarachas que sí funciona; oferta de pitahayas recién cosechadas; uvas, miel, ajos y chiltepines baratos; una abigarrada tropa de personajes que proyectan personalidades y circunstancias heterogéneas: cuerpos macilentos que exhiben los estragos de la marginación estadísticamente maquillada; pieles curtidas por el sudor, la mugre y el abandono económico y social; cabelleras en estado de estupefacción forzada por la ausencia de aseo y la estrechez voluble de los horarios del suministro de agua; rostros de notable anonimato que reflejan los efectos personales de la crisis económica; gorduras mórbidas que desplazan carbohidratos y lípidos empaquetados en vestuarios de bajo presupuesto y alta uniformidad; tatuajes que claman por una trascendencia negada por la marginalidad; orificios nasales y lobulares que dan un toque de excentricidad a la más plana de las vulgaridades; jóvenes uniformados con shorts y camisetas producidas en serie, con logotipos y dibujos repetidos hasta la náusea; decrepitudes respetablemente exhibidas como jalones de un Hermosillo que sigue ahí. La ciudad es una inmensa colcha confeccionada de múltiples deshechos, de estratificaciones sociales plastificadas por el uso y solamente rearmadas por el abuso: la ciudad reclama agua, transporte, seguridad, limpieza; simplemente gobierno.

El Mercado Municipal Número 1 concentra buena parte de la cultura del centro, su trajinar cotidiano, sus horizontes comerciales, su variopinta personalidad que atrae y asimila una multitud de rostros, costumbres, necesidades, hábitos, expectativas y formas de soportar la cruz propia sin chocar con la ajena. La tolerancia se transforma en empatía cuando el cliente se identifica como tal y el trato finalmente se logra. La venta recompone el ambiente y la actitud termina siendo cordialmente indiferente, con desparpajo formalizado en el trato circunstancial.

Actualmente se hacen simulacros de comunicación entre pueblo y gobierno, en forma de visitas al bario o la colonia, por parte del gobernador o el alcalde. En el caso del presidente municipal, se entiende la visita porque está en su espacio político-administrativo, pero en el caso del gobernador, la visita a la colonia o al barrio se antoja inapropiada porque invade la competencia de las autoridades municipales. El agua, el alumbrado, la limpia y recolección de basura, la nomenclatura, la seguridad pública, son rubros de atención municipal, y el gobernador mejor debiera dedicar sus esfuerzos a la dimensión estatal. El universo de problemas y soluciones municipales deviene catástrofe cuando las responsabilidades se transfieren, minimizan o ignoran.

La mugre de Hermosillo es cosa de todos, pero es innegable que de algunos depende más. Por ejemplo, de las autoridades legalmente electas para abordar los problemas de la ciudad, del medio rural municipal, de la interrelación entre ambos y del municipio con su entorno. Un paseo por el centro refleja algo de las circunstancias de la totalidad citadina, de la enfermedad de crecer sin fortaleza, de engordar sin compensar el exceso, de crecer en necesidades sin hacerlo en capacidad para satisfacerlas. El gobierno tiene en la mugre ambiente una responsabilidad inmediata, que no se limpia con declaraciones triunfalistas, con engaños o disimulos, con payasadas en el circo de tres pistas que es la política local y nacional. ¿Cuándo empiezan a limpiar?

martes, 6 de julio de 2010

Comentario sobre visita de AMLO

Comparto con usted el texto de un mensaje que circuló por la red, entre los miembros de un grupo que apoya la candidatura de Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones presidenciales del 2012. La autora del mensaje es Tere Parada. Refiere sus impresiones sobre el acto de presentación del libro más reciente de AMLO, en Hermosillo, Sonora, el día sábado 3 de julio, en el Teatro Emiliana de Zubeldía:

El sábado 3 por la tarde presentó AMLO su libro "La mafia que se adueñó de México...y el 2012" en un auditorio lleno, con gente parada en los pasillos. La cita fue a las 5:30 PM a la cual acudieron puntualmente gente diversa como académicos, estudiantes, amas de casa, niños, trabajadores, sindicalistas, compadres, activistas sociales etc. Mientras llegaba nos fuimos acomodando en las butacas sobre las cuales descansaba el número 6 de Regeneración, de lectura obligada. Muchos viejos conocidos, y nuevos también de la comunidad del Face que tuvimos la oportunidad de conocernos personalmente.
Por fin AMLO llegó entre ¡PRESIDENTE! ¡ES UN HONOR ESTAR CON OBRADOR!. Es increíble la personalidad de este Señor, con mayúscula, es la primera vez que lo veo tan de cerca, y lo que impacta es la conciencia que tiene de la tierra que pisa, la seguridad que proyecta, muy lejos de el exhibicionismo al que nos tiene acostumbrados el político común. Es de admirarse el gran trabajo hecho por él al recorrer el país y conocer a tanta gente, sus necesidades, escucharlas, darles la mano, abrazarlas y besarlas, oír tanto elogios como fuertes críticas y salir avante, pero sobre todo, te mira directo a los ojos, no es la mirada perdida de quien se siente el ombligo del mundo esperando ser elogiado, es él quien busca la mano que saludar, los ojos que ver. Impactante de verdad.
No dijo nada que no intuyéramos o supiéramos ya, pero lo dice con nombres y apellidos, hace la hilación histórica de los hechos de una manera comprensible, amena, y con toques de humor. Al oírlo, uno se sumerge en la importancia de la historia y se siente parte de ella. Y lo más importante, el mensaje que deja: Organizarnos, disciplinarnos, sacar adelante este proyecto de nación todavía en construcción con sus errores y aciertos, pero en mucho depende de nosotros sacarlo adelante sin generar divisiones estériles. Vale la pena seguir en la lucha, al conocerlo cobra sentido su frase: SÓLO EL PUEBLO PUEDE SALVAR AL PUEBLO. Y termino con la frase que me gustó mucho de una compañera: Hablando de piñatas, "AMLO es el que tiene el garrote en la mano. Vamos a darnos y a darle la oportunidad de que el tiro sea preciso y le rompa la panza a esa piñata de la corrupción, el cinismo, el abuso y la impunidad." Vale.

domingo, 4 de julio de 2010

Guardando las proporciones

La muerte ha estado en estos días ocupada febrilmente, activa como codo de violinista y democrática como aire de cantina, como diría Humberto G. Tamayo, genial epigramista mexicano. La calaca suena su osamenta al ritmo de vals, rock, rap, salsa, danzón, tango o hip-hop. Mueren jóvenes que cayeron por los rumbos de una fiesta donde los fuegos de artificio se mezclaron con la cadencia monótona de las ametralladoras, de los fusiles de asalto, de las pistolas automáticas y de los clásicos revólveres de accionar nostálgico y pausado. Mueren adultos y viejos al mandar de la ráfaga que no distingue sexo, edad o modito de andar.

Fallecen, fenecen, se extinguen, desaparecen, cuelgan los tenis, pasan a mejor vida, y son protagonistas de sentidos decesos, partidas prematuras, pases a mejor vida, viajes sin retorno, con boleto sólo de ida, con destino al más allá, al valle de las sombras, a la diestra del señor, al cielo, a la eternidad, a la historia que atesora lo que fue y lo que pudo ser el vecino, el pariente, el compañero, la imagen que nos devuelve el espejo, el holograma vital que reproduce los detalles de la forma que hay que recordar. La parca, la madre tenebrosa, la huesuda, recoge al humano sin falta, con puntualidad astronómica, sin excusas ni pretextos, antes, después, o durante el tiempo en que se piensa la posibilidad de la muerte y se convierte en realidad tangible, y así, inescrutable.

La muerte de José Saramago conmovió a muchos habitantes del primer mundo, a europeos y americanos cuyo refinamiento cultural tenía por base la educación universitaria o alguna equivalencia. Su obra fue polémica y al mismo tiempo admirable. En otros escenarios, la desaparición física de Carlos Monsiváis reabrió la herida de los amantes de la literatura, esta vez más centrada en el acontecer urbano, en la política que se vive en las calles de barrios que nos parecen conocidos, en la cultura que se respira en el salón de baile, en el lugar sin límites de la vecindad, de la explanada del zócalo de la ciudad más grande del mundo, en la marcha reivindicatoria de derechos ciudadanos, en el espacio en el que podemos o no converger pero que no nos es extraño ni inaccesible.

El 2 de julio de 2010 recibimos la noticia de que otro grande de las letras populares mexicanas ha fallecido, muerto, desaparecido, colgado el tenis, o pirado, esta vez en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, a los 92 años y de cáncer de garganta. Armando Jiménez Farías, arquitecto y escritor egresado del Instituto Politécnico Nacional y nacido en Piedras Negras, Coahuila, el 10 de septiembre de 1917. Para mayores señas, se trata del autor del libro “Picardías Mexicanas”, con 143 ediciones y más de cuatro millones de ejemplares vendidos. Fue autor de muchos proyectos arquitectónicos deportivos y de 17 libros, así como colaborador de 16 periódicos y revistas, rescatista de arte popular y recopilador de un “Cancionero mexicano”, que reúne cuatro mil canciones populares.

El creador del ya legendario “gallito inglés”, penetró en el alma nacional y pintó de colores la imaginación popular convertida en retruécano, latigazo verbal de críptica factura e insospechadas dimensiones lúdicas. El albur como forma comunicativa para iniciados, para simples mirones en calidad de víctimas propiciatorias de la venganza del ingenio contra la posible superioridad física, pero desprovista de la agilidad mental y la picardía ladina y multiforme que se escapa en un recodo de la charla, en un silencio cómplice, en una fuga que se vale del doble o triple sentido de una palabra, de una frase, de un pensamiento que juega con sus propias interpretaciones.

Armando Jiménez, arquitecto de espacios deportivos y de giros asombrosos de la lengua nacional, nos ha dejado, se ha ido, pirado, muerto, fallecido, en un viaje sin retorno, con boleto de ida, en el giro sutil y sorprendente de un albur jugado con la muerte, que guarda las proporciones y que al final da a cada cual su parte de eternidad. Descanse en paz…